martes, 30 de noviembre de 2010

LAS CRÍTICAS A CHINA DE LOS IDEÓLOGOS DEL ACTUAL CAPITALISMO FINANCIARIZADO

Krugman, China y la naturaleza del actual capitalismo financiarizado occidental
Michael Hudson · · · · ·

28/11/10





"Los actuales ataques a China se parecen mucho a los ataques a Japón y otros países asiáticos a finales de los 80, que consiguieron demonizar a economías exitosas por haber evitado ser víctimas de las prácticas predatorias que corroyeron a la industria norteamericana, que 'financiarizaron' y postindustrializaron su economía. La piramidalización de la deuda estadounidense que arrancó en los 80 ha desembocado en una guerra de clases sin apenas justificación económica. Así pues, culpar a los extranjeros –por enriquecerse del mismo modo que hicieron los EEUU desde que el Norte ganó la Guerra Civil en 1865— equivale simplemente a proporcionar una coartada política para un statu quo económicamente estéril."

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He aquí el dilema en que se halla la economía estadounidense: la política de flexibilización cuantitativa de la Fed –crear más liquidez para que los bancos puedan prestar más— pretende ayudar a la economía a "tomar prestado el camino para salir de la deuda". Pero los bancos no están prestando más por la sencilla razón de que un tercio de los bienes raíces estadounidenses se hallan ya en situación de quiebra técnica [negative equity: deben más de lo que valen los activos hipotecados; T.], mientras que la pequeña y mediana empresa, que ha creado el grueso de los puestos de trabajo nuevos en Norteamérica en las últimas décadas, ha visto como su colateral preferido (los bienes raíces y los pedidos de venta) se encoge más y más. ¿Cómo puede esperares que los bancos presten más y contribuyan a reinflar los precios de los activos en la economía, si los salarios y los precios al consumidor siguen su deriva bajista? Así pues, el conjunto de la economía "real" no puede sino seguir encogiéndose.

Lo que ha dado centralidad al argumento a favor de la política de la Fed esta semana pasada han sido los intercambios entre Republicanos y Demócratas. El deterioro de la situación llevó a un grupo de economistas y estrategas políticos republicanos a publicar una carta abierta al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, criticando la política de flexibilización cuantitativa (QE2) de la Fed, política consistente en inundar la economía con liquidez, lo que tiene que repercutir en los mercados exteriores de divisas al empujar a la baja la tasa de cambio del dólar. Hasta aquí, no deja esa crítica de ser atinada. Pero apenas rasca la superficie.

Piénsese en Paul Krugman, uno de los defensores más progresistas de la política del Partido Demócrata. Sus columnas en el New York Times rechazan el papel de los republicanos como abogados de los intereses de Wall Street y de los grandes empresarios. Pero también disculpa y aun se añade al vapuleo a China. "Culpar al extranjero", y no al sistema, suele ser una respuesta de la derecha, pero Krugman culpa a China simplemente porque los chinos tratan de salvarse evitando ser las víctimas de las políticas de Wall Street que el propio Krugman critica cuando la víctima son los trabajadores norteamericanos. Al culpar a China, no sólo deja fuera de foco al comité directivo de la Reserva Federal y a los amigos wallstreetenses de ésta, sino que, en la práctica, culpa al mundo entero; un mundo que, en formación de frente unido, propinó hace dos semanas en Seúl un sonoro y unánime bofetón al nacionalismo financiero de Obama en las reuniones del G20.


Es triste que en la columna de Krugman del pasado viernes, 19 de noviembre, en el New York Times, intitulada "El eje de la depresión", se mostrara a las claras que las soluciones preferidas de Krugman no van más allá de lo que permite concebir el superficial y manoseado instrumental intelectual del pensamiento económico marginalista. Su columna venía a aceptar el intento de la Fed de reinflar, mediante la flexibilización cuantitativa, la burbuja inmobiliaria inundando los mercados con crédito suficiente para rebajar las tasas de interés. Pretende que lo que la Fed pretende con eso es "la creación de puestos de trabajo", y no, principalmente, como es el caso, rescatar a los bancos tenedores de hipotecas sobre propiedades en situación de quiebra técnica.

Lo cierto es que reinflar los precios de los bienes raíces no facilitará a los perceptores de salarios y a los compradores de vivienda la consecución de sus objetivos. Rebajar los tipos de interés reinflará los precios de los bienes raíces ("creación de riqueza", al estilo de Alan Greenspan), lo que aumentará el nivel de la deuda en que deben incurrir los compradores de vivienda para adquirirla. Y cuanto mayor es el servicio a pagar de la deuda, tanto menos disponible queda para gastar en bienes y servicios (la "economía real"). El empleo encogerá en una espiral financiera de austeridad económica.

Desgraciadamente, la mayoría de economistas están obnubilados con la trivializante fórmula DV=PT. La idea es que más dinero (D) lleva al incremento de los "precios" (P), presumiblemente, precios del consumo y de los salarios. (Se puede ignorar la velocidad, "V", que es simplemente un residuo tautológico.) "T" son "transacciones", y vale por el PIB, a veces también llamado output, producto.

Aproximadamente el 99,9% del dinero y del crédito no se gasta en bienes de consumo (la "T" en DV=PT). Cada día, un volumen mayor que todo el PIB anual pasa por la New York Clearing House y por el Chicago Mercantile Exchange para préstamos bancarios, acciones y bonos, hipotecas empaquetadas, derivados financieros y otros activos y apuestas financieros. De modo que el efecto de la flexibilización cuantitativa de la Fed –la inflación monetaria— será inflar los precios de los activos, no los precios de los bienes de consumo y de otras mercancías.

La dinámica clave del capitalismo financiero de nuestros días

Esa es la dinámica clave del capitalismo financiero de nuestros días. Lastra a las economías con deuda, y cuando el servicio de la deuda rebasa el excedente a partir del cual esa deuda es pagadera, el banco central busca "reinflar para salir de la deuda", creando crédito nuevo "dinero" suficiente como para revalorizar bienes raíces, acciones y bonos (suficiente, esto es, para que los deudores puedan seguir pagando los intereses debidos). Tal es el deus ex machina, el flujo de crédito, de fuera a dentro, capaz de permitir que las economías financiarizadas operen como esquemas Ponzi piramidales a gran escala. Esa dinámica es estimulada mediante la gravación fiscal de las ganancias especulativas (de "capital") a tipos marginales inferiores a los impuestas a salarios y a beneficios empresariales. Así las cosas, ¿por qué deberían financiar los inversores inversiones en capital tangible, si pueden cabalgar alegremente la ola de la inflación de precios de activos? La economía de la burbuja troca en "creación de riqueza" especulativa.

¿Puede funcionar eso? ¿Hasta cuando seguirán unos inversores crédulos invirtiendo en un esquema piramidal desarrollado a ritmos exponenciales imposibles y disfrutando de una ficticia "creación de riqueza", mientras los banqueros cargan a la economía con deuda? ¿Hasta cuándo creerá la gente del común que la economía está creciendo realmente cuando los banqueros prestan a una economía supervisada por agencias regulatorias pilotadas por ideologizados desreguladores?

El ideal de los banqueros es que todo el excedente que se halle por encima de la mera subsistencia sea pagado en forma de intereses y honorarios: todo el ingreso personal, todo el flujo de caja empresarial y toda procedente de los bienes raíces. Así que cuando la política de flexibilización cuantitativa de la Fed rebaja las tasas de interés hipotecario, lo que consigue no es que los propietarios de vivienda terminen pagando menos, sino que lo que hace es simplemente permitir el incremento de la tasa de capitalización del valor de la renta existente.

La coartada de la Fed es que la flexibilización cuantitativa beneficia a los compradores de vivienda reduciendo la deuda en la que tienen que incurrir. Pero si eso fuera verdad, su ganancia significaría una pérdida para los bancos, y los bancos son la principal base de la Fed. Para la reserva federal, el "problema" económico radica en que unos precios de la vivienda a la baja (es decir, más accesibles) están matando los balances contables de los bancos. De manera que el objetivo real de la Fed es reinflar la burbuja inmobiliaria, al tiempo que, de paso y si puede, espolear una burbuja en el mercado de valores.

Una columna de Andy Kessler en el Wall Street Journal (viernes, 19 de noviembre, la misma fecha en que apareció la columna antes mencionada de Paul Krugman) apuntaba a eso, pero reconociendo que la Fed naufragaría desastrosamente en la opinión pública si iba de cara y explicaba que la motivación de su nueva ronda de flexibiliación cuantitativa era revertir la caída de los precios de las propiedades inmobiliarias. "Bernanke provocaría el pánico, si dijera públicamente que, de no ser por la polvareda mágica levantada con el dólar, los bienes raíces caerían al abismo", y si admitiera que, en tal caso, los balances contables de los bancos seguirían sufriendo con "los créditos inmobiliarios y los derivados financieros tóxicos". Pero el carácter en buena medida ficticio de la solvencia bancaria oficialmente reconocida se refleja en el hecho de que el valor en la bolsa del Bank of America (que compró Countrywide Finance) es sólo la mitad de lo que figura en sus libros, mientras que el de Citibank está exagerado en un 20%.

Las ejecuciones hipotecarias, ni que decir tiene, son mala cosa para los propietarios de vivienda, pero son aún peores para los bancos, a causa de la pirámide financiera de crédito erigida sobre el valor de las hipotecas basura de la década pasada. El problema con el análisis de Krugman es su aceptación, de partida, de que la flexibilización cuantitativa –pensada para reinflar la burbuja inmobiliaria— es buena para el empleo y aun para la renovación de la competitividad estadounidense, y no, como es el caso, todo lo contrario. Al centrarse en el comercio y el trabajo, concede ya por implicación que el dólar se está debilitando sólo a causa del déficit comercial, ¡no a causa del déficit militar y de la fuga de capitales! Y parte del supuesto de que reinflar la burbuja inmobiliaria –objetivo explícito de la Fed— hará más competitivas las exportaciones norteamericanas, ¡y no menos! Con toda seriedad, afirma en su columna del 19 de noviembre que "la razón esencial del ataque a la Fed es el egoísmo puro y simple. China y Alemania quieren que Norteamérica siga siendo poco competitiva".

No es eso lo que yo he oído en China y en Alemania. Chinos y alemanes quieren simplemente evitar disrupciones e inestabilidades en su comercio y en su producción nacional, y evitar sufrir pérdidas en sus reservas internacionales (reservas, dicho sea de paso, mantenidas en buena parte por una inercia que viene de la I y de la II Guerras Mundiales, cuando los EEUU incrementaron hasta el 80% de los años 50 su participación en las reservas de oro en el mundo). El Tesoro norteamericano querría que los bancos y los especuladores estadounidenses ganaran fácilmente 500 mil millones de dólares a costa del Banco Central chino, especulando astutamente con el comercio de divisas. La Fed querría ver reivivir la economía estadounidense por la vía de saquear otras economías.

No habrá tal. El patrón de un dólar en desplome para las finanzas internacionales quedará gravemente tocado tan pronto como otros países sean capaces de reemplazar al dólar por una moneda mutuamente aceptada en sus intercambios, un proceso que ahora mismo encabezan los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Sudáfrica acaba de sumarse a esos países como quinto miembro, y los exportadores de petróleo, desde Nigeria hasta Venezuela e Irán, se están asociando entre sí para hacer que el sistema monetario internacional sea menos injusto y menos explotador. Joseph Stiglitz, compañero de Nóbel Paul Krugman, ha advertido (de modo aparentemente irónico, porque lo hizo en una columna reproducida en el Wall Street Journal): "Se supone que ese dinero [de la flexibilización cuantitativa] revitalizará a la economía norteamericana, pero, lejos de ello, lo que hará es recorrer el planeta en busca de economías que parecen funcionar bien, provocando una catástrofe aquí."

La Fed y el Congreso han instado a China a reevaluar su moneda, el renminbi, un 20%. Eso obligaría al gobierno chino y a su banco central a absorber una pérdida de medio billón de dólares de los 2,6 billones de reservas que ha ido acumulando. Esas reservas no proceden solamente de las exportaciones, mucho menos de las exportaciones a los EEUU. Son fugas de capitales realizadas por gestores financieros estadounidenses, arbitrajistas de Wall Street, especuladores internacionales y otras gentes que buscan comprar activos chinos. Y son el resultado del gasto militar estadounidense en sus bases en Asia y en otros sitios, dólares que los países receptores mueven y gastan en China.

Las autoridades chinas han tratado de dejar claro que lo que les resulta objetable es la política estadounidense de creación de "crédito electrónico en la pantalla de ordenador" a un 0,25% para comprar luego por doquiera activos de alto rendimiento (y casi cualquier activo extranjero es de mayor rendimiento). La reunión del G20 la pasada semana en Corea del Sur acusó a los EEUU de depreciación competitiva de la moneda y de agresión financiera, y los países comenzaron a rehuir el dólar y aun a evitar incurrir en excedentes comerciales y de pago como tales.

Lo esencial es que no hay manera de que los EEU puedan defender la depreciación del dólar en términos que obliguen a otros países a aceptar pérdidas en sus valores. Los inversores de todo el mundo han perdido la fe en el dólar y en otras monedas papel, y se están movimiento hacia el oro o, simplemente, cierran sus economías. En el curso del pasado año –desde las reuniones de los BRIC en Ecaterimburgo, Rusia, en verano de 2009— su respuesta ha sido evitar el uso del dólar para protegerse de la agresivas fugas de capital estadounidense que buscan atacar por sorpresa a sus bancos centrales y comprar sus empresas, sus materias primas y sus activos con "papel crédito" (y en realidad, posibilitar también el aumento del gasto militar).

En vez de apoyar ese intento –un movimiento con consecuencias positivas para la paz en el mundo, porque tiende a limitar el aventurerismo militar estadounidense (como la Guerra de Vietnam obligó al dólar a soltar las amarras del oro en 1971)—, Krugman se sirve de la crisis para atacar a China como si el éxito de ésta fuera lo que está perjudicando a los trabajadores norteamericanos, y no las políticas estadounidenses postindustriales y profinancieras que han inflado la burbuja inmobiliaria, privatizado la asistencia sanitaria sin opción pública –sin siquiera un descuento para las compras de fármacos públicos norteamericanos— ni la incapacidad para depreciar las deudas hipotecarias y otras deuda bancarias y acercarlas a la capacidad de pago.

Los actuales ataques a China se parecen mucho a los ataques a Japón y otros países asiáticos a finales de los 80, que consiguieron demonizar a economías exitosas por haber evitado ser víctimas de las prácticas predatorias que corroyeron a la industria norteamericana, que "financiarizaron" y postindustrializaron su economía. La piramidalización de la deuda estadounidense que arrancó en los 80 ha desembocado en una guerra de clases sin apenas justificación económica. Así pues, culpar a los extranjeros –por enriquecerse del mismo modo que hicieron los EEUU desde que el Norte ganó la Guerra Civil en 1865— equivale simplemente a proporcionar una coartada política para un statu quo económicamente estéril.

A los dos partidos norteamericanos y a sus portavoces políticos les resulta más fácil demonizar políticas que van más allá de lo meramente marginal (y que, por lo mismo y en ningún caso, puede afrontar la solución de problemas estructurales centrales). El debate político termina así alzaprimando diferencias políticas insignificantes. Difícilmente se tendrá consciencia por esa vía de que el problema que tiene ante sí el desempleo industrial norteamericano es que los perceptores de salario tienen que ganar lo suficiente para pagar la vivienda más cara del mundo (la FDIC [corporación federal de seguros de depósitos, por sus siglas en inglés] está tratando de limitar las hipotecas para que no absorban más del 32% del presupuesto del prestatario hipotecado), la asistencia sanitaria y la Seguridad Social más caras del mundo (con un 12,4% de deducciones, conforme a lo dispuesto por la FICA [Ley federal de seguro de las contribuciones, por sus siglas en inglés], elevadísimos niveles de endeudamiento personal con los bancos y las rapaces empresas de las tarjetas de crédito (cerca de un 15%) y un desplazamiento de la carga fiscal desde la propiedad y los más ricos hacia los ingresos procedentes del trabajo y hacia los bienes de consumo (otro 15%, más o menos). El propósito de los banqueros pasa por calcular cuánto pueden pagar sus clientes, lo que se define como cualquier cantidad que rebase los costes básicos de subsistencia y los gastos "no-discrecionales" que vayan a parar al sector FIRE [Finanzas, Aseguradoras y Bienes Raíces, por sus siglas en inglés].

Eso es suicidio postindustrial, y es la vía a la servidumbre por deudas para los asalariados y los consumidores norteamericanos. China ha creado una economía que ha conseguido –hasta ahora— evitar la financiarización de sus empresas. El Estado posee más de la mitad de las acciones de sus bancos comerciales. De acuerdo con el Ministerio de Finanzas chino, los activos de todas las empresas estatales en 2008 representaban cerca de 6 billones de dólares (lo que equivale a un 133% del producto económico anual). Lo que trae consigo que, cuando se hacen préstamos a las empresas nacionales –especialmente a las que son de propiedad parcial o totalmente estatal—, los intereses y los réditos financieros fluyen hacia el sector público, lo que hace innecesaria la grabación fiscal del trabajo.

Como puede comprenderse, China está tratando de defender este sistema. Sin embargo, la administración Obama (imitada por los fundamentalistas republicanos del libre mercado) critica eso, particularmente su subsidio público de la energía solar, una inversión destinada a desacelerar la polución y el calentamiento global. El Wall Street Journal del pasado miércoles proporcionaba un ejemplo casi cómico de este ataque hipócrita (Jason Dean, Andrew Browne y Shai Oster: "China's 'State Capitalism' Sparks a Global Backlash" ["El capitalismo de Estado chino desencadena una reacción global"]), denunciando la aceleración de las inversiones chinas en energía solar para emancipar a su economía (y a su atmósfera) de las importaciones de petróleo y de las emisiones de carbono. "Aprovecha el control estatal del sistema financiero para canalizar capital de bajo coste hacia las industrias nacionales (y hacia naciones extranjeras ricas en recursos combustibles fósiles y en minerales que China necesita para mantener su rápido ritmo de crecimiento)".

Esa política china llevó a Charlene Barshefsky, representante del comercio exterior norteamericano bajo Bill Clinton (y quien ayudó a negociar la entrada de China en la OMC en 2001), a quejarse de que "economías vigorosamente dirigidas por el Estado, como la china o la rusa (…), puedan decidir que 'ramas industriales enteras sean creadas por el Estado', (…) lo que desequilibra el campo de juego, penalizando al sector privado". Eso es precisamente lo que hizo Japón para fomentar su industrialización: suministrar crédito público, a fin de promover la inversión en capital tangible, no el latrocinio de las exacciones financieras. "Vastas franjas industriales siguen controladas por empresas estatales, estrictamente restringidas para los extranjeros", se quejan los autores del artículo en el Wall Street Journal. "El Estado posee los principales bancos en China, sus tres mayores compañías petroleras, sus tres servidores de telecomunicaciones y sus principales empresas de medios de comunicación".

Hay dos ideas muy distintas sobre cuál debe ser el papel desempeñado por el sistema financiero. En Occidente, en los últimos treinta años, los bancos comerciales han creado el grueso del crédito para la especulación y la inflación de los precios de los activos, no para financiar la formación de capital y la industria. La idea directriz de una banca pública es promover la inversión a largo plazo para aumentar la productividad, la producción y el empleo. Y eso es lo que ha permitido a China triunfar con tanta rapidez, mientras que las economías occidentales se financiarizaban y degradaban. Los países bálticos, Islandia y ahora Irlanda son ejemplos del desastre que el neoliberalismo financiero causa cuando tiene las manos libres.

La moraleja es que el éxito bancario chino –y su propósito de defenderse del asalto de la moneda estadounidense y de la especulación arbitrajista que busca saquear sus reservas extranjeras—, lejos de merecer la acusación de promover la guerra económica, merecería ser emulado. Emularlo es, precisamente, lo que los países BRIC declaran ahora querer. La administración Obama y los políticos europeos tocan, desde luego, certeramente nervio cuando urgen a China a centrarse más en su propio mercado interior y a acelerar el aumento de sus propios niveles de vida. Es claro que los mercados interiores de EEUU y Europa se están encogiendo, a medida que avanza la deflación por deuda.

China no es tan autosuficiente como los EEUU en recursos naturales y agua. Eso significa que un incremento de sus niveles de vida exigirá gastar buena parte de los ahorros internacionales que han llegado a atesorar. Pero al menos se halla en la senda adecuada. ¿Puede decirse lo mismo de Norteamérica? ¿En qué ayuda denunciar a China? ¿No deberíamos más bien preguntarnos por qué su productividad, su inversión de capital y sus niveles de vida están creciendo, mientras declinan los nuestros?

La misma pregunta sugiere la respuesta: el sistema financiero chino está concebido para promover un crecimiento del excedente, no para chupar el excedente existente. Un producto lateral de eso es el aumento de los precios en los bienes raíces y en los mercados de valores, pero ese aumento refleja aquí incrementos de inversión de capital y progreso, no una diversión de la inversión para alimentar el vaciamiento de activos [asset stripping], como ha ocurrido en los EEUU de la codicia arrogante imperante en los últimos 30 años.

Lo que debería preocupar a Krugman y otros economistas que abogan por los asalariados y por el conjunto de la economía es el peligro de que la Fed emprenda otro rescate camuflado de sus amigos de Wall Street. Pues bien; Kessler sugiere que la Fed debería hacer precisamente eso: "trasladar la deuda tóxica a los libros contables de la FDIC [Corporación federal de seguros de depósitos, por sus siglas en inglés] y de la Fed, y reflotar a los bancos con capital fresco para abrir el próximo lunes por la mañana".

¡No puede criticarse a China por hacer lo que hace!

Michael Hudson trabajó como economista en Wall Street y actualmente es Distinguished Professor en la University of Misoury, Kansas City, y presidente del Institute for the Study of Long-Term Economic Trends (ISLET). Su dedicación a los problemas de las economías postsoviéticas, y especialmente la letona, le ha llevado a ser comisionado recientemente, por parte de la coalición de izquierda letona Centro de la Armonía, como economista jefe de la Reform Task Force Latvia, un think tank encargado de elaborar una política económica alternativa para ese país báltico. Es autor de varios libros, entre los que destacan: Super Imperialism: The Economic Strategy of American Empire (nueva ed., Pluto Press, 2003) y Trade, Development and Foreign Debt: How Trade and Development Concentrate Economic Power in the Hands of Dominant Nations (ISLET, 2009).

Traducción para www.sinpermiso.info: Mínima Estrella

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lunes, 29 de noviembre de 2010

PORTUGAL: LA MAYOR HUELGA GENERAL DE SU HISTORIA

Portugal: la mayor Huelga General obrera de su historia. Declaraciones
Francisco Louça · Carvalho da Silva · · · ·

28/11/10



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Portugal quedó el pasado miércoles, 24 de noviembre, aislado del mundo. Todos los vuelos tanto locales como internacionales fueron suspendidos por la huelga general convocada unitariamente por las dos centrales obreras (CGTP-UGT) en respuesta las políticas de ajuste del gobierno. Los puertos no operaron ese día. También el sistema de transportes dejó de funcionar o apenas circularon unidades conducidas por personal directivo. Los trabajadores de las industrias, de todos los niveles de la enseñanza, escuelas y universidades cerradas, con una notable participación del sector de la salud y de los funcionarios públicos, todos respondieron masivamente a la convocatoria.

"La huelga va a tener enormes consecuencias: va a cambiar al país y va a comenzar a cambiar la política. Va a mostrar a José Sócrates y a Passos Coelho que ellos no representan al país y que hay una mayoría que quiere sensatez, decencia en la economía, justicia fiscal", dijo el coordinador del Bloco de Esquerda, Francisco Louçâ, cuando participaba de un piquete de huelga en las puertas de Autoeuropa, la mayor fábrica de automóviles de Portugal.

Louçâ agregó que la "huelga muestra que la población quiere políticas públicas que promuevan la creación de empleo, el combate a la precariedad y la defensa de los más pobres".

En un gran concierto, organizado en la plaza Figueira por el Sindicato de Profesores de Lisboa para festejar la histórica jornada, el líder de la CGTP, Carvalho da Silva, recordó que el éxito de la huelga general fue logrado por personas "que viven con muchos sacrificios, porque hay millares con salarios muy bajos y en una situación de precariedad llevada al límite, y para quienes tuvo un costo muy alto perder un día de salario. Pero lo hicieron con coraje". Destacó también que "no podemos permitir más injusticias que fueron siendo aplicadas a los largo del año en nombre de la crisis, donde los gobernantes impusieron recortes a la ayuda social, al apoyo a los estudiantes, pero no a los bonos de los ricos".

El gobierno quiere flexibilizar el mercado de trabajo

El gobierno quiere disminuir el valor de las indemnizaciones de quien es despedido sin justa causa y facilitar los procesos de despidos. El coordinador del Bloque, Francisco Louçâs, habla de "ganancia organizada".

Si en junio, el primer ministro, al final de la reunión del Consejo Europea en Bruselas, afirmaba que la reforma del código laboral hecha por el Gobierno era suficiente y que no iría a promover nuevas alteraciones en las relaciones laborales, ahora cambia el discurso.

Al finalizar la sesión del cierre del debate sobre el Presupuesto para el 2011, el ministro de Finanzas, Texeira dos Santos, defendió que es necesario profundizar las reformas en el mercado de trabajo. Mientras tanto, José Sócrates ya lanzó la reforma al anunciar una agenda para el crecimiento económico y para el empleo y que pasará por la flexibilización del mercado de trabajo.

Para la próxima semana, ya fueron agendadas algunas reuniones para la discusión de este tema con los sectores sociales, siendo la primera la que convocará a las mayores empresas exportadoras, entre las que estarán Petróleos de Portugal, Autoeuropa, Soporcel, Continental Mabor, Bosch Car Multimédia Portugal, Somincor, Peugeot-Citroen Portugal, Repsol, Companhia Aveirense de Componentes Industriais de Automóveis (CACIA), Amorim e Irmãos, Efacec y BA Vidro.

El primer ministro va así a ceder a las exigencias de los grandes empresarios y de las organizaciones trasnacionales.

El coordinador del Bloco, afirmó en Coimbra, que la flexibilización del mercado de trabajo resulta de la "ganancia organizada" de los grandes intereses económicos.

El gobierno cede, según Francisco Louçâs, a las presiones del FMI y presenta como solución para la crisis del empleo, para la crisis económica, crisis de confianza y crisis financiera, la flexibilización del mercado de trabajo. Lo que está verdaderamente en juego es la disminución del valor de la indemnización de quien es despedido sin justa causa, facilitando los despidos masivos.

Louçâ señaló que la política del FMI, "aquella que Pedro Passos Cohelo aplaude y con quien entretanto ya gobierna con su acuerdo para este Presupuesto de miseria y desempleo" agravará la pobreza, las injusticias y el desempleo.

Francisco Louça es un economista portugués de reputación académica internacional y el principal dirigente del Bloco d'Esquerda. Carvalho da Silva es un veterano dirigente obrero, líder de la central sindical mayoritaria portuguesa CGTP.

Traducción para www.sinpermiso.info: Carlos Abel Suárez


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domingo, 28 de noviembre de 2010

JEAN ZIEGLER: "LA SOLUCIÓN AL HAMBRE NO ES DAR MÁS, SINO ROBAR MENOS"

Entrevista a Jean Ziegler, sociólogo y analista anticapitalista


“La solución al hambre no es dar más, sino robar menos”


David Rojo | 20minutos / 28 sep 10

“Hay dos tipos de odio: el patológico (el de Al-Qaeda) y el razonado”, “la ONU ya no funciona. El Sur quiere relaciones de igualdad”.



Haber nacido en Suiza –un país cuya “única materia prima es el dinero de los demás”– y una larga relación con la ONU no implica directamente la defensa del capitalismo financiero que esos dos datos harían sospechar. Ziegler (*) es un anciano antiprototípico capaz de articular un libro sobre esta premisa: “Pocas veces los occidentales han dado tales muestras de ceguera, indiferencia y cinismo como ahora. Su ignorancia de las realidades es impresionante. Y así es como se alimenta el odio“.

Es una acusación bastante dura, ¿no le parece?
Vivimos en un orden caníbal del mundo: cada cinco segundos muere un niño de menos de 6 años; 37.000 personas fallecen de hambre cada día y más de mil millones (casi una sexta parte de la humanidad) sufre malnutrición permanente. Y mientras tanto, las 500 mayores multinacionales controlaron el año pasado el 53% del PIB mundial. Esta oligarquía del capital financiero organizado tiene un poder como jam ás lo tuvo un papa, un rey o un emperador. Creo que la ceguera y la arrogancia de los occidentales es total.

La pasada semana hubo una reunión de la ONU, que es su casa, para tratar el asunto.
Sí. Y [el secretario general] Ban Ki Moon dijo que el hambre podría ser erradicada con 40.000 millones de dólares. Es una locura, porque el problema no es que haya poco dinero para los subsidios de cooperación (aunque siempre se puede hacer más), son las estructuras del orden criminal del mundo las que fabrican cada día la masacre cotidiana del hambre. La solución no es dar más, sino robar menos.

¿Cuáles son esas «estructuras del orden criminal»?
Las exportaciones a precios bajos destruye la agricultura africana

Este orden se basa en tres pilares. El primero es el dumping [exportar productos a un precio más bajo que en el propio país] agrícola: la UE exporta productos agrícolas a África a precios muy bajos, lo que destruye la agricultura africana. El segundo son los agrocarburantes: se queman millones de toneladas de trigo y maíz para proteger el planeta, para reducir las emisiones; es una razón comprensible, pero quemar alimentos en un planeta donde cada cinco segundos un niño muere de hambre es un crimen contra la humanidad…

¿Y el tercer pilar?
Es la especulación bursátil de los grandes hedge funds sobre el arroz, el trigo, el maíz, etcétera. La especulación sobre los alimentos de base. Después de la crisis financiera de 2008, los grandes hedge funds migraron desde los mercados financieros a los mercados de materias primas. Se dedicaron, legalmente, a especular e hicieron explotar los precios de los alimentos básicos.

La UE es responsable de algunas de estas políticas…
La hipocresía de los comisarios, inclusive españoles, es impresionante. Porque cuando los refugiados del hambre intentan venir a Canarias o a Lampedusa son rechazados por métodos militares.

Pero, ¿no existe un problema de sobrepoblación?
La FAO, que cada año da en su informe anual unas cifras respetadas por todos, dice que la agricultura actual podría alimentar a 12.000 millones de personas. Es, prácticamente, el doble de la humanidad. Y el Banco Mundial dice que al menos 260 millones de personas más fueron empujadas en 2009 al abismo del hambre por causa de la especulación.

¿Y la culpa de todo ello es de Occidente?
Occidente es ciego, arrogante, no comprende la memoria herida de la esclavitud, de las masacres coloniales; no entiende que hoy en día todo eso se transforme en conciencia política, en reivindicación de perdón y de reparación.

Pero hablar de odio en el título es bastante agresivo.
Este libro es un libro de esperanza. Ésta es la 14.ª edición en el extranjero y funciona muy bien. Siempre los editores dicen que el título no es muy bueno, porque la palabra odio impresiona mucho. Pero hay dos tipos d e odio: el patológico, que es el del terrorismo, el de Al-Qaeda, que no tiene justificación y tiene que ser combatido con todas las medidas democráticas; pero existe otro: el odio razonado, que es el que se ve en Bolivia, en Caracas, en otras partes. Es la transformación, postergada, de esa memoria herida de la esclavitud en una fuerza política. En Bolivia, por primera vez en el subcontinente, es un campesino, un cocalero, un aymara –no un intelectual de izquierdas– quien gobierna.

¿Cómo se produce esta transformación?
Estos países están viviendo un renacer identitario y la fuerza política y social generada es capaz de hacer frente a las multinacionales (con las expropiaciones del petróleo, el gas, las minas…).

¿Y cuál es el papel de Europa?
Las multinacionales son el poder principal en España, Francia y en todas partes. Los Estados de Europa son verdaderas democracias, donde los derechos humanos son respetados. Pero, fuera de Europa practican el fascismo externo, la ley de las multinacionales, que maximizan los beneficios con la explotación máxima de los recursos ajenos. Pero aquí, en el cerebro del monstruo, el pueblo existe con todos sus derechos: una sociedad civil con conciencia puede forzar la prohibición de quemar alimentos para fabricar biocarburantes, puede reformar la Bolsa, prohibir la especulación con materias primas…

¿Y el de la ONU?
El libro se publica con la esperanza de quebrar el orden caníbal del mundo

Naciones Unidas ha terminado. En su momento fue muy importante, pero ya no funciona. Los países del Sur quieren relaciones internacionales, organismos, de justicia e igualdad, que no existen. Si es posible construir un frente de solidaridad planetaria entre la nueva sociedad civil aquí y los nuevos movimientos del Sur, se podría quebrar el orden caníbal del mundo. El libro se publica con esta esperanza.

Nota:

* Ziegler es escritor, sociólogo, analista político y anticapitalista. Participa en el comité consultivo del Consejo de Derechos Humanos. Es autor del libro "El odio a Occidente" (Ed. Península).

Fuente: http://www.acordem.org/2010/09/27/jean-ziegler-la-solucion-al-hambre-no-es-dar-mas-sino-robar-menos/
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sábado, 27 de noviembre de 2010

LOS ESLABONES DÉBILES DE LA UE: IRLANDA, PORTUGAL, GRECIA Y ESPAÑA

¿Qué pasa en Irlanda y en los otros PIGS, incluida España?


Vicenç Navarro
Sistema Digital / Rebelión




Para entender la crisis financiera y económica de la Unión Europea, tenemos que entender tal crisis no sólo como un fenómeno económico y financiero, sino también como un fenómeno político. En realidad, esto último determina lo primero. Veamos por ejemplo la situación de Portugal, Irlanda, Grecia y España, referidos en un tono insultante en la literatura económica anglosajona como los PIGS, que quiere decir, en inglés, los “cerdos”. Tales países, Portugal, Irlanda, Grecia y España (Spain en inglés) han estado gobernados, durante la mayoría del periodo desde el final de la II Guerra Mundial hasta finales de los años setenta por dictaduras fascistas o fascistoides (España y Portugal) y por regimenes autoritarios profundamente conservadores (Grecia e Irlanda). Las dictaduras españolas y portuguesas terminaron en 1978 y 1974 respectivamente. La griega terminó en 1974. En Irlanda fue en los años setenta cuando comenzó a abrirse un sistema profundamente conservador de ideología católica extrema, que en cierta manera perdura todavía hoy.

Este contexto político explica que el Estado heredado por las democracias (que se inicia en estos países a partir de los años setenta y ochenta), fuese un Estado represivo, poco redistributivo y escasamente social. Todos estos países tenían en los años setenta, por ejemplo, el número de policías por diez mil habitantes más elevado del grupo de países que pasarían a ser más tarde la Unión Europea, mientras que el porcentaje de la población adulta trabajando en su Estado del bienestar era y continúa siendo el más bajo de aquella comunidad. Estos países eran y siguen siendo también los países con mayores desigualdades en la Unión Europea de los Quince.

Esta es la herencia de aquellos países que más tarde pasaron a ser conocidos como los PIGS. Ni que decir tiene que mucho ha cambiado en ellos desde entonces, y muy en particular en los periodos de gobiernos socialdemócratas. Pero el hecho es que hoy continúan compartiendo varias características, resultado de su pasado común, que les han marcado definitivamente. Todos ellos tienen, por ejemplo, la carga fiscal más baja de la UE-15, y ello como consecuencia del enorme poder que todavía tienen en estos países sus clases dominantes (esa categoría que incluye la banca, la gran patronal y las rentas superiores). Mientras que el promedio del porcentaje de impuestos sobre el PIB en la UE-15 era al principio de la crisis (2007) 41,1%, en Irlanda era un 31,1%, Grecia era un 34,2%, España era un 34,0% y Portugal un 36,5%, todos ellos, pues, con una carga fiscal menor que el promedio de la UE-15.

En realidad, tenían la carga fiscal más baja de esta comunidad. Esta baja carga fiscal se aplicaba tanto a impuestos directos como a impuestos indirectos. Tanto unos como otros eran los más bajos de la UE-15. Además de los más bajos eran también los más regresivos. Es decir, dependían, y continúan dependiendo, excesivamente de impuestos sobre las rentas del trabajo.

Estos bajos ingresos del Estado significan unos gastos públicos como porcentaje del PIB muy bajos. Mientras que el promedio de la UE-15 el gasto público es del 46% del PIB, Irlanda es 36,8%, España 39,2%, Portugal 43,8% y sólo Grecia está al mismo nivel que la UE-15. El gasto público en protección social es el más bajo de la UE-15 en todos estos países. De nuevo, mientras que el promedio de la UE-15 es 27%, Irlanda es 18,9%, Grecia 24,4%, España 21% y Portugal 24,8%. Un tanto semejante ocurre con el empleo público. Mientras que el porcentaje de la población adulta que trabaja en el sector público es, en el promedio de la UE-15 sólo el 15%, en Irlanda es un 12%, en Grecia un 14%, en España 9% y en Portugal sólo un 7%. El sector público y su Estado del bienestar están poco desarrollados en todos los ámbitos.

Otra característica de tales países (los PIGS) es el escaso efecto redistribuidor del Estado. Todos ellos tienen una elevada pobreza, tanto antes como después de la intervención del Estado del bienestar. Puesto que pobreza se define como el 50% de la mediana, ello quiere decir que el Estado redistribuidor es muy limitado.

En resumen, un análisis de la situación fiscal y social de esos países muestra unos bajos impuestos (resultado sobre todo de la baja aportación de las rentas superiores y rentas de capital que alcanza su extremo en el caso de Irlanda, donde el impuesto sociedades es sólo un 12%); una gran regresividad fiscal; un sector público poco desarrollado; un Estado del bienestar poco desarrollado y un Estado poco redistributivo. Todos estos son síntomas de lo que solía llamarse “poder de clase”, es decir, del enorme poder de las clases dominantes. Una consecuencia de ello es que las desigualdades sociales son mayores que en el promedio de la UE-15. Así, el indicador de desigualdades, el coeficiente de Gini, es mayor en todos estos países que en el promedio de la UE-15 (a mayor número, mayor la desigualdad). Mientras que el promedio de la UE-15 era 0,28 en 2007, en España era 0,31, en Irlanda era 0,31, en Grecia era 0,34 y en Portugal era 0,36.

Las desigualdades sociales y su impacto en la crisis

Las causas mayores de estas enormes desigualdades eran la escasa actividad redistributiva del Estado y la prominencia de las rentas del capital sobre las rentas del trabajo, consecuencia del enorme dominio de las derechas en la vida política d e aquellos países. En todos estos países los sindicatos son débiles y las izquierdas también. Éstas, así como también los sindicatos, están divididas según distintas tradiciones políticas. La unidad de las fuerzas conservadoras y liberales contrasta con la gran diversidad y atomización de las izquierdas, con pluralidad sindical que debilita a las fuerzas progresistas. La situación política en estos países es la opuesta al norte de Europa –los países escandinavos-, donde las izquierdas son fuertes y las derechas, en cambio, están divididas en muchos partidos. Ello determina que los mal llamados PITS, tengan todos ellos Estados poco redistributivos con una gran concentración de las rentas del capital a costa del mundo del trabajo. Por cierto, esto ha ido ocurriendo en toda la UE-15 (ver mi artículo “Cómo está evolucionando la situación social de la Unión Europea” en www.navarro.org), pero muy en especial en estos países (mal llamados PIGS). El promedio de descenso de las rentas del trabajo sobre la renta total ha sido en los PIGS un descenso del 70% en el año 1992, a un 61% en el año 2007. Es más, debido a la concentración de las rentas del trabajo en las rentas superiores (consecuencia de que los sectores superiores ingresan rentas muy superiores a las rentas medias), la reducción de los salarios en los PIGS ha sido incluso más acentuada, siendo los porcentajes en el año 2007 mucho más bajos (52%) que en 1992 (66%). Estas son las causas de la crisis.

¿Cómo aparece la crisis en estos países en el 2007?

Las causas de la crisis fueron acumulándose durante los años anteriores al 2007. La reducción de la masa salarial creó el problema del endeudamiento de las familias, que se había resuelto temporalmente a base de conseguir crédito, el cual fue creciendo, generando una expansión del sector financiero. Este sector financiero conseguía el dinero de las bancas alemanas y francesas, en el caso de Grecia y España, y también de las bancas británicas, en el caso de Irlanda. Esa fue la génesis de la deuda privada. Esta deuda podía sostenerse porque el aval era la vivienda, cuyo precio iba subiendo. Cuando el precio de la vivienda, sin embargo, colapsó debido al colapso de la burbuja inmobiliaria, se creó un problema gravísimo que afectó enormemente a la demanda y al crecimiento económico. Por otra parte, el enorme crecimiento de las rentas del capital y la escasa rentabilidad de la economía productiva condujo a grandes inversiones especulativas en el sector financiero. En Irlanda y en España el maridaje banca-inmobiliaria-industria de la construcción fue el motor del mal llamado “milagro español e irlandés”. Este milagro se iba consiguiendo a base de un enorme endeudamiento.

Además de lo anterior, la baja carga impositiva y escasos ingresos del Estado determinaron que el Estado tuviera que endeudarse para poder financiar el limitado Estado del bienestar. Es más, la sistemática bajada de impuestos, sobre todo de las rentas superiores, también contribuyó a aumentar el déficit estructural del Estado, que se acentuó cuando, con la crisis y la recesión, los ingresos al Estado disminuyeron. Esto llevó a que se dispararan los déficits en aquellos países, de manera que en el año 2009, Irlanda tenía un déficit del 14%, Grecia 15%, España 11% y Portugal 9%.

Estos déficits fueron aumentando la deuda pública que, sumada a la deuda privada, hizo que la deuda total alcanzara unas dimensiones extraordinarias, que alcanzó su máximo exponente en Irlanda (más del 700% del PIB). La mayoría de esta deuda impagable, la tenían los bancos alemanes, británicos y franceses, creando así una crisis bancaria de enormes proporciones, que ha afectado a la disponibilidad del crédito. Este problema de falta de crédito, junto con la escasa demanda, es la causa de la Gran Recesión, que podría convertirse, en caso de que no cambiaran las políticas de tales Estados, en una Gran Depresión, que afectaría también al resto de la Unión Europea, y naturalmente, al euro.

Todos estos datos muestran que el crecimiento económico en aquellos países PIGS tenía pies de barro. El escaso desarrollo del Estado, tanto en su función redistribuidora como social, obstaculizó enormemente el desarrollo económico del país. Y la crisis bancaria muestra que el euro también tiene pies de barro. En estos momentos, la estrategia del establishment europeo (Consejo Europeo, donde gobiernan las derechas, la Comisión Europea, donde también dominan las derechas, y el Banco Central Europeo, el Vaticano de la ortodoxia liberal), es salir de la crisis a base del aumento de la competitividad basada en bajadas de salarios, a fin de aumentar las exportaciones, lo cual es difícil en una situación en que la economía europea está en una profunda recesión. Todas las medidas que se están promoviendo (la reforma laboral, la reducción del gasto público, la reforma de las pensiones y otras), tiene como objetivo debilitar a los sindicatos y al mundo del trabajo para facilitar ese aumento de lo que llaman competitividad.

Salidas a la crisis: la via irlandesa neoliberal

De la misma manera que la causa de la crisis ha sido política, la salida de la crisis también dependerá de factores políticos. No se puede salir de la crisis sin una redefinición de las relaciones de poder entre el capital y el trabajo. En ese aspecto, las medidas que se están tomando son las medidas que el capital (hegemonizado por el capital financiero) está imponiendo para salir de la crisis en sus términos, lo cual será imposible. Estamos viendo en Irlanda, el alumno aventajado de la ortodoxia neoliberal, que durante el periodo 2007-2010 siguió dócilmente las políticas neoliberales promovidas por el Fondo Monetario Internacional y por la Unión Europea (que consistió en reducir durante el periodo 2007-2010 el gasto de las prestaciones sociales un 10%, bajar los sueldos de los empleados públicos un 20%, bajar el salario mínimo y una mayor desregulación del mercado de trabajo. Tales medidas, como era predecible, empeoraron la situación, pues redujeron la demanda de una manera muy significativa. La renta per cápita de Irlanda ha disminuido un 20% durante los tres años de crisis, y el PIB se ha reducido un 11%, la mayor reducción en la UE-15. La acentuación de la crisis ha determinado una presión incluso mayor para que se hagan mayores recortes sociales, que quedan por determinar según el discurso del Primer Ministro del gobierno irlandés.


Otra alternativa es posible

Es obvio que la crisis no se resolverá a no ser que se incremente la demanda y que se facilite el acceso al crédito. El primero no ocurrirá, mientras no existan políticas públicas expansivas de gasto público, orientadas a la creación de empleo. El mayor problema humano, social y económico, no sólo en los PIGS, sino en toda la Unión Europea, es el desempleo. Se necesita cambiar de orientación y en lugar de enfatizar el modelo alemán basado en las exportaciones (Schröder y Merkel) se debería acentuar el modelo de estímulo de la demanda a través del incremento del consumo doméstico, aumentando el gasto publico y los salarios, tanto en Alemania como en el resto de la Eurozona, tal como propuso Oskar Lafontaine en su día.

Por otra parte se necesitan inversiones en nuevas áreas sociales y económicas, entendiendo el Estado del bienestar no como un consumo, sino como una inversión para crear empleo. Estas inversiones facilitarían la entrada de la mujer en el mercado de trabajo. Si el porcentaje de mujeres en el mercado de trabajo en toda la Unión Europea fuera el mismo que el que existe en Suecia, el número de trabajadores nuevos sería mayor que el que resultaría de la integración de Turquía en la Unión Europea.

La otra condición es resolver el problema de crédito, el cual requiere que la banca sea considerada entidad de utilidad pública (como lo fue en muchos países, en que la provisión del crédito fue considerada una función social). Ello implicaría en muchos sectores la reaparición de la banca pública. En España, concretamente, sería necesaria la transformación de las cajas de ahorro en bancas públicas, tal como han propuesto Attac y el Catedrático de Economía Juan Torres.

Y por otra parte, el Banco Central Europeo debería convertirse en un banco central, ya que no lo es ahora, y como tal debería garantizar la provisión de crédito a los Estados, comprando deuda pública y revirtiendo los intereses a los Estados. Ello sería equivalente a proveer liquidez a los Estados. Que no se haga esto se debe a que el mundo del capital (hegemonizado por capital financiero) tiene excesivo poder y el mundo de trabajo tiene muy poco. La única solución es la agitación social, tal como muy bien ha dicho el premio Nóbel de Economía Joseph Stiglitz, que animó al mundo sindical europeo a seguir los pasos del sindicalismo francés. Hoy existen a lo largo de todo el territorio europeo protestas del mundo del trabajo rebelándose contra tales políticas neoliberales. Piden, con razón, que se establezcan otras políticas alternativas y casi opuestas, señalando que otra Unión Europea es posible. Y los países PIGS pueden añadir su voz a este proceso para transformar la UE. Para ello es necesario recurrir a una redefinición de las izquierdas, motivo de un artículo próximo.

Fuente: www.vnavarro.org

rCR


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MÁS DE 40 MILLONES DE ESTADOUNIDENSES VIVEN EN EL UMBRAL DE LA MISERIA

Más de 40 millones de estadounidenses viven en el umbral de la miseria
La cantidad de habitantes en Estados Unidos que vive en la pobreza aumentó a 43.6 millones en 2009, según un informe emitido por la Oficina del Censo.



Internacional | Agencias | 27-11-2010 |

En un reporte elaborado por ’The Heritage Foundation’, un organismo conservador de tendencia republicana, los autores culpan a los pobres del país de “no tener estabilidad matrimonial” y mantener una “dependencia enfermiza” de la ayuda federal como excusa para no buscar trabajo: “los pobres tienen la culpa de ser pobres”, sentenciaron. Con este argumento, los estadounidenses justifican la actual situación de millones de residentes del país.

Los expertos señalan que las afirmaciones de este estudio no son válidas, porque ignoran las verdaderas causas de la pobreza. “¡El estudio de The Heritage Foundation es una tontería!”, sentenció el analista político Antonio Jorge.

Por su parte, ciudadanos como Yolanda Portela, señalan que sin la ayuda federal, miles de familias estadounidenses morirían de hambre, porque no tienen otra forma de sobrevivir: “¡Imagínate si le quitaran la ayuda a todas esas familias! ¿Qué sería de ellas? Sin trabajo, sin dinero… nada!”, expresó Yolanda, que actualmente vive en Miami.

Este año, el censo y otros cómputos anunciaron que más de 40 millones de estadounidenses viven en el umbral de la miseria. Pero lejos de analizar realmente las causas económicas de la pobreza, los conservadores, una y otra vez -en estudios como el de la Heritage Foundation-, plantean que el gasto federal para los menos favorecidos es una forma de malgastar el dinero de los contribuyentes.

El presidente Barack Obama, por su parte, se encuentra en medio de una lucha para proteger los beneficios del seguro social y evitar el recorte de los programas sociales para los ciudadanos de bajos ingresos… algo difícil de evitar, frente a una oposición totalmente hostil hacia el gasto público y hacia el mismo líder de la Casa Blanca.

“Los hombres y mujeres de este país esperan que trabajemos para ellos, no en su contra. Los ciudadanos de este país quieren ver sus impuestos invertidos correctamente, pero también necesitan saber que su gobierno no los abandonará, ni siquiera en los peores momentos. Quitarles el apoyo federal sería abandonarlos a su suerte”, declaró Obama.

Las cifras del censo comprueban que el país vive uno de los peores momentos económicos de su historia. De hecho, los reportes señalan que esta misma noche, más de 15 millones de niños estadounidenses se irán a dormir con hambre. Y mientras esto sucede, los republicanos y conservadores siguen culpando a los pobres por su pobreza... pero eso sí, buscarán sus votos cuando mejor les convenga.

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jueves, 25 de noviembre de 2010

OTRO TERREMOTO EN LA ZONA EURO

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Otro terremoto en la zona euro
Sábado, Noviembre 20, 2010, 10:01
Opinión ComentarPoco tiempo duró la paz en la eurozona, compartida por dieciséis países europeos. Después de que el FMI y el Banco Central Europeo (BCE) rescataran a Grecia en mayo pasado de la bancarrota con un préstamo de 110.000 millones de euros a tres años, bajo durísimas condiciones económicas y sociales, los líderes europeos se fotografiaron sonrientes en Bruselas, dando por cerrada la crisis.

Los dirigentes de la Unión Europea aseguraron en su momento que habían logrado “calmar a los mercados financieros”, esas abstractas y a la vez poderosas instituciones globales que muestran a diario estar por encima de gobiernos democráticamente constituidos, con capacidad especulativa para hacerlos tambalear y hundir.

Sólo hacía falta, decían entonces, que los gobiernos europeos, disciplinadamente, aplicaran drásticos planes de ajuste, con durísimos recortes del gasto público y de las conquistas sociales de sus cientos de millones de ciudadanos. Y empezaron los ajustazos por doquier, sin importar si el gobierno de turno de tal o cual país llevaba la etiqueta de conservador, liberal, laborista, socialista o socialdemócrata. Poco se diferencian las recetas de todos ellos. Las orientaciones económicas de Bruselas, donde tienen sus sedes centrales las distintas instituciones que dirigen la Unión Europea, de neto corte ultraliberal, rigen para todos, son obligatorias y las violaciones de las mismas son castigadas con sanciones.

El viernes pasado, seis meses después del rescate de Grecia, una decena de técnicos del FMI, el BCE y representantes de la UE, desembarcaban en Dublín con sus cuentas en la mano para explicar al Gobierno conservador irlandés de Brian Cowen, las condiciones que deberá cumplir para ser “rescatado”. A Irlanda se le exige subir vertiginosamente su impuesto de sociedades, que está en el 12,5%, menos de la mitad de la media europea; reestructurar su sistema bancario –al que el Gobierno garantizó el 100% de los depósitos, en una decisión muy criticada por la UE– y atajar su déficit público, del 32%. Los técnicos visitantes revisarán también con lupa los detalles del plan de ajuste de 15.000 millones de dólares para los próximos cuatro que debe presentar el Gobierno irlandés a finales de noviembre.

Para aplacar las resistencias soberanistas de Owen ante las presiones internacionales, le recordarán seguramente que Irlanda dejó de ser el país más pobre de la Unión Europea para pasar a ser el segundo con renta per cápita más alta, al que se terminó por calificar de el “Tigre Celta”, gracias a los millonarios Fondos de Cohesión que la UE le aportó al entrar en esa comunidad europea para solidificar su economía y homologarla a estándares del resto de sus socios.

Irlanda se obnubiló, se endeudó y se hundió, como España, atrapada por la burbuja inmobiliaria. Hoy toda la UE paga esas consecuencias y provoca divisiones entre sus miembros sobre los límites que deben ponerse a los rescates a países en crisis por irresponsabilidad. El primer ministro griego, el socialdemócrata Yorgos Papandreu, criticaba días atrás, por ejemplo, a Alemania, por exigir que los bancos asuman parte de las pérdidas en el caso de suspensión de pagos de un país, por entender que tal medida “crea una espiral de tipos de interés más altos para aquellos países en dificultades”.

Y, acto seguido, Papandreu reconocía ante otro grupo de técnicos del FMI, BCE y la UE que también revisaron en Atenas la marcha de sus planes de ajuste, que el déficit público de 2009 no había sido del 13,6% tal como aseguró antes su Gobierno, sino del 15,4%. Por ello, el Gobierno se comprometió a reducir este mismo año el déficit en seis puntos, por medio de una reducción del gasto en hospitales públicos y el saneamiento de la Administración.

Pese a la supuesta solución del caso griego de seis meses atrás, la Unión Europea viene viviendo en realidad bajo un ataque de nervios, apagando fuegos aquí y allí, tratando de prever cuál será el próximo país contagiado.

Portugal es hoy el más vulnerable a sufrir el contagio de la crisis irlandesa. El ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, reconoció la existencia de “un riesgo elevado” de que su país se vea obligado a recurrir también al Fondo de Rescate de la UE y a la ayuda del FMI. El ministro de Exteriores portugués, Luis Amado, ha reconocido que si fracasa el pacto del Gobierno socialista –en minoría– con la oposición socialdemócrata para enfrentar la crisis, “Portugal podría verse obligado a abandonar el euro”. Es el primer Gobierno de la UE que plantea explícitamente esa posibilidad.

La canciller alemana, Angela Merkel, advertía precisamente en el reciente congreso de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), de que “hay mucho en juego, si el euro cae, Europa cae”. Según la líder conservadora, “la idea de los valores europeos y la unidad fracasarán, una idea que dio a nuestro continente fuerza y prosperidad después de las guerras y la destrucción del siglo pasado”. Por su parte, el Gobierno de Rodríguez Zapatero se ha apresurado a decir que “España no es Irlanda ni Grecia”, que tiene una economía sólida, que su sistema bancario es de los más saneados de Europa y que, como garantía extra a “los mercados”, dado que reconoce que la anunciada recuperación económica es aún imperceptible, adoptará medidas de ajuste adicionales.

A la reforma laboral recientemente aprobada se sumará en breve la reforma de las pensiones, un control más estricto del subsidio de desempleo que cobran gran parte de los más de cuatro millones de desempleados; un racionamiento del sector público empresarial, que pasaría a tener 77 empresas en vez de las 106 actuales; un brutal recorte al apoyo a la industria alternativa de energía fotovoltaica y una serie de medidas más. El Gobierno del socialista Rodríguez Zapatero sigue haciendo buena letra con el FMI, con el BCE, con la UE y los omnipresentes mercados.

¿Y después de Irlanda, quién seguirá?

Roberto Montoya / Miradas al Sur

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PRESENTADO EL LIBRO "EL SASTRE DE ULM: EL COMUNISMO DEL SIGLO XX, HECHOS Y REFLEXIONES"

Presentó en la Universidad de Barcelona ’El sastre de Ulm: el comunismo del siglo XX, hechos y reflexiones’, editado por El Viejo Topo

Lucio Magri llama a los comunistas a superar las derrotas políticas y proseguir en la lucha contra el capitalismo





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5 comentarios

00:00h. del Jueves, 25 de noviembre
Friedrich Pressburg/La República

Lucio Magri, el periodista y militante político cuya vida (n. 1932, Ferrara) recapitula buena parte de la historia del comunismo italiano y, por tanto, de la del Partido Comunista Italiano (PCI), presentó en Barcelona el pasado 18 de noviembre, su último libro ("El sastre de Ulm", Ed. "Viejo Topo", 2010), en una charla en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona (UB). El acto fue organizado por la Asociación de Investigaciones Marxistas (ACIM).

"El sastre de Ulm", hace referencia a un poema de Bertolt Brecht ("Der Schneider von Ulm", 1934), en el que se explica que, en el siglo XVI, un sastre de esta ciudad alemana a orillas del Danubio, se empeñó en pasar el río volando con unas alas de su fabricación, para demostrar así que los seres humanos podían volar. Se accidentó en el intento y las autoridades de Ulm se burlaron de ello. Siglos más tarde volar sería posible para los humanos, lo que permite a Magri establecer una parábola con el comunismo, máximo representante de las aspiraciones de libertad del ser humano.

En este sentido, el destacado comunista manifestó la necesidad de superar las derrotas políticas y la urgencia en proseguir en la lucha contra el capitalismo que, desde el "antiguo régimen" en el siglo XVI hasta estos inicios del siglo XXI, pasando por los Imperialismos del XIX, las dos Guerras Mundiales y los fascismos del XX, genera miseria, desigualdad, insolidaridad y mal social para la mayor parte de la Humanidad.

Magri recordó éste poema, al explicar que cuando en los años 1990 se desarrollaba la desaparición del PCI, el dirigente de este partido Pietro Ingrao reivindicaba el anhelo de una sociedad comunista sin renunciar a éste término, al que se debía aspirar y por el que se debe luchar como hizo con su asunto el sastre de Ulm.

Sin salirse del objetivo de la reunión, que era manifestar opiniones sobre la lectura de "El sastre de Ulm", se sucedieron las inevitables alusiones a la situación del ideario comunista en España antes y después de la Guerra Civil de 1936, y se confirmó la singular influencia del PCI entre los comunistas españoles del PCE/PSUC de la década de los 1970, y las dificultades posteriores a 1989-1990.

Al acto asistieron un centenar de personas que llenaron una sala de la Universidad de Barcelona, en cuyas canas y caras se manifestaba que su comparecencia en el acto de presentación del libro de L. Magri, era algo más que un acto académico o de cortesía. Inició el acto con una presentación y elogio de L. Magri por parte de Antonio Luchetti, miembro del partido comunista catalán, el PSUC-viu, seguida de las de los filósofos y profesores, adscritos a la tradición comunista, Miguel Candel y Francisco Fernández Buey.



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miércoles, 24 de noviembre de 2010

CUBA: REFORMA O REVOLUCIÓN

Análisis de Enrique Ubieta - A cincuenta años de haberse declarado socialista la Revolución cubana

Revolución o reforma





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23:58h. del Martes, 23 de noviembre
El pasado viernes 19 de noviembre leí esta ponencia —que me habían solicitado los organizadores de forma expresa—, en la 9na. Conferencia de Estudios Americanos celebrada en La Habana. Aunque retoma ideas expresadas en otros textos míos —y es un poco larga para este medio—, quiero compartirla con los lectores de mi blog dado el momento de ajustes que vivimos

Dentro de pocos meses la Revolución cubana cumplirá su primer medio siglo de haberse declarado socialista. Existía en el país una tradición revolucionaria que se remontaba a los orígenes de la nación: las necesidades vitales (económicas) de la población nacida en la colonia –de la esclava, por supuesto, de ascendencia africana o asiática, por momentos mayoritaria; pero también de la criolla, hija de peninsulares e isleños españoles—, solo podían ser satisfechas desde presupuestos éticos. Hasta que esas necesidades no cuajaron en moldes justicieros, no se fraguó el sentimiento independentista. El primer acto en pos de la independencia, fue inevitablemente de justicia: la liberación de los esclavos. Una rara identidad de lo ético y de lo útil engendraba la Patria. José Martí hablaría dos décadas después de “la utilidad de la virtud”. Cuando le correspondió organizar la nueva guerra, no habló de nación –un concepto viciado por sus usos metropolitanos, y por reivindicaciones raciales—, sino de Patria, que era, decía, Humanidad. Y paradójicamente, no creó un Partido Independentista, sino uno que nombró, para siempre, Revolucionario.

Una importante cualidad animaba el pensamiento martiano, profundamente revolucionario: hombre culto, de fina sensibilidad y extraordinarios conocimientos científicos, Martí rechazó el materialismo vulgar, en el fondo idealista, del positivismo, al que se adherían muchos de sus coetáneos. Había en Martí un “loco” indomable, que rechazaba de forma casi instintiva el acatamiento pasivo de los “hechos” sociales: si algún antecedente tuvo la frase convertida en graffiti por una mano anónima en una calle parisina del 68 del siglo siguiente, esa que pedía que fuésemos realistas, e hiciéramos lo imposible, fue quizás el realismo político del decimonónico Martí. En algún texto he propuesto una diferenciación conceptual entre el “deber ser” y el “poder ser” martiano; el primer concepto ignora la realidad en todas sus facetas –lo visible, lo fáctico, y lo posible, lo latente—, para aferrarse a un ideal no ratificado por la práctica, y ajustar artificialmente la realidad al modelo; el segundo, parte de la existencia de diferentes posibilidades latentes en la sociedad, todas reales, aunque no totalmente manifiestas, y de la certeza de que la realización de cualquiera de ellas puede y debe impulsarse de forma conciente. Los positivistas recolectaban datos, y en nombre de la ciencia, al decir de Martí y con verbo de su invención, “insecteaban por lo concreto”; en oposición, pedía un vuelo de cóndor, en el que participase la intuición como forma del saber. Los positivistas eran esencialmente reformistas, José Martí fue un revolucionario.

¿Y esto qué tiene que ver con el socialismo cubano? El hilo de Ariadna solo sirve para encontrar el pasado, jamás para hallar el futuro; el presente aún puede conducir a diferentes futuros. Decir, como alegan sus enemigos, que la Revolución se ha inventado una historia teleológica, es una mala treta. Salto por sobre simplificaciones y esquematismos manualescos, siempre presentes: la Revolución cubana cuenta con una sólida tradición histórica. Tanto es así, que algunos ideólogos de la contrarrevolución propusieron en los noventa la existencia de dos líneas matrices en paralelo (necesitados ellos de una): la moderna, capitalista, que transitaba por los diversos reformismos –en la Cuba decimonónica, el anexionismo y el autonomismo, y en la del siglo XX, un capitalismo dependiente que finalmente se adhería a posturas neo-anexionistas o neo-autonomistas—, y que partía de los primeros patricios blancos, en los que aún la justicia y el interés de clase no se fundían, y llegaba hasta los actuales empresarios cubano americanos, en los que ya nunca la una y los otros encontrarán espacio común; y por la otra, la que llamaron antimoderna, utópica –en un sentido despectivo—, por anticapitalista, en la que juntaron sin recato y con razón a Martí y a Fidel. En la historia de Cuba dos conceptos adquirieron un sentido opuesto, excluyente: la Revolución fundacional, propiciadora del nacimiento de la Patria, y la Reforma conservadora, asidero de una elite entreguista, antinacional. El espíritu revolucionario que necesitaba la independencia y el reformista, que necesitaba la dependencia. Los autonomistas finiseculares que clamaban por la hispanidad imperecedera de Cuba, cuando las únicas alternativas fueron la Anexión a Estados Unidos o la Independencia Absoluta, optaron por la primera. En una carta inédita del 3 de septiembre de 1899, dirigida al anexionista cubano-americano José Ignacio Rodríguez –que se conserva en los archivos de la Biblioteca del Congreso en Washington—, el presidente del Partido Liberal Autonomista cubano, José María Gálvez expresaba en tono conspirativo: “La independencia absoluta es la ilusión del día fomentada por los ’patrioteros’ y acariciada por la turba mulata. Conviene desvanecerla antes de emprender la demostración de que á la anexión ha de llegarse de todos modos, á la manera que para los católicos por todos los caminos se va a Roma. Creo haberte dicho antes y repito ahora que suspiran por la anexión todos los que tienen algo que perder, los que aspiran á adquirir, y la masa general de españoles”. De cualquier manera, para el que quiera ver por el ojo de la cerradura la reconstrucción de la historia que haría una victoriosa contrarrevolución cubana, asómese a las actuales sociedades este-europeas.

Pero la tradición revolucionaria en Cuba había recorrido también los caminos del marxismo en la primera mitad del siglo XX. Importantes intelectuales cubanos como Mella, Martínez Villena y Marinello, por solo citar a tres, fueron dirigentes partidistas; otros, colaboradores o simpatizantes del Partido. Los obreros cubanos y los estudiantes mostraban una impresionante pléyade de mártires y de líderes más o menos cercanos a los ideales socialistas. La ola revolucionaria de 1959 –antecedida por la del 33, que no tuvo una fuerza centrífuga que halara a sus diversos componentes—, unió esta vez a todos: las divergencias y los sectarismos fueron barridos por los acontecimientos, y los pocos que no fueron capaces de superar viejos rencores o ansiados protagonismos, desaparecieron del entramado histórico. La gesta libertaria del Movimiento 26 de julio fue nuevamente un desafío a lo aparentemente imposible: asaltos al cielo, travesías marítimas y desembarcos fantasmales, y la frase de Fidel al reunir apenas a ocho sobrevivientes del desembarco y siete fusiles, frente a un ejército bien armado y la previsible hostilidad del imperialismo más poderoso de la Tierra, “¡ahora sí ganamos la guerra!”. Del programa esbozado en La Historia me absolverá, pasando por la Primera Declaración de La Habana, hasta el día 16 de abril de 1961 en que se proclama el carácter socialista de la Revolución, han transcurrido veloces los acontecimientos. Una Revolución que transitó del anticolonialismo del siglo XIX al antiimperialismo del XX, era necesariamente anticapitalista. Buscar explicaciones externas al proceso, especular sobre las consecuencias que hubiese tenido una reacción más comprensiva por parte del gobierno estadounidense, es ignorar la naturaleza de los sucesos y de sus protagonistas: o era anticapitalista o no era. Fidel lo explica así en el Editorial del número inicial de la revista Cuba Socialista, en septiembre de 1961: “El 16 de abril, cuando acompañábamos a las víctimas del cobarde ataque aéreo del día anterior, puestas en tensión todas las fuerzas nacionales, respirándose ya la atmósfera de la agresión inminente, en víspera de la batalla contra el imperialismo que todo el mundo adivinaba, se proclamó el carácter socialista de la Revolución. La Revolución no se hizo socialista ese día. Era socialista en su voluntad y en sus aspiraciones definidas, cuando el pueblo formuló la Declaración de La Habana. Se hizo definitivamente socialista en las realizaciones, en los hechos económicos-sociales cuando convirtió en propiedad colectiva de todo el pueblo los centrales azucareros, las grandes fábricas, los grandes comercios, las minas, los transportes, los bancos, etc. El germen socialista de la Revolución se encontraba ya en el Movimiento del Moncada, cuyos propósitos, claramente expresados, inspiraron todas las primeras leyes de la Revolución. (…) Y dentro de un régimen social semi-colonial y capitalista como aquel, no podía haber otro cambio revolucionario que el socialismo, una vez que se cumpliera la etapa de la liberación nacional”

La brújula de navegación marcaba la ruta del Este europeo, pero nuestros padres, más que al hipotético lugar de llegada, miraban al de partida, con sus tareas sociales pendientes y sus poderosos enemigos al acecho. El comando que se hizo de la embarcación no provenía del Partido (Comunista) –muy bien organizado en Cuba, con una historia heroica, pero demasiado enredado en los saberes de su tiempo y en las tácticas de lo inmediato—, y no traía manuales de navegación. Eran jóvenes irreverentes, melenudos y barbudos, que despreciaban las normas burguesas de comportamiento e invadían con sus botas guerrilleras los salones de la burguesía derrotada; estadistas que al ser rechazados en los hoteles neoyorkinos de lujo, amenazaban con instalarse en carpas improvisadas en los jardines de Naciones Unidas o aceptaban gustosos una habitación en un modesto hotel del barrio negro de Harlem (eran tiempos de segregación racial legalizada en Estados Unidos). Pero no eran hombres y mujeres políticamente inmaduros; Fidel, en específico, había leído concienzudamente textos de Marx y Lenin, de historia, conocía en profundidad la realidad de su país –la visible y la latente—, poseía un optimismo revolucionario arrollador (solo es posible, lo que se cree posible), y un instinto político poco común. Como todos, vivió el diario, acelerado aprendizaje, que propicia una Revolución. En ellos es norma el apego a un código ético estricto que se expresó desde los días de la Sierra en el trato a los prisioneros enemigos y a los campesinos del entorno, y después, en la relación con el pueblo y en los compromisos internacionales. A pesar de ello, dijo Fidel hace cinco años y repitió en días pasados, “entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el socialismo”. Pero también dijo: “¿Qué sociedad sería esta, o qué digna de alegría cuando nos reunimos en un lugar como este, un día como este, si no supiéramos un mínimo de lo que debe saberse, para que en esta isla heroica, este pueblo heroico, este pueblo que ha escrito páginas no escritas por ningún otro en la historia de la humanidad preserve la Revolución?” Porque hay que decir que el socialismo cubano nunca dejó de buscarse, de rectificarse, de recomenzarse: cada década marca de alguna manera un nuevo comienzo, una nueva búsqueda.

Suele decirse con malévola intención o desconocimiento, que las masas enardecidas que acompañan a un proceso revolucionario carecen de voluntad propia. En realidad, solo una Revolución es capaz de transformar a las masas en colectivos de individualidades, solo un proceso revolucionario convierte a los individuos en sujetos, en actores de su destino. La escena de la película Madagascar en la que la protagonista se busca inútilmente en una foto aérea de una concentración masiva publicada en un periódico de la época, convencida de que se hallaría en ella, es muy reveladora: esa mujer no concebía que su rostro no apareciese, porque se sentía protagonista de aquel suceso, por más que estuviese acompañada por un millón de cubanos. El heroísmo individualizado y el heroísmo anónimo son dos expresiones, a veces complementarias, a veces contrapuestas, de una Revolución. Una Revolución es el proceso mediante el cual las masas empiezan a conformar colectividades de individuos. En la medida en que ese proceso se complete o deshaga, triunfa o fracasa. En Cuba, dice el Che, “este ente multifacético no es, como se pretende, la suma de elementos de la misma categoría (reducidos a la misma categoría, además, por el sistema impuesto), que actúa como un manso rebaño”. No obstante, continúa, “vistas las cosas desde un punto de vista superficial, pudiera parecer que tienen razón aquellos que hablan de la supeditación del individuo al Estado; la masa realiza con entusiasmo y disciplina sin iguales las tareas que el gobierno fija (...)”. Y avanza una hipótesis de trabajo verdaderamente revolucionaria: "Lo difícil de entender para quien no viva la experiencia de la Revolución es esa estrecha unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se interrelacionan y, a su vez la masa, como conjunto de individuos, se interrelaciona con los dirigentes".

Uno de los aportes y de las fortalezas del socialismo cubano, ha sido esa relación múltiple: la masa y cada individuo de una parte; la masa como conjunto de individuos y sus principales dirigentes, de la otra. Vuelvo sobre un ejemplo que suelo utilizar por su ejemplaridad: el Gobierno revolucionario podía tomar la decisión de enviar azúcar al pueblo chileno en época de la Unidad Popular, pero Fidel se dirigió a ese millón de cubanos que protagonizaba la Revolución con su presencia en la Plaza, y le preguntó, ¿está cada uno de ustedes, en disposición de donar una libra de azúcar de la que reciben por la libreta de abastecimiento al pueblo chileno? La inmensa mayoría de los presentes levantó conmovido su brazo, en señal de aprobación. Cada ciudadano, de forma individual, como si se tratara de un acuerdo entre vecinos, donaba parte de su escasa cuota de azúcar a un pueblo hermano. Los Lineamientos Económicos y Sociales que debatirá y aprobará el próximo Congreso del Partido se discutirán antes en todos los centros de trabajo y vecindarios del país. No es la primera vez, ha sido una práctica común en nuestra historia revolucionaria.

Siendo como fue una Revolución auténtica, la cubana nunca se percibió –y la verdad, tampoco hubiese podido hacerlo, aún de querer—, como asunto interno: fue Primer Territorio Libre de América, y en esencia, un eslabón de la Revolución mundial. Por primera vez en la historia, la vocación internacionalista de un estado revolucionario no se ejercía desde los presupuestos, los prejuicios o los intereses de un país de mayor desarrollo, hacia países o regiones de menor desarrollo. Cuba alzó la vista hacia sus hermanos de infortunio como un igual: de pobre a pobre, de ex colonia a colonia. Y sobrevivió, por cierto a los llamados “hermanos mayores” de Europa: hoy la Revolución cubana tiene más edad de la que tenían esos estados cuando se desmoronaron. El internacionalismo cubano se practicó como deber, no como favor. Compartió médicos, maestros, soldados, guerrilleros. Por eso acostumbraba a recibir la solidaridad con agradecimiento, convencida de que no recibía un favor, sino un trato justo. Fidel fundó como estadista una nueva práctica del internacionalismo, ajena a todo interés geopolítico, que se nutre del humanismo revolucionario, pero rechaza toda pretensión ideologizante –o evangelizadora de una doctrina revolucionaria—, salvo aquella que emana del ejemplo, como diría el Che. La Internacional comunista dispersaba a sus emisarios sin duda heroicos por el mundo, con una misión “evangelizadora”, similar en su carácter, aunque diferente en propósitos, a la del misionero católico o protestante. El médico cubano no habla de política, cura a ricos y a pobres, a neoliberales y a comunistas, a niños y a delincuentes; puede colaborar incluso con autoridades sanitarias de gobiernos fascistas si de salvar vidas se trata –como ocurrió en la Nicaragua de Somoza, en los días posteriores al terremoto—, o con instituciones de estados con los que no existen ni se reclaman relaciones diplomáticas. En 1991 sobrevino el Derrumbe: del horizonte, de la moda revolucionaria, para los que siempre navegan según la corriente, de las relaciones comerciales más justas. El bloqueo cerró todas las puertas y apagó la luz, no solo la eléctrica. Miles de cubanos salimos cada día en bicicletas al trabajo, llevando en la parrilla a la esposa y al hijo pequeño, dejando en casa, pospuestos, muchos proyectos de vida que parecían factibles. En momentos de momentánea pérdida del sentido de orientación, nuestra Revolución conservó sin embargo la pequeña llama que evitó el congelamiento. El socialismo cubano reorientó sus esfuerzos a la sobrevivencia de las más elementales conquistas; aún así, en 1998, cuando la palabra internacionalismo parecía olvidada, dispersó sus guerrillas médicas por Centroamérica y Haití e inició una nueva etapa de labor solidaria. Ese año marcó también el triunfo electoral de Hugo Chávez en Venezuela y el inicio de una nueva era de revoluciones constitucionales en América Latina. La dura batalla por la sobrevivencia de Cuba y su defensa de los principios socialistas e internacionalistas, permitieron a la postre ese renacimiento colectivo.

¿Es el socialismo cubano un hecho histórico del siglo XX?, ¿existe un socialismo del siglo XXI que lo relega al pasado, para estudio de academias?, ¿fracasó el socialismo cubano? Más de veinte años después de la caída de los otros, Cuba reajusta su economía, buscando acomodar sus fuerzas, esencialmente humanas, en un mundo hostil, y en circunstancias revolucionarias diferentes. ¿Es obsoleto el concepto de Revolución? No voy a recordar la definición fidelista, que lo ubica en un plano esencialmente ético. De alguna manera, los cubanos parecemos más centrados y terrenales ahora, pero nuestros sueños escritos y nuestras realizaciones colosales permanecen intactos; Esta es una Revolución que hizo posible lo imposible en un pequeño país del Tercer Mundo, permanentemente sometido a un bloqueo económico y a una guerra mediática: con índices de educación y salud del Primer Mundo, Cuba estableció pautas en la relación de sus líderes con las masas, del Partido revolucionario con su pueblo. La actualización de su modelo económico no es reformista; en la historia de Cuba, como hemos visto, la Reforma conduce a la ruptura entre lo ético y lo justo. “El país tendrá mucho más –ha reiterado Fidel—, pero no será jamás una sociedad de consumo, será una sociedad de conocimientos, de cultura, del más extraordinario desarrollo humano que pueda concebirse, desarrollo de la cultura, del arte, de la ciencia [...] con una plenitud de libertad que nadie puede cortar. Eso lo sabemos, no hay ni que proclamarlo, aunque sí recordarlo”.

Cuba ha creado una sociedad más diversa, porque ha enriquecido a sus individuos; su millón de profesionales, su población con un mínimo de noveno grado escolar, es la mayor de sus conquistas. El capitalismo incentiva el individualismo; el socialismo no siempre ha sabido o ha podido desencadenar al máximo, como un interés social, las potencialidades del individuo. La actualización cubana de su economía, potencia esas posibilidades. Sería probablemente extemporáneo debatir ahora sobre el llamado guevarismo, o sobre la relación exacta, útil y justa, de los estímulos materiales y morales en un país sin recursos. Vivimos una etapa cualitativamente distinta, y los revolucionarios dejaríamos de serlo si no superamos viejos estereotipos. “En este mundo real, que debe ser cambiado, todo estratega y táctico revolucionario tiene el deber de concebir una estrategia y una táctica que conduzcan al objetivo fundamental de cambiar ese mundo real. Ninguna táctica o estrategia que desuna sería buena”, ha reiterado Fidel en días pasados. El modelo económico y social capitalista ha fracasado, y Cuba rechaza el consumismo inherente al modo de producción capitalista.

Se demoniza a Cuba por no haber podido impedir el resurgimiento de la prostitución, aunque la solución implícita, la capitalista, significaría su masificación. Se acusa a Cuba de no haber podido contener ciertas injustas diferencias sociales y la solución capitalista sería acrecentarlas, hacerlas más hondas, injustas e irreversibles. Cada médico o deportista que deserta es la victoria de la “normalidad” frente al sueño de una sociedad solidaria. Pero la deserción (que es la renuncia de alguien a su presunta “anormalidad”) es presentada como un hecho en sí anormal, extraordinario. El cubano que deserta no es definido en función de sus intereses personales –como suele ser normal en este mundo—, sino como expresión de una posición política. Las imágenes que se trasmiten desde Cuba se regodean en los rincones sucios y demacrados de la ciudad, en los bordes más pobres de una sociedad estrangulada por el bloqueo. Los espacios bonitos se consideran falsos o manipulados. No importa que los espacios “feos” sean normales –y por eso poco interesantes—, en otras ciudades latinoamericanas. La normalidad cubana debe ser destruida, para que Cuba sea tan normal como los restantes países del Tercer Mundo. Sobre todo porque Cuba no acaba de admitir –ni admitirá—, la más importante y definitoria normalidad: la del “libre mercado” (concepto que en la gran prensa se roba los significados de democracia y de libertad).

Pienso para concluir, que no es posible construir la justicia deseada desde la pobreza, y que de alguna manera, los países del Tercer Mundo debemos levantarnos juntos. El ALBA –fundada sobre la experiencia del internacionalismo cubano—, ofrece una respuesta incipiente. No hay modelos para el socialismo, pero hay principios, y un horizonte único: el anticapitalismo. Creo que el socialismo cubano lejos de ser un proyecto del siglo XX, lo es del XXI; la Humanidad retomará sus “locuras” más hermosas, y por ello más necesarias, cuando esté en condiciones de universalizarlas. Mientras, esta pequeña isla de Utopía no cejará en su empeño de crecer y de compartir sus conquistas.



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martes, 23 de noviembre de 2010

VENEZUELA REALIZA LA MEJOR DISTRIBUCIÓN DE INGRESOS DE TODA AMÉRICA LATINA

Venezuela posee la mejor distribución de ingresos de toda América Latina
Venezuela posee la mejor distribución de ingresos de toda América Latina al tener el índice más bajo de Gini de toda la región, al ubicarse en 0,389, informó este miércoles el presidente del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Elías Eljuri.



Internacional | AVN | 23-11-2010 |

Al respecto el titular del INE explicó que “sigue mejorando la distribución del ingreso, al ver el coeficiente de Gini del año 2010, el cual disminuyó a 0,389, es decir, es la más baja de América Latina. Viene bajando desde 0,49 y ningún país de América Latina está por debajo de 0,4”.

Comentó que los países que más se acercan al Gini venezolano están entre 0,43 y 0,44.

Al respecto, indicó que países como Brasil tiene un coeficiente de Gini de 0,59; y Chile de 0,52, es decir, que todos los países de la región están por lo menos 0,10 puntos por encima de Venezuela.

Eljuri explicó que “antes que llegara el presidente Chávez, el 20% de la población más rica se apropiaba del 53,4% de los ingresos, eso ha bajado a 44,8%, lo que se traduce en un aumento en los ingresos para los más pobres y a los sectores intermedios, es decir, que ha habido una redistribución del ingreso de manera importante”.

Asimismo, resaltó como positivo la tendencia de disminución de la tasa de desocupación, así como también del empleo informal, “el cual ha ido bajando de 51% a 43%, mientras que el empleo formal sigue subiendo de 49,9% a 56%, esto quiere decir, que ha mejorado la calidad del empleo en Venezuela”.

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lunes, 22 de noviembre de 2010

RUSIA Y CHINA, VERDADEROS OBJETIVOS DE LA OTAN

Cercar a Rusia, apuntar a China: el verdadero papel de la OTAN en el esquema estratégico de EEUU
Diana Johnstone · · · · ·

21/11/10



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El 19 y el 20 de noviembre, los dirigentes de la OTAN se reúnen en Lisboa en una cumbre sobre el "Concepto estratégico de la OTAN". Entre los asuntos a discutir se halla un rimero de terroríficas "amenazas" –desde la ciberguerra hasta el cambio climático—, así como algunos simpáticos artefactos protectores: armas nucleares y una ciclópea Línea Maginot de alta tecnología supuestamente destinada a interceptar en vuelo a los misiles enemigos. No podrán los dirigentes de la OTAN evitar hablar de la guerra de Afganistán, esa cruzada sin fin que une al mundo civilizado contra el elusivo Viejo de la Montaña, Hassan i Sabah, el jefe de asesinos del siglo XI, cuya última reencarnación es Osama bin Laden. Sin duda se hablará mucho también de "nuestros valores compartidos".

Buena parte de lo que se debatirá son ficciones. Ficciones, eso sí, con precio bien marcado en la etiqueta.

Lo que no está en la agenda de la cumbre sobre el "concepto estratégico" es una discusión seria de cuestiones estratégicas.

En parte porque la OTAN como tal carece de estrategia, y no puede tener estrategia propia. La OTAN es en realidad un instrumento de la estrategia de los EEUU. Su único "concepto estratégico" operativo es el que ponen por obra los EEUU. Pero incluso ése, es un fantasma elusivo. Los dirigentes norteamericanos parecen más inclinados al gesto estupefaciente, a "manifestar determinación", que a definir estrategias.

Uno que presume de definir estrategias es Zbigniew Brzezinski, el patrocinador de los mujahidines afganos cuando estos podían ser de utilidad en la tarea de destrucción de la Unión Soviética. Brzezinski no se mordió la lengua a la hora de formular con claridad el objetivo estratégico de la política exterior norteamericana en su libro de 1993 El gran tablero de ajedrez: "la primacía americana". Allí describía a la OTAN como una de las instituciones al servicio de la perpetuación de la hegemonía norteamericana, también porque "convierte a los EEUU en un participante clave hasta en los asuntos intraeuropeos". En su "web global de instituciones especializadas", que obviamente incluye a la OTAN, los EEUU ejercen el poder a través "negociación continuada, diálogo, difusión y búsqueda de consensos formales, a pesar de que ese poder tare su último origen en una única fuente, a saber: Washington, D.F.".

Tal descripción casa perfectamente con la conferencia de Lisboa sobre el "concepto estratégico de la OTAN". La pasada semana, el secretario general de la OTAN, el danés Anders Fogh Rasmussen, anunció que "estamos bastante cerca de un consenso". Y ese consenso, de acuerdo con el Ney York Times, "secundará probablemente la formulación del propio presidente Barack Obama: trabajar a favor de un mundo no-nuclear manteniendo al mismo tiempo la disuasión nuclear".

Un momentito: ¿qué sentido tiene eso? Ninguno, pero la urdimbre del consenso de la OTAN. Paz a través de la guerra, desarme nuclear a través del armamento nuclear, y sobre todo, defensa de los estados miembros mediante el envío de fuerzas expedicionarias para enojo y enfurecimiento de las poblaciones de países lejanos.

Una estrategia no es un consenso escrito por comités.
El método norteamericano de "negociación continuada, diálogo, difusión y búsqueda de consensos formales" sirve para aplacar cualquier resistencia que pudiera ocasionalmente aparecer. Así, Alemania y Francia se resistieron inicialmente a la pertenencia de Georgia a la OTAN, así como al célebre "escudo antimisiles": veían ambas cosas como provocaciones manifiestas, capaces de desencadenar una carrera armamentista con Rusia y de dañar inútilmente las fructíferas relaciones de Alemania y Francia con Moscú. Pero los EEUU no aceptan un no por respuesta, e insiste en sus exigencias imperativas hasta que cede la resistencia. Una excepción reciente fue la negativa francesa a sumarse a la invasión de Irak, pero la airada reacción de los EEUU llevó a la conservadora clase política francesa a apoyar al pronorteamericano Nicolas Sarkozy.

En busca de "amenazas" y "desafíos"

El verdadero núcleo de lo que pasa por un "concepto estratégico" fue declarado por vez primera y puesto por obra en la primavera de 1999, cuando la OTAN violó el Derecho Internacional, desafió a las Naciones Unidas y pasó por alto su propia carta fundacional lanzando una guerra de agresión fuera de su perímetro defensivo contra Yugoslavia. Eso transformó a la OTAN: de ser una alianza defensiva, pasó a ser una alianza ofensiva. Diez años después, la madrina de esa guerra, Madeleine Albright, fue elegida para presidir un "grupo de expertos" que empleó muchos meses organizando seminarios, consultas y reuniones para preparar la agenda de Lisboa. Prominente en esas reuniones fueron Lord Peter Levene, presidente de Lloyd's en Londres, la aseguradora gigante, y el antiguo presidente del consejo de administración de Royal Dutch Shell, Jeroen van der Veer. Esas figuras de la clase dominante no son precisamente estrategas militares; su participación sirve para garantizar a la comunidad empresarial internacional que se tendrán sus intereses a escala planetaria serán debidamente tenidos en cuenta.

En efecto: a la vista del catálogo de amenazas enumeradas en una conferencia dictada el año pasado por Rasmussen, diríase que la OTAN estaba trabajando para el sector de las aseguradoras. La OTAN, dijo, era necesaria para lidiar con la piratería, la ciberseguridad, el cambio climático, los fenómenos metereológicos extremos –como inundaciones y tormentas catastróficas—, la subida del nivel del mar, los movimientos migratorios a gran escala hacia zonas deshabitadas –a veces, transfronterizas—, la escasez de agua, las sequías, la decreciente producción de alimentos, el calentamiento global, las emisiones de CO2, el reflujo de los hielos árticos –que deja al descubierto recursos hasta ahora inaccesibles—, la eficiencia de los combustibles y la dependencia de fuentes externas, etc., etc.

Del grueso de las amenazas que figuran en la lista no podría, ni por mucho, decirse que reclaman soluciones militares. Desde luego ni los "Estados canalla", ni los "emplazamientos tiránicos", ni los "terroristas internacionales" son responsables del cambio climático; sin embargo, Rasmussen los presenta como desafíos para la OTAN.

Por otro lado, algunos de los resultados de esos escenarios, como los movimientos de población causados por las crecidas del nivel del mar o las sequías, pueden ciertamente verse como potenciales causantes de crisis. El aspecto ominoso de la mencionada lista de amenazas es, precisamente, que todos esos problemas son presentados por la OTAN como problemas necesitados de soluciones militares.

La principal amenaza para la OTAN es su obsolescencia. Y la búsqueda de un "concepto estratégico" no es sino la búsqueda de pretextos para seguir en funcionamiento.

La OTAN, una amenaza para el mundo

Lo cierto es que, mientras anda en busca de amenazas, ella misma se está convirtiendo en una creciente amenaza para el mundo. La amenaza más importante es su contribución al robustecimiento de la tendencia, encabezada por EEUU, a abandonar la diplomacia y las negociaciones a favor de la fuerza militar. Eso se ve por lo magnífico en la inclusión de los fenómenos metereológicos en la lista rasmussiana de las amenazas para la OTAN, cuando lo que deberían ser es un problema reservado a la diplomacia y a las negociaciones internacionales. La agonía de la diplomacia occidental es el problema, un problema cada vez mayor. Los EEUU han determinado el tenor imperante: nosotros somos virtuosos, tenemos el poder, y al resto del mundo no le queda sino obedecer. Se desprecia la diplomacia como debilidad. El Departamento de Estado ha dejado hace mucho de estar en el centro de la política exterior norteamericana. Con su vasta red de bases militares distribuidas por todo el mundo, así como con los agregados militares situados en las embajadas y un sinnúmero de misiones en los países clientes, el Pentágono es incomparablemente más poderoso e influyente en el mundo que el Departamento de Estado. Los últimos Secretarios de Estado, lejos de buscar alternativas diplomáticas a la guerra, han desempeñado un papel activo en punto a defender la guerra en vez de la diplomacia: así Madeleine Albright en los Balcanes, así Colin Powell urdiendo falsos tubos de ensayo en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La política la determinan el Asesor de Seguridad Nacional, varios think tanks financiados privadamente y el Pentágono, con interferencias de un Congreso compuesto él mismo de políticos ávidos de conseguir contratos militares para quienes financian sus campañas.

La OTAN está arrastrando a sus aliados europeos por el mismo despeñadero. Así como el Pentágono ha venido a substituir al Departamento de Estado, la propia OTAN es utilizada por los EEUU como un potencial substituto de las Naciones Unidas. La "guerra de Kosovo" en 1999 fue un primer paso importante en esa dirección. La Francia de Sarkozy, tras añadirse al Comando Conjunto de la OTAN, está desbaratando el tradicionalmente competente servicio exterior francés, recortando la representación civil francesa en todo el mundo. El servicio exterior de la Unión Europea que está ahora mismo en proceso de creación por Lady Ashton no tendrán política ni autoridad propias.

Inercia burocrática

A despecho de sus reiteradas apelaciones a los "valores compartidos", lo cierto es que la OTAN se mueve sobre todo por inercia burocrática. La alianza misma no es sino una excrecencia del complejo militar-industrial estadounidense. Durante sesenta años, los aprovisionamientos y los contratos con el Pentágono han sido una fuente esencial de la investigación industrial, de los beneficios, de los puestos de trabajo, de las carreras políticas y aun de la financiación de las universidades. El juego de interrelación entre esos distintos intereses converge en la determinación de una implícita estrategia estadounidense de conquista del mundo:

- Una red global más y más expandida de entre 800 y 1.000 bases militares en suelo extranjero.

- Acuerdos militares bilaterales con Estados clientes que ofrecen entrenamiento al tiempo que obligan a esos Estados a comprar armamento fabricado en EEUU y rediseñar sus fuerzas armadas apartándolas de la defensa nacional para centrarlas en la seguridad interior (es decir, en la represión) y en su posible integración en guerras de agresión encabezadas por los EEUU.

- El uso de esas estrechas relaciones con las fuerzas armadas locales para influir en la política interior de Estados más débiles.

- Interminables ejercicios militares con Estados clientes que suministran al Pentágono un conocimiento exacto del potencial militar de los Estados clientes, los integran en la maquinaria militar estadounidense y alimentan una mentalidad 'preparada para la guerra'.

- Empleo de su red de bases, de sus 'aliados' y de ejercicios militares, a fin de rodear, aislar, intimidar y eventualmente provocar a naciones importantes consideradas rivales potenciales, señaladamente Rusia y China.

La estrategia implícita de los EEUU, inferible de sus acciones, es una conquista militar gradual capaz de asegurar la dominación mundial. Un rasgo original de ese proyecto de conquista del mundo es que, aun siendo extremadamente activo, día tras día, pasa prácticamente desapercibido para la inmensa mayoría de la población del país conquistador y de la de sus aliados más estrechamente subordinados, es decir, los Estados miembros de la OTAN. La indesmayable propaganda sobre las "amenazas terroristas" –los mosquitos del elefante— y otras parecidas diversiones mantienen al grueso de los norteamericanos en una total ignorancia de lo que está en curso, lo que resultan tanto más fácil, cuanto que el pueblo norteamericano es casi único en ignorancia de lo que ocurre en el resto del mundo, y por lo mismo que ignorante, falto de interés y curiosidad. Los EEUU puede bombardear un país más o menos lejano sin que poco más que una ínfima fracción de norteamericanos sepa siquiera situarlo en el mapa.

La tarea principal de los estrategas estadounidenses, cuyas carreras discurren entre think tanks, consejos de administración, empresas consultoras y cargos públicos, consiste más en justificar la existencia de ese ciclópeo mecanismo que en dirigirlo. En buena medida, se dirige a sí propio. Desde el colapso de la "amenaza soviética", los profesionales de la decisión política no han dejado de andar en pos de amenazas potenciales invisibles. La doctrina militar estadounidense tiene por fin el de movilizarse preventivamente contra cualquier rival potencial de la hegemonía mundial estadounidense. Desde el colapso de la Unión Soviética, Rusia es el país que mantiene el arsenal armamentístico después de los EEUU, y China es una potencia económica de rápido crecimiento. Ninguno de los dos países representa una amenaza para los EEUU o para Europa Occidental. Al contrario: ambos están bien dispuestos a concentrarse en negocios pacíficos.

Sin embargo, están cada vez más alarmados por el cercamiento militar y por los provocativos ejercicios militares llevados a cabo por Estados Unidos en la puerta misma de sus casas. La implícita estrategia agresiva puede resultar obscura para muchos norteamericanos, pero los dirigentes de los países que la padecen entienden perfectamente de qué se trata.

El Triángulo Rusia-Irán-Israel

Ahora mismo, el principal "enemigo" explícito es Irán. Washington sostiene que el "escudo antimisiles" que está imponiendo a sus aliados europeos está concebido para defender de Irán a Occidente. Pero los rusos ven con harta claridad que el escudo antimisiles está dirigido contra ellos. Por lo pronto, saben que Irán no tiene tales misiles, ni, de tenerlos, el menor motivo para usarlos contra Occidente. Es perfectamente obvio para todos los analistas informados que, aun si Irán llegara a desarrollar armas y misiles nucleares, sería en concepto de disuasión frente a Israel, la superpotencia nuclear regional que disfruta de vara alta para atacar a los países vecinos. Israel no quiere de ningún modo perder esa libertad de atacar y, como es natural, se opone a la disuasión iraní. Los propagandistas israelíes no cesan en su griterío sobre la amenaza de Irán y han trabajado con denuedo para infectar a la OTAN con su paranoia.

Ha llegado incluso a calificarse a Israel como el "vigésimo noveno miembro de la OTAN global". Los altos funcionarios israelíes han trabajado asiduamente a Madeleine Albright para asegurarse de que los intereses de Israel se incluyan en el "Concepto Estratégico". En el curso del último lustro, Israel y la OTAN han participado en ejercicios navales conjuntos en el Mar Rojo y en el Mediterráneo, y han llevado a cabo también ejercicios militares terrestres conjuntos desde Bruselas hasta Ucrania. El 16 de octubre de 2006 Israel se convirtió en el primer país no europeo en conseguir lo que se conoce como un "Programa de Cooperación Individual" para cooperar con la OTAN en 27 áreas diferentes. Vale la pena observar que Israel es el único país extraeuropeo que los EEUU incluyen en el área de responsabilidad de su Comando Europeo (en vez de en el Comando Central, que cubre el resto del Oriente Medio).

En un seminario sobre las relaciones OTAN-Israel celebrado en Herzliya el 24 de octubre de 2006, la entonces ministro de asuntos exteriores israelí, Tzipi Livni, declaró que "la alianza entre la OTAN e Israel es la única natural (…) Israel y la OTAN comparten una visión estratégica común. En muchos sentidos, Israel está en primera línea de la defensa de nuestro común modo de vida."

No todos los europeos dirían que los asentamientos israelíes en territorio palestino ocupado reflejan "nuestro común modo de vida". Esa es una de las razones, no ofrece duda, de que la unión entre la OTAN e Israel no haya llegado a desembocar en la pertenencia como miembro de pleno derecho de Israel en la OTAN. Especialmente luego del salvaje ataque a Gaza, la entrada de Israel en la OTAN levantaría objeciones en los países europeos. Sin embargo, Israel sigue ofreciéndose a la OTAN, ardientemente apoyado en ese empeño, ni que decir tiene, por sus fieles seguidores en el Congreso estadounidense.

La causa principal de esta creciente simbiosis entre Israel y la OTAN ha sido bien observada por Mearsheimer y Walt: el vigoroso y potente lobby pro-Israel en EEUU. Los lobbies israelíes son también fuertes en Francia, Alemania y el Reino Unido. Han desarrollado con gran celo el tema de Israel como "primera línea" en la defensa de los "valores occidentales" contra el Islam militante. Que el Islam militante no sea en buena medida sino un producto de esa "primera línea", es un hecho que termina por cerrar un perfecto círculo vicioso.

La actitud agresiva de Israel hacia sus vecinos constituye en realidad un grave pasivo para la OTAN, capaz de arrastrarla a guerras decididas por Israel que de ningún modo están en el interés de Europa.

Sin embargo, hay una sutil ventaja estratégica en la conexión israelí de la que los EEUU parecen estar sirviéndose… contra Rusia. Al suscribir la histérica teoría de la "amenaza iraní", los EEUU pueden seguir sosteniendo sin inmutarse que el planeado escudo antimisiles está dirigido contra Irán, no contra Rusia. No puede esperarse que eso convenza a los rusos, pero puede servir para presentar las protestas de éstos como nacidas de la "paranoia" (al menos, a oídos de los fieles de Occidente): ¡por favor!, ¿cómo pueden quejarse, si estamos "reconfigurando" nuestras relaciones con Moscú y hasta invitamos al presidente ruso a nuestra estupenda cumbre sobre el "concepto estratégico"?

Sin embargo, los rusos no pueden ignorar que:

- El escudo antimisiles se construye rodeando a Rusia, que tiene misiles disuasorios.

- Neutralizando los misiles rusos, los EEUU quedan libres para atacar a Rusia, a sabiendas de que Rusia no podrá devolver el golpe.

- Por consiguiente, dígase lo que se quiera, el escudo antimisiles, una vez operativo, serviría para facilitar una eventual agresión a Rusia.

El cercamiento de Rusia

El cercamiento de Rusia continúa en el Mar Negro, en el Báltico y en el Círculo Ártico.

Las autoridades estadounidenses siguen diciendo que Ucrania debe pertenecer a la OTAN. Precisamente esta semana, en una columna en el New York Times, el hijo de Zbigniew, Ian J. Brzezinski prevenía a Obama contra el abandono la "visión" de una Europa "entera, libre y segura", que incluiría una "eventual incorporación de Georgia y Ucrania como miembros de la OTAN y de la Unión Europea". El hecho de que la gran mayoría del pueblo de Ucrania esté contra la entrada en la OTAN carece de importancia. Para el actual mugrón de la noble dinastía de los Brzezinski, lo que cuenta es la minoría. Abandonar esa "visión" montaría tanto como "dejar en la estaca a quienes en Georgia y en Ucrania ven su futuro en Europa. Refuerza las aspiraciones del Kremlin a disponer de una zona de influencia…" La idea de que "el Kremlin" aspira a una "zona de influencia" en Ucrania es absurda considerando los vínculos históricos extremadamente estrechos entre Rusia y Ucrania, cuya capital, Kiev, fue la cuna del estado ruso. Pero la familia Brzezinski procede de Galicia, la parte occidental de Ucrania que en otros tiempos perteneció a Polonia y que es el centro de la minoría antirrusa. La política exterior rusa se ve influida con demasiada frecuencia por estas rivalidades extranjeras de las que la mayor parte de los norteamericanos son totalmente ignorantes.

La indesmayable insistencia de los EEUU en absorber a Ucrania prosigue a pesar del hecho de que implicaría la expulsión de la flota rusa en el Mar Negro de su base en la Península de Crimea, en donde la población es abrumadoramente rusoparlante y prorrusa. Es una receta, segura donde las haya, para la guerra con Rusia.

Entretanto, las autoridades estadounidenses siguen manifestando su apoyo a Georgia, cuyo presidente, entrenado en los EEUU, espera abiertamente lograra el apoyo de la OTAN en su próxima guerra con Rusia. Aparte de maniobras navales provocativas en el Mar Negro, los EEUU, la OTAN y dos Estados (hasta ahora) no miembros de la OTAN como Suecia y Finlandia desarrollan regularmente ejercicios militares de envergadura en el Mar Báltico, prácticamente a la vista de las ciudades rusas de san Petesburgo y Kaliningrado. Esos ejercicios entrañan millares de tropas terrestres, centenares de aeronaves –incluidos cazas F-15 y AWACS—, así como fuerzas navales, incluidos el grupo 12 de portaviones de combate, lanchas de desembarco y buques de guerra de una docena de países.

Tal vez lo más ominoso de todo sea que en la región Ártica los EEUU han venido persistentemente involucrando a Canadá y a los Estados escandinavos (incluida Dinamarca, a través de Groenlandia) en un despliegue militar abiertamente dirigido contra Rusia. El propósito de este despliegue ártico fue manifestado por Fogh Rasmussen cuando, entre las "amenazas" a les que tenía que enfrentarse la OTAN, mencionó el hecho de que "se está retirando el hielo ártico y quedan al descubierto recursos que estaban hasta ahora sepultados por los hielos". Uno esperaría que esos recursos al descubierto ofrecieran más bien una oportunidad de cooperación en su explotación. Pero no es esa la mentalidad oficial de los EEUU.

El pasado mes de octubre, el Almirante estadounidense James G. Stavridis, comandante en jefe de la OTAN en Europa, dijo que el calentamiento global y una carrera por los recursos podrían llevar a un conflicto en el Ártico. El Contraalmirante de vigilancia costera Christopher C. Colvin, a cargo de la línea costera de Alaska, dijo que la actividad naval rusa en el Océano Ártico resultaba "particularmente preocupante" para los EEUU y pidió más instalaciones militares en la región. El Servicio Geológico de EEUU cree que el Ártico contiene cerca de un cuarto de los depósitos mundiales inexplorados de gas y petróleo. Conforme a la Ley de Convención Marítima aprobada por las Naciones Unidas en 1982, un Estado costero tiene derecho disponer como zona económica exclusiva (ZEE) de una franja de 200 millas náuticas y puede reclamar otras 150 si puede probar que el lecho marino es una prolongación de su plataforma continental. Rusia está en curso de probar eso. Luego de presionar al resto del mundo para que adoptara la Convención, el Senado de los EEUU todavía tiene pendiente de ratificación el Tratado. En enero de 2009, la OTAN declaró que el "Alto Norte" constituía un "interés estratégico de la Alianza", y desde entonces, la OTAN ha practicado diversos e importantes juegos de guerra claramente preparatorios de un eventual conflicto con Rusia respecto de los recursos árticos.

Rusia desmanteló con largueza sus defensas en el Ártico luego del colapso de la Unión Soviética y ha urgido repetidamente a compromisos negociadores sobre el control de los recursos. El pasado septiembre, el primer ministro Vladimir Putin hizo un llamamiento a juntar esfuerzos para proteger el frágil ecosistema, atraer inversión foránea, promover tecnologías amigas del medio ambiente y trabajar para resolver las disputas a través del derecho Internacional. Pero los EEUU, como de costumbre, prefieren manejar el asunto por la vía de la fuerza. Eso podría llevar a una nueva carrera armamentista en el Ártico, y aun a choques armados.

A pesar de todos esos movimientos provocativos, y aunque no quepa excluir roces e incidentes aquí y allá, es extremadamente improbable que lo que EEUU ande buscando sea una guerra con Rusia. La política estadounidense parece ser la del cercamiento e intimidación de Rusia hasta que acepte subordinarse a una situación semisatelitar que la neutralice en anticipación de un futuro conflicto con China.

Objetivo: China

La única razón por la que cabe convertir a China en objetivo se asemeja a la proverbial razón ofrecida para edscalar una montaña: está aquí, es grande y los EEUU tienen que estar por doquiera en la cima.

La estrategia para dominar a China es la misma empleada en Rusia. Doctrina bélica clásica: cercar, asediar, ofrecer apoyo más o menos clandestino a los desórdenes internos. Como ejemplos de esa estrategia, valgan los que siguen.

- Los EEUU están robusteciendo provocativamente su presencia militar a lo largo de las riberas del Pacífico en China, ofreciendo "protección contra China" a los países del Este asiático.

- Durante la Guerra Fría, cuando la India conseguía sus armamentos de la Unión Soviética y mantenía una postura de no alineamiento, los EEUU armaron a Pakistán, considerado como su aliado regional principal. Ahora los EEUU están desplazando sus favores hacia la India, a fin de mantener ala India fuera de la órbita de la Organización para la Cooperación de Shangai y fortalecerla como un contrapeso a China

- Los EEUU y sus aliados apoyan cualquier disidencia que pueda debilitar a China, ya se trate del Dalai Lama, los uigures o Liu Xiaobo, el disidente encarcelado.

El Premio Nóbel de la Paz fue concedido a Liu Xiaobo por un comité de legisladores noruegos presidido por Thorbjorn Jagland, el eco noruego de Tony Blair, el antiguo primer ministro y ministro de asuntos exteriores de Noruega, quien ha sido uno de los principales jaleadores de la OTAN en su país. En una conferencia de parlamentarios europeos patrocinada por la OTAN el año pasado, Jagland declaró: "Cuando no somos capaces de frenar la tiranía, arranca la guerra. Por eso es indispensable la OTAN. La OTAN es la única organización militar multilateral arraigada en el Derecho Internacional. Es una organización de la que puede servirse la ONU cuando resulta necesario: para frenar la tiranía, como hicimos en los Balcanes". Lo menos que cabe decir de eso es que es un estupefacientemente osado retorcimiento de los hechos, porque lo que la OTAN hizo al embarcarse en una guerra en los Balcanes fue violar abiertamente el Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU. Por lo demás, en los Balcanes había un conflicto étnico, no una "tiranía".

Al anunciar la elección de Liu, el comité noruego del Nóbel, encabezado por Jagland, declaró que "desde hace mucho tiempo creemos que hay una estrecha relación entre los derechos humanos y la paz". La "estrecha relación", por seguir con la lógica de las afirmaciones de Jagland, es que si un Estado extranjero no respeta los derechos humanos de acuerdo con la interpretación que de ellos hace Occidente, entonces puede ser bombardeado como bombardeó la OTAN a la antigua Yugoslavia. Y en efecto, las potencias que más ruido hacen con los "derechos humanos", señaladamente los EEUU y la Gran Bretaña, son precisamente las que más guerras libran por todo el mundo. Las afirmaciones del comité noruego dejan claro que conceder el Premio Nobel de la Paz a Liu –que, dicho sea de pasada, pasó parte de su juventud en Noruega— equivale en realidad a apoyar a la OTAN.

"Democracias" para substituir a las Naciones Unidas

Los miembros europeos de la OTAN añaden relativamente poco al poder militar de los EEUU. Su contribución es sobre todo política. Su presencia mantiene la ilusión de una "Comunidad internacional". La conquista del mundo, perseguida por la inercia burocrática del Pentágono, puede presentarse como la cruzada de las "democracias" del mundo para difundir su orden políticamente ilustrado al resto de un mundo recalcitrante.

Los gobiernos euroatlánticos proclaman su "democracia" como prueba de su derecho absoluto a intervenir en los asuntos del resto del mundo. Fundados en la falacia de que los "derechos humanos son necesarios para la paz", proclaman su derecho a la guerra.

Pero la cuestión crucial es si la "democracia occidental" tiene todavía la fuerza necesaria para desmantelar esta maquinaria de guerra antes de que sea demasiado tarde. [1]

NOTA: [1] Agradezco mucho a Rick Rozoff el constante flujo de información importante que ha venido suministrándome.

Diana Johnstone, miembro del Consejo Editorial de SinPermiso, es autora de Fools' Crusade: Yugoslavia, NATO and Western Delusions [La cruzada de los locos: Yugoslavia, la OTAN y los delirios de Occidente].

Traducción para www.sinpermiso.info: María Julia Bertomeu

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