domingo, 27 de diciembre de 2009

Miguel Hernández, la fuerza de la palabra

Josu Gómez Barrutia





Cien años cumplirá el poeta , cien años desde que naciera en Orihuela su pueblo y el mío uno de los genios más grandes de la literatura española . Miguel Hernández, un rayo que no cesa , un poeta que como viento fuerte del pueblo pasa volando aún a través de los poros de los hombres y mujeres que le precedieron , y todo ello con la fuerza de un vendaval que todavía hoy nos trae el aroma a naranjo y azahar de su tierra , y los ideales de justicia, libertad e igualdad de sus letras, aquellas que clamaron que no existía cárcel para el hombre ni muralla que acallase su voz.

Y es que glosar la vida y obra de un hombre como Hernández no es tarea sencilla ni anodina, en sus palabras , en sus poemas y versos ,en la coherencia de su vida descansan sin lugar a dudas los mejores valores humanos y literarios de una generación manchada por la crueldad de la balas y la sangre de las rosas marchitas.

De la vida del poeta podemos poner de relieve cuatro valores , cuatro virtudes que marcaron su vida: tenacidad, compromiso, coherencia y honestidad . Siendo todas ellas fiel retrato de una vida que fueron para Hernández muchas vidas, de un camino que fueron muchos para el poeta. De una existencia que fue siempre un eterno viaje entre el amor a su pueblo , a sus amigos y a su esposa y el compromiso ante sus ideales políticos, culturales y humanos.



Miguel Hernández , nació un 30 de Octubre del año 1910 en una familia ganadera y humilde de la Huerta del Segura, y sería este entorno de luna, estrellas y atardeceres entre la naturaleza viva los que marcarían buena parte de su primera etapa poética, esa que nacío a la sombra de los arboles vetustos y centenarios de la campiña de Orihuela en los que Miguel se recostaba mientras cuidaba de sus ovejas y bailaba con las musas. Y es que Hernández fue ante todo un autodictada , un amante de la aventura del saber, de las letras, de aquellos versos clásicos de Virgilio y del Siglo de Oro Español que le acompañaron en su juventud, de la genialidad de Calderón de la Barca, de la ironía de Gongora y el sarcasmo de Quevedo o de las estrofas de Machado y Juan Ramón que su buen amigo Ramón Sitje le descrubrio en sus largas charlas y tertulias literarias al abrigo del horno de los hermanos Fenoll ,cómplices tertulianos en este aventura mágica del conocimiento , y es que Sitje fue mas que un amigo para Hernández, seguramente fue él ese hermano mayor que velaba lo sueños del poeta alicantino , ese compañero infatigable de sueños que animaba con la elocuencia de un sabio griego cada uno de esos momentos en los que el pesimismo embargaba al poeta tras su primer viaje a Madrid en donde el triunfo le fue esquivo, y todo ello aún cuando en el corazón de Sitje existía el temor real de perder a Hernández de su lado. Fueron estos tiempos para el poeta espacios de reflexión sobre su obra y su propia vida , pensamientos sobre el futuro que le asaltaban en los paseos largos por su Orihuela, y en donde sin planearlo el amor le sobrevino de la mano de una mujer de mirada profunda y dulce gesto cuyo nombre pasaría a la historia junto al poeta; Josefina Manresa. Empieza de esta forma para el escritor un nuevo tiempo creativo que le llevará a escribir una obra ,un auto sacramental que bajo el título Quien te ha visto y quien te ve y sombra de lo que eras le servirá a la postre para abrir a su genialidad las puertas de la capital de España.

De esta forma y tras la publicación de dicho auto en la prestigiosa publicación Cruz y Raya , el poeta volvería a Madrid en la primavera de 1934 en busca del éxito literario. Éxito que en esta ocasión abrazaría al poeta, en este nuevo tiempo Hernández empezaría a tejer amistad con otros escritores y poetas de su época que marcarían un antes y un después en la literatura española del Siglo XX , participa de esta forma el poeta en diversas tertulias literarias junto a Altolaguirre, Alberti, Cernuda, Delia del Carril, María Zambrano, Vicente Aleixandre y Pablo Neruda. Si bien aún rodeado de dicha compañía la soledad de la gran Metrópolis sería una difícil prueba vital para el joven campesino de ojos grandes y pantalones de pana que con nostalgia recordaría a cada momento la tranquilidad de su Orihuela y de sus seres queridos. De nuevo un contraste en su vida , de una parte el éxito de su obra y de otra la nostalgia de su tierra, de una parte el inicio de una nueva etapa cargada de poesía social y de otra el alejamiento intelectual de su amigo del alma Ramón Sitje. Y es que el poeta de la eterna Elegía inicia en este tiempo un nuevo camino cargado de compromiso progresista, de esta forma Hernández participará durante estos años activamente en proyectos de tanta índole como Las Misiones Pedagógicas, misiones que creadas desde el Ministerio de Cultura del gobierno de la segunda república tendrán como objetivo llevar la cultura a cada rincón de la geografía española. De esta forma y mientras participa en dicho proyecto continuara con su incesante publicación de poemas que impregnados por la influencia de autores como Alberti y Neruda se cargaran de trasfondo político y revolucionario en pos de un mundo mejor, entiende Hernández que la palabra y la cultura es la mejor herramienta de transformación social que se puede aportar a la sociedad, a través de ella se liberan las cadenas de la conciencia y las vendas de la ignominia .

Con el estallido de la Guerra Civil en 1936 Miguel Hernández tomara parte activa en defensa de la República y de los valores de progreso, igualdad ,justicia social y libertad en ella encarnados , de esta forma el poeta participara en calidad de comisario cultural en el conflicto y estará presente en diversos frentes como Boadilla del Monte, Pozuelo, Alcalá y Jaén en donde hará de su voz y su creación literaria un instrumento de lucha contra el fascismo. Durante este tiempo de su pluma nacerán obras como Vientos del Pueblo y el Hombre Acecha, que cargadas de ideología progresista servirán para enmarcar una etapa de compromiso , coherencia y honestidad en la que el poeta pondrá su vida a disposición de un ideal de futuro mejor, justo y en donde la igualdad y la libertad sean una máxima en España.

Por desgracia, estos deseos se verían truncados con la derrota del ejercito republicano , empieza para Hernandez así una huida hacía el exilio, un viaje con el único equipaje de un reloj de oro regalo de su amigo Vicente Aleixandre como presente de bodas y dos de sus libros , un escape a la muerte segura de un régimen que saludaba a los intelectuales progresistas con una bala en el pecho y una fosa común como ataúd eterno. Pero este último viaje del poeta, sería un viaje truncado y así nunca una vida valió tan poco como el peso de un reloj de oro que delato al poeta cuando se disponía a cruzar la frontera de Portugal.

Empieza de esta forma para el poeta una larga perenigración por diferentes cárceles: Sevilla, Madrid , Ocaña o Alicante acogen su cada vez más débil cuerpo que magullado por la nostalgia y la soledad de las frías paredes de los penales se va poco a poco consumiendo como una vela , como un pájaro que sin libertad acalla su canto entre los barrotes de su celda. Así y mientras las flores de la primavera de Orihuela anunciaban una nueva primavera murió el genial poeta, de ojos quemantes y rostro de España , el campesino de mirada profunda y corazón idealista que hizo de la poesía un arma de transformación y de progreso y de sus sueños un ideal que aún hoy sirve de ejemplo para las generaciones que le precedimos.

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Josu Gómez Barrutia. es Presidente de la Asociación Progresistas y Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Tocina.

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