miércoles, 14 de marzo de 2012

CONGRESO DE ESCRITORES ANTIIMPERIALISTAS









Congreso de escritores antiimperialistas


Felipe Alcaraz

¿Dónde reunirse? ¿Quiénes? ¿Cúando? El título de este artículo parece responder de manera sintética. Pero algunas aclaraciones, y propuestas, no vendrán mal, dado el interés mostrado por no pocos durante la presentación, a raíz de la Fiesta PCE 2011, del libro “La poesía es un arma cargada de Celaya” por pueblos, barriadas y ciudades. Hace poco, patrocinada por la Junta de Andalucía, se hizo una reunión de escritores en Antequera. Pero no es eso, claro.
Otra pregunta, ¿por qué hay que reunirse? Y enseguida se amontonan las respuestas, en esta etapa de neutralidad en que la norma literaria, y la propia vida de escritores y artistas, tiende al limbo, en un momento además en que hay que saltar al ruedo para no terminar de asumir los valores del adversario (de clase), que nos asaltan en el seno de esta batalla sórdida de la Gran Crisis. De la postmodernidad se ha pasado a la post-postmodernidad, como cultura propia, diría Jameson, del capitalismo tardío y postardío. Todo es ya mercado: espacio, tiempo, carne y obra. Y el libro de estilo, vital y literario, tiene determinaciones cada vez más severas de neutralidad, pasividad, equidistancia, resignación…
Ha surgido, pues, la idea de un CONGRESO donde debatir ponencias y llegar, si procede, a algunas conclusiones. El enfoque al que se apunta, partiendo de un formato no estrictamente partididista, pero sí anticapitalista, podría tener tres vertientes: 1) La idea del compromiso personal como ciudadanos del mundo viviendo en el siglo XXI y enfrentados al tsunami de la Gran Crisis y a la agresión directa del capitalismo financiero. 2) La posibilidad de una literatura “otra”, no dominante (de las clases dominantes), por tanto, ni dominada, que cuestione desde su propia estructura ideológica la norma literaria e ideológica. Y 3) La necesidad de una lectura distinta de TODA literatura, ya que la literatura es una gran mentira que dice la verdad, con independencia de la voluntad del autor o del lector supuestamente neutral o perteneciente a la “ciencia” académica actual.
A este fin se señala la posibilidad de lanzar ya un borrador de manifiesto, con diversas firmas, que sería ultimado en el marco del Congreso; y la posibilidad de empezar a anotar a quienes hayan empezado a elaborar una ponencia determinada, que sería debatida en el Congreso y, en su caso, publicada junto a otras. Se trataría en suma, dadas las carencias económicas, de un congreso muy militante (valga el eufemismo), posiblemente en Madrid, “rompeolas” de mayor facilidad de traslado, etc.
Es verdad que partimos de un fracaso ideológico de la izquierda. Pero fracasar no es perder, sobre todo si nos negamos a asumir los valores del adversario. Nos podríamos ver, por tanto, para intentar establecer el marco de un reingreso colectivo en una lucha ideológica y literaria tan necesaria, al menos, como aquella que, organizada bajo una reclamación antifascista, se organizó en 1937. ¿Tendremos fuerza?


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