sábado, 25 de agosto de 2012
X ASAMBLEA DE IZQUIERDA UNIDA: ORGANIZAR LA REBELIÓN DEMOCRÁTICA DE LA MAYORÍA SOCIAL
X Asamblea de Izquierda Unida: organizar la rebelión democrática de la mayoría social
Jueves, 16 de agosto de 2012 PÁSALO: Share on facebookShare on meneameShare on googleShare on twitterArtículo de opinión de José Luis Centella, portavoz parlamentario de IU en el Congreso, publicado en Nueva Tribuna
La X Asamblea Federal de IU se presenta como una oportunidad para dar respuesta al reto de la Izquierda en estos momentos clave de la lucha de clases, en la que el capitalismo del siglo XXI, el especulativo, a través de sus brazos, el armado, con la OTAN, el político, con los partidos de la derecha autoritaria, y el social, desde los movimientos anti-política, trata de consolidar su dominio ideológico imponiendo un nuevo modelo de relaciones sociales y laborales sustentado en un nuevo sistema institucional, que dé soporte constitucional a una nueva correlación de fuerzas.
En este nuevo sistema que se pretende imponer, los derechos no existen. La vivienda, el trabajo, la sanidad, la educación, etc. deben administrarse como negocios sobre la base de la rentabilidad económica porque no existen servicios públicos sino oportunidades para el negocio. Creen que la liberalización debe ser lo más amplia posible y las relaciones laborales deben de estar desregularizadas.
Para avanzar en sus objetivos deben separar a la población de la política. Para ello los partidos son desautorizados todos por igual, los sindicatos, difamados, las movilizaciones se convierten en problemas de orden público y hasta las organizaciones empresariales deben de ser desarticuladas para que sea el capital especulativo, a través de sus terminales, quien imponga sus decisiones directamente, sin intermediarios, con la mínima contestación posible.
En este marco, el retroceso de la situación de la mujer es un elemento ideológico de primer orden para recuperar el control de la familia tradicional como instrumento al servicio de la ideología dominante.
Al mismo tiempo, necesitan difuminar las caras de los culpables de la crisis. Ahora se culpabiliza a la ciudadanía, a la que se le dice que ha ‘vivido por encima de sus posibilidades’, y cambian también el significado de la palabra austeridad. En lugar de significar una gestión adecuada y sin excesos de los recursos públicos para cumplir con las necesidades de la sociedad, quieren utilizar la austeridad para justificar recortes y eliminar derechos sociales.
En la misma lógica, la culpa que tienen la Banca en la crisis se cambia por la criminalización de ayuntamientos y autonomías para recuperar un Estado centralista, mas fácil de controlar. El objetivo de esta ofensiva ideológica de la derecha es romper la acumulación de fuerzas que empezaba a producirse contra el bipartidismo y los causantes directos de la crisis.
Por lo tanto, cada vez está más claro que el capital especulativo, así como la derecha política y económica tienen un proyecto de sociedad que tratan de desarrollar de una forma suave para evitar respuestas, intentando ganar batallas sin plantar cara. Una vez conseguido el dominio ideológico buscaran dar el golpe de gracia, situar fuera del sistema a las fuerzas que lo cuestionen, utilizar todos los instrumentos que se han ido construyendo estos años para que la ‘nueva dictadura’ entre sin violencia, aunque a la hora de la verdad aparecerá la fuerza (ya está apareciendo), es decir, toda la violencia institucional que sea necesaria para mantener su dictadura.
La derecha, ampliando el camino iniciado por el PSOE, realiza un proceso constituyente para configurar una nueva realidad social e institucional. La Constitución de 1978 le resulta pequeña para sus intereses. Esta Constitución, a pesar de sus debilidades y de dar soporte a la monarquía, tiene potencialidades que, desarrolladas, podrían significar avances sociales e institucionales que ellos entienden que deben ser eliminados y sustituidos por una nueva legislación que permita asentar el dominio del capital sobre la economía y la sociedad.
Por ello, es importante que denunciemos las intenciones de la derecha de desarrollar cambios sin abrir un proceso constituyente y exigir que se abra ese proceso con transparencia, con la participación directa de la ciudadanía que se pretende excluir. Para ello es fundamental impulsar un movimiento en el que la ciudadanía reclame ahora el protagonismo. Debe ganarse la hegemonía en este proceso porque la derecha ideológica nos la disputa en nuestro mismo terreno, en el de las capas populares, y lo hace porque quiere situar a la mayoría de la población a favor de una salida tecnócrata y anti-política de la crisis.
La izquierda debe superar debates testimoniales, vacíos de contenido. Para ello debemos ser capaces de construir un proyecto que confronte con el que el capital especulativo trata de imponer. Debe darse una batalla de las ideas para que la mayoría real ciudadana, la que sufre la crisis, se constituya en mayoría social y política para ser motor del cambio necesario para construir una salida social y democrática a la crisis para avanzar hacia el Socialismo en este siglo XXI.
Debemos construir la alternativa democrática, federal, anticapitalista, republicana que confronte con el plan antidemocrático, centralista, reaccionario que defiende el PP como brazo político del capitalismo especulativo. Éste debe ser el objetivo político de la X Asamblea Federal de IU, es decir, cómo llenar de contenido cultural y social nuestra propuesta y, desde ella, cómo ampliar las alianzas sociales y políticas para ganar esta fase de la lucha de clases, en la que no podemos olvidar el marco europeo y el internacional.
Surge así la necesidad de recuperar, en primer lugar, la democracia, comenzando por revertir la prioridad que ahora se le ha dado a los mercados y romper con la trampa de la deuda, obligando al sector financiero español a cargar con sus propios errores. Se requieren luchas y reformas que sitúen al Estado bajo el control directo de la ciudadanía para permitir iniciativas de democracia directa y participativa que rescaten lo público de los ‘mercados’. La reivindicación republicana y los proyectos constituyentes deben conectar tanto con la resistencia a los recortes como con las demandas de ‘democracia real ya’.
Al mismo tiempo, debemos hacer frente a una integración europea antidemocrática y neoliberal oponiendo un proyecto de integración democrática y cooperativa, con intercambios entre Estados solidarios planificados, y un sistema monetario y financiero controlado democráticamente.
Esta alianza deberá enfrentarse con la previsible intervención de nuestro país por los poderes económicos europeos, bien con el disfraz de un ‘Gobierno de salvación nacional’ o con una ‘dictadura tecnocrática’ descarada. Deben cuestionarse los bloqueos legales, institucionales y jurídicos que posibilitan las políticas de austeridad, empezando por la estabilidad presupuestaria y siguiendo por las reglas del juego de la UE: libre circulación de capitales, prohibición de financiación a través del Banco Central, etc.
Todo esto significa dar un paso más en la Convocatoria Social hacia una mayor implicación con el movimiento sindical y los movimientos sociales en un proyecto de sociedad. De hacerse desde la voluntad de que la mayoría social que nuestras propuestas representan vayan ganando también a la mayoría real de la población. Esta propuesta debe ser objeto de una reflexión amplia y colectiva en el marco de la X Asamblea. Este es el reto.
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