viernes, 25 de mayo de 2012

EUROPA: ¿PERMANECER, SALIRSE? LA EUROPA DE LOS PUEBLOS FRENTE A LA EUROPA DEL CAPITAL

EUROPA: ¿ PERMANECER, SALIRSE ? LA EUROPA DE LOS PUEBLOS FRENTE A LA DEL CAPITAL. CENA-CUMBRE EUROPEA DEL 23 DE MAYO 2012: NO SERÁ UNA FECHA HISTÓRICA. Ni siquiera son capaces de llegar a aprobar parches, ya no digamos soluciones, habida cuenta que las políticas del capitalismo neoliberal no dan ni para soluciones, ni para parcheos. Al contrario, lo empeoran todo. Ante esta tozuda realidad ¿ Dejamos la Unión Europea o no la dejamos ? Veamos. ¿ POR QUÉ SEGUIR ? Pasar de una situación como la actual, de estar en un colectivo de 27 países con instituciones comunes, fuerte interrelación económica y financiera, y única moneda en la mayoría de ellos, a otra situación en la que se recupera plenamente la autonomía con todas las consecuencias, no se improvisa. El principio de espacio unitario se ha creado a través de un proceso complejo y dar marcha atrás tiene importantes dificultades objetivas que no cabe menospreciar. ¿ POR QUÉ SALIRSE ? Esta UE está empantanada en un lodazal, creado únicamente por la minoría de los que detentan el poder económico y político, sin dar otra participación a los pueblos que la posibilidad de votar cada 5 años. No es la Europa de los pueblos que habíamos defendido siempre la izquierda, sino la Europa de los "mercados", los bancos y los poderes que ni siquiera pasan por las urnas. Los "grandes" debates actuales son si se crece en bruto ( sin preguntarse cómo, dónde, en qué ) y si el BCE pone o no pone en circulación bonos. Exactamente el mismo planteamiento que ha llevado a la crisis capitalista actual que, como siempre, pagan los de abajo a costa del empeoramiento de sus condiciones de vida y de trabajo. Esta es la versión conservadora-keynesiana, que tiene poco que ver con la NEW DEAL que puso en marcha Roosevelt después del crack de 1929. Y la tesis contraria es la de continuar con una austeridad reaccionaria, que no tiene nada que ver con la necesaria austeridad anti consumista y ahorradora de recursos y energías. El debate se mueve entre dos formas de capitalismo, incapaces una y otra de poner encima de la mesa cosas tan elementales como ¿ por qué se produce realmente la crisis ? ¿ quiénes son los responsables y cuáles los procesos y mecanismos que han conducido a la situación actual ? ¿ qué papel ha jugado el siempre omnipotente "mercado" ? ¿ qué hacer para solucionarlo? Nada de esto se ha planteado. Se sigue con la inercia de un sistema caduco, incapaz de dar las soluciones democráticas y estables a largo plazo que las clases trabajadoras y populares necesitan y que el buen sentido común exige. La Europa actual ha dado de sí todo lo que podía dar. Sólo una nueva concepción europea puede abordar democraticamente los problemas actuales y darles, a medio-largo plazo, una alternativa. La continuidad capitalista es más sangre, sudor y lágrimas para la mayoría que crea la riqueza y sufre las consecuencias del saqueo a que es sometida. Aceptar la permanencia en la UE sólo puede defenderse si se está dispuesto a poner en marcha un gran movimiento que se base en potenciar la lucha de clases en el plano europeo y en cada país para cambiar radicalmente la correlación real de fuerzas. Para ello es necesario articular todas las propuestas de cambio en torno al principio de planificación democrática de la economía; poner al Banco Central Europeo al servicio de un desarrollo sostenible social y economicamente y fomentar una potente banca pública en la misma línea, lo cual no excluye medidas concretas, ahora, como la emisión de bonos; reforzar todos los servicios públicos, reduciendo hasta su desaparición el beneficio privado en los mismos, especialmente en los básicos como sanidad y educación; impulsar un sector empresarial público europeo en los sectores estratégicos: energía, gas, agua...; evitar el dumping y la deslocalización de empresas con leyes comunes y normas claras y un sistema fiscal progresivo y disuasorio; crear una empresa auditora y de calificación pública, que actúe con objetividad y esté controlada solamente por un ente técnico independiente y por las instituciones democráticas europeas y de cada país; y, finalmente, como colofón de esta Europa complementaria y de colaboración y solidaridad, frente a la actual de la competitividad y la rapiña, una breve constitución básica europea que empiece por: 1º La UE rechaza la guerra como instrumento político y defiende el diálogo, la paz y el cumplimiento estricto de las actuales leyes internacionales, mejoradas para que no se pueda repetir la vulneración de las mismas por el imperialismo, como sucede hoy en día. En este sentido la OTAN y las bases militares deben desaparecer. Y 2º La UE desarrollará sus relaciones económicas y comerciales internacionales sobre la base del comercio justo y de la complementariedad y solidaridad entre todos los pueblos. Soy consciente de que este enunciado básico puede parecer una carta a los reyes magos. Bueno, pues a ver qué pasa, en todo caso es la única forma de estar en una unidad europea que sirva de algo. Cuando nos opusimos al Tratado de Maastricht y a la célebre Constitución del neoliberalismo, defendíamos lo mismo que está expuesto en este folio. Perseverar con ideas y acciones, luchando por la unidad y la coordinación de esfuerzos políticos, sindicales, sociales, e intelectuales, aquí y en Europa, es nuestra función, si queremos avanzar hacia un cambio democrático de orientación socialista. Publicado por Paco Frutos

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