sábado, 31 de julio de 2010

COLOMBIA: CONTINUAN LOS ASESINATOS DE DIRIGENTES DE LA IZQUIERDA

Se trata del dirigente indígena colombiano Luis Socarrás, del izquierdista Polo Democrático Alternativo

Asesinan en Colombia a un octavo dirigente indígena de izquierda en 3 meses





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01:57h. del Sábado, 31 de julio
Agencias

El dirigente indígena colombiano Luis Socarrás, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, fue asesinado de varios disparos el pasado martes, denunció su partido este jueves en un comunicado.

Socarrás, de la etnia wayuu, había sido en dos ocasiones candidato del Polo Democrático a la alcaldía de Manaure (Guajira, norte de Colombia, en la frontera con Venezuela).

Según el Polo Democrático, el dirigente indígena fue atacado en la puerta de su casa por un sicario, un día antes de acudir a “una audiencia pública donde realizaría graves denuncias con pruebas sobre los manejos del sistema de salud en la Guajira”.

La agrupación política aseveró que Socarrás es el octavo dirigente del Polo Democrático que es asesinado en los últimos tres meses, y pidió al gobierno del presidente Alvaro Uribe “garantías, protección y también respeto”.

A su vez, el ministro del Interior, Fabio Valencia, rechazó el homicidio y solicitó “a las autoridades competentes desarrollar las acciones que permitan esclarecer los móviles que causaron tan lamentable hecho y su judicialización”.

Además, aseguró que ha solicitado a la Fiscalía y a la Policía Nacional “investigar sobre la procedencia” de supuestas amenazas a dirigentes del Polo Democrático.


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viernes, 30 de julio de 2010

DESMONTANDO LOS MEDIOS: URIBE, SANTOS Y CHAVEZ EN "EL PAÍS"

Uribe, Chávez y Santos, patas arriba en la línea editorial de El País
Desmontamos este texto de entre los más votados y propuestos por nuestros lectores



César Pérez Navarro - Tercera Información | 30-07-2010 |

Cuando se trata del gobierno venezolano, El País no duda en mentir descaradamente desde su línea editorial, como viene demostrándonos desde hace años. La última manipulación incluye numerosas omisiones y alguna falsedad intencionada, y la pudimos leer el pasado 24/07/10 -”Uribe, Chávez, Santos”-. Este editorial, traslada al lector que el empeoramiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela es responsabilidad exclusiva del gobierno venezolano, puesto que la única razón que menciona El País para ese empeoramiento es la siguiente;

“(...) [las relaciones] han ido empeorando a medida que Bogotá adquiría la certeza del apoyo, plenamente documentado, del populista líder venezolano a las muy debilitadas guerrillas de las FARC (...)”.

Empezando por que es falso que dicho apoyo esté “plenamente documentado” (1), el gobierno venezolano ha condenado las acciones de las FARC [“ustedes se han convertido en una excusa del imperio para amenazarnos a todos nosotros”], hecho del cual no nos informa el editorial. Tampoco nos traslada otros factores decisivos que han contribuido al empeoramiento de esas relaciones, tales como que Colombia y Estados Unidos firmaron en Octubre de 2009 un preocupante acuerdo militar que autorizó a Washington la ocupación de siete bases militares y la autorización para hacer uso de ese espacio aéreo. En un documento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos se señala abiertamente la base de Palanquero como necesaria para “conducir operaciones militares de amplio espectro” por todo el continente y para combatir “la amenaza de gobiernos anti-estadounidenses”. En la “Estrategia de Movilidad Global del Comando de Movilidad Aéreo”, publicada en febrero 2009 por el Pentágono se dice textualmente que “desde este lugar [Palanquero], casi la mitad del continente puede ser alcanzado por un C-17 sin tener que reabastecer”. Tampoco recuerda el editorial la captura de más de cien paramilitares colombianos en 2004, en la finca Daktari, ubicada en el estado de Miranda, propiedad de Robert Alonso, cubano con residencia en Miami, quienes presumiblemente pretendían asesinar al presidente venezolano. Imaginen el escándalo internacional si se capturasen más de cien paramilitares venezolanos a las afueras de Bogotá.


Todos estos hechos provocados por el gobierno colombiano no parecen ser motivo de empeoramiento de las relaciones entre ambos países para El País. Muy al contrario, el editorial nos aclara enseguida cuáles son las intenciones de Santos: “(...) intentar normalizar las relaciones con Caracas, entre otras razones para obtener al menos neutralidad frente a la guerrilla (...)”.

Y para “normalizar relaciones”, desde Colombia se acusa al gobierno venezolano -en una sesión especial de la OEA- de respaldar las operaciones de las FARC desde campos en el interior de Venezuela. Para eximir al delfín de Uribe de estas provocaciones, y en un ejercicio de exagerado cinismo, el editorial separa las acciones del anterior presidente de Santos, a quién llama, sin embargo, “continuista”. Santos es un continuista, pero Uribe actúa por su cuenta y al margen de su antiguo ministro de Defensa;

“(...) Sería un error por su parte pensar que esa circunstancia le autoriza a socavar las políticas reconciliadoras de su sucesor (...)”.

Para rematar la jugada, la indignación del gobierno venezolano ante esas acusaciones debe ser interpretada como que Chávez “(...) intenta contrapesar su decreciente popularidad con golpes de efecto (...)”, cuando la popularidad de Chávez no ha hecho sino crecer en los últimos meses, y más del 80% de los venezolanos aprueba su gestión (2) en la actualidad.

La estrategia editorial, en esta ocasión, parece la inversión del papel que ambos países juegan en la región, de manera que el provocador se transmuta en reconciliador. Cualquiera que lea El País sin contrastar la información con medios independientes pensará que Venezuela pretende avivar un conflicto bélico contra Colombia, cuando lo que está ocurriendo es, precisamente, justo lo contrario.



(1) Otro titular de El País del mismo día -”EEUU pide una investigación internacional sobre la presencia de las FARC en Venezuela”- da a entender que el asunto ni tan siquiera se ha investigado de manera independiente. En todo caso, las “pruebas” presentadas por el gobierno colombiano apuntan a la presencia de las FARC en Venezuela, pero en ningún momento se demuestra ningún “apoyo” por parte del gobierno venezolano. Evidentemente, la presencia de la guerrilla de las FARC en la selva venezolana no implicaría necesariamente un apoyo del gobierno venezolano ¿acaso la presencia de ETA en Francia puede interpretarse como un respaldo del gobierno francés al grupo terrorista?

(2) Según la última encuesta del IVAD sobre el presidente de Venezuela, el 80,1% de los encuestados expresó que la gestión del presidente Chávez en el gobierno está siendo buena o muy buena, frente al 18,1% que la consideró mala o muy mala.

http://www.correodelorinoco.gob.ve/...

http://www.radiomundial.com.ve/yvke...



En este sitio web se podrán encontrar todos los articulos que a petición de los lectores son ’desmontados’. Por eso la sección del medio digital TerceraInformacion.es se llama ’Desmontando a los medios’."
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VIDEO DE CHARLA DE REPRESENTANTE DEL FRENTE POLISARIO SOBRE EL SAHARA (7)

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jueves, 29 de julio de 2010

NO ES INEVITABLE SUFRIR LA DICTADURA DE LOS MERCADOS

¿Es inevitable sufrir la dictadura de los mercados?
Juan Torres López · · · · ·

25/07/10



En los últimos tiempos se está haciendo cada vez más evidente que los poderes financieros imponen su voluntad sobre la de los representativos, impidiendo que éstos lleven a cabo lo que le habían ofrecido a los ciudadanos en sus programas electorales.

Comenté en esta página hace unas semanas que alguien tan moderado y poco dado a los excesos verbales como el Presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, había dicho que se estaba produciendo "terrorismo financiero". Y hace unos días el prestigioso periodista Iñaki Gabilondo reconocía ante su audiencia que estamos viviendo en una dictadura de los mercados.

Es normal y acertado que se digan este tipo de cosas porque a medida que ha ido desarrollándose la crisis se ha comprobado sin dificultad que ni los gobiernos socialdemócratas como el español ni los más conservadores como el francés o el alemán o ni siquiera el presidente de Estados Unidos que se considera el más poderoso del mundo pueden aplicar las medidas que inicialmente proponen. Los Bancos y los grandes financieros han conseguido salir a flote del desastre económico que han provocado frenando cualquier tipo de reformas por mínimas que haya sido. Basta comprobar las sucesivas declaraciones finales de las cumbres del G-20 para comprobar que no se ha llevado a cabo ni una sola de sus propias propuestas o promesas.

Los Bancos no sólo han impedido que se le pidan responsabilidades por su conducta irresponsable (y delictiva en algunos casos) que dio lugar a la crisis, salvo en algunos casos singulares y en forma de multas que no impiden que hayan vuelto a tener increíbles beneficios. Han frenado la reforma de los mercados financieros que siguen funcionando bajo normas orientadas simplemente a permitir que las actividades especulativas de los financieros proporcionen ganancias más fácilmente; han impedido que se establezca cualquier nuevo tipo de control para evitar la acumulación ingente de riesgo que sus actividades conllevan. Por supuesto, no están dispuestos a consentir que se establezcan impuestos o tasas sobre las transacciones especulativas o ni siquiera sobre sus extraordinarios beneficios. Han evitado igualmente que desaparezcan los paraísos fiscales o que se evite de una vez que los bancos sean quienes laven en sus oficinas el dinero de traficantes, proxenetas, terroristas y criminales de todo tipo. Y todo eso, a pesar de que después de haber recibido incalculables sumas de dinero en ayudas de todo tipo siguen sin proporcionar a empresarios y consumidores el crédito que necesitan para reactivar la economía.

Pero si todo ello es nefasto y está llevando a las economía a nuevas situaciones de peligro e inestabilidad, o a una larga depresión cuando imponen las políticas de austeridad actuales con la excusa de financiar la deuda que ellos han provocado, lo peor quizá sea que hayan logrado que la ciudadanía crea que todo esto es inevitable y que no se puede hacer nada para evitar la dictadura de los mercados, de modo que estamos llegando a la perfecta extorsión y a la completa rendición de los gobiernos ante los poderes financieros.

¿Qué diríamos si los líderes del mundo permanecieran callados ante ataques terroristas? ¿Aceptaríamos sin más que Rodríguez Zapatero nos dijera que no se puede hacer nada ante el terrorismo de ETA? ¿Nos parecería normal que los presidentes de los gobiernos se sentaran con los terroristas para llevar a cabo las medidas políticas que éstos les propusieran?
¿Por qué entonces se reconoce que hay terrorismo financiero o dictadura de los mercados y, sin embargo, se permanece en silencio y no se apela a la fuerza de la democracia, al poder de la ciudadanía para hacerle frente? ¿Por qué aceptan sin más las preferencias de los banqueros y no las de los ciudadanos?

Se está llamando valientes a los gobiernos que están adoptando las medidas antisociales de los últimos tiempos, a los que callan ante la extorsión de los poderes financieros, a los que en lugar de pedir responsabilidades y colaboración a los bancos causantes de la crisis cargan sus costes sobre las espaldas de los trabajadores. Es el mundo al revés, porque no puede haber una expresión más clara de cobardía.

Podemos aceptar que entre los gobiernos que las están tomando o entre los parlamentarios que las apoyan haya algunos que las compartan, que de verdad crean que son las que mejor convienen a las economías y a las personas. ¿Pero cómo vamos a creer que todos los parlamentarios españoles del partido socialista se hayan caído de pronto del caballo para llegar a pensar que ahora es mejor lo contrario de lo que proponían tan solo días o semanas antes? Basta hablar con muchos de ellos para comprobar que no comparten lo que están proponiendo los líderes mundiales o el propio gobierno al que, sin embargo, apoyan apenas sin rechistar.

¿Cómo pueden hacernos creer quienes han construido el Estado de Bienestar en España que ahora están de acuerdo con su desmantelamiento? ¿Cómo pueden convencernos los depositarios de la herencia de Largo Caballero de que de un día para otro y sin que haya de por medio debate alguno han pasado a convencerse de que lo mejor es convertir las cajas de ahorros en bancos o abrir la posibilidad de su progresiva privatización? La carencia de debate, la evidente imposición que acompaña a las medidas que se están tomando, la improvisación con que se cambia de discurso para justificar las estrategias que sabemos que los poderosos venían proponiendo desde hace tiempo pero que antes no se habían asumido porque quienes ahora las llevan a cabo, el indisimulable protagonismo de "los mercados" como fuentes de todas ellas ... me llevan a pensar que detrás del asentimiento generalizado, al menos de los dirigentes y parlamentarios que siguen suscribiendo sinceramente el ideario socialista o socialdemócrata, no es el resultado del convencimiento sino simplemente de la sumisión.

Muchos economistas científicos de gran prestigio e incluso de diversa trayectoria y posición intelectual, como Stiglitz, Galbraith o Krugman vienen señalando que las políticas de austeridad que ahora se imponen son una simple concesión a los poderes financieros que nos llevan al desastre porque van a impedir la recuperación económica. La realidad nos muestra que el actual régimen bancario basado en la iniciativa de los grandes bancos privados sigue sin garantizar la financiación de la economía que es lo primero que habría que resolver para recobrar la actividad. La persistencia de normas que permiten la ingeniería financiera prácticamente sin límite, la existencia de paraísos fiscales y la plena libertad de movimientos de capital sigue acumulando un riesgo ingente que antes o después va a provocar nuevas perturbaciones y crisis. La dejación de los Bancos Centrales con tal de que los bancos privados y los especuladores se aprovechen ahora de la deuda pública para ganar cómodamente mucho más dinero está generando un lastre que impedirá durante años relanzar el crecimiento del empleo y la actividad económica. Y los recortes sociales que los poderes financieros y las grandes patronales están imponiendo aprovechando la confusión y la posición de ventaja que han recobrado solo van a producir un incremento del peso de las rentas del capital. Y el incremento de la desigualdad que así se produce solo va a conseguir que se fomente la actividad especulativa al mismo tiempo que la escasez, el desempleo, la pobreza y la exclusión social.

Pero lo importante es saber que nada de esto es inevitable. Se puede hacer que la economía funcione mejor fortaleciendo la generación de rentas en lugar de frenándola, es decir, con políticas expansivas en lugar de las de austeridad salarial que se empeñan en imponer; disponiendo de Banca pública que garantice que las empresas y los consumidores dispongan de financiación; estableciendo normas, impuestos o tasas que desincentiven la ganancia financiera y frenen las transacciones especulativas; controlando los movimientos de capital que no estén ligados a operaciones productivas. Se pueden obtener recursos públicos recurriendo a fuentes más equitativas y eficientes y sabemos que allí donde el Estado de Bienestar está más fuerte, donde hay más igualdad y derechos sociales y donde se genera más capital social hay mejores resultados económicos, más progreso y mejor y más sostenible actividad económica. Mientras que es una evidencia clamorosa que las políticas de privatización, de desregulación y de austeridad de los últimos decenios y que ahora nos imponen aún en mayores dosis han generado menos crecimiento económico, menos empleo, más desigualdad y pobreza, menos derechos sociales, mayor número de crisis y más peligrosas, más destrucción ambiental y solo, eso sí, mucho más beneficio para los financieros y las grandes empresas.

Para seguir aplicándolas no hay otra razón que someterse a la voluntad de los poderosos a quienes les convienen. Ni se puede decir que lo que se está haciendo sea lo mejor ni lo más conveniente para todos, ni lo que va a permitir que las economías salgan antes de la crisis.

Así pues, ni es inevitable someterse a los dictados de los mercados ni se van a resolver los problemas sometiéndose a ellos. Por el contrario, es seguro que al hacerlo se agravarán en el futuro. Sólo falta decisión y valentía.

Juan Torres López es catedrático de economía aplicada en la Universidad de Sevilla.


Sistema digital, 20 julio 2010
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VIDEO DE CHARLA DE REPRESENTANTE DEL FRENTE POLISARIO SOBRE EL SÁHARA (6)

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sábado, 24 de julio de 2010

EL IMPERIO DEL CONSUMO

El Imperio del Consumo

martes 13 de julio de 2010 · 0 comentarios

Eduardo Galeano

La explosión del consumo en el mundo actual mete más ruido que todas las guerras y arma más alboroto que todos los carnavales. Como dice un viejo proverbio turco, quien bebe a cuenta, se emborracha el doble. La parranda aturde y nubla la mirada; esta gran borrachera universal parece no tener límites en el tiempo ni en el espacio. Pero la cultura de consumo suena mucho, como el tambor, porque está vacía; y a la hora de la verdad, cuando el estrépito cesa y se acaba la fiesta, el borracho despierta, solo, acompañado por su sombra y por los platos rotos que debe pagar. La expansión de la demanda choca con las fronteras que le impone el mismo sistema que la genera. El sistema necesita mercados cada vez más abiertos y más amplios, como los pulmones necesitan el aire, y a la vez necesita que anden por los suelos, como andan, los precios de las materias primas y de la fuerza humana de trabajo. El sistema habla en nombre de todos, a todos dirige sus imperiosas órdenes de consumo, entre todos difunde la fiebre compradora; pero ni modo: para casi todos esta aventura comienza y termina en la pantalla del televisor. La mayoría, que se endeuda para tener cosas, termina teniendo nada más que deudas para pagar deudas que generan nuevas deudas, y acaba consumiendo fantasías que a veces materializa delinquiendo.


El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas, ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En la fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar. Este modo de vida no es muy bueno para la gente, pero es muy bueno para la industria farmacéutica. EEUU consume la mitad de los sedantes, ansiolíticos y demás drogas químicas que se venden legalmente en el mundo, y más de la mitad de las drogas prohibidas que se venden ilegalmente, lo que no es moco de pavo si se tiene en cuenta que EEUU apenas suma el cinco por ciento de la población mundial.

«Gente infeliz, la que vive comparándose», lamenta una mujer en el barrio del Buceo, en Montevideo. El dolor de ya no ser, que otrora cantara el tango, ha dejado paso a la vergüenza de no tener. Un hombre pobre es un pobre hombre. «Cuando no tenés nada, pensás que no valés nada», dice un muchacho en el barrio Villa Fiorito, de Buenos Aires. Y otro comprueba, en la ciudad dominicana de San Francisco de Macorís: «Mis hermanos trabajan para las marcas. Viven comprando etiquetas, y viven sudando la gota gorda para pagar las cuotas».

Invisible violencia del mercado: la diversidad es enemiga de la rentabilidad, y la uniformidad manda. La producción en serie, en escala gigantesca, impone en todas partes sus obligatorias pautas de consumo. Esta dictadura de la uniformización obligatoria es más devastadora que cualquier dictadura del partido único: impone, en el mundo entero, un modo de vida que reproduce a los seres humanos como fotocopias del consumidor ejemplar.

El consumidor ejemplar es el hombre quieto. Esta civilización, que confunde la cantidad con la calidad, confunde la gordura con la buena alimentación. Según la revista científica The Lancet, en la última década la «obesidad severa» ha crecido casi un 30 % entre la población joven de los países más desarrollados. Entre los niños norteamericanos, la obesidad aumentó en un 40% en los últimos dieciséis años, según la investigación reciente del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado. El país que inventó las comidas y bebidas light, los diet food y los alimentos fat free, tiene la mayor cantidad de gordos del mundo. El consumidor ejemplar sólo se baja del automóvil para trabajar y para mirar televisión. Sentado ante la pantalla chica, pasa cuatro horas diarias devorando comida de plástico.

Triunfa la basura disfrazada de comida: esta industria está conquistando los paladares del mundo y está haciendo trizas las tradiciones de la cocina local. Las costumbres del buen comer, que vienen de lejos, tienen, en algunos países, miles de años de refinamiento y diversidad, y son un patrimonio colectivo que de alguna manera está en los fogones de todos y no sólo en la mesa de los ricos. Esas tradiciones, esas señas de identidad cultural, esas fiestas de la vida, están siendo apabulladas, de manera fulminante, por la imposición del saber químico y único: la globalización de la hamburguesa, la dictadura de la fast food. La plastificación de la comida en escala mundial, obra de McDonald’s, Burger King y otras fábricas, viola exitosamente el derecho a la autodeterminación de la cocina: sagrado derecho, porque en la boca tiene el alma una de sus puertas.

El campeonato mundial de fútbol del 98 nos confirmó, entre otras cosas, que la tarjeta MasterCard tonifica los músculos, que la Coca-Cola brinda eterna juventud y que el menú de McDonald’s no puede faltar en la barriga de un buen atleta. El inmenso ejército de McDonald’s dispara hamburguesas a las bocas de los niños y de los adultos en el planeta entero. El doble arco de esa M sirvió de estandarte, durante la reciente conquista de los países del Este de Europa. Las colas ante el McDonald’s de Moscú, inaugurado en 1990 con bombos y platillos, simbolizaron la victoria de Occidente con tanta elocuencia como el desmoronamiento del Muro de Berlín.

Un signo de los tiempos: esta empresa, que encarna las virtudes del mundo libre, niega a sus empleados la libertad de afiliarse a ningún sindicato. McDonald’s viola, así, un derecho legalmente consagrado en los muchos países donde opera. En 1997, algunos trabajadores, miembros de eso que la empresa llama la Macfamilia, intentaron sindicalizarse en un restorán de Montreal en Canadá: el restorán cerró. Pero en el 98, otros empleados e McDonald’s, en una pequeña ciudad cercana a Vancouver, lograron esa conquista, digna de la Guía Guinness.

Las masas consumidoras reciben órdenes en un idioma universal: la publicidad ha logrado lo que el esperanto quiso y no pudo. Cualquiera entiende, en cualquier lugar, los mensajes que el televisor transmite. En el último cuarto de siglo, los gastos de publicidad se han duplicado en el mundo. Gracias a ellos, los niños pobres toman cada vez más Coca-Cola y cada vez menos leche, y el tiempo de ocio se va haciendo tiempo de consumo obligatorio. Tiempo libre, tiempo prisionero: las casas muy pobres no tienen cama, pero tienen televisor, y el televisor tiene la palabra. Comprado a plazos, ese animalito prueba la vocación democrática del progreso: a nadie escucha, pero habla para todos. Pobres y ricos conocen, así, las virtudes de los automóviles último modelo, y pobres y ricos se enteran de las ventajosas tasas de interés que tal o cual banco ofrece.

Los expertos saben convertir a las mercancías en mágicos conjuntos contra la soledad. Las cosas tienen atributos humanos: acarician, acompañan, comprenden, ayudan, el perfume te besa y el auto es el amigo que nunca falla. La cultura del consumo ha hecho de la soledad el más lucrativo de los mercados. Los agujeros del pecho se llenan atiborrándolos de cosas, o soñando con hacerlo. Y las cosas no solamente pueden abrazar: ellas también pueden ser símbolos de ascenso social, salvoconductos para atravesar las aduanas de la sociedad de clases, llaves que abren las puertas prohibidas. Cuanto más exclusivas, mejor: las cosas te eligen y te salvan del anonimato multitudinario. La publicidad no informa sobre el producto que vende, o rara vez lo hace. Eso es lo de menos. Su función primordial consiste en compensar frustraciones y alimentar fantasías: ¿En quién quiere usted convertirse comprando esta loción de afeitar?

El criminólogo Anthony Platt ha observado que los delitos de la calle no son solamente fruto de la pobreza extrema. También son fruto de la ética individualista. La obsesión social del éxito, dice Platt, incide decisivamente sobre la apropiación ilegal de las cosas. Yo siempre he escuchado decir que el dinero no produce la felicidad; pero cualquier televidente pobre tiene motivos de sobra para creer que el dinero produce algo tan parecido, que la diferencia es asunto de especialistas.

Según el historiador Eric Hobsbawm, el siglo XX puso fin a siete mil años de vida humana centrada en la agricultura desde que aparecieron los primeros cultivos, a fines del paleolítico. La población mundial se urbaniza, los campesinos se hacen ciudadanos. En América Latina tenemos campos sin nadie y enormes hormigueros urbanos: las mayores ciudades del mundo, y las más injustas. Expulsados por la agricultura moderna de exportación, y por la erosión de sus tierras, los campesinos invaden los suburbios. Ellos creen que Dios está en todas partes, pero por experiencia saben que atiene den las grandes urbes. Las ciudades prometen trabajo, prosperidad, un porvenir para los hijos. En los campos, los esperadores miran pasar la vida, y mueren bostezando; en las ciudades, la vida ocurre, y llama. Hacinados en tugurios, lo primero que descubren los recién llegados es que el trabajo falta y los brazos sobran, que nada es gratis y que los más caros artículos de lujo son el aire y el silencio.

Mientras nacía el siglo XIV, fray Giordano da Rivalto pronunció en Florencia un elogio de las ciudades. Dijo que las ciudades crecían «porque la gente tiene el gusto de juntarse». Juntarse, encontrarse. Ahora, ¿quién se encuentra con quién? ¿Se encuentra la esperanza con la realidad? El deseo, ¿se encuentra con el mundo? Y la gente, ¿se encuentra con la gente? Si las relaciones humanas han sido reducidas a relaciones entre cosas, ¿cuánta gente se encuentra con las cosas?

El mundo entero tiende a convertirse en una gran pantalla de televisión, donde las cosas se miran pero no se tocan. Las mercancías en oferta invaden y privatizan los espacios públicos. Las estaciones de autobuses y de trenes, que hasta hace poco eran espacios de encuentro entre personas, se están convirtiendo ahora en espacios de exhibición comercial.

El shopping center, o shopping mall, vidriera de todas las vidrieras, impone su presencia avasallante. Las multitudes acuden, en peregrinación, a este templo mayor de las misas del consumo. La mayoría de los devotos contempla, en éxtasis, las cosas que sus bolsillos no pueden pagar, mientras la minoría compradora se somete al bombardeo de la oferta incesante y extenuante. El gentío, que sube y baja por las escaleras mecánicas, viaja por el mundo: los maniquíes visten como en Milán o París y las máquinas suenan como en Chicago, y para ver y oír no es preciso pagar pasaje. Los turistas venidos de los pueblos del interior, o de las ciudades que aún no han merecido estas bendiciones de la felicidad moderna, posan para la foto, al pie de las marcas internacionales más famosas, como antes posaban al pie de la estatua del prócer en la plaza. Beatriz Solano ha observado que los habitantes de los barrios suburbanos acuden al center, al shopping center, como antes acudían al centro. El tradicional paseo del fin de semana al centro de la ciudad, tiende a ser sustituido por la excursión a estos centros urbanos. Lavados y planchados y peinados, vestidos con sus mejores galas, los visitantes vienen a una fiesta donde no son convidados, pero pueden ser mirones. Familias enteras emprenden el viaje en la cápsula espacial que recorre el universo del consumo, donde la estética del mercado ha diseñado un paisaje alucinante de modelos, marcas y etiquetas.

La cultura del consumo, cultura de lo efímero, condena todo al desuso mediático. Todo cambia al ritmo vertiginoso de la moda, puesta al servicio de la necesidad de vender. Las cosas envejecen en un parpadeo, para ser reemplazadas por otras cosas de vida fugaz. Hoy que lo único que permanece es la inseguridad, las mercancías, fabricadas para no durar, resultan tan volátiles como el capital que las financia y el trabajo que las genera. El dinero vuela a la velocidad de la luz: ayer estaba allá, hoy está aquí, mañana quién sabe, y todo trabajador es un desempleado en potencia. Paradójicamente, los shoppings centers, reinos de la fugacidad, ofrecen la más exitosa ilusión de seguridad. Ellos resisten fuera del tiempo, sin edad y sin raíz, sin noche y sin día y sin memoria, y existen fuera del espacio, más allá de las turbulencias de la peligrosa realidad del mundo.

Los dueños del mundo usan al mundo como si fuera descartable: una mercancía de vida efímera, que se agota como se agotan, a poco de nacer, las imágenes que dispara la ametralladora de la televisión y las modas y los ídolos que la publicidad lanza, sin tregua, al mercado. Pero, ¿a qué otro mundo vamos a mudarnos? ¿Estamos todos obligados a creernos el cuento de que Dios ha vendido el planeta unas cuantas empresas, porque estando de mal humor decidió privatizar el universo? La sociedad de consumo es una trampa cazabobos. Los que tienen la manija simulan ignorarlo, pero cualquiera que tenga ojos en la cara puede ver que la gran mayoría de la gente consume poco, poquito y nada necesariamente, para garantizar la existencia de la poca naturaleza que nos queda. La injusticia social no es un error a corregir, ni un defecto a superar: es una necesidad esencial. No hay naturaleza capaz de alimentar a un shopping center del tamaño del planeta.

Montevideo, Uruguay

Publicado en www.aporrea.org
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miércoles, 21 de julio de 2010

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martes, 20 de julio de 2010

UNA CRISIS CREADA POR Y PARA EL CAPITAL

Una crisis creada por y para el capital

María Puig Barrios, Secretaria General del Partido Comunista de Canarias / 16 jul 10

Merecer la vida no es callar, ni consentir tantas injusticias repetidas (Mercedes Sosa)

Según un informe realizado por Merril Lynch y Capgemini la cifra de personas con patrimonios elevados (activos de inversión mínimos de un millón de dólares excluyendo primera vivienda y consumibles) aumentó un 12,5% en el 2009, pasando de 127.000 personas en el 2008 a 143.000 personas en el 2009.

Ante estos datos y los de la EPA, podemos afirmar que en España el número de ricos creció en el 2009 en 16.000 personas, mientras la cifra de desempleados se incrementaba, ese mismo año, en 1.118.600 personas. Es decir que una minoría acumulaba capital, mientras cientos de miles de trabajadores perdían lo básico: su empleo, su salario.

Dice el informe de Merryl Linch y Capgemini que España se sitúa en la duodécima posición del ranking global de los países con mayor número de grandes patrimonios, mientras la cifra del paro, en nuestro país, sobrepasa ya los 4 millones de parados.

Este incremento en el número de ricos que coinciden con la media europea, aunque dobla al de Alemania y supera al de Francia e Italia, se debe, según el estudio, al aumento de la capitalización bursátil (cotización de los mercados, salidas a bolsa, ampliaciones de capital) en un 36,5%.

El 7 de julio, por ejemplo, subía la bolsa española un 3,8%, cuando no se esperaba tanta subida, porque el día anterior había subido un 3,59% y habían optado por la recogida de los beneficios. ¿Quién subía y recogía beneficios? La banca y las grandes empresas.

El Banco de Santander subía un 6,47%, BBVA un 6,25%, Bankinter un 9,61%, el Banco Popular un 9,27%, el Banco de Sabadell un 6,92%, el Banesto un 6,63%, Iberdrola el 3,8%, Telefónica y Repsol (ambas privatizadas al igual que el Grupo Argentaria que forma parte ahora del BBVA), el 2,96%.

Son recursos que escapan del ámbito productivo, atraído por las altas rentabilidades financieras, con lo cual el sistema capitalista se sigue asentando sobre una hipertrofia financiera, basada en una economía de papel, que no tiene nada que ver con la economía real.

Pero la Unión Europea (UE) que ha dado el paso para limitar a partir de enero las primas a los banqueros, de manera a que no tomen riesgos “excesivos”, sigue sin lograr un acuerdo entre la Eurocámara y los gobiernos para poner en marcha un nuevo y más estricto sistema comunitario de supervisión financiera.

Por el contrario, sí han puesto en marcha las políticas neoliberales (en España, las medidas contra la crisis y la reforma laboral), con el fin de invertir la distribución para favorecer el incremento de los beneficios en detrimento de los salarios y del empleo. También han puesto en marcha una campaña para denostar todo lo público y ampliar el ámbito del beneficio privado, argumentando que las prestaciones y servicios públicos, la regulación estatal y la participación del sector público en la economía son negativos, mientras las privatizaciones y la extensión del mercado son positivas.

No son razones relacionadas con la eficiencia económica las que llevan a la privatización de la economía. Son simple y llanamente intereses económicos que tratan que una minoría (los capitalistas) sea más rica, a costa de que la mayoría (la clase trabajadora) sea más pobre.

Para forzar ese cambio en el equilibrio de poderes dentro de la sociedad, el capitalismo necesita debilitar a los sindicatos y a las organizaciones sociales y políticas cuya existencia contrapesa el funcionamiento del mercado y el poder de los grupos que lo controlan.

Y la clase trabajadora necesitamos reforzarlos, para la defensa de los intereses inmediatos – salarios, condiciones laborales, empleo, prestaciones sociales, etc. – y para reivindicar una serie de medidas que cuestionen el sistema en profundidad: el cambio en el papel del Estado que debe controlar los sectores claves de la economía, ser un instrumento para la satisfacción de las necesidades colectivas, crear empleo, y a escala europea, restringir los movimientos de capital y luchar por una Europa edificada sobre bases diferentes a las que se han diseñado en todos los Tratados a partir de Maastricht (1992).

Por todo ello, es necesaria una respuesta contundente de la clase trabajadora española, de la clase trabajadora europea. Tenemos la oportunidad de empezar a hacerlo, con fuerza, todos/as juntos/as, en la Huelga General y en la jornada de lucha de toda Europa, el 29 de septiembre.
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VIDEO DE CHARLA DE REPRESENTANTE DEL FRENTE POLISARIO SOBRE EL SÁHARA (2)


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lunes, 19 de julio de 2010

VIDEO DE CHARLA DE REPRESENTANTE DEL FRENTE POLISARIO SOBRE EL SÁHARA (1)

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sábado, 17 de julio de 2010

COLOMBIA: LAS VICTIMAS CONVERTIDAS EN ALIMAÑAS

De víctimas a gallinazos


Juan Cendales
Rebelión




El gallinazo (1) es un ave rapaz que vive de comer en las podredumbres. Se utiliza también este nombre para referirse a los peores seres de la naturaleza. Gente sin asco. Personas de sangre fría y criminal, capaces de cualquier cosa. Capaces de todo.

Nadie pudo jamás imaginarse que a las víctimas de la guerra sucia y del terrorismo de Estado en Colombia llegara a comparárseles con gallinazos. Nadie pudo jamás imaginarse que pudiera existir tanto y tan visceral odio. Tanto desprecio por la dignidad de las víctimas. Tanto deseo de seguir matando al muerto cuantas veces sean necesarias.

La sentencia de la Corte Interamericana condenando al Estado colombiano por el magnicidio del dirigente comunista colombiano Manuel Cepeda Vargas ha provocado una reacción en cadena de los defensores de oficio y de nómina del uribismo.


Manuel era Senador recién elegido de la Unión Patriótica cuando fue asesinado hace 16 años. Fue militante de la Juventud Comunista desde muy temprana edad. Se dedicó al periodismo militante. Pasión que combinaba con la poesía, la pintura y la escultura. Durante muchos años fue Director de Voz Proletaria, el semanario del Partido Comunista.


Su asesinato fue una continuidad de los asesinatos de miles de dirigentes comunistas y de la Unión Patriótica. Como el de Jaime Pardo Leal, abogado, ex magistrado. Cuando lo acribillaron era el candidato presidencial de la Unión Patriótica. Eso fue en la campaña electoral de 1987. En la otra campaña, en el 93, mataron también al candidato de la UP. A Bernardo Jaramillo. También abogado. Entre el 87 y el 93 mataron a más de cinco mil militantes comunistas y de la UP. Volaron con dinamita varias sedes. Torturaron a centenares. Desaparecieron a miles. Provocaron el desplazamiento de otros tantos de miles. Y les arrebataron las tierras, los negocios, las reses, los cultivos.

Jamás un partido político había sido sometido en América Latina a una política de exterminio y aniquilamiento. Los asesinos eran sicarios del narcotráfico apoyados por batallones militares y estaciones de policía. También oficiales y suboficiales, como los que mataron a Cepeda. Gente que fue entrenada por agentes israelíes y armada por el ejército, las mafias y los terratenientes.

Entre los años 2000 y 2001 el Estado colombiano aceptó buscar, con mediación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (Organización de Estados Americanos), mecanismos para construir la verdad, la justicia y la reparación ante el caso de la UP y en razón a la demanda que se instauró en la Comisión Interamericana. Es decir, el Estado colombiano bajo los gobiernos de Pastrana Arango y e incluso de Álvaro Uribe estaban dispuestos a aceptar responsabilidades y a indemnizar. Pero sólo querían hacer indemnizaciones económicas. Sólo querían pagar los muertos. Y a toda carrera. Querían eludir la verdad. Y estuvieron dispuestos a pagar con mucho, mucho dinero. Pero las víctimas y los sobrevivientes han buscado y buscan ante todo la verdad. Por eso la UP y el PCC rompieron en el 2006 el proceso de “búsqueda de una solución amistosa”. Y porque estaban matando y persiguiendo a los sobrevivientes.

Verdad conocida. La que se ha estado buscando. Y reconocida de alguna manera en la sentencia de la Corte en relación con el caso de Cepeda. El Estado es responsable directo. Por acción, no sólo por omisión. Y después del fallo sobre Cepeda vendrá el fallo sobre los otros más de cinco mil muertos, miles de desplazados, centenares de desaparecidos, torturados, perseguidos, encarcelados.

Será una sentencia implacable e inapelable.

Ellos lo saben. Y lo temen.

Por eso han lanzado desde los grandes diarios a sus perros de presa contra el hijo de Manuel Cepeda, hoy parlamentario del Polo, y contra la imagen de Manuel Cepeda.

Uno acusa a Cepeda de los más abominables crímenes. El otro se atreve a reclamar que es Cepeda quien debe pedir perdón. Y otro llega más lejos. Compara a las miles de víctimas de la guerra sucia y el terrorismo de estado con los gallinazos. Hay que acabar con ellos, dice, refiriéndose a las guerrillas, sin necesidad de gastar pólvora en gallinazos, refiriéndose así, insultante y aberrante, a las víctimas. Es decir a Cepeda, a Pardo leal, A Bernardo Jaramillo. A miles. A miles.

Mientras tanto, el electo presidente guarda silencio.





NOTAS DE REBELIÓN

(1) Ave carroñera, también conocida como zamuro, zopilote, jote, buitre, gallinazo, aura tiñosa
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CARTA EN DEFENSA DE LA REVOLUCION CUBANA

Respuesta a Luis García Montero de un defensor sin fisuras de la Revolución Cubana


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7 comentarios

17:19h. del Viernes, 16 de julio
José Luis Centella Gómez es Secretario General del Partido Comunista de España

Permíteme querido Luis, que conteste a tu artículo en el que calificas a todo defensor de la Revolución Cubana como estalinista o neocolonialista. Quiero que me permitas explicarte por qué yo defiendo a Cuba sin fisuras, y por qué no me permito una crítica pública a su Revolución.

En primer lugar, porque no estamos ante un debate teórico académico en el que podemos situarnos por encima del bien y del mal, y repartir credenciales de demócratas desde nuestra torre de marfil, sino que estamos ante una realidad concreta, ante una situación en la que hay agresiones y agredidos y difícilmente permite la equidistancia.

Tú sabes que estamos ante un doble bloqueo y que, por una parte, Cuba sufre el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos desde hace más de cuarenta años, bloqueo carente de legalidad y legitimidad y deliberadamente diseñado para provocar hambre, enfermedades y desesperación en la población cubana. Según cálculos muy conservadores, el daño directo a Cuba como resultado del bloqueo, hasta diciembre del 2008, supera los 96.000 millones de dólares, cifra que ascendería a 236.221 millones de dólares si el cálculo fuera realizado a los precios actuales del dólar norteamericano. No es difícil imaginar el progreso que Cuba habría alcanzado, y del cual se le ha privado, si durante estos años no hubiese estado sometida a esta brutal guerra económica.

Pero también sabes que existe un bloqueo mediático que manipula y distorsiona todo lo que se dice sobre Cuba y su Revolución. Por poner un solo ejemplo de los que hay miles, te recordaría que las declaraciones de Silvio Rodríguez las sacaron de contexto y las presentaron como un enfrentamiento del cantante con la Revolución. Y cuando Silvio Rodríguez puso las cosas en su sitio, dejando claro que no aceptaba esta manipulación de sus propias declaraciones…“curiosamente” ningún medio de los que publicaron la noticia inicial se hizo eco de estas puntualizaciones.

Podías preguntarte por qué en ningún medio de comunicación aparecen noticias sobre los mas de 70.000 médicos/as y maestros/as cubanos, dedicados a ayuda humanitaria en más de 90 países. Tal como suena. Mientras otros países envían soldados a Afganistán, Cuba manda médicos a Pakistán, por poner un solo ejemplo. Los primeros médicos en llegar a Haití fueron los cubanos, que se sumaron a los que ya estaban en la isla mucho antes del terremoto ayudando desinteresadamente al pueblo haitiano; o de que Cuba forma cada año en sus universidades a 1.500 alumnos/as internacionales, incluidos norteamericanos, que no podrían estudiar en sistemas educativos en los que los más pobres no tienen sitio. Tú sabes que no se publica que Cuba opera en sus hospitales a miles de enfermos/as que no tienen recursos para ser operados en sus países de origen y que mantiene los niveles más altos de protección de los derechos sociales, como demuestra, por ejemplo, la estadística de muerte infantil que iguala e incluso mejora la del llamado mundo desarrollado.

Pero, tú y yo sabemos que la Guerra del imperialismo contra Cuba utiliza los medios de comunicación como arma para confundir, manipular y tratar de minar la solidaridad internacional con la Isla. Por eso me niego a realizar criticas públicas a la Revolución Cubana y le presto mi apoyo sin fisuras porque sabiendo que Cuba no es el paraíso, que existen dificultades y problemas, prefiero plantear mis opiniones en el marco constructivo de relaciones entre Compañeros.

En este sentido, respetando que a tí no te importe quién y para qué utilice tus opiniones, lo que quiero pedirte es el mismo respeto a los que nos negamos a ser utilizados y por ello te pediría que defiendas tus ideas sin descalificarnos ni injuriarnos. Yo no te voy a llamar a tí lacayo del imperialismo, porque se que no lo eres. No nos llames estalinistas porque sabes que no lo somos y, tú como yo, sabemos que uno de los peores sectarismos es el que ejercen los que se proclaman antisectarios y ante cualquier debate, a falta de otros argumentos, recurren el viejo truco de descalificar o etiquetar al divergente.

Para terminar, te digo algo que seguro que tú sabes y, es que en Cuba se ejerce la crítica con bastante mayor amplitud que en sociedades que se proclaman campeonas de la democracia. Sabes que hace pocos meses han desarrollado en Cuba un proceso de debate popular con miles de asambleas y con más de dos millones de aportaciones de ciudadanos que han elevado sus críticas y propuestas a las más altas instancias del Estado. Sus críticas, para mejorar la revolución desde la base, están sirviendo de guía para las actuaciones del Gobierno cubano

En el mismo sentido, estoy seguro de que eres conocedor que en cualquier encuentro con dirigentes del Gobierno Cubano lo primero que te piden es sinceridad y claridad en lo que quieras criticarles, porque son conscientes de que la crítica enriquece la Revolución. Eso sí, el cubano es un pueblo que debate y critica sobre temas de su vida diaria, pero que está dispuesto a defender hasta las últimas consecuencias esa Revolución, porque sabe lo que se juega.

Por último. te dejo en el aire una pregunta ¿Después de haber visto cómo cayeron regímenes como el de la URSS, Yugoslavia o Albania, crees realmente que la Revolución Cubana hubiera resistido un sólo día sin contar con el mayoritario apoyo activo del pueblo Cubano?,

En definitiva, desde el respeto y el cariño que mutuamente sabes que nos tenemos, te pediría ese respeto, que yo te concedo a tí, a los que decidimos una defensa sin fisuras de la Revolución y que nos negamos a que nuestras opiniones sean puestas al servicio de la contrarrevolución. Y tú bien sabes que no somos estalinistas porque tienes que admitir que existen comunistas y no comunistas, que sin ser estalinista ni tampoco neocolonialistas, tenemos legítimamente opiniones distintas a la tuya, y apoyamos sin fisuras una Revolución que hoy es referente de millones de seres humanos de todo el mundo, porque en caso contrario el problema no lo tendríamos nosotros.

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jueves, 15 de julio de 2010

SURÁFRICA, EL MUNDIAL DE LAS DESIGUALDADES

. A través del fútbol.
El Mundial de las desigualdades
VS 0 | | sección: web | 06/07/2010
Josep Maria Antentas y Esther Vivas

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La celebración del Mundial de fútbol en Suráfrica ha colocado a este país en el primer plano de la actualidad política y mediática internacional. Éste es precisamente el objetivo del Gobierno del presidente Zuma, quien intenta presentar el evento como un punto de inflexión en la historia surafricana y como una palanca para su desarrollo económico y social. Incluso, como un símbolo más general del “renacimiento de África”.

Sin embargo, la realidad muestra que la celebración del Mundial se inserta en la continuidad de las políticas económicas neoliberales que han impactado duramente en la población, adoptadas en 1996, dos años después de la llegada del Congreso Nacional Africano al poder, con un programa de tipo neo-keynesiano, que sería implementado solo muy parcialmente y rápidamente abandonado.

Las consecuencias sociales del ajuste neoliberal han sido muy drásticas. El desempleo se ha disparado de un 16% en 1990 hasta un 40% en la actualidad (aunque las cifras oficiales hablan del 23%). La tasa de pobreza es de en torno al 50% y afecta de forma mucho más drástica a la población negra. Así, el 75% de los niños negros viven en la pobreza por un 5% de los blancos. La polarización de la renta se ha acentuado, y el coeficiente Gini, que mide la desigualdad social (siendo 1 el valor de máxima desigualdad), se situó a comienzos de los años 2000 en un 0,77 %, frente al 0,68% de 1992.

El 10% de los hogares más ricos del país concentra el 50% de la riqueza, mientras que el 40% más pobre, sólo el 7%. La privatización de los servicios públicos impulsada a comienzos de los años 2000, bajo una política considerada “modélica” en su día por el Banco Mundial, comportó un fuerte aumento del precio de servicios básicos como el agua o la luz, lo que provocó cortes masivos del suministro a unos diez millones de familias por no poder pagar las facturas.


Estos procesos de aumento de las desigualdades han ido acompañados por el surgir de una pequeña nueva clase media negra y una pequeña élite empresarial negra, cuyos intereses son diferentes de los de la mayoría de la población pobre. Por todo ello, la evolución de la sociedad surafricana ha sido definida por muchos analistas críticos como una transición desde el apartheid racial al apartheid de clase, en el que los cambios políticos acontecidos después del fin del régimen racista no han ido acompañados de cambios sustanciales en el terreno material y de los derechos sociales.

La Suráfrica que acoge el Mundial es un país dividido y con fuertes contradicciones sociales, y en el que los beneficios del evento serán para una pequeña minoría, empezando por las grandes firmas del sector de la construcción. En cierta forma, como señala el reputado comentarista deportivo Dave Zirin, el Mundial ha sido una especie de “Caballo de Troya neoliberal, que ha permitido una serie de políticas que no habrían sido aceptadas por parte de la sociedad surafricana en caso de no haber tenido el honor de albergar el Mundial”.

La crítica más extendida al Gobierno es su enorme gasto, un total de 9.500 millones de dólares, financiados esencialmente a través del endeudamiento público en la construcción de grandes instalaciones deportivas cuya utilidad posterior al Mundial está muy poco clara, y en infraestructuras de transporte de lujo. Entre ellas, el tren de alta velocidad Gutrail, destinado a la élite de los negocios y a los sectores acomodados.

El desvío de las inversiones públicas a proyectos faraónicos y de poca utilidad social, u orientados a una minoría, contrasta con la incapacidad del Gobierno de satisfacer algunas necesidades sociales básicas, como construir una red de transporte público eficiente o solucionar el gravísimo problema de la vivienda. En Suráfrica, miles de personas viven en chabolas y la burbuja inmobiliaria de los años recientes de crecimiento económico y boom especulativo ha hecho aumentar el precio de la vivienda en un 400%.

Así, se calcula que el gasto para el Mundial equivale a todo lo invertido entre 2000 y 2010 en vivienda pública. En palabras del Foro Contra la Privatización de Johannesburgo, “el Gobierno ha conseguido, en muy poco tiempo, construir infraestructuras de primera división de las que la mayoría de surafricanos no va a beneficiarse ni poder disfrutar”. También hay perjudicados directos por el evento como los vendedores ambulantes, expulsados de las proximidades de las grandes instalaciones deportivas, o los pescadores en zonas como Durban, que han visto restringidas sus áreas de pesca habituales.

El impacto de las políticas neoliberales provocó la emergencia desde finales de los años noventa de crecientes resistencias sociales, en contra de la privatización y los recortes sociales, convirtiendo a Suráfrica de nuevo en una referencia para la protesta social en el continente africano. Unas luchas sociales que entroncan, en otro contexto histórico, con el movimiento contra el apartheid y su espíritu de liberación social. Muchos de estos movimientos, como el Abahlali baseMjondolo, que agrupa a los habitantes de las chabolas de las grandes urbes, intentan estos días, a pesar de la restricción oficial a cualquier tipo de manifestación hasta el 15 de julio, hacerse visibles y explicar al mundo su historia de exclusión y marginación.

“Cuando los elefantes están de fiesta, la hierba sufre”, reza un viejo proverbio africano. Es una buena forma de tener presente esta otra Suráfrica que no debemos olvidar.

Público, 05/07/2010.

Josep Maria Antentas y Esther Vivas son autores de Resistencias Globales. De Seattle a la crisis de Wall Street (Ed. Popular, 2009). Forman parte de la Redacción de VIENTO SUR.
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martes, 13 de julio de 2010

NEOLIBERALISMO OBLIGATORIO

Neoliberalismo obligatorio
Ignacio Ramonet · · · · ·

11/07/10







Inclina la cerviz, altivo sicambro; adora lo que quemaste y quema lo que adoraste", ordenó el obispo Remigio al bárbaro Clodoveo cuando tuvo éste que convertirse al cristianismo para ser rey de Francia. Y eso mismo parecen haberle exigido al socialdemócrata José Luis Rodríguez Zapatero, los jefes de Gobierno del Eurogrupo, en Bruselas, el 7 de mayo pasado, cuando se sumaron al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a los mercados financieros para obligarle a renegar de toda veleidad social, y a convertirse en el acto al credo neoliberal.

Apenas cinco días después, con el fanatismo de los conversos (mas con pretendido " desgarro interior "), el Presidente del Gobierno -que afirmaba, en 2004, "gobernaré para los más débiles", y reiteraba, en 2008, "gobernaré pensando en los que no tienen de todo"- anunciaba un plan de ajuste terriblemente impopular. Cinco millones de pensionistas, tres millones de funcionarios, cientos de miles de ancianos necesitados de asistencia y medio millón de futuros padres de 2011 padecerán las consecuencias del brutal recorte.

Al mismo tiempo, otros jefes de gobierno socialdemócratas, en Grecia y en Portugal, se veían también forzados a ir a Canossa, a retractarse y humillarse, y a acatar las tesis ultraliberales que hasta entonces, en principio, habían combatido.




Le Monde Diplomatique, julio 2010, número 177
Insólito cambio. Porque hace menos de dos años, después de la quiebra del banco Lehman Brothers en Estados Unidos, los partidarios del neoliberalismo estaban derrumbados y a la defensiva. Ellos eran quienes renegaban entonces. La "crisis del siglo" parecía demostrar el fracaso de su ideología de la desregulación, y la necesidad de recurrir de nuevo al Estado para salvar la economía y preservar la cohesión de la sociedad.

Los Gobiernos, incluso los de derechas, recobraban su función de actores primordiales del área económica; nacionalizaban entidades financieras y empresas estratégicas, inyectaban masivamente liquidez en el sistema bancario, multiplicaban los planes de estímulo... Tanto gobernantes como economistas se felicitaban por esas decisiones que correspondían a las lecciones sacadas de la crisis de 1929, cuando se demostró que las políticas de deflación, de austeridad y de restricción del crédito condujeron a la Gran Depresión.

Por eso, en otoño de 2008, todo el mundo anunció el "regreso a Keynes". Estados Unidos lanzó un plan de rescate de los bancos de 700.000 millones de dólares, seguido de otro de 800.000 millones de dólares. Los Veintisiete de la Unión Europea (UE) se pusieron de acuerdo en un paquete de estímulo de 400.000 millones de euros. Y el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, constatando, en noviembre de 2008, que "los tres años consecutivos de superávit presupuestario nos permiten ahora incurrir en déficit sin poner en riesgo la credibilidad de las finanzas públicas", anunció un ambicioso Plan de Estímulo a la Economía y al Empleo de 93.000 millones de euros.

Además, en varias Cumbres del G-20, los dirigentes de los Estados más poderosos decidían terminar con los paraísos fiscales, controlar los fondos de alto riesgo ( hedge funds ) y sancionar los abusos de los especuladores causantes de la crisis. José Manuel Durão Barroso, Presidente de la Comisión Europea, declaraba: "Las autoridades políticas no toleraremos nunca más que los especuladores vuelvan a levantar cabeza y nos arrastren a la situación anterior".

Y sin embargo, hemos vuelto a la situación anterior. De nuevo los mercados y los especuladores tienen la sartén por el mango. Y las autoridades políticas se arrodillan. ¿Qué ha ocurrido? El peso de la deuda soberana consentida por los Estados para salvar a los bancos (1) ha servido de pretexto para un espectacular cambio de situación. Sin el mínimo reparo, los mercados y la especulación financiera, apoyados por las agencias de calificación (totalmente desacreditadas hace apenas unos meses), atacan directamente, en el seno de la UE, a los Estados endeudados, acusados ahora de vivir por encima de sus posibilidades. El objetivo principal es el euro. El Wall Street Journal (2) reveló que un grupo de importantes responsables estadounidenses de hedge funds , reunido el 8 de febrero en un hotel de Manhattan, habría decidido aliarse para hacer bajar la moneda única europea a 1 euro frente a 1 dólar. En aquel momento el euro valía 1,37 dólares; hoy ya sólo vale 1,22 y sigue amenazado...

Los mercados quieren su revancha. Y reclaman, con más vigor que nunca, en nombre de la "indispensable austeridad", el desmantelamiento de la protección social y la drástica reducción de los servicios públicos. Los Gobiernos más neoliberales aprovechan para exigir mayor "integración europea" en cuyo nombre tratan de forzar la adopción de dos instrumentos que no existen: un gobierno económico de la Unión y una política fiscal común. Con el apoyo del FMI, Alemania ha impuesto planes de ajuste a todos los miembros de la UE (Grecia, Portugal, España, Italia, Francia, Reino Unido, Rumanía, Hungría, etc.) cuyos Gobiernos, de pronto obcecados por la reducción del gasto público, han acatado sin rechistar. Aunque ello amenace a Europa con caer en una profunda Depresión

En la misma línea, Bruselas desea sancionar a los países que no respeten el Pacto de estabilidad (3). Berlín pretende ir más lejos y añadir una sanción altamente política: la suspensión del derecho de voto en el Consejo europeo. Con un claro objetivo: ningún Gobierno debe salirse del carril neoliberal.

En el fondo, ese es el saldo político de la actual crisis de la deuda soberana: no parece quedar espacio, en el seno de la UE, para ninguna opción de progreso. ¿Admitirán los ciudadanos semejante regresión? ¿Puede aceptarse que quede descartada cualquier solución democrática de izquierdas de impulsar al avance social?

NOTAS: (1) Un informe de la Comisión Europea señala que el total de fondos comprometidos para los bancos asciende a 3,3 billones de euros, o sea ¡el 28% del PIB de la UE!, El País , Madrid, 20 de junio de 2010. (2)The Wall Steet Journal , Nueva York, 26 de febrero de 2010. http://online.wsj.com/article/ SB10001424052748703795004575087741848074392.html. (3) Adoptado en 1997 y que limita a 3% del PIB el déficit público.

Ignacio Ramonet fue director de Le Monde Diplomatique entre 1990 y 2008.

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