lunes, 14 de marzo de 2011

SOBRE EL PELIGRO IGNORADO DE LAS CENTRALES NUCLEARES

¿El Síndrome de China y punto final? ¿Qué hay de la catástrofe nuclear japonesa?
Sobre el peligro ignorado de las centrales nucleares
Publicado el Domingo 13 de marzo de 2011, a las 21:21






El Síndrome de China
Carátula del DVD de la película de James Bridges.


Julio Castro – laRepúblicaCultural.es

De nuevo nos ocultan información a través de los medios de comunicación oficiales, y me refiero a un caso muy preocupante, como es el de las centrales nucleares que en Japón están en alerta por sucesivos accidentes acaecidos tras los terremotos y maremotos sucesivos de estos últimos días.

En primer lugar se ocultó el hecho de que había una central con problemas, cosa que sólo se averiguó a través (de nuevo) de las redes sociales que para eso son de alcance internacional. Mientras Twitter, Facebook y otras bullían sólo con informaciones ciudadanas acerca de los sucesos el primer día de fuertes terremotos, los informativos de rotativos y agencias oficiales apenas tocaban el tema, si no era para decir que se trataba de una central que se había detenido y cuyo sistema estaba controlado.

A medida que avanzaban las horas, apenas se sabría nada más, hasta que la evacuación de gente ya fue inevitable. Aún así se trataba de achacar la cuestión a seguridad preventiva y a otras cuestiones relacionadas con la falta de energía en la zona debido a los parones de las distintas nucleares. Lo cierto es que el gobierno nipón, supongo que por recomendación de Seguridad Nuclear (o tal vez a pesar de ella), había procedido a sacar material (dicen que en forma de vapor y para enfriar el reactor incendiado), con un nivel indeterminado de radiactividad. Aún no podemos tener la certeza de cómo ocurre esto, ni de la situación actual, varias explosiones después en esta central, que sigue incontrolada.

La tarde de hoy día 13 (más de 60 horas después del trágico terremoto), son varias las explosiones en distintas centrales. La realidad es que algunos de los núcleos de los reactores han comenzado a fusionarse por dentro, riesgo del cual no se nos habla claramente, y el problema de la refrigeración en las distintas centrales no se viene solucionando.




Ignoro el motivo por el que nadie dice con claridad el riesgo de hecatombe mundial que hay de forma inminente. Ignoro por qué los responsables mundiales de los países no están centrados en solucionar esta cuestión, mientras se nos sigue hablando de otros temas, como la involución económica que va a traer a no sé quiénes el desastre japonés.

La realidad está muy clarita en aquella película de finales de los ’70, un accidente en una central estadounidense, la de Three Miles Iland (o la Isla de las Tres Millas, un hecho real que sucedió en 1979, y que convenientemente se ocultó y se disfrazó hasta que algunos científicos descubrieron parte de la envergadura del accidente y del riesgo corrido) que sirve en el film de James Bridges, El Síndrome de China (1979), para denunciar un caso que, afortunadamente teórico, haría que el calentamiento descontrolado y la correspondiente fusión del núcleo de un reactor de una central nuclear, le llevaría a traspasar el suelo de la propia central, aumentando su masa a medida que avanza el proceso, llegando a salir por las antípodas del globo terráqueo (en el caso concreto habría sido China, y de ahí el nombre), con la posibilidad de partir el globo terrestre en dos. En cualquier caso, con unas consecuencias poco descritas, pero de hecatombe mundial para la vida en el planeta.

A estas alturas de la información nos empiezan a dejar caer noticias preocupantes acerca de la posible radiación (controlada, dicen), para que pensemos que ese es el principal peligro. En ciertos entornos se comienza a tratar la hipótesis del doctor W.G. Ergen (de 1967, que también estudió los métodos de emplazamiento de centrales nucleares y su mejor ubicación, cosa que ha quedado en el olvido, al parecer) y posteriormente del físico nuclear Ralph Lapp (en 1971, que fuera Director Ejecutivo del Comité de la Energía Atómica en Estados Unidos, para convertirse en activista contra la energía y el armamento nuclear más tarde), acerca del llamado Síndrome de China.

Quiero pensar que tendremos suerte una vez más, y que no ocurrirá nada más grave que unos millares de muertos por la radiación, unos miles de hectáreas que nunca podrán volver a ser habitadas, secuelas de por años en algunas personas y “nada más”. Si es así, no habrán condenado al resto de la vida planetaria. Pero si es de otra manera,… ¿qué?

Seguirán diciéndonos que la energía nuclear es necesaria, pero nos preguntaremos de nuevo ¿para quién? ¿para las empresas eléctricas?¿para las grandes corporaciones, los especuladores y la bolsa? Puede que esta haya sido la última ocasión de parar y dar marcha atrás, pero vemos que la naturaleza ya ha comenzado su inconsciente rebelión, y que estamos a merced de sucesos aleatorios que pueden dar al traste con la vida.


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