jueves, 23 de agosto de 2012

REFLEXIÓN SOBRE LA CONVOCATORIA "TOMA EL CONGRESO EL 25-S"

Reflexión sobre la convocatoria Toma el Congreso el 25S


Artículos de Opinión
Redru Carvajal
21-08-2012


Últimamente se está hablando mucho sobre la convocatoria “Toma el Congreso” que tendrá lugar el próximo 25 de septiembre. Sinceramente, estoy muy cansado del estado de precariedad permanente en el que me encuentro y mi primera reacción respecto a esta cita era ir allí y para mostrar mi rabioso descontento.



Pero como siempre, tras una primera reacción impulsiva viene una segunda mucho más madura. Darle unas cuantas vueltas a la cuestión del 25S me sirvió para aclarar algunos puntos importantes respecto a esa cita.



Se está poniendo de moda el término “proceso constituyente”. Parece de lo más novedoso, aunque los pioneros en ponerlo en marcha fueron los franceses a finales del siglo XVIII. Desde entonces, se han dado multitud de procesos de este tipo pero no todos han sido democráticos y a favor del pueblo. La calidad democrática del cambio depende directamente de la ideología que lo impulsa y esta es una de las cuestiones que más me preocupan del 25S.



Lo lógico sería establecer una propuesta de cambio que se fundamentara en un ideario. En base a esto, proponer medidas para hacer posible un proceso constituyente en el que se sustanciara la trasformación. Sin embargo, los promotores de “Toma el Congreso” proponen lo inverso: primero derrocar el Gobierno y destituir las cortes, y después… ya se verá. La convocatoria está completamente vacía de contenido.



Este punto plantea un segundo problema: el sostenimiento del cambio. Si trasladamos al terreno político la Tercera Ley de Newton de acción y reacción, y siempre suponiendo que prosperara la destitución de las Cortes y se iniciara un nuevo escenario político (aunque no sabemos cual), se produciría una fuerza en sentido contrario al cambio que intentaría regresar al estado anterior. En todo caso, creo que podríamos superar esa reacción si las ideas que se han impulsado durante este proceso son sólidas y compartidas por la mayoría como para dar consistencia al cambio de modelo.



Como su propio nombre indica, los procesos constituyentes son un desarrollo de ideas a lo largo de un periodo de tiempo. Por lo que éste no termina con los hechos puntuales de destituir órganos o aprobar nuevas normas. Estas trasformaciones tienen que ser permanentes, consolidarse y evolucionar mediante una democracia participativa.



Sinceramente, no creo que exista una masa popular suficiente que comparta unos principios fundamentales, hasta el momento no especificados, para sostener el proceso que se pretende con el movimiento del 25S.



Lo que sí están consiguiendo los promotores de “Toma el Congreso” es tener un espacio en los medios de comunicación públicos y privados, dejando en la sombra las movilizaciones convocadas por multitud de sindicatos y movimientos sociales para el próximo 15 de septiembre contra la política de recortes permanentes a las y los trabajadores.



Al contrario que el 25S, el 15 de septiembre sí que preocupa a los poderosos. Porque en la mayoría de la convocatorias se apunta al núcleo de un sistema que controla la banca y las grandes empresas, un sistema en el que la política está a su servicio.



Es fácil tomar un discurso “antisindical” y “antipolítico”. Y aunque las críticas a los sindicatos muchas veces son acertadas y legítimas, es una contradicción que determinadas personas tomen posiciones en contra del sindicalismo cuando hace unas semanas estaban alabando la lucha de los mineros ¿cómo se ha organizado la lucha de la minería? Atacar el sindicalismo es atacar a la organización de los trabajadores y su capacidad de respuesta a las agresiones del sistema. De la misma forma que señalar como culpables de la crisis a los políticos es confrontar por completo con una idea progresista de proceso constituyente. La política institucional es solo una parte de este sistema al servicio de los poderosos. Un cambio de gobierno no invertiría la relación entre el pueblo y las personas que detentan el poder económico.



Tengo que dar las gracias a los organizadores del 25S porque reflexionar sobre esta convocatoria me ha servido para reafirmar mi convicción de que necesitamos crear un poder popular firme para conseguir un proceso constituyente con el que lograr una democracia participativa para las y los ciudadanos. Y es que el poder popular se construye todos los días defendiendo nuestros derechos. Yo lo tengo claro, el 15 de septiembre que cuenten conmigo.



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