domingo, 27 de noviembre de 2011

SIRIA: MILITARIZACIÓN, INTERVENCIÓN MILITAR Y AUSENCIA DE ESTRATEGIA

Siria
Militarización, intervención militar y ausencia de estrategia


Gilbert Achcar
Al Akhbar English


Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández




Pude asistir al encuentro de la oposición siria que se celebró los días 8-9 de octubre en Suecia, en un lugar cercano a la capital, Estocolmo. Un conjunto de hombres y mujeres activistas que actúa en Siria y en el extranjero se unieron a importantes personalidades del Comité de Coordinación Sirio (llegadas desde Siria para la reunión) en presencia del miembro más importante del Consejo Nacional Sirio (CNS), su presidente, Burhan Ghalioun.
Los organizadores de la conferencia me habían invitado a hablar sobre el tema de la intervención militar extranjera en la actual situación siria. Mi aportación fue acogida con interés y me pidieron que la pusiera por escrito. Prometí hacerlo pero una apretada agenda me había impedido hasta ahora cumplir mi promesa.

Después, en estos últimos tiempos, se nos ha echado encima la avalancha de eventos acaecidos en el escenario sirio, así como la agudización del tono de la discusión acerca de la intervención militar y la militarización de la crisis, que fueron los dos temas de mi charla en Suecia. Esos desarrollos me urgieron a cumplir mi promesa antes de que fuera demasiado tarde. Por tanto, voy a elaborar aquí los puntos de vista que expresé en Suecia actualizándolos con comentarios sobre los hechos más recientes relacionados con el tema.

Mi aportación a la conferencia de octubre estuvo precedida por una pregunta que uno de los asistentes dirigió a Burhan Ghalioun acerca de su posición, o la posición del CNS, ante las peticiones de intervención militar en Siria. Ghalioun contestó que ese tema estaba fuera de discusión porque no había ningún país, por el momento, que quisiera que hubiera una intervención militar en Siria y, por tanto, “cuando nos veamos frente a esa coyuntura, será cuando adoptemos la posición adecuada”.

Empecé a hablar haciendo hincapié en que la oposición siria debe definir una postura clara sobre la cuestión de la intervención militar extranjera, ya que es evidente que tal postura tendría gran influencia en si tal intervención debería o no producirse. Las reticencias respecto a una intervención directa que vemos hoy por parte de los estados occidentales y regionales podrían cambiar mañana si se incrementaran las peticiones de intervención por parte de la oposición siria.

Fue la petición del Consejo Nacional Libio de una intervención militar internacional a principios de marzo lo que preparó el camino para una solicitud similar por parte de la Liga Árabe y la consiguiente resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Si la oposición libia se hubiera opuesto a una intervención militar directa en cualquiera de sus formas (en vez de oponerse solo a una intervención sobre el terreno y solicitar apoyo aéreo como fue lo que hicieron), la Liga Árabe no habría buscado la intervención ni tal acción hubiera recibido la sanción de las Naciones Unidas.

Libia y los costes de la intervención militar extranjera

En mi charla, tuve muy en cuenta las lecciones de la experiencia libia al ser uno de los que habían participado en las discusiones sobre la misma. Como la inmensa mayoría del pueblo árabe, expresé mi comprensión por el hecho de que los rebeldes libios se vieran obligados a apelar al apoyo exterior para evitar la masacre absoluta que podría producirse si las fuerzas de Gadafi lograban asaltar los baluartes del levantamiento en Bengasi, Misrata y otras zonas, ya que los rebeldes carecían de medios militares en aquellos momentos para poder repeler un ataque así.

Le atribuimos toda la culpa a Gadafi por crear las condiciones para una intervención exterior mientras advertimos a los rebeldes libios contra cualquier ilusión respecto a las intenciones de las fuerzas militares que estaban ostensiblemente interviniendo en su nombre. En efecto, la intervención militar extranjera en el estado libio tuvo lugar con el alto precio que puede resumirse como sigue:

El precio político inmediato de la intervención extranjera permitió que Gadafi pretendiera que él representaba de alguna forma la soberanía nacional y tildara a los rebeldes de agentes del imperialismo occidental. Esto influyó en un segmento, aunque limitado, de la sociedad libia.
El precio político más alto que se pagó fue que las potencias interventoras se esforzaron por secuestrar la toma de decisiones de los rebeldes libios. No se detuvieron al acabar el ataque contra los baluartes del levantamiento ni al impedir que Gadafi usara su potencial aéreo. Fueron mucho más allá destruyendo las fuerzas aéreas libias (los estados occidentales, especialmente Francia y Gran Bretaña, estaban impacientes por vender armas a la Libia post-Gadafi), así como una parte importante de la infraestructura libia y de los edificios oficiales (los estados occidentales, junto con Turquía, empezaron a competir por el mercado de la reconstrucción libia incluso antes de que el régimen de Gadafi hubiera caído). Las potencias occidentales se negaron a proporcionar a los rebeldes libios lar armas que urgente e insistentemente les habían pedido para poder liberar ellos mismos su país sin la intervención exterior directa. Solo les entregaron las armas (Qatar y Francia) en las últimas etapas de la batalla. Estas limitadas aportaciones de armas aceleraron la caída del régimen de Gadafi después de que se hubiera alcanzado un punto muerto desde hacía tiempo.



El objetivo de las potencias occidentales era imponerse ellas mismas como participantes principales en la guerra contra el régimen de Gadafi para poder controlarlo todo. Querían ser ellas quienes trazaran la hoja de ruta para la Libia post-Gadafi e incluso establecieron un comité internacional a este propósito. También intentaron durante un tiempo llegar a un acuerdo con la familia de Gadafi a espaldas del Consejo Nacional Libio. Como consecuencia, el destino de Libia se estaba trazando más en Washington, Londres, París y Doha que en la misma Libia antes de la liberación de Trípoli. Sin lugar a dudas, ese deseo de los estados occidentales de controlar la situación en Libia después de Gadafi era tremendamente ilusoria, como nos temíamos. Sin embargo, esto ha provocado ya en Libia un inmenso caos, agravado por la intromisión exterior, ya sea occidental o regional.
Siria: Entre Libia y Egipto

Sin embargo, la impresión que prevalece actualmente es que la intervención extranjera impidió el aplastamiento del levantamiento libio que, de haber ocurrido, habría terminado con el proceso revolucionario por toda la región árabe. La intervención posibilitó que los rebeldes libios liberaran su país de las garras de su brutal dictador a un coste que palidece en comparación con el precio pagado por los iraquíes en su liberación del régimen tiránico de Sadam Husein mediante una invasión extranjera. La ocupación de Iraq está finalmente terminando tras ocho años miserables, durante el curso de los cuales el país ha tocado fondo pagando un precio material y humano exorbitante tan solo para enfrentarse ahora a un futuro oscuro y amenazador.

El resultado de este contraste entre Libia e Iraq es que, mientras el ejemplo segundo resultaba totalmente repulsivo a los ojos de los sirios, el ejemplo libio ha instilado en muchos el deseo de emularlo. Esto se reflejó en el incremento de solicitudes de intervención militar internacional tras la liberación de Trípoli, hasta el punto de que se llamó a la movilización del 28 de octubre “El Viernes de la Zona de Exclusión Aérea”.

Sin embargo, se equivoca profundamente quienquiera que imagine que el escenario libio podría repetirse en Siria. La oposición siria debe ser consciente de que el coste de permitir una intervención militar extranjera en Siria (frente a la intervención indirecta proporcionando armas) será mucho más alto que en el caso de Libia por varias razones, la más importante de las cuales podría resumirse del siguiente modo:

La situación militar en Siria es muy diferente de cómo era en Libia. Este país se caracteriza por la presencia de centros urbanos separados a menudo por inmensas franjas de territorio casi desértico. En tales circunstancias, el potencial aéreo es esencial, sobre todo porque las áreas controladas por los rebeldes libios estaban casi vacías de partidarios del régimen. Por tanto, el régimen acudió al poder aéreo en su ofensiva contrarrevolucionaria, y el apoyo aéreo exterior fue por ello muy eficaz para proteger las áreas rebeldes y limitar el movimiento de las fuerzas del régimen fuera de las zonas habitadas, todo eso a un coste relativamente limitado para la vida civil. En cambio, la densidad de la población siria es mucho mayor que la de Libia y lo mismo ocurre con la mezcla de opositores y partidarios del régimen, que impide que el régimen sirio pueda hacer un uso extenso de los ataques aéreos. Por tanto, una zona de exclusión aérea sobre Siria tendría beneficios muy limitados si permaneciera como zona de exclusión aérea en el sentido más estricto, o tendría devastadoras consecuencias de muerte y destrucción si adoptara la forma de una guerra aérea total contra el régimen como sucedió en Libia. Ya que las capacidades defensivas del ejército sirio son mucho más importantes que las de las fuerzas de Gadafi, la escala e intensidad de los combates sería mucho mayor en Siria, por no mencionar que el régimen sirio no está aislado como estaba el de Gadafi y cualquier intervención militar exterior en Siria podría por tanto incendiar la región entera convirtiéndola en un conjunto de polvorines.

Mientras tanto, ninguna ciudad siria se enfrenta en estos momentos al peligro de una masacre a gran escala como ocurrió en Bengasi, o incluso a un destino comparable al de la ciudad siria de Hama en 1982, cuando el régimen de Asad pudo aislarla del resto del país.

La fortaleza del levantamiento sirio subyace en que ha adquirido una gran extensión y al hecho de que los rebeldes no cometieron el error de levantarse en armas, lo cual, de haber sucedido, habría debilitado en gran medida el momentum del levantamiento popular y hubiera permitido al régimen eliminarlo más fácilmente.

Los rebeldes sirios han confiado hasta ahora en formas de lucha como las protestas nocturnas y las manifestaciones del viernes (no por razones religiosas sino porque el viernes es el día festivo oficial y es difícil que el régimen pueda impedir que la gente se reúna en las mezquitas) para que la mayoría de los participantes no se exponga. Esta clase de manifestaciones de estilo guerrilla es el método adecuado cuando un levantamiento popular se enfrenta a una brutal represión por parte de una fuerza militar abrumadora.

A diferencia del régimen caricaturesco de Gadafi, que hace años dio un giro a favor de establecer una fuerte cooperación económica, de seguridad e inteligencia con diversos estados occidentales, el régimen sirio, a los ojos de EEUU, es aún un obstáculo a sus proyectos en la región, ya que está aliado con Irán y Hizbollah y sostiene a una amplia gama de fuerzas palestinas opuestas a la capitulación perseguida por EEUU.

Reconocer esta realidad no sugiere en modo alguno que uno deba por tanto abstenerse de apoyar las demandas de democracia y derechos humanos del pueblo, ya sea Siria o Irán. Sin embargo, es necesario tener en cuenta la forma en que actúa la oposición iraní, que rechaza completamente la intervención militar extranjera en los asuntos de su país y defiende su derecho a desarrollar energía nuclear frente a las amenazas israelíes y estadounidenses que tratan de impedirlo afirmando que Irán está desarrollando armas nucleares.

La oposición siria critica correctamente el oportunismo del régimen, citando su intervención en el Líbano en 1976 contra la resistencia palestina y el Movimiento Nacional Libanés, así como cuando se unió a la coalición dirigida por EEUU en 1991 contra Iraq. Aquellos que critican la doblez del régimen sirio respecto a la causa nacional no deben acreditar la afirmación de ese régimen de que está combatiendo a los “agentes” de las potencias occidentales pidiendo la intervención militar de esas mismas potencias occidentales. La oposición nacional no debe permitir que el régimen puje más alto en la defensa de la causa nacional y debe comprender que como el territorio sirio está parcialmente ocupado por Israel, con el apoyo de los estados occidentales, no debe buscar ayuda en los enemigos de Siria ni en sus opresores. Si esas potencias llegan a intervenir lo que van a tratar de hacer es debilitar estratégicamente a Siria al igual que debilitaron a Iraq.

Derrocar a un régimen, sin que importe de qué régimen se trate, es un objetivo estratégico en el cual los medios difieren según cada caso y cada país. La estrategia dependerá de la estructura del régimen que los revolucionarios traten de derrocar.

Vamos a considerar, por ejemplo, la diferencia entre los casos de Egipto y Libia. En Egipto, el ejército regular es una institución que era, y sigue siendo, la columna vertebral del régimen. El poder de Mubarak emanaba y se apoyaba en el ejército, pero no llegó a hacerlo “suyo”. Esto hizo que el levantamiento popular se cuidara bien de mantener neutral al ejército para derrocar al régimen. Esta estrategia tuvo éxito aunque alimentó las ilusiones entre las masas de que el ejército como institución, con sus mandamases, podría ser un servidor desinteresado del pueblo. En lugar de reforzar la conciencia crítica del pueblo y de los soldados y advertirles de que esos mandamases del ejército lucharían por preservar sus privilegios y control sobre el estado, las principales fuerzas del movimiento de la oposición han contribuido actualmente a extender las ilusiones entre las masas. El resultado es que la revolución egipcia se ha quedado incompleta; en realidad, hay tantos elementos de continuidad en el régimen egipcio como elementos de cambio, cuando no más.

En Libia, por otra parte, Gadafi había disuelto la institución del ejército y lo había reestructurado en forma de brigadas vinculadas con su persona a través de lazos tribales, familiares y financieros. Por tanto, fue imposible confiar en la neutralidad del ejército, y mucho menos en que se fueran a poner del lado de la revolución; más aún, era inevitable que la forma de derrocar al régimen libio fuera derrotando a sus fuerzas armadas, es decir, mediante la guerra. Ya que el desequilibrio de fuerzas militares entre las fuerzas de Gadafi y los prácticamente desarmados rebeldes era abrumadora, era inevitable la entrada de un factor externo en la ecuación, bien armando al levantamiento (el mejor escenario) o a través de la participación directa en la guerra entre los rebeldes y el régimen ocupando el país (el peor escenario) o bombardeando a distancia sin invadir, como sucedió. El resultado es que el cambio en Libia es mucho más profundo que en Egipto debido al colapso general de las instituciones del régimen de Gadafi. En la actualidad, Libia es un país sin estado, i.e. sin un aparato que monopolice las fuerzas armadas y nadie sabe cuándo allí podrá reconstruirse un estado o algo que se le parezca.

Por tanto, ¿en qué aspectos se ajusta Siria a esta ecuación estratégica? En la actualidad, estaría en algún lugar entre los casos egipcio y libio. En Siria, como en Libia, el régimen se ha rodeado de Fuerzas Especiales vinculadas a él por lazos familiares, por secta religiosa y privilegios. Es preciso derrotarlas si se quiere que el régimen caiga. A este respecto, el comandante del Ejército Libre Sirio, el Coronel Riyad al-As’ad, tenía razón cuando le dijo a Al-Sharq Al-Awsat (5 noviembre 2011) que “está soñando cualquiera que piense que el régimen sirio caerá pacíficamente”.

Sin embargo, debido a que Israel ocupa un trozo de su territorio, Siria, a diferencia de Libia, tiene también un ejército regular basado en el servicio militar obligatorio de los hombres jóvenes, cuyos soldados y oficiales de bajo rango reflejan la composición del pueblo sirio del que sus filas emanan. Por tanto, uno de los principales objetivos de la estrategia de la revolución siria debe ser poner a las filas del ejército sirio del lado de la revolución.

El papel del ejército en la estrategia de la oposición

Si el levantamiento sirio hubiera estado encabezado por un liderazgo con una mente estratégica (y aquí vemos los límites de las “revoluciones de Facebook”), habría tratado de extender las redes de la oposición entre el ejército aunque insistiendo en que los soldados no deberían desertar individualmente o en pequeños grupos sino en cifras lo más numerosas posibles. En ausencia de liderazgo y estrategia, soldados y oficiales han empezado a desertar por sí mismos de forma desorganizada. El alcance de las deserciones se ha ido ampliando en los dos últimos meses y continúa haciéndolo. Esas deserciones han confundido a la oposición política, y algunos han criticado a los desertores por amenazar con desviar el levantamiento de su senda pacífica mientras otros acogen bien esa actuación a la vez que les piden que no vuelvan sus armas contra el régimen. Esta última es una propuesta suicida de la que los soldados desertores harán bien en burlarse.

La tarea estratégica de ganarse a los soldados sirios del lado de la revolución no debería entrar en contradicción con las manifestaciones populares y su naturaleza no violenta. De nuevo, el caso sirio combina elementos de las experiencias libia y egipcia, i.e. muchedumbres de manifestaciones pacíficas junto a enfrentamientos militares. La no violencia de las manifestaciones populares fue, y sigue siendo, un componente básico del momentum del movimiento y de su carácter masivo, incluida la participación femenina. Ese momentum es en sí un factor decisivo para incitar a los soldados a rebelarse contra el régimen.

Por tanto, el mayor dilema estratégico en Siria es cómo combinar la pacífica movilización de masas con la expansión de la oposición del ejército y la confrontación armada, sin la cual ni se podrá derrotar nunca a las fuerzas del régimen ni este caerá. Así es, a menos que uno cuente con que algunos oficiales de alto rango de la cima de la jerarquía del régimen se vayan del país y esto obligue a la familia gobernante a escapar a Irán. Si esto llegara a suceder, Siria acabaría en una posición similar a la de Egipto, donde ha caído una pieza de lo alto de la pirámide sin que esta llegue a venirse abajo en su totalidad.

En cuanto a una intervención militar directa en Siria, ya sea en forma de invasión o limitada a un bombardeo desde lejos, llevaría a poner fin a las deserciones del ejército sirio que unirían filas en una confrontación que convencería a los soldados de que lo que el régimen viene afirmando desde el comienzo del levantamiento, i.e. que se enfrenta a una “conspiración exterior” que quiere subyugar a Siria, ha sido cierto todo el tiempo. Las peticiones formuladas por Riyad al-As’ad, del Ejército Libre Sirio (en la entrevista citada antes) de una intervención internacional para “la aplicación de una zona de exclusión aérea o marítima en Siria” y de crear “una zona segura en el norte de Siria que pudiera administrar el Ejército Libre Sirio” son, en el mejor de los casos, una prueba de falta de visión estratégica entre el liderazgo del levantamiento sirio. También son producto de una mezcla de carencia de visión de futuro y de reacción emocional ante la perversidad del régimen que lleva a algunos de sus opositores a confiar en lo que podría provocar una gravísima catástrofe histórica en Siria y en toda la región.

Aquellos que desean la victoria del levantamiento del pueblo sirio en aras a la libertad y la democracia de forma que sea posible fortalecer la patria en vez de socavarla, deben definir una posición de la mayor claridad posible sobre estas fatídicas cuestiones. No es posible simplemente ignorarlas en nombre de la unidad contra el régimen, porque el destino de la lucha y de todo el país depende precisamente de esos planteamientos.

Gilbert Achcar es Profesor de Estudios para el Desarrollo y Relaciones Internacionales en la Escuela de Estudios Africanos y Orientales (SOAS, por sus siglas en inglés) de Londres.

Fuente: http://english.al-akhbar.com/content/syria-militarization-military-intervention-and-absence-strategy



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LA RECONQUISTA DE LA PLAZA TAHIR










La reconquista de la Plaza Tahir
Una nueva ola revolucionaria recorre Egipto, rubricada por la reconquista de la Plaza Tahrir por el pueblo después de una batalla campal de más de 36 horas con la fuerzas de seguridad.
Ángel Cabrera | Argenpress | Hoy a las 13:05 | 38 lecturas
www.kaosenlared.net/noticia/reconquista-de-plaza-tahir
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Una nueva ola revolucionaria recorre Egipto, rubricada por la reconquista de la Plaza Tahrir por el pueblo después de una batalla campal de más de 36 horas con la fuerzas de seguridad. Los egipcios, otra vez con sus jóvenes a la cabeza, se han lanzado a una nueva insurrección que exige la renuncia del Consejo Supremo de la Fuerzas Armadas (CSFA), encabezado por el mariscal Mohamed Hussein Tantawi, que sucedió a Mubarak en el mando de la nación, la creación de un gobierno de salvación nacional al que se subordinen los militares y un cronograma para la instauración de un gobierno constitucional.


El consenso en la Plaza Tahrir, donde el lunes se reunió más de un millón de manifestantes, es que el CSFA traicionó la encomienda del pueblo para crear un orden democrático y constitucional. Esa encomienda no fue gratuita, se debió a que el ejército se negó a reprimir la insurrección popular del 25 de enero de este año -como pretendían Mubarak y sus aliados en Washington y Tel Aviv-, retiró su apoyo a las sangrientas fuerzas de seguridad y forzó la salida del sátrapa, impidiendo así un baño de sangre.



Pero al cabo de diez meses el CSFA ha evidenciado que aquella loable actitud no estaba inspirada en un compromiso con las demandas populares sino en el cálculo de que al desmovilizarse las masas decaería su combatividad y vigilancia. Así, el CSFA no cumplió la promesa de derogar la Ley de Emergencia ni rindió cuenta de sus actos a las organizaciones juveniles y partidos políticos legalizados después del derrocamiento de Mubarak y obstaculizó la labor al gobierno interino, todo con el objetivo de preservar los enormes privilegios que detentan los altos jefes militares. El movimiento popular ha tenido que soportar un hostigamiento constante, una cantidad de juicios militares sin precedente contra activistas, el recrudecimiento de la represión contra los reclamos obreros y populares y la impunidad de los represores. El CSFA sometió a referendo un texto constitucional redactado a la carrera y no consultado con las organizaciones populares, que luego echó a un lado, eludió fijar fecha para convocar a elecciones presidenciales y permitió la actividad política de los mubarakistas. Pero cuando colmó la paciencia del pueblo fue al intentar introducir en un nuevo proyecto constitucional la facultad de las fuerzas armadas para decidir su presupuesto sin contar con el futuro parlamento y el mantenimiento de su tutela política sobre el país.


El viernes 18 de noviembre se realizó una gran marcha convocada por la mayoría de las fuerzas políticas para exigir al CSFA la definición de un calendario preciso para la instauración democrática y la trasferencia del poder a un gobierno civil. Al final de la marcha, un grupo mayoritariamente de jóvenes, decidió quedarse en plantón en Tahrir en contra de la opinión de los partidos. La brutal represión de las fuerzas de seguridad no se hizo esperar. Gases tóxico-paralizantes Made in USA, cachiporras, piedras, perdigones de caza y balas de goma fueron lanzadas por los gendarmes contra la muchedumbre. Esta respondió con la lucha cuerpo a cuerpo, lanzando adoquines y utilizando las cachiporras arrebatadas a la policía. Con el paso del reloj crecían las filas de combatientes populares, escenario que era replicado en el emblemático Suez –cuna de grandes luchas obreras-, Alejandría, Port Said, la combativa zona industrial del delta del Nilo y todas las ciudades del país. Se repetía el fenómeno de enero en cuanto a la masividad y la difusión de la insurrección pero ahora con mayor madurez, conciencia política y experiencia. La represión ha ocasionado ya varias decenas de muertos y cientos de heridos y amenaza con agravarse, lo que llevó al imán de la mezquita de Azhar, máxima autoridad sunnita de Egipto, a exigir a la policía el cese de la represión y al ejercito su intervención para detener el baño de sangre.


El CSFA ofreció el martes 22 un plan rechazado de inmediato por los manifestantes, que incluía la creación de un gobierno de salvación nacional y elecciones presidenciales en junio de 2012. Además, un referendo donde el pueblo decidiría “si se traspasa el poder a los civiles”, algo que en Tahrir se consideró un chiste de mal gusto.


La revolución en Egipto ya ha forzado un cambio importante en la política exterior. Mientras se mantenga viva la pelea entre el imperialismo y los pueblos árabes tendrá una colosal fuerza a su favor.
http://www.argenpress.info/2011/11/la-reconquista-de-la-plaza-tahrir.html

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LOS PRIMEROS ERRORES DEL PP

Los primeros errores del PP


Artículos de Opinión | Juan Torres López | 26-11-2011 |
La funesta gestión de la crisis que ha hecho el gobierno del Partido Socialista, el silencio de su militancia y de sus parlamentarios y su completa falta de fidelidad a sus compromisos electorales ya han pasado factura, una factura que ahora no solo van a pagar los dirigentes que actuaron convencidos de las ventajas de obedecer sin más a los grandes poderes o de la sabiduría de sus asesores neoliberales sino la población trabajadora y la parte más necesitada de la sociedad española.

Pero eso es ya agua pasada. Ahora lo preocupante es que todo indica que el Partido Popular se encamina a cometer los mismos errores.

Las declaraciones de Rajoy pidiendo algo de tiempo a los mercados son de una ingenuidad pasmosa, solo propia de quien de verdad se ha creído la mentira que día a día le ha ido trasladando a la sociedad: que el culpable de todo lo que pasaba era Zapatero y que cuando éste se fuese las aguas volverían a la calma.

Como anticipé en otros artículos, los especuladores que dominan los mercados no dan cuartelillo precisamente porque sus ataques a las economías no tienen que ver ni con la ideología de quien las gobierna y ni siquiera con las políticas que llevan a cabo. ¿O es que acaso el gobierno español no ha sido un fiel cumplidor de sus exigencias en los últimos tiempos?

El primer error del Partido Popular, a tenor de esas declaraciones de Rajoy, o la primera nueva mentira (si es que no se lo creían y lo dicen) es creerse que los especuladores iban a dar un respiro y esperar tranquilos a que el nuevo gobierno empezase a actuar como un nuevo alumno, amigo y aún más disciplinado.

Lo que sabíamos que con toda probabilidad iba a ocurrir es todo lo contrario, que los especuladores aprovechen justamente esta etapa de interinidad para forzar los ritmos, para tratar de marcar nuevos máximos de exigencias y sacar mayores ventajas, sabiendo que lo que ahora está en juego no es la estúpida idea de cambiar a los malos por los buenos, como pregonan todos los medios de la derecha cavernícola, sino la prontitud con que se hace evidente la situación real del sistema financiero español, la forma en que los acreedores europeos tratarán de cobrar cuanto lo que les deben y el modo en que esa factura se le va a pasar a los españoles.

Por eso es mucho más que previsible que, en lugar de bajar, como decían los demagogos tertulianos de derechas en las últimas semanas, la prima de riesgo española suba más e incluso que fuerce la suscripción de ayudas (como la ya anunciada del Fondo Monetario Internacional) que no harían sino reforzar la posición negociadora de los bancos internacionales, que es lo que se busca.


Y este efecto, llamémosle de tránsito, va a estar posiblemente agudizado y se va a materializar casi con toda seguridad en las próximas semanas y meses en otro aún más grave porque el segundo error que está manifestando el Partido Popular es creerse que la solución al problema que tiene la economía española viene solamente del cambio de gobierno.

Una simpleza, porque lo único que de verdad nos podría sacar del problema no es quitar a Zapatero y poner a Rajoy sino un cambio de políticas (que fue justamente lo que no quiso o no se atrevió a hacer el partido socialista paralizado por el cesarismo que lo domina) y lo que está anunciando el PP es todo lo contrario: fortalecer las que se venían aplicando.

Aumentar los recortes, reducir el gasto y poner en marcha con más fuerza aún las llamadas políticas de austeridad (que, como he repetido varias veces en realidad no lo son porque no implican, austeridad en sentido estricto ya que no combaten los verdaderos despilfarros y no hacen nada por aumentar los ingresos fiscales), solo va conseguir que disminuya aún más la capacidad de generación de ingresos de nuestra economía y, por tanto, que a medio plazo (e incluso a corto si son muy radicales) sea más difícil que España pueda hacer frente a sus compromisos de pago. Y como los especuladores no son tan tontos ni ingenuos como los políticos, sino mucho más realistas, como tienen menos anteojeras ideológicas y actúan con mucho más pragmatismo saben perfectamente que eso es lo que va a pasar, de modo que lo que harán será acelerar su presión y reforzar sus posiciones a corto plazo, estrangulando aún más las condiciones de financiación de la economía española y haciendo así mucho mayor negocio inmediato.

Lo que se dispone a hacer el Partido Popular no es sino más de lo mismo que ha hecho el gobierno de Zapatero (con el resultado político que hemos visto y con la ineficacia económica fácilmente comprobable cuando estamos de nuevo al borde de la recesión) solo que más rápido y, si hace falta, sin anestesia.

Las declaraciones de los dirigentes populares y la guerra de posiciones que venimos observando en los últimos días, creo que no dejan lugar a dudas.

Los mercados apretarán las tuercas. Su presión a base de rumores y prisas irá subiendo la prima de riesgo. Los gobiernos de Alemania y Francia y las autoridades del Banco Central Europeo se limitarán a dar palmadas en las espaldas y a exigir con celeridad nuevas y más profundas reformas estructurales (ese eufemismo vergonzante que simplemente equivale a quitar ingresos de las rentas más bajas para dárselos a las más altas). Presionarán para poner de evidencia la situación patrimonial de la banca española, que es, junto a una elevación muy alta de la prima de riesgo, lo que justificaría la concesión de un préstamo internacional voluminoso a España. Con el se cerraría el círculo pues sería la excusa perfecta para que la población termine por entender que los recortes ahora mucho más fuertes son imprescindibles y la forma de que los bancos alemanes y franceses cobren lo más pronto posible. Algo cada vez más urgente porque los especuladores ya empiezan a apuntar a Alemania, la pieza mayor que tarde o temprano terminarán abatiendo en esta temporada de caza que las irresponsables autoridades europeas no han querido cerrar para ir dándole poco a poco el poder a los llamados tecnócratas que no son en realidad sino ex directivos de los bancos más tramposos del mundo.

Entonces se pondrá en marcha la segunda fase de reformas que Zapatero no ha llevado a cabo, las los que tienen que ver con la privatización de los servicios públicos que es, en realidad, lo que se viene buscando conseguir desde hace años.

Las voces que en el interior se irán elevando para echar la culpa de todo esto a la herencia recibida (una vez que se vaya produciendo el traspaso de poderes, aunque algunos ya lo anuncian incluso sin verlos) y en este caldo de cultivo me temo que la población se va a encontrar tan desconcertada como desasistida.

Fuente: http://www.attac.es/los-primeros-er...


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sábado, 26 de noviembre de 2011

CARTA ABIERTA A TODA IU Y A LOS INDIGNADOS CON CONCIENCIA DE CLASE

Carta abierta a toda IU y a los “indignados” con conciencia de clase
JAVIER PARRA*
@javier_parra

“Voy a votar al PP, porque son los que tienen el dinero”
Un parado de Valencia
frente a una mesa electoral
el 20N


El resultado de las elecciones del 20 de Noviembre puede dar pie a múltiples interpretaciones y análisis con los que muy probablemente nos bombardearán durante las próximas semanas a través de las cabeceras de los diarios, las tertulias, las noticias, etc. Yo sin embargo quiero reducir dicho análisis a una cuestión que viene preocupándonos desde hace tiempo a muchos militantes, activistas y gentes con conciencia de clase. Me refiero al hecho ya incuestionable de que el voto obrero en este país ha sido capitalizado y seguirá siendo capitalizado – al menos hasta que logremos darle la vuelta a la situación – por el Partido Popular. Pero no sólo el voto obrero, también el de la mayor parte de los ciudadanos que se encuentran en una situación más delicada, incluso rozando o sufriendo situaciones de verdadera miseria.

Los 11 diputados logrados por Izquierda Unida son un hecho positivo que constata que el discurso de la formación se ha clarificado en una época de crisis como la actual, pero que desgraciadamente ha conseguido llegar fundamentalmente – y no es poco – a las gentes con una determinada capacidad crítica, a las gentes que a través de su propio análisis han llegado a la conclusión de que IU es la única opción electoral capaz de proponer una salida distinta y viable a la crisis, también a los intelectuales, a muchos universitarios, además, por supuesto, de a toda aquella gente que siempre ha tenido claro cual ha sido la fuerza – que con todos sus errores – ha sido portadora de la tradición de lucha democrática desde hace décadas en favor de las libertades y los derechos de los trabajadores en nuestro país.


Sin embargo, IU no ha sido capaz de lograr el apoyo de la inmensa mayoría de los trabajadores y los parados, sobre todo de aquellos que se encuentran en una situación más precaria, y cuya principal prioridad es la de saciar sus necesidades básicas, y movidos por su hambre o su necesidad se echan en brazos del patrón, del que tiene el dinero, del que dice tener la solución a todos los problemas “ocasionados por la izquierda, por los inmigrantes y por los nacionalistas”. Es una tragedia, tan cierta como que dos más dos son cuatro, pero así es, y nadie puede refutarlo. Y el voto que no va al PP se queda en casa, y el que no, acaba en los brazos de formaciones populistas como UPyD, que en estas elecciones se ha alimentado casi exclusivamente de trabajadores de clase media-baja descontentos del PSOE y ex-abstencionistas.

Por eso, y en mi humilde opinión, el único y principal objetivo debe ser el de arrancarle de las manos el apoyo – y por supuesto el voto – obrero a la derecha, principalmente al Partido Popular , demostrando mediante los hechos que es posible construir un camino que lleve a los trabajadores a alcanzar una mayor cota de derechos y bienestar, y crear una herramienta capaz de transformar la realidad en favor de la inmensa mayoría de la población, arrebatándole el poder de una vez por todas a los poderosos, tengan el poder que tengan, se llamen como se llamen, y estén donde estén.

Si echamos la vista a lo que ha pasado en nuestro país cultural y políticamente en los últimos veinte años, es hasta cierto punto comprensible un resultado electoral como el que se ha dado, con el populismo arrasando en las urnas y haciéndose con el poder absoluto. Aunque eso sí, contando con menos del 30% del apoyo de los ciudadanos con derecho a voto.

Por tanto, dadas las circunstancias actuales y las que están a punto de venirnos encima, sería un suicidio político y un error histórico imperdonable que IU se limitase únicamente a la cuestión institucional y no retomase una labor que nunca se debió abandonar, pero que se abandonó. Me refiero a la labor de creación de conciencia de clase minuciosa, organizada y formativa, no sólo en las universidades y en los medios a nuestra disposición, sino directamente en los centros de trabajo, en las colas del paro, y hasta en los suburbios… Porque no nos engañemos, es ahí donde está el caladero de votos del Partido Popular, y también donde la derecha tiene el apoyo que la sustenta socialmente; en la mentalidad sumisa del esclavo, en el miedo a pensar, en la pelea por las migajas y la limosna de una ayuda, de un empleo…

Hoy día tenemos las herramientas técnicas que pueden hacer posible alcanzar cada ámbito y cada rincón de la sociedad española, y el discurso que nace de la rebeldía consciente – individual y colectiva – que se levanta de numerosas maneras (15M, Anonymous, Asambleas Populares, Redes Sociales, Plataformas) está consolidando unas propuestas cada vez más claras, marcando la línea roja que separa a explotadores y explotados, indignos e indignados. Sin embargo falta ponernos, todos a una, a emprender una labor común de concienciación de clase, fundamental para acabar de una vez por todas con la mentalidad sumisa que ha elevado al nivel de todopoderoso al Partido Popular, que ya tiene en sus manos el poder económico, mediático, el Estado, las Autonomías, el poder local y la Iglesia. Ahí es nada.

*Javier Parra, director de La República y Concejal de IU


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viernes, 25 de noviembre de 2011

25-N, DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA A LAS MUJERES











25N, Día Internacional Contra la Violencia a las Mujeres
En Perú, 10 mujeres son asesinadas cada mes por sus parejas; en España 63 mujeres en 2011; en México, la tipificación del feminicidio en el código penal sigue abierta



Internacional | Tercera Información | 24-11-2011 |
Bogotá, julio de 1981: se proclama el 25 de noviembre en conmemoración a las hermanas Minerva, María Teresa y Mercedes Mirabal, activistas contra la dictadura de Leónidas Trujillo y asesinadas por la policía de la Republica Dominicana en 1960.

La Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, la cual ya lleva 100 años celebrando el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, ha presentado, para esta otra fecha, su participación, presentando un programa llamado 16 Pasos para poner fin a la violencia contra las mujeres, presentado por su directora ejecutiva, Michelle Bachelet

En la ONU existe la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1999 y en vigor desde a el 22 de diciembre de 2000.

En 2011, 185 países han ratificado o se habían adherido a la convención, mientras que Estados Unidos, la había firmado pero no ratificado. Sólo ocho países (Irán, Nauru, Palaos, Catar, Somalia, Sudán, Tonga y el Vaticano) no han firmado todavía dicha convención.



Por otro lado, en 2010 nació el proyecto "Solidaridad Intercional:Tu Voz Cuenta"; una campaña impulsada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para la Ayuda al Desarrollo, la Secretaría de Estado de Igualdad, Naciones Unidas y varias ONG, el pasado 2010, con motivo de la celebración de esta fecha.

El 25 de noviembre sirve de marco para una serie de iniciativas contra la violencia de género y el feminicidio, puestas en marcha mediante alianzas con organizaciones socias en Bolivia, Ecuador, Perú, Jordania, Territorios Palestinos, Líbano y España.

1. Bolivia, Ecuador, Perú: el machismo mata a las mujeres

Para visibilizar el problema de feminicidio y las condiciones de vulnerabilidad que viven las mujeres en estos países, Solidaridad Internacional (en el marco de su estrategia de intervención regional andina) pone en marcha una serie de Foros Nacionales en consorcio con organizaciones de Bolivia (Gregoria Apaza, Bartolina Sisa y Wiñay), Perú (Manuela Ramos y Calandria) y Ecuador (Cepam Guayaquil, Gamma y Fusa).


Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, las agresiones contra una mujer violan la Convención Americana de Derechos Humanos - Pacto San José, y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer - Convención Belém do Pará, tratados internacionales suscritos y ratificados por los Estados de Bolivia, Perú y Ecuador. En los Foros se resalta la responsabilidad de los Estados de garantizar condiciones para la erradicación de la violencia contra las mujeres, y se apela a una sociedad civil activa y comprometida en esta lucha. También se posiciona la necesidad de replantear el tratamiento informativo de los medios de comunicación en el abordaje de esta problemática.

En el foro “Feminicidio: miradas desde el Estado y la Sociedad Civil” celebrado en Lima (Perú) el pasado 15 de noviembre se manejaron datos como que en Perú, 10 mujeres son asesinadas cada mes por sus parejas, ex parejas o familiares, más de la mitad de ellas en sus hogares. Una de cada diez víctimas estaba embarazada, y el 10% tenían presentadas denuncias por violencia.

En cuanto a la forma en que la violencia es percibida socialmente, la encuesta ENDES Varones 2008[1] (INEI, 2010) desveló que un 40% de hombres que han estado casados o convivido en pareja justifica la violencia física hacia las mujeres en caso de infidelidad, si descuida a los niños (13,5%), si sale sin decir a dónde va (9,4%) o en caso de discusión (5,6%). Si la mujer rehúsa tener relaciones sexuales cuando su pareja lo solicita, el 22% de entrevistados opinan que el hombre tiene derecho a enfadarse.

También se trató sobre la necesidad de luchar contra la impunidad y de reflejar el problema del feminicidio en el código penal, ya que al no encontrarse tipificado como delito se utilizan las figuras penales del homicidio simple o calificado, parricidio u homicidio por emoción violenta, que no toman en cuenta el agravante de la discriminación de género o la historia de violencia del agresor a la víctima.

En La Paz (Bolivia), el 18 de noviembre se llevó a cabo un Encuentro Cultural en la Plaza Mayor de San Francisco, donde se sensibilizó e informó públicamente sobre la temática, y se celebró un Foro sobre el “Análisis de los aportes de la tipificación del Feminicidio”. Las autoridades, instituciones públicas que trabajan en temas de violencia (jueces, policía, representantes de los centros de atención) y ONG participantes han coincidido en la necesidad de tipificar el feminicidio en el código penal, de forma que respalde y regule la ruta de atención en violencia.

2. Palestina, Líbano y Jordania: visibilizando la violencia de género

Por esta razón, Solidaridad internacional y sus socias en Oriente Medio convocan un concurso internacional de guiones para la realización de un corto de denuncia y sensibilización, con el objetivo de hacer que la gente conozca, se interese, movilice y participe para acabar con la violencia de género. El guión ganador obtendrá apoyo técnico y económico para la producción del corto, que será publicado y difundido en el marco del trabajo de Solidaridad Internacional (información detallada en este enlace).



Entre la agenda de Solidaridad Internacional - Tu Voz Cuenta en España, están las siguientes acciones:

Mural humano el Jueves 24 a las 17:00 Plaza Ópera Mural para defender los derechos de todas.

25 de noviembre.spots contra la violencia en los cines de Callao

OTROS COLECTIVOS:

Por su parte, La Plataforma Mujeres Artistas ha elaborado un concurso de carteles. CCOO ha denunciado estos días que aún no se ha aprobado un programa específico de empleo para mujeres víctimas dela violencia, exigencia que aparece recogida en el art. 22 de la Ley contra la violencia.

La Plataforma 8 de marzo ha convocado una manifestación, el viernes 25 a las 20 horas en la Plaza Nueva de Sevilla.

La Confederación General del Trabajo (CGT) manifiestaque un año más, la cifra de mujeres asesinadas por la violencia machista ha sido espeluznante 63 mujeres y 14 personas relacionadas con ellas: hijos, hermanos, amigos… A pesar de que la violencia que mata es escandalosa, CGT considera que hay otros tipos de violencia más sutiles y, a veces, completamente invisibles a los ojos de la sociedad, que siguen perpetuando el sistema patriarcal y que impiden la evolución como mujeres libres.

Nuestra sociedad educa en la diferencia sexual y el objetivo de esa educación es formar a mujeres que se sientan inferiores, subordinadas, servidoras de los varones. De nada sirve que las instituciones, después, intenten lavarse la cara haciendo leyes de igualdad.

CGT afirma que la Ley de Igualdad también es usada sin ningún pudor y según convenga en las empresas. Los puestos superiores siguen siendo ocupados mayoritariamente por hombres y los inferiores, tanto en condiciones laborales como de cualificación, siguen estando cubiertos mayoritariamente por mujeres. A veces se usan los Planes de igualdad para contratar más hombres en estos puestos donde son minoría olvidando el resto donde las excepciones son mujeres.

CGT opina que la violencia machista está generada por el patriarcado y el capitalismo, dos lacras unidas que se complementan y nos someten, siendo los asesinatos de mujeres la expresión de la falta de argumentos cuando no hay razones para seguir manteniendo la supremacía masculina.

IU también se pronunció: «el Gobierno del PSOE no ha querido modificar la Ley Integral contra la Violencia, empecinado en su modelo de violencia encorsetado en una sola causa, obstinado en no reconocer que la violencia de género es una cuestión estructural que hay que erradicar desde todos los ámbitos.»

La Secretaría Federal de la Mujer del Partido Comunista de España, ha reivindicado:

«A mayor aumento de la pobreza hay mayor explotación sexual. Máxime, en un marco normativo y social tolerante con el maltrato y la explotación, en el que sigue imperando el machismo, la lógica mercantil, y el consumismo sin límites».



http://www.sinviolenciascontralasmu...

Wikipedia: Feminicidio

Movimientos: La Chichi Indignada, Movimiento contra el Feminicidio, UNFPA México, las Hijas, Pan y Rosas, México, Feminicidio del Campo Algodonero

http://www.inmujer.gob.es


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jueves, 24 de noviembre de 2011

COMUNICADO DE LA PROMOTORA ESTATAL DE CONVERGENCIA Y ACCIÓN SOCIAL ANTE EL RESULTADO ELECTORAL

Mayoría absoluta del PP y debacle del PSOE .
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Comunicado de la Promotora Estatal de Convergencia y Acción Social.


1.- Las políticas neoliberales de ajuste y recorte del gasto social aplicadas por el gobierno del PSOE al servicio de las exigencias, directrices y pactos de la UE han puesto la alfombra azul para la entrada triunfante de la derecha representada por el PP en España y han servido para consolidar el avance de la derecha nacionalista representada por CiU en Catalunya.

La mayoría absoluta alcanzada por el PP es un hecho triste para los intereses de la mayoría de la ciudadanía, especialmente para la clase trabajadora, para los sectores más desfavorecidos, para las mujeres y jóvenes, inmigrantes, gays, lesbianas y transexuales, discapacitados/as, etc. Es una noche triste para la causa de la democracia, de la laicidad, de la memoria histórica, del derecho al aborto, de la igualdad, de los derechos de las nacionalidades históricas y de las minorías.

2.- La debacle del PSOE no tiene paliativos. Los guiños hacia la izquierda del candidato Rubalcaba, el intento en la recta final de campaña de agitar el llamado "voto útil" ha sido en vano. La credibilidad perdida como consecuencia de los hechos de gobierno ha sido una barrera infranqueable.Ante el electorado socialista se abre la necesidad de una catarsis y la ruptura con las políticas neoliberales y de subordinación al nuevodirectorio europeo. De no hacerlo su declive será imparable.

3.- El bipartidismo se ha debilitado por la derrota electoral de uno de sus componentes, y por la mayor pluralidad en el congreso de diputados, peroestá lejos de haber desaparecido pues se apoya en una legislación electoral injusta que sigue teniendo el apoyo de una amplia mayoría en el Parlamento.

4.- El contrapunto dulce a la agria victoria del PP es el ascenso rotundo de la coalición de organizaciones de la izquierda liderada por Izquierda Unida, opción que ha contado con el apoyo personal de numerosos miembros de las Mesas Ciudadanas para la Convergencia y la Acción, y que ha recogido la mayor parte de reflexiones sobre la necesidad de la convergencia antineoliberal o anticapitalista que ha preconizado nuestro movimiento. Esperamos que la reflexión sobre la necesidad de la convergencia para la acción se extienda y penetre a aquellas organizaciones que no han considerado su importancia, o en quienes ha pesado más las diferencias del pasado que las coincidencias y la necesidad de responder a los grandes retos a los que nos afrontamos. El avance de Amaiur ha sido un hecho notable que demuestra los beneficios del fin de la violencia que abre la esperanza a una paz duradera y la superación de un conflicto histórico, que hace posible y necesario el encuentro y colaboración en defensa de los derechos sociales y la democracia, en el combate contra el neoliberalismo, entre la izquierda federalista y la soberanista.


5.- La actuación del futuro gobierno presidido por Rajoy, los ajustes y recortes que aplicará, además de profundizar la recesión económica agravará la crisis social. Mas pronto que tarde las ilusiones de quienes votaron al PP se debilitarán, las vendas caerán, la frustración y la indignación resurgirán con mas fuerza. Quienes desconfiaban de las instituciones políticas sentirán la llamada a construir una alternativa para superar el desorden neoliberal y encontrar una salida a la crisis favorable a la gran mayoría de la ciudadanía. La crisis política se agudizará ante la creciente deslegitimidad de las instituciones tras el "reformazo neoliberal" de la constitución, también de la decadencia sin pausa de la monarquía. El gobierno de Rajoy, de igual modo que los anteriores gobiernos europeos, se han desgastado al aplicar las recetas fracasadas del neoliberalismo. Esto llevará a una pérdida de confianza y a un declive de su legitimidad.

6 Los resultados electorales confirman el diagnóstico inicial de las Mesas: es imposible generar un bloque social lo suficientemente fuerte para hacer frente a las fuerzas neoliberales sin no se avanza en la convergencia de sectores, de grupos sociales, de sensibilidades políticas y organizaciones en torno a un programa antineoliberal de mínimos. La ocupación de los espacios institucionales es muy importante pero representa sólo una parte de la la lucha por la hegemonía social. Las cotas del poder institucional conquistadas por la izquierda alternativa deberían servir para que esta haga de altavoz de las reivindicaciones de las ciudadanía activa.

7.- Las MCCAS, como espacio plural sin adscripción partidaria, vuelve a hacer un llamamiento a todos los ciudadanos para que creen mesas unitarias en barrios, ciudades y comunidades autónomas, para que establezcan puentes entre el poder insitucional, el poder de la ciudadanía en la calle y el poder del trabajo organizado. Muchos militantes y simpatizantes del PSOE que no quieren una la salida neoliberal a la crisis tienen en ellas un espacio propicio para engrosar un polo amplio y plural con vocación antineoliberal. Las mesas también reiteran su invitación a los simpatizantes de otras opciones políticas para que se incorporen a este espacio abierto y plural.

8. Preparemos desde ya las condiciones para una amplia movilización general contra las medidas antisociales del próximo gobierno de Rajoy. Reforcemos y extendamos la convergencia de la ciudadanía antineoliberal, por su empoderamiento ciudadano, por la construcción de una alternativa que nos permita superar el sistema en crisis y romper las cadenas del neoliberalismo imperante en la UE. Construyamos entre todos la salida a la crisis del régimen caduco de la transición, avancemos en la suma de voluntades y en el diálogo para un proceso constituyente.


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martes, 22 de noviembre de 2011

REINO DE ESPAÑA: PASMO, MARASMO Y FIN DE ÉPOCA












Antoni Domènech, Gustavo Búster, Gerardo Pisarello y Daniel Raventós
Reino de España: pasmo, marasmo y fin de época
Jamás se había asistido en el Reino de España a una campaña electoral tan larga y premiosa, y de resultados tan cantados. Nunca se había mostrado el grueso de la ―clase política‖ tan alejada de las realidades políticas más perentorias, ni tan de espaldas a las preocupaciones sociales y económicas más vivamente percibidas y más acuciantemente sufridas por la población.
Todas las encuestas coincidían: en lo que, por lo pronto, competían los dos contendientes principales era por encabezar el grado de recelo de los ciudadanos. La desconfianza manifestada por los españoles en Rajoy –al que descontaban como ganador— era incluso mayor que el rechazo experimentado hacia el que todos esos sondeos presumían como rotundo perdedor, Rubalcaba. En ambos casos se movía… ¡en torno al 70%! Un verdadero curiosum politológico, prácticamente insólito en la historia electoral comparada.
Los resultados de ayer, 20 de noviembre, han venido a confirmarlo, y por lo magnífico: el PSOE ha sufrido un descalabro electoral sin precedentes –muy superior al pronosticado por las encuestas—, perdiendo cerca de 4 millones trescientos mil votos, mientras al PP del señor Rayoy le ha bastado ganar algo más de medio millón de sufragios para conseguir una mayoría parlamentaria absoluta y absolutamente apabullante. El PSOE ha sido contundente e inapelablemente barrido del mapa del poder político español: ha perdido casi 60 escaños en las Cortes, más de 40 en el Senado y ha sido inclementemente desalojado como primera fuerza política de las ocho Comunidades Autónomas en que todavía era holgadamente mayoritario en 2008, con resultados especialmente dolorosos en Andalucía y en Cataluña, que vienen a añadirse la debacle electoral en las elecciones municipales de la pasada primavera, en las que fue desalojado de todas las grandes capitales de provincia. Pero la suma de votos y la suma de escaños conseguidos entre el PP y el PSOE ha retrocedido visiblemente: el bipartidismo PP/PSOE ha perdido más de 20 escaños en las Cortes, y más de 3,6 millones del sufragio ciudadano.
En el haber de los ―indignados‖ del 15M no sólo hay que poner, pues, sus indiscutibles aportes a la ilustración y toma de consciencia de la opinión pública, sino, en muy buena medida, su inteligente contribución al incipiente, pero seguramente irreversible, agrietamiento del infértil y peligroso bipartidismo que ha devastado la política parlamentaria española en los
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tres últimos lustros.[1] El mayor beneficiario de ese incipiente agrietamiento ha sido la coalición de IU-ICV, sin que eso signifique quitar mérito a las eficaces campañas del acertado señor Coscubiela (que ha triplicado los resultados de la coalición en Cataluña), del señor Lara (sextuplicando los resultados de IU, aunque muy lejos aún de los resultados de la IU del señor Anguita en 1996) y del señor Llamazares (que ha conseguido con toda justicia escaño parlamentario por Asturias).
El contexto en el que se han desarrollado las elecciones generales es suficientemente conocido. Pero como en los dos últimos años la sucesión y el agolpamiento de hechos y acontecimientos, asaltos de los mercados financieros, intervenciones burocráticas, declaraciones y contradeclaraciones, pronósticos y contrapronósticos han sido de densidad y ritmo vertiginosos, vale la pena empezar recordándolos en sus líneas generales:
Los antecedentes y el contexto de las elecciones
1.- Luego de negar pertinazmente durante un año largo la crisis capitalista mundial, estallada como gravísima crisis financiera en verano de 2008, y sus previsiblemente demoledores efectos en la economía española, el gobierno Zapatero aventuró un conjunto de medidas de ―estímulo económico‖ tan improvisadas como insuficientes, tan erráticas y superficiales como mal concebidas.
2.- Lo cierto es que el aumento de la deuda pública –que pasó en muy poco tiempo de representar en torno al 30% del PIB a la actual, que rebasa ya holgadamente el 60%— y del déficit presupuestario –muy por encima del 11% del PIB— resultantes, más que una decisión gubernamental consciente, fue resultado de los estabilizadores macroeconómicos automáticos presentes en cualquier economía moderna con una legislación mínimamente social. Con cerca de 5 millones de parados, la cobertura pública del desempleo y los costes de financiación de la deuda pública representan ahora el 50% del gasto público español.
3.- Estamos hablando de una economía, cuyo sector privado –hogares y empresas— ha venido acumulando en las dos últimas décadas una deuda –privada— que supera el 300% del PIB. La población está inmersa desde el estallido de la crisis en 2008 en un proceso de deseendeudamiento y desapalancamiento que, obviamente, deprime la demanda efectiva. Los salarios reales apenas han crecido en las últimas décadas, y no han crecido en absoluto en lo que va de siglo, es decir, desde el año 2000. El fabuloso crecimiento de la demanda efectiva y del consumo registrados en la economía española en las dos últimas décadas no resultó de un incremento de los salarios reales acompasado a incrementos paralelos de la productividad laboral, ni de un gasto social que en el Reino de España siempre ha estado muy por debajo de la media europea: Llamazares, con diferencia el mejor diputado de la última legislatura, ha hablado con razón de un Estado de Medioestar en España. Sino que fue resultado de una estúpida y autodestructiva política económica (la política del PP-PSOE, o, si se prefiere, la política de la casta política que ha controlado la Transición democrática) consistente básicamente en la inflación de activos: por señalado ejemplo, la burbuja inmobiliaria alimentada con crédito barato e irresponsablemente concedido.
4.- La entrada en el euro, apresuradamente decidida por Aznar en 1997 –forzando al gobierno italiano de Prodi a idéntica precipitación: ¡de aquellos polvos, estos lodos!—, no hizo sino facilitar y radicalizar los potenciales estragos de esa política.
La política económica PP-PSOE de la Transición
Esa política PP-PSOE, la política económica de la Transición, trajo por resultado:
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 la duradera congelación del salario real, y empleos de poca calidad;
 la servidumbre por deuda de la población trabajadora española;
 el sobreendeudamiento de las empresas privadas españolas del sector productivo;
 el sobreendeudamiento de la banca española con la banca privada internacional
 El débil desarrollo del estado del bienestar en relación con la media de la zona euro, que se acumula al largo déficit en gasto social en relación con Europa heredado de la dictadura;
 el estancamiento de la productividad laboral;
 un fuerte déficit comercial, solo comparable entre los países miembros de la OCDE al de EE UU, la economía que durante los años felices de la ―globalización‖ se convirtió en el consumidor de último recurso –si así puede decirse— de la economía mundial;
 el aumento exponencial del coste de la vivienda y, en general, de la vida –que destruye inexorablemente la competitividad exterior española—, como resultado de una política económica fundada esencialmente en la inflación de activos;
 el completo enseñoreamiento de la economía nacional por parte de rentistas inmobiliarios y financieros, nacionales y extranjeros;
 la creciente destrucción y puesta en almoneda del sector público y de los bienes comunes nacionales mediante privatizaciones que no han sido sino compras, apalancadas en el crédito barato, de activos públicos –incluidos los restos de banca pública y las cajas de ahorro—, a precio de saldo, trocando progresivamente lo que era y tenía que ser satisfacción pública de necesidades sociales en negocio oligopólico, y derechos esenciales –como el acceso a la información, al crédito, a la educación, a la salud, a la vivienda, a la energía, al transporte, etc.— en mercancías innecesariamente encarecidas por las rentas monopólicas de ellas extraídas por quienes con ellas negocian.
 la catastrófica destrucción de nuestras costas, nuestros paisajes y nuestro patrimonio natural.
 y lo peor de todo: precarización laboral y un desempleo pavoroso, rayano ya en el 22% de la población activa. Y cerca de un 50% de paro juvenil, una cifra esta última tan monstruosa, que, en nuestra modesta opinión, condena a cualquier país que la tolere complacientemente a perder incluso el derecho de existencia como nación.
5.- Ese enorme endeudamiento privado presiona también ineluctablemente, quieras que no, vía estabilizadores automáticos, al crecimiento de la deuda pública y del déficit presupuestario. Es verdad que la presión podría mitigarse con aumentos significativos de una enérgica actividad exportadora, capaz de corregir el déficit comercial español. Sin embargo, los resultados registrados en este capítulo no han sido lo suficientemente robustos. Ni, de seguir todo igual, es de esperar que lo sean en lo venidero: la congelación del crédito no ayuda precisamente a las empresas exportadoras españolas, ni, menos aún, la suicida política de austeridad fiscal para todos impuesta por la incompetente Comisión Europea, una política que deprime por doquiera la demanda efectiva de todos los países europeos, principales clientes del comercio exterior del Reino (y dicho sea de paso, también de la industria exportadora de la República Federal alemana, cuyos bancos contribuyeron decisivamente a financiar la fiesta de la burbuja inmobiliaria y el crédito barato españoles, y así, la demanda efectiva de las exportaciones de la industria alemana…).
6.- La solución histórica ―natural‖ para enfrentarse a situaciones como la presente en países como España, Italia o Francia fue la devaluación de la moneda (las sucesivas devaluaciones
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de la peseta, de la lira o del franco francés han sido proverbiales durante décadas). Esa solución está ahora vedada por la abdicación de su soberanía monetaria que significó la entrada en el euro. Los resultados del necio diseño institucional de la eurozona -viciado por casi todos los dogmas neoliberales, ignorantes de la racionalidad macroeconómica más elemental—, saltan ahora a la vista: se construyó una Unión Monetaria sin una autoridad fiscal común –sin Tesoro europeo— y con un Banco Central incapaz, por sus mal concebidos estatutos, de cumplir las funciones propias de un verdadero Banco Central, que, entre otras, cosas debe ser el prestamista de último recurso de la zona monetaria sobre la que actúa. Basta comparar este fracasado diseño institucional con el de EE UU: un gran estado federado como California –que si fuera independiente, estaría entre las 10 mayores potencias económicas del mundo— está prácticamente quebrado, y los EEUU tienen una deuda pública muy superior a la española (y sólo un poco inferior a la italiana), pero los bonos estadounidenses a 10 años tienen que pagar unos intereses en torno al 2%, lo que permite refinanciar la deuda norteamericana sin el menor problema, mientras California queda cubierta de la quiebra por la financiación federal. En cambio, en la UE, un minúsculo país como Grecia, que apenas representa el 2,5% del PIB de la eurozona, y cuya deuda, apenas monta el 4% de la eurodeuda, ha puesto patas arriba a la Unión Monetaria Europea, a la UE toda, y de rechazo, a toda la economía mundial.
Incapacidad de la elite política europea para diagnosticar el problema más inmediato: el pésimo diseño político-institucional de la eurozona
7.- La elite política europea ha sido incapaz de reaccionar a un problema de diseño institucional básico, clara y distintamente diagnosticado desde hace años, librándose esperpénticamente a sucesivos parches milagreros varios: desde las semimedidas fiscales camufladas de política monetaria del BCE –comprando in angustiis et in extremis deuda pública de los países periféricos en los mercados secundarios—, hasta la tardía creación de un Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, cuya discutible efectividad para parar el contagio a otros países de la crisis de deuda soberana ya tuvimos ocasión de criticar desde la páginas de SinPermiso. En ese mecanismo no parece creer ya nadie, y menos que nadie los propios mercados financieros y los especuladores que en ellos actúan, atacando sin tregua ni merced a la deuda soberana de la eurozona: la propia Francia, amenazada desde hace días por las agencias de calificación –que amagan con privarla de su triple A—, tiene ya hoy un diferencial con el bono alemán a diez años, de 200 puntos básicos: el doble del que tenía el Reino de España cuando, el 10 de mayo de 2010, la Comisión Europea forzó a la timorata e incompetente ministra española de economía, la señora Salgado, a suplicar a su desnortado presidente, Zapatero, un suicidio político que era también una especie de autogolpe de Estado: el que efectivamente dio coram populo, en sede parlamentaria, unos pocos días después mediante el anuncio de un errático ―programa‖ de contrarreformas de corte netamente neoliberal. El programa político con el que fue elegido Zapatero se tiraba con inaudito desparpajo de un día para otro al cesto de la basura, y en vez de convocar inmediatamente elecciones para que los ciudadanos españoles se pronunciaran al respecto, impuso parlamentariamente –con el solo apoyo del señor Durán i Lleida y de unos acríticamente mudos diputados ―socialistas‖, más atentos al futuro de sus nóminas que a cualquier otra consideración— una política que significaba todo lo contrario: avilantarse por un camino que significaba el mayor recorte de derechos sociales practicado hasta ahora bajo la monarquía borbónica restaurada en 1978. Eso culminó, en verano de 2011, con una contrarreforma neoliberal express de la Constitución de 1978 –esta vez aplaudida por el PP, y por nadie más— que rompía explícitamente con todos los consensos de la Transición al negarse incluso a someterla a referéndum.
Et pour faire la bonne mesure, unas semanas después, Zapatero, sin encomendarse ni a dios ni al diablo, integraba la base de Rota en el peligroso programa norteamericano del ―escudo antimisiles‖, sin dar nadie tiempo a nadie, ni siquiera al candidato Rubalcaba, a preguntarse si esa decisión es compatible con los resultados del referéndum de 1986, con el que el PSOE de Felipe González nos metió con calzador en la OTAN.
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El autogolpe de Zapatero en mayo de 2010 y los golpes de estado técnicos de los mandamases político-financieros de la UE contra Grecia e Italia: el PSOE, de averno en averno
8.- A la vista están los resultados del autogolpe de estado del señor Zapatero que puso por obra ese giro político-económico: los mercados atacan con mayor virulencia que nunca a la deuda española; la prima de riesgo sube sin parar: el viernes rozó la peligrosa cota del 7%; el diferencial con el bono alemán se ha quintuplicado; el paro y la precarización laboral, lejos, de tocar fondo, y no digamos de disminuir, sigue creciendo vigorosamente; la demanda efectiva agoniza; la pobreza crece y se enquista; los desahucios se multiplican; el número de familias en las que todos los miembros están en paro se dispara hasta superar el millón y medio; es cada vez mayor el número de desempleados que agotan su cobertura de desempleo (20%); el crecimiento de las exportaciones españolas no acaba de mostrar el vigor necesario que se suponía. Lo cierto es que la tan cacareada ―austeridad fiscal expansiva‖ ha fracasado clamorosa y dolorosamente, y no sólo en España, en Grecia, en Portugal, sino en toda Europa: Francia y Alemania, por mencionar a los pretendidos primeros de la clase, han visto estancarse sus economías en el tercer trimestre de 2011, y muchos descuentan ya como segura su entrada en recesión antes de la próxima primavera.
9.- El 12 de mayo de 2010, el autogolpe de estado de Zapatero hundió al PSOE en el sexto infierno del Dante: el de los herejes y los renegados. La contrarreforma constitucional express y la inopinada entrega, en conciliábulo, de la base de Rota a un peligroso programa militar de la OTAN el pasado verano, hundió al PSOE hasta el séptimo círculo del averno: el que el Dante reserva a los tiranos y a los violentos. La revelación estas últimas semanas de los poco discretos contactos del ministro de fomento y portavoz del gobierno Zapatero, José Blanco, con empresarios mafiosos de tres al cuarto han venido a recordar, los múltiples casos de corrupción –habituales en un toda economía dominada por los rentistas inmobiliarios y financieros— en que se han visto o implicados o salpicados políticos y cargos y carguitos del PSOE (y del PP y de CiU: de ahí que el gravísimo tema de la corrupción quedara totalmente fuera de campaña electoral). Eso ha precipitado electoralmente al PSOE en el octavo círculo del infierno: el de los culpables de fraude y malicia. El impávido desparpajo con que tantos dirigentes del PSOE –y señaladamente, don Diego López Garrido, secretario de Estado de Zapatero para la UE— han venido a sumarse a la campaña de acoso, desprestigio y derribo emprendida por los mandamases de la UE contra su compañero de la familia socialista europea, Papandreu, a cuenta del desesperado amago de éste con convocar al pueblo griego a un referéndum democrático que habría permitido negociar mejor los devastadores e insostenibles planes europeos de ―ayuda‖ a Grecia, hundió definitivamente al PSOE en el noveno y último círculo del infierno: el de los traidores a sus ideales, a su familia y al bien común. Desde comienzos de noviembre, así pues, el PSOE y su vanilocuente candidato, Rubalcaba, estaban electoralmente, no ya muertos, sino sepultados bajo nueve llaves en el noveno averno.
Europa no es ya lo que era, pero la clase política española, educada en un europeísmo pánfilo, prefiere no enterarse
El grueso de la casta política que fraguó la Transición y que ha gobernado bajo la monarquía borbónica restaurada en 1978 se educó, en los años 60 y 70, en una idea que resume bien la vieja consigna de esa época: ―España es el problema, la Unión Europea la solución‖. El mundo y la UE han cambiado mucho desde entonces, pero el acrítico europeísmo de nuestros políticos, evidentemente, no. La UE actual poco tiene que ver con la construcción de un gran espacio económico integrado políticamente bajo un Estado Democrático y Social de Derecho. Al contrario: la UE se ha construido en los últimos lustros como un gran mercado y una gran zona monetaria mal diseñada institucionalmente. Y ha sido construida, además y básicamente, por unas elites completamente horras de control democrático y careo
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popular. Las pocas veces que se ha dado la palabra directamente a lo población, los resultados han sido negativos (referenda en Suiza (1992), Noruega (que por dos veces ha rechazado su integración), Irlanda (a la que obligaron a repetir un referéndum adverso), Holanda y Francia (que rechazaron también la Constitución europea en 2005, lo que significó el abandono ese de proyecto neoliberalizador, reintroducido luego de matute, sin mayores consultas, a través del Tratado de Lisboa de 2007). El referéndum celebrado en el Reino de España, como es harto sabido, aunque ―ganado‖ (la población española era muy europeísta; hoy, en cambio, es uno de los países más euroescépticos), batió todos los récords de abstención…
Pues bien; la actual configuración política de la UE se ha convertido en el principal y más perentorio problema económico y político del Reino de España. Sólo la inercial ceguera europeísta acrítica de nuestra elite política puede explicar que en los dos grandes debates electorales de campaña, el ―cara a cara‖ entre Rubalcaba y Rajoy, y el debate a cinco con las principales fuerzas políticas (PSOE, PP, IU-ICV, CiU, PNV) –salvo en un par de alusiones más o menos pertinentes de Llamazares—, la UE y sus relaciones con el Reino de España no fueran motivo siquiera de mención. Y eso en un país en el que el dato económico y político más importante de la última legislatura es el de haberse visto ferozmente presionado por la UE su gobierno, en mayo de 2010, para perpetrar lo que no puede menos de calificarse como un autogolpe de estado. Pasmoso.
Apenas unos días después de esos ―grandes‖ debates entre políticos totalmente ajenos al problema político y económico que más salta a la vista de la población y de los espectadores imparciales del drama español, el drástico empeoramiento del ataque especulativo a la deuda soberana, la subitánea entrada de España en ―zona de rescate‖ y los golpes de estado técnicos contra Italia y Grecia –manifiestamente teledirigidos por Merkel y Sarkozy para colocar a su cabeza dos antiguos altos funcionarios del gigante bancario estadounidense Goldman Sachs, Monti y Papademos— ingresaron tan drástica como inopinadamente en la última semana de campaña. Era el tiro de gracia para las posibilidades de Rubalcaba de mitigar y hacer algo menos humillante la derrota. Ya totalmente grogui, el exvicepresidente de Zapatero buscó hacer de la necesidad virtud y apenas se le ocurrió otra cosa que farfullar –horribile dictu!— unas disculpas retrospectivas para su antiguo jefe: si Zapatero no hubiera dado su giro espectacular en mayo de 2010, ―ahora estaríamos intervenidos, como Grecia e Italia‖. Es decir, que gracias al autogolpe de Zapatero, no tuvimos que sufrir el golpe de estado técnico perpetrado –con idénticos objetivos— contra nuestros países hermanos de desgracia...
Rajoy, por su lado, se vio obligado a abandonar la retórica circuelocuente de campaña y entrar también mínimamente por uvas en ―el‖ gran problema. Y hay que reconocer que aquí anduvo con mejores reflejos para captar el sentimiento de la población: lo ocurrido en Grecia y en Italia era ―anómalo desde un punto de vista democrático‖, no le gustaban los ―gobiernos técnicos‖ y él, ―desde luego‖, no iría a Europa a que le ―dictaran‖ lo que tenía que hacer, sino a ―dialogar y a defender‖ los intereses patrios. Y eso lo decía el candidato de un partido, el PP, cuyos mamporreros mediáticos no se privaron en su día de celebrar, nada patrióticamente, el que el Ecofin y la Comisión Europea hubieran intervenido al país y obligado a Zapatero a traicionar groseramente y de un día para otro a su electorado. Pero, sea ello como fuere, la posición de aparente firmeza de Rajoy fue el verduguillo apuntillador de un Rubalcaba que ha terminado su campaña como un desvalido novillo, aturdido y cojitranco, en los antípodas de la imagen de bravo miura de lidia con que había empezado por presentarle su equipo –nada ―tecnocrático‖, por cierto— de agentes publicitarios, forofos aduladores y amedrentados buscavidas parlamentarios.
¿Qué puede hacer Rajoy ante los escenarios extremos a los que va a tener que enfrentarse?
¿Qué hará Rajoy? De su programa electoral no se coligen demasiadas cosas concretas: estaba concebido como parte de su campaña, y su campaña –bien asesorada por el
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sociólogo excomunista Pedro Arriola—, pensada para no aterrorizar a un hastiadísimo electorado de izquierda y centroizquierda, más pronto a la abstención que a la vergüenza de sí propio: ―engáñame una vez, y avergüénzate tú; engáñame dos veces, y avergüénceme yo‖. De aquí la impávida circuelocuencia del huero discurso de campaña del candidato del PP.
Una cosa es segura. Y de esa cosa parece haberse percatado el propio Rajoy con los acontecimientos de los últimos días: la elite político-bancaria europea ha llegado a la conclusión de que sus malhadadas recetas de ―austeridad fiscal‖ muy difícilmente pueden imponerse a las poblaciones europeas por vías normales, electorales, respetuosas de las mínimas formas democráticas. Se ha dicho, con media verdad, que la crisis está tumbando a todos los gobiernos, sean de ―centroderecha‖ o de ―centroizquierda‖: ¡como si ―la crisis‖ fuera un fenómeno meteorológico, totalmente ajeno a la vida política. (¡Y esos mismos gachós se quejan luego de que los indignados ―simplifican‖ al decir que los ―mercados‖ mandan sobre la ―clase política‖!) La cruda verdad, en Europa, es que la voraz dinámica de una crisis económica capitalista, de todo punto política en su origen –la vida económica, particularmente la capitalista tardía o ―neoliberal‖, está configurada por un acúmulo de pequeñas y grandes decisiones políticas—, tumba una y otra vez a los gobiernos que, so color de centroizquierda o de centroderecha, practican, en substancia, la misma política. La única diferencia importante es que, mientras la derecha y parte del centroderecha buscan cortar por lo derecho las raíces del árbol del bienestar social cómodamente sentados en el suelo, el llamado centroizquierda parece conformarse con podar por lo siniestro sólo las ramas… ¡sobre las que está precariamente sentado!
Lo que ahora se ve es esto: llegados al punto crítico actual, el ignaro extremismo de las ―recetas de austeridad fiscal‖ y ―ajustes estructurales‖ choca incluso con la inercia de esa ficción de gobiernos que se turnan políticamente para hacer una política económica básicamente idéntica y básicamente resistida por el común de los ciudadanos. Y esos gobernantes tienen que presentarse a elecciones, pequeño inconveniente que, a medida que la crisis se desarrolla y se enquista, les hace cada vez menos aptos para hacer ―lo que debe hacerse‖.
No ya Papandreu, un político políglota ,experimentado y con una biografía política netamente antifascista, pero ni siquiera el incalificable Berlusconi lo ha conseguido en una Italia que ha venido gobernando impertérrito, lustro tras lustro, hasta ahora, como a una hacienda privada principesca. La mismísima señora Merkel, visiblemente preocupada por los sondeos que le auguran una debacle electoral, se ha empeñado, en el reciente Congreso de su Partido, la democristiana CDU, en proponer un salario mínimo (tabú histórico en la Alemania federal), replicando a sus airados oponentes del sector empresarial de la CDU: la democracia cristiana alemana ―no sólo nació‖ para oponerse a los ―excesos [sociales] del comunismo‖, sino también al ―estancamiento [social] del capitalismo‖. Y mal haría quien cayera en el espejismo de la victoria de CiU en Cataluña, cuya explicación hay que buscarla más en el descrédito abrumador del socialismo catalán y en la movilización de la población catalana frente al Gobierno central para un pacto fiscal que mantenga el gasto público autonómico, que en la popularidad de unos recortes del gasto social contestados desde el primer días, y cada vez con mayor contundencia en la calle.
Rajoy está, pues, avisado desde hace semana y media, y nada menos que por los mandamases de la UE: las políticas de austeridad fiscal, recortes drásticos del gasto público y laminación de los derechos sociales tienen límites electorales. (Dicho sea de paso, la celebérrima broma de Keynes, según la cual ―a largo plazo, todos estaremos muertos‖, estaba dirigida precisamente contra los políticos y los economistas que agravaron a la catástrofe capitalista de 1929 pensando que los mercados desregulados y las políticas de austeridad fiscal radical y deflación de la economía funcionaban estupendamente, pero a largo plazo.). El populacho, ya se sabe, es impaciente, no está para ―pedagogías‖, y si se le da la voz en unas elecciones, tumba una tras otra, propóngalas Agamenón o su Porquero, las políticas de los gobiernos más sabios. Ése es el mensaje que ha recibido Rajoy desde Francfort, desde Berlín, desde Bruselas, y verosímilmente desde conciliábulos más oscuros, en su última semana de campaña.
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Es evidente que los mercados financieros ya han descontado su victoria electoral hace mucho tiempo y que, por lo mismo, la esperanza en el ―efecto confianza‖ que habría de provocar automáticamente su gobierno ha sido rotundamente defraudada antes siquiera de terminar la campaña. Rajoy ya debe saber que los mercados financieros acosarán a su gobierno desde el primer día. Y a lo mejor, ha empezado a intuir ya que el problema no es de ―confianza‖, sino, prima facie, de una pésima arquitectura financiera de la eurozona, incapaz, en la actual coyuntura, hasta de algo tan relativamente fácil como es poner freno al ataque especulativo a la deuda soberana de sus países miembros: de 17 países, diez están ya ―contagiados‖ del problema, incluida Francia, que ve con pavor peligrar su triple A. Tal vez sea la consciencia de eso lo que le ha llevado a la humorada de pedirles a esos mercados ―media hora de tregua‖ cuando se confirme como vencedor absoluto de la contienda electoral. Ni el propio Rajoy puede creer en la eficacia de un Blitzkrieg político-económico tan corto y fulminante. Por eso es más significativa su segunda humorada en el fin de campaña: ―¿Hay algo peor que perder estas elecciones? Sí, ganarlas‖. [2]
El gobierno del PP va a tener que enfrentarse, quieras que no, a la siguiente y poco prometedora disyuntiva.
1) Obediencia más o menos ciega del gobierno de Rajoy a las directrices de los mandamases de una UE dominada por las actuales concepciones de la señora Merkel y la élite político-bancaria alemana. Esa opción tiene dos escenarios posibles:
a) De persistir en la actual negativa alemana a cambiar rápidamente el diseño institucional de la política fiscal de la eurozona, no se llega sino al desastre y al final del euro. La eurozona, simplemente, se desmembraría, y el gobierno de Rajoy se convertiría básicamente en un aterrorizado gestor político, o de la europeseta, o de un nuevo euro devaluado, del que habría salido ya una Alemania resuelta a crear una nueva zona Deutschemark (verosímilmente, con Holanda, Austria, Filandia, Luxemburgo y quizá Bélgica, pero no Francia). En cualquier caso, la implosión de la eurozona significaría una catástrofe económica, no ya para España, no ya para el continente europeo, sino para la economía mundial: un verdadero tsunami financiero que haría palidecer por contraste al provocado por la decisión norteamericana de dejar caer al banco Lehman Brothers en 2008: la Gran Recesión de 2008-2011 se convertiría con toda probabilidad en una Gran Depresión II de duración indefinida y de resultados económicos y políticos de todo punto inciertos.
b) De cambiar rápidamente la actual política dictada por la señora Merkel a la UE, yendo resueltamente a una salvación del euro con pasos prestos hacia un Tesoro común europeo, con eurobonos y un Banco Central normal, capaz de desempeñar la función de prestamista de último recurso, entonces, caso de llegarse a tiempo, se abriría en Europa un escenario algo mejor, pero simplemente semejante al norteamericano: comenzaría el debate político sobre qué política económica es mejor: si una política derechista (à la Tea Party) de austeridad fiscal, ajustes estructurales, etc, o una política progresista de expansión fiscal, crecimiento económico y reequilibrio entre la economía alemana y las periféricas. Este último escenario tendría la ventaja de que volverían a aparecer, como problemas propiamente políticos, y no meramente ―técnicos‖, dos opciones distintas de política económica a escala europea. Las perspectivas políticas del gobierno de Rajoy no serían muy halagüeñas aquí, pues las políticas ultraderechistas de austeridad fiscal a escala europea difícilmente podrían presentarse ante la opinión pública como compatibles con los intereses nacionales más elementales de los países periféricos.
2) La segunda opción que se ofrece al gobierno de Rajoy es la de una resistencia desde el primer día a Merkel, ya por la vía de intrigar, como parece estar comenzando a hacer (véase al respecto la información proporcionada por el conservador Times de Londres el pasado 18 de noviembre) con Cameron y el gobierno conservador británico (fuera de la eurozona), y/o con un cada vez más alarmado Sarkozy (dentro de la eurozona). Pero esta segunda opción, si no lograra vencer el empecinamiento de Merkel –que aterra ya hasta a la derecha económica más encallecida de nuestro país [3]—, significaría un serio agrietamiento de la elite político-bancaria eurocrática, y es lo más probable que terminara con la destrucción de
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la eurozona y, de nuevo, como en el escenario presentado en 1a, con un Rajoy gestor político de la europeseta, con todas la tremebundas consecuencias de alcance mundial ya dichas allí.
Si esos escenarios que se acaban de dibujar agotaran las posibilidades, entonces, por muy ―técnico‖ que de entrada se presentara –se habla de González Páramo, [4] vicepresidente del BCE, como superministro ministro de economía—, el gobierno de Rajoy en ningún caso podrá dejar de verse como un gobierno que tomará decisiones políticas.
Y que tomará decisiones políticas en escenarios extremos, impensables hasta unos meses, todos los cuales rompen los necios ―relatos‖ que han estado en boga por parte de los distintos intelectuales oficiales del sistema (y de una miríada de pequeños buscavidas académicos a su sombra) en las últimas décadas:
 El ―relato‖ de una ―globalización‖ (o de una ―sociedad de la información‖, o de una ―sociedad del conocimiento‖, o de una ―modernidad líquida‖: pongan cada quién el membrete que sea de su gusto) que habría ―transcendido las leyes tradicionales de la economía‖. Ese ―relato‖, vagamente ―postmoderno‖, queda terminantemente destruido por la desembridada manifestación a que todos estamos asistiendo de una realidad más evidente que nunca: la contrarrevolución capitalista iniciada hace cerca de cuatro décadas ha vuelto a poner a Europa y al mundo ante un abismo insondable.
 El ―relato‖ de una UE tesoneramente construida por unas elites bienintencionadas y sabias que, aun trabajando de espaldas a los pueblos de Europa, perseguían el noble fin de preservar y aun profundizar el Estado Democrático y Social de Derecho del antifascismo a escala continental, un ―relato‖ rotundamente desmentido por la creciente deriva antidemocrática y antisocial de las incompetentes elites político-bancarias que han secuestrado la política democrática de los pueblos de Europa en las últimas décadas.
 El ―relato‖, en fin, de una Transición política española ―modélica‖ que dejó intacto el poder económico de la parasitaria casta oligárquica que se había beneficiado de la dictadura, [5] que renunció a juzgar, y aun a recordar, los crímenes políticos de la dictadura y que se negó a resolver definitiva y democráticamente el problema de la unidad nacional española dando a catalanes, vascos, gallegos y canarios el elemental derecho democrático de autodeterminación por la sencilla razón de que, con la imposición de la restauración borbónica, había negado ya previamente a todos los pueblos de España ese mismo derecho. (Uno de los resultados más significativos –y más silenciados por los medios de comunicación del sistema— de la última encuesta del CIS es que, por vez primera, la monarquía merece una calificación de suspenso ciudadano.)
¿Qué le espera al PSOE?
La debacle electoral –que deja en nada a la de Almunia en 2000—, y lo que acaso es peor, la total pérdida de autoridad moral del PSOE saltan a la vista, y no merecen ya mayor comentario. Del "No nos defraudes" de 2004 se ha pasado, no ya al trasvase de votos a IU, sino también al PP y a UPyD. El electorado de izquierda, que con su movilización social entre 2002 y 2004 puso las bases del fenómeno "zapaterista", fue, primero, invitado a quedarse en casa frente a la movilización extraparlamentaria de la derecha social, para, después de 2007, ser conminado a una pasiva "táctica del mal menor". Esa táctica, que ya en su día Gramsci consideró tan típica de ―épocas históricas regresivas‖ como conducente a catástrofes políticas, llevó en efecto a una catástrofe: el autogolpe de mayo del 2010. No es de extrañar el hastío de las bases electorales de Zapatero: han visto como el bloque social progresista que cristalizó con su movilización, ha sido destruido sistemáticamente por las suicidas políticas de la segunda legislatura de Zapatero. Si las grandes organizaciones sindicales han arrastrado hasta el final su indecisión a la hora de romper con el evidente fracaso de la
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"estrategia del mal menor", el 15M, el movimiento de los indignados, por inexperto y contradictorio que aparece muchas veces a ojos de veteranos luchadores, ha demostrado que es posible recuperar la movilización a gran escala, y con ella, la autonomía y la posibilidad de reconstruir un bloque social de la izquierda.
El PSOE sigue siendo la mayor fuerza parlamentaria de oposición al PP a pesar del duro castigo que ha merecido el giro neoliberal de Zapatero. Pero tiene que saber que comienza su tarea de autorreconstrucción con una rotunda desautorización moral como fuerza de oposición mínimamente creíble. Y con una mayoría parlamentaria del PP que hace poco menos que inocua la mera oposición desde el Congreso de los Diputados. Si opta por plegarse a la nueva disciplina de "consensos de estado" exigida a los partidos de la oposición por el Consejo europeo, el BCE y el FMI, está condenado a la erosión permanente y caso irreversible de su base social. Si, por el contrario consigue imponerse entre su sus cuadros más despiertos, un instinto, por tenue que sea, de supervivencia de su aparato y de su maltratada militancia, tendrá que buscar una nueva presencia en los movimientos sociales de resistencia, que le exigirán una dura autocrítica del "zapaterismo", y más allá de eso, del papel jugado por el PSOE en la vertebración de todo un sistema económico y político, el de la Transición, según todas las apariencias, ha llegado a un incierto fin de trayecto.
Durante la campaña electoral, esta disyuntiva ha asomado ya mínimamente en los últimos mítines de campaña de Rubalcaba, insinuantes de la necesidad de "reequilibrar" el giro de mayo: ―austeridad fiscal sí, pero también relanzamiento de la inversión y del crecimiento desde el exterior, por parte de Alemania‖. ¡Áteme usted esta mosca por el rabo! La fórmula, huelga decirlo, está condenada al fracaso: ni la Sra. Merkel va a cambiar de política porque se lo pida un derrotado Rubalcaba, ni el problema del déficit fiscal tiene otra solución interna que un aumento de los ingresos públicos a través de una reforma fiscal radical que grave los inteligentemente los beneficios empresariales –obligando a los capitalistas a hacer de capitalistas productivos— y que prácticamente yugule las parasitarias rentas de capital.
No es imposible que Rubalcaba termine por revelarnos que su instinto de supervivencia está más ligado a conservar el aparato que a reconstruir la base social del PSOE. El escenario, en ese caso, es un Congreso federal del PSOE "controlado" y convocado a toda prisa, a fin de levantar un rimero de cortafuegos frente unas bases sociales que, empezando por los afiliados de UGT y CC OO, exigirán una ruptura total con la miseria "zapaterista" y el arranque de una resistencia eficaz desde la calle contra el ajuste de choque iniciado en las autonomías de Madrid y Castilla la Mancha. La profundidad y extensión en el tiempo de la crisis económica y social, la evidencia de que la derecha social intenta imponer un cambio radical en la correlación de fuerzas, exigiendo desde el primer día la realización de su "programa máximo" (como la patronal CEOE), obligará a un debate profundo, programático y de estrategia, que por la propia naturaleza social del PSOE, no se acabará en un Congreso precipitadamente convocado como mero gran escenario de un ajuste de cuentas entre sectores de Ferraz y de sus federaciones que comenzó ya ayer mismo, minutos después de conocido el alcance de la derrota.
En cualquier caso, Rubalcaba, si no se retira –que no parece dispuesto—, y a la vista de unos resultados tan devastadoramente catastróficos que no le permiten desligarse de su pasado "zapaterista", puede ser durante un período mas o menos corto la cabeza de una oposición prisionera de los yerros, las demasías y –absit iniuria verbo— los ridículos de los últimos años, y por lo mismo, incapaz, no ya de reconstruir, sino hasta de dirigirse a sus bases sociales inclinadas a participar activamente en la resistencia social. Lo que no puede pretender es ser ni una alternativa opositora Rajoy ni un secretario general que subordine el perfil de un nuevo líder de la oposición a los intereses de un aparato en proceso de acelerada descomposición.
¿Qué puede hacer lo que está a la izquierda del PSOE?
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La tarea más urgente para la izquierda es organizar la resistencia social, reconstruir su representación política y sentar las bases de un nuevo bloque alternativo. Cuenta para ello con el ascenso electoral significativo de IU e IC, ya mencionado, con la brillante irrupción parlamentaria de Amaiur en Euskal Herria y con el mantenimiento de ERC y BNG. La formación de un acrecido grupo parlamentario de la izquierda federalista y otros de la izquierda soberanista debe permitir afrontar las tareas señaladas y complementarse si adoptan una actitud unitaria, tanto para hacer frente a las políticas económicas de ajuste y de choque, como a la evidente crisis del Estado de las autonomías. Por eso la crisis política, de la Transición y de la restauración borbónica de 1978, en que todo esto ha venido a parar ofrecen una nueva oportunidad para combinar los programas de acción social con la renovada exigencia de una solución democrática de la cuestión nacional.
La resistencia a los planes de ajuste de choque que ha empezado a ensayar ya el PP (y CiU) en las autonomías conquistadas el pasado mes de mayo ya han empezado a encontrar resistencia activa en la calle, como hemos visto en el movimiento del 15-M, en la "marea verde" de la enseñanza pública madrileña, en la huelga de médicos de Cataluña: irrumpe con fuerza y no es probable que responda con sumisión a agresiones que se presumen cada vez más duras. La tarea de coordinar y extender estas luchas y evitar su aislamiento, es de una importancia central. Es probable que ayude a ello el propio alcance de las medidas previstas, como la contrarreforma radical del mercado laboral y la drástica restricción de la negociación colectiva. Pero exige una actividad militante consciente por parte de unas direcciones sindicales, que tienen que abandonar sin mayor dilación el espejismo de las "tácticas del mal menor". Y exige unas fuerzas políticas que hagan de la resistencia social el eje de su actividad en la calle y en los centros de trabajo, así como de su oposición parlamentaria. La mayoría parlamentaria absoluta del PP, y su apabullante control de las autonomías y ayuntamientos, no dejan ninguna esperanza a que los cambios necesarios en la correlación de fuerzas puedan venir de la mera actividad institucional de las izquierdas.
Será, por lo tanto, de la ilustración ciudadana, de la resistencia social, de su extensión y coordinación, de lo que dependerá en muy buena medida la potencia crítica de la oposición parlamentaria de la izquierda federalista y de la izquierda soberanista. De su capacidad de poner por obra políticas unitarias frente a un enemigo común en las instituciones, de la impulsión de un frente unitario de las organizaciones sindicales y de los movimientos sociales. La acumulación de fuerzas en la resistencia social debe permitir una reconstrucción política transversal de toda las izquierdas que apunte a una alternativa al PP a medio plazo, en un escenario determinado por la inaudita gravedad de la crisis económica y el progresivo deterioro de la legitimidad de un régimen político –―No nos representan‖— atascado, por efecto de la crisis, en todos los niveles de ejercicio de la soberanía popular: municipal, autonómico, estatal y europeo. La peculiaridad "española" confiere un carácter específico a su inserción en la crisis de la deuda soberana y del euro, sobreponiendo crisis sobre crisis, y haciéndola de muy difícil gestión, incluso a corto plazo, con los mostrencos instrumentos neoliberales y centralistas con que andará presumiblemente pertrechada la pobre caja de herramientas del gobierno Rajoy, a pesar del inmenso poder institucional que ahora acumula. Lo que está por ver es si las izquierdas serán capaces de levantar una alternativa con la misma celeridad con que se pondrá de manifiesto la incapacidad del PP.
En lo que a nosotros hace, queremos una izquierda que sea anticapitalista, pero no vanílocua e inútilmente –como los relojes parados, cuya única pero dudosísima virtud es la de dar la hora exacta dos veces por día—, sino con voluntad de comprensión cabal, analítica e histórico-empírica, del funcionamiento real del capitalismo y de su catastrófica dinámica real. Y queremos una izquierda ecologista, pero no superficial y domingueramente, sino políticamente consciente de que una vida social y económica ecológicamente sostenible es radicalmente incompatible con las fuerzas dinámicas objetivas que mueven a un capitalismo esencialmente –no accidentalmente— devorador del patrimonio natural común, suelo nutricio de la humanidad. Por querer, que no quede.
Y por cierto: se confirma a las 17h 30’ de hoy, 21 de noviembre de 2011, que el mundo económico todo reacciona con enorme ―confianza‖ al aplastante triunfo del PP ayer en las urnas: se desploma la bolsa española (-3,48%), y se dispara la prima de riesgo (por encima
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de 470 puntos). En los parqués de Francfort y de París no van mejor las cosas. Ni en Wall Street. Sic transit…
NOTAS: [1] Véase la página, difundidísima entre los distintos componentes del 15M: http://aritmetica20n.wordpress.com [2] En su reciente e importante libro sobre transición económica del postfranquismo (Los secretos de la Transición económica española desvelados por un testigo), el periodista Mariano Guindal ha contado la siguiente anécdota: en una entrevista a Miguel Sebastián –íntimo político de Zapatero y luego ministro de industria— le contó off de record, en 2004, poco antes de las elecciones que ganó Zapatero en marzo de 2004, su viva preferencia por perder las elecciones: se manifestó completamente consciente de la existencia de una insensata burbuja inmobiliaria que terminaría por estallar y de la impopularidad política que arrostraría cualquier gobernante que se propusiera hacerla estallar: ―para José Luis, para mí y para el PSOE sería mejor perder estas elecciones‖ (Mariano Guindal: "Sebastián me dijo una semana antes de las ...). [3] Véase el curioso y muy significativo artículo de Jaime Botín, antiguo vicepresidente del Santander, ayer en El País: http://www.elpais.com/articulo/opinion/favor/senora/Merkel/elpepuopi/20111120elpepiopi_4/Tes. [4] De González Páramo, vicepresidente del BCE, ha dejado dicho la semana pasado esto José Carlos Diez, presidente de Intermoney, la principal empresa española que comercia con deuda soberana: como superministro ministro de economía: "Para acabar el inicio del día y el repaso a la prensa leo con estupor la entrevista que le hacen en El País a González Páramo, representante español en el Consejo del BCE. José Manuel no se sale ni un milímetro del discurso oficial del BCE y demuestra que siguen en la órbita de Urano y aún no han aterrizado. ―En el sistema bancario en la sombra se hacen cosas saludables, la banca debe dar crédito o se dará un tipo en el pie, ellos son independientes‖ y mercado de trabajo, austeridad, mercado de trabajo, austeridad, mercado de trabajo, austeridad… Los del BCE cada vez me recuerdan más a mi abuela cuando rezaba el rosario.". [5] Véase el libro, ya mencionado en la nota 1, de Mariano Guindal.
Antoni Domènech es el editor general de SinPermiso. Gustavo Búster, Gerardo Pisarello y Daniel Raventós son miembros del Comité de Redacción.

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