viernes, 24 de septiembre de 2010

LA HUELGA GENERAL: POR UNA RADICALIDAD DEMOCRÁTICA (II)

La Huelga General: Por una radicalidad democrática (II)
Ensayo sobre el contexto y los motivos de la Huelga General del 29 de septiembre contra el neoliberalismo



España | Pedro Mellado - Tercera Información | 24-09-2010 |

3. La Refundación de la izquierda

El tratamiento que se le debe dar al error en la educación ha sido tema de debate desde que naciera esta disciplina allá por el siglo XVI. Comenio, un gran pensador checo que habló de lo que hoy se llama pedagogía del error, señalaba ya por aquel entonces que el error no debe llevar a la culpa y al castigo. Hoy, más de 300 años después de su muerte, el error sigue sin ser considerado como una extraordinaria forma de evaluar aquello que no hacemos acertadamente y como una oportunidad para aprender a hacer aquello de la forma adecuada.

El error, también en política, representa actuaciones que hicimos en el pasado; por lo que aprender de los errores vendría a ser aprender del pasado, y aprender del pasado es a su vez encontrar los valores adecuados para construir el futuro. Esto sin embargo, cuesta que cale entre el profesorado, la experiencia docente les empuja a ejercer resistencias a cambios de este tipo. Lo sencillo es mantenerse en la “pedagogía del éxito” que tradicionalmente ha dominado las aulas, y hacer lo sencillo no es lo adecuado pero es lo común.

En la izquierda político-económica de España parece ocurrir otro tanto de lo mismo. El cuestionamiento constante de la realidad y la crítica han caracterizado siempre a la izquierda, y la ha ayudado a diferenciarse de la actitud pasiva y adocenada que da forma y caracteriza a la derecha. Esta virtud se ha ido convirtiendo en un agente erosivo cuando se le ha adherido el vicio de la culpabilidad y su consiguiente castigo.

Esta actitud punitiva en la izquierda política, al igual que en la educación, genera baja autoestima, situaciones internas de constante rebeldía y genera una cantidad preocupante de procesos muy complicados en las relaciones humanas. Por ello, el recelo que se tenía a IU ha derivado en una (decreciente) falta de entusiasmo por la Refundación, unos con argumentos y otros sin ellos. Su resultado es el extremo recelo (decreciente también) que en determinados sectores levanta Izquierda Unida, aun cuando está se muestra más receptiva que nunca al debate y a la transformación que consecuentemente la secunda.

En España la Refundación de la izquierda, promovida por los militantes de Izquierda Unida, supone un reto histórico al que se enfrenta la izquierda, si es que estamos todos verdaderamente dispuestos a asumir ese reto. En América Latina, asumir ese reto, la convergencia de las distintas sensibilidades anticapitalistas, les ha llevado a un proceso revolucionario sin precedentes.


Esta Refundación tiene muchos matices y variantes, pero tiene y debe seguir teniendo un eje principal e irrenunciable: la radicalidad democrática. IU nació y adquirió muchos vicios transmitidos por la clase política y por la sociedad, por ser parte de ambas. En 2008 la Asamblea Federal de IU hizo un examen de conciencia que aun no ha hecho ningún partido político, una autocrítica y revisión de nuestra actividad que nunca PP o PSOE han hecho por más falta que les hiciera. “Los errores políticos han sido numerosos y no queremos ignorarlos”, dice un documento Federal de aquel año.

Los militantes nos cuestionamos el papel de IU, no nos gustó nuestra trayectoria, cambiamos la dirección, y acordamos juntar a las fuerzas sociales y políticas anticapitalistas de España para que nos digan qué estamos haciendo mal, pues a la vista de los resultados electorales era evidente que no íbamos por el camino adecuado. Porque eso es lo que necesita IU, que los movimientos sociales y las personas cargadas de conciencia nos señalen y decidan recorrer con nosotros el camino del éxito, y no que se queden en la mera represión de los errores presentes y del pasado.

Y es necesario recordar que esto lo aprobaron los militantes. No lo hizo ninguna dirección ni ningún grupúsculo de poder con siniestras intenciones, lo votaron miles de militantes que queremos trabajar sinceramente codo con codo con aquellos que ya trabajan por construir una alternativa al capitalismo. Militantes que francamente reconocen que se han equivocado y que pretenden aprender de ello para que no vuelva a suceder.

Se ha podido escuchar la queja de que esta es la enésima refundación. ¡Y que así sea!, añadiría yo. Pues como sabemos, la izquierda es izquierda cuando esta se replantea de forma crítica y constante la realidad, lo que implica estar renovándose o refundándose constantemente si no quiere dejar de ser revolucionaria. Que nos quede claro: la revolución en Europa y en España se hará por medio de una fuerza política en constante cambio, o no se hará.

Y esa revolución tiene que contar con todas las fuerzas políticas que se han ido escindiendo de IU por la izquierda. Es vital y urgente la unión de la izquierda, tampoco necesariamente en un solo grupo político o un solo sindicato, como si en la acción y en la defensa de políticas comunes. Si fracasamos, si fracasa la huelga, la izquierda habrá fracasado. Habremos sido derrotados, quien sabe, si de forma definitiva ante la ideología del capital. Es necesario también que los socialistas afiliados al PSOE despierten y se desvinculen de un partido que traiciona los ideales que lleva a sus militantes a votarlos. Nos preguntamos las gentes de izquierdas en este punto si dentro del PSOE hay políticos con la valentía y determinación que tuvo Oskar Lafontaine, que en Alemania rompió con el partido socialdemócrata por su deriva liberal, devolviendo la dignidad a todos los votantes engañados.

Renovar IU, refundarla, o como lo queramos llamar, es un camino complicado, eso es innegable. Confluir todas las sensibilidades de la izquierda, o la mayor parte de ellas, es una andanza complicada; pero la vida y la política son así, en lo complejo está la virtud.

Por eso, lector, necesitamos tu apoyo.

4. Huelga General

Desde el comienzo de la crisis las amenazas que muchos avisábamos que se avecinaban, lamentablemente se han ido materializando poco a poco con el transcurrir de esta. Después de muchos globos sonda para pulsar el ánimo combativo de la clase trabajadora, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero presentó al Congreso de los Diputados un paquete de medidas que supondrían el mayor recorte social de la historia de esta democracia, pero que solo era el primer paso de una batería de recortes que superaban todas las lineas rojas. No ha sido hasta que se ha presentado la reforma laboral por decreto que los sindicatos mayoritarios han convocado una Huelga General.

Esta reforma laboral, que ha sido la gota que ha colmado el increíblemente grande vaso de paciencia de los sindicatos, viene a abaratar aun más el despido (pues como ya era libre, lo siguiente es que sea gratis), pone al empleo fijo en condiciones similares al empleo temporal, se subvenciona los despidos con el fondo estatal FOGASA, devalúa el poder de los convenios colectivos, se amplia el campo de acción de las ETT’s, etc. A esto se le suma el ataque al estado de bienestar con la propuesta del copago (¿o habría que llamarlo re-pago?) sanitario, de la reforma de pensiones, la precarización cada vez mayor del empleo público, etc.

En su paso por el Senado la reforma laboral se ha endurecido. Aquí un resumen de las nuevas incorporaciones al texto extraído de Rojo y Negro 6:

1. Se facilita, abarata y agiliza los despidos indiscriminados: por pérdida o previsión de pérdidas, por caída persistente de los ingresos, o por no acudir al trabajo el 25% de las jornadas hábiles en cuatro meses discontinuos dentro de un período de doce meses, aun de manera justificada.

2. En los contratos de fomento del empleo estable, tendrá que ser el trabajador quien pruebe en los tribunales la improcedencia de la extinción de su contrato, cuando hasta ahora correspondía al empresario demostrar la procedencia de su decisión.

3. Para que el empleado con contrato temporal pueda ser fijo tiene que haber "realizado idéntica actividad y en el mismo puesto de trabajo". Un simple cambio de puesto de trabajo garantiza un nuevo contrato temporal hasta de otros tres años.

4. La prestación de paro a tiempo parcial, de quienes han reducido su jornada y sueldo, se calculará por horas y no por días: "El porcentaje consumido será equivalente al de reducción de jornada autorizada".

5. Se elimina los 425 euros de subsidio a los autónomos en paro.

6. Se consolida la intermediación privada, atribuyendo a las ETT’s competencias propias de los servicios públicos de empleo.

Es por esta convocatoria que los sindicatos mayoritarios, en linea con ese trabajo ideológico del capitalismo (nos merecemos ser más pobres), y lejos de no ser susceptibles de crítica, son sometidos a una campaña de desprestigio. Acostumbrados ya a la tradicional crítica y desprestigio constante por parte de la derecha política y mediática y del poder financiero, agentes reaccionarios que siempre han buscado la desaparición de cualquier estructura de clase; se suma a ello la crítica feroz del PSOE, sus miembros y su brazo mediático llamado PRISA, pues, toda vez que para la consecución de sus objetivos electorales no necesitan a los sindicatos, estos les sobran.

Debido al anuncio de las medidas concretas antes mencionadas los sindicatos mayoritarios han llamado a la Huelga General con el fin de que el gobierno dé marcha atrás al último paquete de contrarreformas que se van a aprobar. Lo sucesión de hechos a lo largo del proceso de la negociación con patronal y gobierno nos muestra a unos sindicatos de clase abocados, movidos en parte por la desproletarización de los trabajadores, a la defensa de posturas conservadoras. De un tiempo a esta parte, los sindicatos se han atrincherado en no perder derechos laborales, cuando no en no perderlos demasiado rápido.

Izquierda Unida y PCE, junto con otros sindicatos de clase minoritarios llevan desde finales de 2008 solicitando la convocatoria de una huelga como medida de presión a los poderes financieros, que son los responsables intelectuales de la crisis y de las subsiguientes reformas que por aquel entonces se podían aventurar, que hoy en día son realidad, y que siguen siendo una amenaza en el futuro a corto y medio plazo.

Hay que aprovechar esta ofensiva neoliberal para que los sindicatos superen estas posturas conservadoras con el impulso de otras organizaciones socialistas y se presenten a la sociedad como unas organizaciones capaces de dar la vuelta a las relaciones de trabajo. Que en lugar de defender nuestras precarias condiciones, se avance en dar protagonismo y capacidad de decisión a los trabajadores en las relaciones productivas y de distribución.

Izquierda Unida y PCE ya se han puesto a trabajar para que la huelga sea un éxito, no ahora, puesto que en cada movilización de sindicatos hemos estado presentes y además hemos hecho nuestras propias convocatorias. Hemos tomado la responsabilidad de situarnos como piquete informativo de los motivos de la huelga, acompañar a los sindicatos en esa tarea de concienciar de nuevo a los trabajadores de que es nuestro deber apostar por un modelo con relaciones laboral más justas y equitativas. Tenemos por delante la laboriosa tarea de liberar a los trabajadores del pensamiento único.

Existen medidas adecuadas para darle una salida social a la crisis, hay propuestas que van encaminadas a que paguen los responsables de la crisis y a su vez nos permita crear un nuevo modelo productivo. Propuestas que son acalladas y ninguneadas por las grandes corporaciones mediáticas, pero también en las cadenas y emisoras públicas. Es por eso que el reto que hay por delante es inmenso. Hoy como ayer, solo tenemos nuestra voz, nuestras manos y nuestros pies para hacer llegar a los trabajadores la idea de que salir de la crisis mejorando nuestro bienestar es posible, y que es tarea de todos luchar por que así sea.

Hay que recordar a los trabajadores, en un ejercicio de pedagogía política, los éxitos y conquistas que han supuesto a los trabajadores las huelgas. Así como advertir de lo que nos viene si no paramos este ataque ahora. Si con un gobierno de centro-izquierda estamos asistiendo a los recortes más grandes de la historia, ¿qué no podrán hacer si en septiembre fracasa la huelga?, ¿qué nos espera cuando gobierne la derecha más reaccionaria de nuestro país? Sin duda alguna, el subdesarrollo.

Es vital por tanto, recuperar dentro de los trabajadores al sujeto político, ahora que todavía el capitalismo nos muestra sus dientes. Si esperamos a ver nuestra sangre derramada por un zarpazo, es posible que sea demasiado tarde, y es seguro que será más doloroso.

Marquémonos entonces las organizaciones de clase un objetivo, un programa de máximos que vaya más allá de dar marcha atrás a los recortes sociales. Planteemos a los trabajadores el socialismo como alternativa al capitalismo.

Estamos dispuestos a trabajar, junto a los sindicatos y a todas las organizaciones sociales que compartan el objetivo, por la toma de conciencia de la clase trabajadora, condición sine qua non para un futuro de lucha.

Si triunfamos en devolver el carácter de sujeto político a los trabajadores, estaremos trabajando por la formación de una ciudadanía que pueda ejercer un control consciente de la economía, frente a un capitalismo descontrolado que nos lleva una vez tras otra a la crisis e irremediablemente al sufrimiento. Una ciudadanía consciente y con capacidad de decisión nunca hubiera lleva al país a la burbuja inmobiliaria que ha descompuesto nuestra economía.

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