miércoles, 12 de junio de 2013

UN PARTIDO COMUNISTA, NO ES UN PARTIDO CUALQUIERA Decían Marx y Engels




UN PARTIDO COMUNISTA, NO ES UN PARTIDO CUALQUIERA

Decían Marx y Engels


JULIO ANGUITA GONZÁLEZ






Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse ni un ideal al que ha de sujetarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual. Esta cita sacada de La ideología alemana, obra escrita entre 1845 y 1846 por Marx y Engels, contiene el germen de lo que en el Manifiesto Comunista (1847-1848) ambos autores exponen en los apartados I, II y IV del mismo.

En el capítulo I titulado Proletarios y Burgueses se afirma que Los comunistas no forman un partido aparte opuesto a los otros partidos obreros. No tienen intereses algunos que no sean los intereses del conjunto del proletariado. En el capítulo II que lleva por título Proletarios y Comunistas , se dice que Los comunistas se distinguen de los demás partidos proletarios en que, por una parte, en las diferentes fases del desarrollo por el que pasa la lucha entre el proletariado y la burguesía representan, siempre, los intereses del movimiento en su conjunto. 

Y finalmente en el apartado IV que lleva por nombre Actitud de los comunistas ante los diferentes partidos de la oposición hay toda una relación de ejemplos en los que se demuestra la flexibilidad, desde la cohesión con el horizonte irrenunciable, con que los comunistas luchaban y se aliaban en cada país sin perder de vista el objetivo final. Sorprenden las diferentes alianzas establecidas por los comunistas en Francia, Suiza, Polonia y Alemania.




Estos textos leídos a los más de ciento setenta años de que fueran escritos siguen teniendo,mutatis mutandis, vigencia y actualidad. ¿Qué tipo de partido es el adecuado para aplicar tácticas diferentes, según el lugar y la coyuntura, a la vez que mantiene una estrategia invariantemente ligada al objetivo final?. ¿Qué organización basada en la participación democrática, la igualdad y la unidad en la acción es capaz de ser uno y varios a la vez, sin perder en absoluto la cohesión?. ¿Qué tipo de línea política con claridad en los objetivos finales y la variedad de alianzas coyunturales perfectamente engarzadas en el movimiento superador de las contradicciones de cada momento, hace falta?.

Siempre he pensado que un Partido Comunista, en línea con lo que se desprende de los textos reproducidos no es un partido cualquiera; exige un replanteamiento de la militancia, la organización, la táctica, la estrategia y el lenguaje. Y desde luego exige que tal partido esté libre de las ataduras, servidumbres y peajes que significan las elecciones, la política espectáculo y las urgencias mediáticas de cada día.

Los comunistas no podemos ni debemos renunciar individualmente a ser elegidos representantes del pueblo en las diversas instituciones, pero ello con dos condiciones: la una es que seremos candidatos como miembros de candidaturas de grupos, colectivos o alianzas que representen e incluyan toda la pluralidad del movimiento emancipador; la segunda es que a ellas nos debemos en cada momento pero siendo capaces de llevar a cabo lo que en los textos arriba reproducidos se dice.

El objetivo perseguido y las alianzas capaces de conseguirlo deben ser consideraciones prioritarias frente a coyunturas inmediatas y fácilmente traducibles en puestos, cargos o zonas de influencia institucional si ello conlleva perder el contacto, la estima o la vinculación de valores y programas con el movimiento general.

Precisamente estos tiempos que corren con sus especiales características de ruptura de moldes, crisis del sistema capitalista, deslegitimación de unas maneras de hacer política y de aparición y consolidación de un precariado sin horizonte, son los que demandan una organización comunista que en absoluto puede seguir siendo un vivir vegetando, añorando tiempos pasados o especulando con futuros concebidos en sueños. Creo que esta nueva organización comunista, llámese como quiera, es una necesidad objetiva que la realidad demanda.
Publicado en el Nº 261 de la edición impresa de Mundo Obrero junio 2013

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