El proyecto “Eurovegas” y la amnesia patológica
– 13 septiembre, 2012
Publicado en: OPINIÓN
10Manu Buendía.
Artista y activista social.
No sé si será porque en éste país se nos ha machacado hasta la saciedad con lo de no remover la memoria, pero el caso es que los españolitos nos hemos convertido en amnésicos patológicos, y parece que los medios tampoco ayudan mucho a ello. Por eso quiero intentar refrescar la memoria en algunos asuntos que tienen que ver conmigo de una manera indirecta.
En pocos países del mundo podría contar Adelson con el beneplácito de los gobiernos hasta el punto de cambiar leyes y darle privilegios que ningún ciudadano del propio país posee. Recuerdo que hace unos 9 años, en varias reuniones o tertulias defendí con cierta vehemencia la teoría de lo que para mí era el mayor disparate de la historia de Ciudad Real: El proyecto del aeropuerto. Se me llegó a insultar, algunas personas me retiraron el saludo, e, incluso, alguien me comparó a un terrorista. Por aquel entonces, los pocos que opinábamos eso éramos malnacidos que no queríamos el desarrollo económico de nuestra capital, y se nos consideraba personas “non gratas”. El tiempo nos dió la razón, aunque de nada sirve ya. He podido leer artículos de opinión de personas que entonces defendían el aeropuerto a muerte, y que, después del fiasco, con una dialéctica depurada y sin pudor ninguno arremeten contra “la locura de los nuevos faraones ególatras que han arruinado nuestra Caja y nuestra comunidad, por culpa de un proyecto absurdo e inviable”.
Algo parecido me pasó con unos valencianos cuando les comenté que me parecía indignante que la Generalidad recortara en Sanidad y Educación, mientras se gastaban escandalosas cifras en la Ciudad de las Artes y las Letras, en la Copa América, en la Formula 1 o en el Aeropuerto de Castellón. En éste mismo caso todas esas inversiones eran para traer prosperidad y crecimiento económico. Los mismos argumentos de absurda locura utilicé con la candidatura olímpica de Madrid y los mismos argumentos de prosperidad me devolvieron, acompañados de miradas de desprecio.
Mi papel de Pepito Grillo fue aún más radical contra la burbuja inmobiliaria. Esas frases tan manidas de hoy sobre la alegría despreocupada del sector del ladrillo, las utilizaba yo entonces, y entonces, como el pensamiento único era otro, tenía que escuchar una y otra vez aquello de “Tu qué coño sabes de esto? Es que estás en contra de que la gente trabaje y gane dinero?”, “Sí que hay mucha vivienda, pero así los inversores extranjeros comprarán aquí”, y otras frases que los inteligentes creadores de opinión habían lanzado como slogans sin haberlas meditado mucho.
Ahora vuelvo a escuchar las mismas sandeces con el proyecto de “Eurovegas”, y de nuevo los gobernantes, que tienen que distraer la atención del pueblo, pretenden ilusionar a los desesperados con otro fiasco más. Estamos hartos de escuchar la cantidad de puestos de trabajo que iba a generar este o aquel proyecto pero, como los españoles tenemos memoria de pez, no recordamos como terminó el proyecto en cuestión.
Lo más lamentable para mi es que los sinvergüenzas de los políticos de turno, a cambio de no sé muy bien que prebendas, hagan una genuflexión sumisa a un millonario norteamericano, que quiere invertir su dinero ganado dudosamente (el FBI lo está investigando, y se rumorea que por eso se viene a Europa) en nuestro país, y para ello varios gobiernos autonómicos entraron en una competición de ofertas de dudosa legalidad.
El palo y la zanahoria
Sheldon Adelson ha actuado de una manera inteligente, como era de esperar en un tiburón de las finanzas, y ha utilizado la táctica del palo y la zanahoria ofreciendo una moto que no se sabe si anda, pero se la ha vendido, consiguiendo que la presidenta de la Comunidad de Madrid se comprometa a cambiar las leyes que hagan falta para montar su chiringuito. Algunas de esos cambios de leyes suponen que se rebaje la edad para poder entrar en un casino, que se elimine la ley antitabaco en sus negocios, que se altere la ley del juego para no tener que tributar en el Estado Español, que se elimine toda la legislación laboral para que los sindicatos no puedan actuar en sus negocios, etc. Es decir; adecuar las leyes a su conveniencia. Pero, además, la Comunidad de Madrid tendrá que hacer un desembolso astronómico, porque tendrá que recalificar cientos de miles de metros cuadrados y comprarlos, pues se habla de que Adelson añadió a sus condiciones la gratuidad del suelo.
El señor Adelson puede hacer con su dinero lo que le dé la gana. ¡Faltaría más! La única pega es que los españoles arriesgamos mucho más que él. En pocos países del mundo podría este señor contar con el beneplácito de los gobiernos hasta el punto de cambiar leyes y darle privilegios que ningún ciudadano del propio país posee. Es tan terriblemente grave el asunto que me sorprende que apenas se hable de ello, y que los medios en su mayoría se hayan puesto a ensalzar las virtudes del proyecto. ¿Cómo podemos permitir que venga alguien de fuera y consiga que se cambien unas leyes que rigen para todo el Estado y para todos los ciudadanos? A la pérdida de calidad democrática tenemos que añadir la de soberanía.
España se convertirá en un país del tercer mundo donde cualquier sinvergüenza con dinero podrá campar a sus anchas y corromper a sus gobernantesUna vez más voy a ejercer de futurólogo. Las cantidades astronómicas prometidas que el señor Adelson invertirá en nuestro país serán mucho más reducidas; no creo que llegue al 20%. Los más de 250.000 puestos de trabajo prometidos se quedarán como mucho en unos 5.000. Sin embargo la Comunidad de Madrid, una de las más endeudadas, se endeudará mucho más. Aunque de alguna manera, Esperanza Aguirre conseguirá que esa deuda no cuente como déficit, creando un consorcio semipúblico en el que colocará a familiares y amigos del P.P. para tal menester. Las leyes se habrán cambiado dando la oportunidad a ciertos negocios para evadir impuestos y permitir la entrada a menores, permitir que se fume, etc. España, en definitiva, se convertirá en un país del tercer mundo donde cualquier sinvergüenza con dinero podrá campar a sus anchas y corromper a sus gobernantes, aunque esto último ya está pasando. Una vez más la indignación del pueblo será recogida por los medios, y todos aquellos que ahora celebran la llegada de “Eurovegas” esgrimirán los mismos argumentos culpando a diestro y siniestro de esa locura faraónica que cegó al pueblo y a los políticos.
Me gustaría solamente que os planteéis una idea: pensad en el aeropuerto de Castellón dentro de unos años, cuando los efectos del tiempo y el abandono empiecen a deteriorarlo: una imagen de película de ciencia ficción de futuro desolador, con la superestatua del genio que creó el proyecto. Y sin que nadie vaya a la cárcel. No es el único proyecto deficitario. Ya he nombrado algunos. Nadie ha ida a la cárcel por culpa de ninguno de ellos y hoy todo el mundo coincide en que eran una locura, aunque ayer eran proyectos ilusionantes.
No soy ningún adivino, aunque haya acertado el futuro de tantos fiascos político-económicos. Sólo he utilizado la historia para analizar ese entusiasmo pueril que siempre nos ha seducido para apoyar este tipo de locuras. Una vez más me tacharán de ignorante y me dirán que no quiero que este país crezca. Es la triste historia de nuestro país: mientras los demás países entraban en la edad moderna haciendo sus revoluciones industriales nosotros aquí vivíamos del oro de las Américas, y parece que seguimos esperando el oro americano. Esta vez lo va a traer el Sr. Adelson.
AMERICANOS; OS RECIBIMOS CON ALEGRÍA! BIENVENIDO MISTER ADELSON!
jueves, 20 de septiembre de 2012
EL PROYECTO DE EUROVEGAS Y LA AMNESIA PATOLÓGICA
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