domingo, 30 de junio de 2013

28J, orgullo de clase y combativo


28J, orgullo de clase y combativo






La pregunta no es...cuál de las luchas es “La lucha de clases” en cada coyuntura sino cómo se insertan, en cada modulación del capitalismo, “Todas las luchas” en el marco de las luchas de clases.

VÍCTOR JOSÉ MORENO GOMERA

28/06/2013

Hay coyunturas que marcan la agenda política forma inequívoca. La actual crisis que atraviesa España como periferia subalterna de la Europa imperialista del capital se revela como auténtica crisis orgánica del capitalismo español a todos sus niveles.

A nivel infraestructural: y, ahí, sus trágicos efectos sociales y económicos actuales. Y a nivel superestructural: y, ahí, el marco de oportunidades político abierto para que, desde hace mucho tiempo, las alternativas –ideológicas y prácticas- nítidamente anticapitalistas puedan tener eco y extenderse a una escala relativamente masiva.

Marco de oportunidades no indefinidamente abierto, sin garantías a priori de una solución favorable a la clase trabajadora y las capas populares y como aquellos trenes que no pasan dos veces por la misma parada para que las fuerzas anticapitalistas se suban a él, lo cual refuerza el apremio a centrar y reforzar prioridades en la intervención política.



¿Y, en un contexto así, no le toca a la lucha LGTBI un papel ciertamente secundario? ¿Tendría sentido primar la lucha por las “libertades sexuales” con tales cifras de paro y desolación social? Un campo de reivindicaciones centrado en las “identidades sexuales” pasa, de hecho, a un séptimo u octavo lugar respecto de su ya de por sí habitual “segundo” plano.

Y, como siempre, las buenas respuestas se encuentran cuando se detectan las malas preguntas. La pregunta no es, nunca lo fue, cuál de las luchas es “La lucha de clases” en cada coyuntura sino cómo se insertan, en cada modulación del capitalismo, “Todas las luchas” en el marco de las luchas de clases.

Por eso las luchas sindicales, estudiantiles, vecinales, sociales, feministas, ecologistas, antifascistas, migrantes, republicanas, contra la represión, institucionales, y todas y cada una de las batallas de las y los comunistas no son ni “prioritarias” ni “secundarias” respecto de alguna otra. Son trincheras todas ellas de una misma guerra de posiciones contra el capital. Un destacamento retrasado en cualquiera de ellas es una bala menos para el conjunto. Y, en la crisis orgánica del capitalismo español, desperdiciar una bala es tardar en subirse al tren de una auténtica salida social, democrática y anticapitalista a la crisis (sobre un nuevo modelo productivo que modifique radicalmente las relaciones de propiedad económica desde la raíz hasta todas sus ramas constitutivas).

La lucha feminista, para las y los comunistas, no es ni “prioritaria” ni “secundaria” respecto de ninguna otra. La lucha feminista es estructuralmente transversal a todos los espacios del capital. Por eso la alternativa nunca fue o 1º de mayo u 8 de marzo. Por eso la respuesta siempre fue un 1º de mayo feminista (que atienda a las realidades laborales de todas y todos los trabajadores desde una perspectiva de género que sepa diagnosticar la verdadera composición de la clase trabajadora, indiagnosticable sin perspectiva de género) y, en el mismo movimiento, un 8 de marzo de clase y combativo.

La lucha LGTBI aporta a día de hoy la denuncia concreta de todas las injusticias que sufre la clase en cuanto a identidad de género, identidad sexual y orientación sexual. Lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales como realidades que cruzan a la clase trabajadora y a las capas populares, en un sistema de doble pero inseparable discriminación: patriarcado y capital.

En un primer enfoque, faltan a día de hoy conquistas imprescindibles en cuanto a los derechos civiles más básicos: que la transexualidad y la intersexualidad dejen de ser enfermedades es una de las máximas prioridades. Y, como recordaba Marx, las y los comunistas no sólo no desprecian la batalla por los derechos civiles sino que son la vanguardia de su conquista. No para conformarse con derechos civiles que aún encajen en las meras libertades formales burguesas. Sí para, sólo desde la conquista de los derechos civiles, aglutinar a las capas populares. Porque “colectivo LGTBI” dice “derechos civiles comunes pendientes por conquistar”, las y los comunistas somos parte activa de ese colectivo.

Y en un segundo enfoque, sólo transversalizando la forma en la que la desigualdad de clase se concreta en la composición real de esa clase: cómo ser clase obrera se concreta hoy en el “ser mujer”, en el “ser bollera”, en el “ser trans”, en el “ser intersexual”, en el “ser marica”, en el “ser bisexual”. Cómo ser clase obrera LGTBI está determinando la específica forma en la que sufres la crisis. Porque en ese sentido, el único “colectivo” es la clase obrera. La clase obrera en su específica y real composición de clase, raza, identidad de sexo y género y orientación sexual.

Por eso no queremos “o 1º de mayo o 28J”. Por eso, las y los comunistas construimos 1os de mayo feministas sobre la realidad laboral LGTBI. Por eso, las y los comunistas construimos 28J (fecha simbólica irrenunciable de la lucha LGTBI) de clase y combativos. No le regalamos ninguna trinchera al capital. De la crisis, la clase obrera y las capas populares saldrán o radicalmente peor o radicalmente mejor, pero no igual. Ello depende de que construyamos la alternativa social a la misma: alternativa feminista, LGTBI, democrática y anticapitalista. Como todos los años, como cada día, las y los comunistas, en primera fila de la lucha LGTBI.

No hay comentarios:

Publicar un comentario