lunes, 4 de abril de 2011

DERECHOS HUMANOS, ¿DE QUIEN?

Derechos humanos, ¿De quién?
Vicenç Navarro | Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra
nuevatribuna.es | Actualizado 03 Abril 2011 - 16:05 h. .Es extraordinaria la selectividad que existe en los medios de información de mayor difusión de España en la cobertura de las violaciones de los derechos humanos hoy en el mundo. Cuando tales violaciones ocurren en Cuba, la noticia ocupa grandes espacios mediáticos. La liberación de presos políticos en aquel país, por ejemplo, ha ocupado una gran atención de tales medios, así como de los establishments políticos tanto de España como de la Unión Europea. El Parlamento Europeo, por ejemplo, dominado por los partidos pertenecientes a las sensibilidades conservadoras y liberales, ha pasado varias resoluciones sobre lo que llaman “la flagrante violación de los derechos humanos en Cuba”. Me parece bien que se denuncie la violación de derechos humanos en Cuba, pero me parece enormemente incoherente (para expresarlo de una manera amable) que se permanezca en silencio frente a las violaciones mucho más extensas y más dramáticas que las ocurridas en Cuba y llevadas a cabo en países gobernados por las derechas, tales como Colombia. En realidad, este silencio muestra la falta de credibilidad de tales medios en su supuesta defensa de los derechos humanos. Lo que están haciendo es utilizarlos para promover sus puntos de vista políticos e ideológicos. No son las violaciones de los derechos humanos (que utilizan para sus fines ideológicos), sino su objetivo de promocionar su ideario político lo que motiva su atención a tal violación.

Hoy, uno de los países que está cometiendo mayores violaciones de derechos humanos en América Latina y en el mundo es Colombia, sin que los medios de información españoles de mayor difusión hayan informado sobre ello. Colombia ha sobrepasado este año a Sudán como el país que tiene un porcentaje mayor de personas desplazadas de sus hogares por causas políticas. De una población total de 44 millones de habitantes, 5,2 millones (casi el 12% de la población) han sido desplazadas por causas políticas, siendo los grupos más afectados por estos desplazamientos forzosos las poblaciones indígenas, tal como documenta el asesor jurídico de los Sindicatos del Acero de EEUU, Dan Kovalick, en su artículo “Colombia Slips Into the Abyss” (Counterpunch, 10-03-11).


Es probable que esta situación se acentúe con el Tratado de Libre Comercio con EEUU, pues facilitará las inversiones estadounidenses en la producción de aceite de palma, que es una de las causas del desplazamiento de la población indígena, conseguido por medios violentos y liderado por los infames paramilitares, que utilizan la lucha contra la guerrilla como excusa para expulsar a miles y miles de campesinos de sus tierras.

El Tratado de Libre Comercio entre Colombia y EEUU (presionado por las grandes corporaciones estadounidenses) tendrá un impacto muy negativo en el pequeño campesino colombiano, tal como ha ocurrido con semejantes tratados bilaterales de EEUU con México y con Haití. Como ha reconocido recientemente nada menos que el que fue presidente de EEUU Bill Clinton, el mayor promotor del tratado de libre comercio entre Haití y EEUU cuando fue presidente, tal tratado ha dañado a Haití. Cito directamente sus declaraciones: “El tratado bilateral con Haití favoreció a los grandes agricultores de mi Estado, Arkansas, pero ha dañado enormemente a los pequeños campesinos de Haití. Fue un gran error… Y tendré que vivir el resto de mi vida con el sentimiento de haber sido responsable del deterioro de la capacidad de producir alimento por parte del propio pueblo de Haití” (mencionado en el artículo de Kovalick).

Otra enorme violación de los derechos humanos es la situación laboral en Colombia. Según la Escuela Nacional Sindical (ENS) de Colombia, 51 sindicalistas fueron asesinados en 2010, y en lo que va de año ya se ha asesinado a cuatro sindicalistas (incluyendo tres maestros). Como escribe el mismo Dan Kovalick (esta vez en el diario Huffington Post, 09-03-11), este número de sindicalistas, 51, es idéntico al número de sindicalistas asesinados en 2008, cuando el candidato Obama expresó su desacuerdo con el tratado bilateral de comercio entre Colombia y EEUU. El candidato Obama se opuso a la ratificación del tratado, refiriéndose a los asesinatos políticos de los sindicalistas como la causa de su oposición. Un indicador más del abandono de muchas de sus promesas ha sido el hecho de que el presidente Obama, con el mismo número de sindicalistas muertos hoy que entonces, apoye ahora tal ratificación. La situación de abuso que está ocurriendo en Colombia ha dado pie a que la Confederación Internacional de Sindicatos se oponga también a que se establezca un tratado bilateral entre la Unión Europea y Colombia semejante al que probablemente se aprobará en EEUU este año. Es probable que ambos parlamentos, el Congreso de EEUU y el Parlamento Europeo, que se llenan la boca hablando de derechos humanos, aprueben tal tratado.

¿Se imaginan ustedes qué ocurriría si fueran asesinados 51 sindicalistas en Cuba? Ocurre en Colombia y ni siquiera es noticia. ¿Dónde están los “grandes defensores de los derechos humanos” como Mario Vargas Llosa, José María Aznar, Bernard-Henri Lévy, Moisés Naím y otros? y ¿dónde se pueden leer los editoriales de los grandes medios de difusión protestando por tales hechos? Por cierto, cuando estoy terminando de escribir este artículo, leo en la agencia EFE que el abogado Ricardo Alberto Sierra, que representaba a los familiares de las víctimas de los paramilitares de la región del Pacífico (20.000 asesinados), acaba de ser asesinado ante su familia. ¿Hasta cuándo la comunidad internacional, supuestamente defensora de los derechos humanos, continuará con su silencio ensordecedor?

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EN ABRIL, LA REPÚBLICA EN TWITTER: #vivalarepublica

"La República" promueve y anima al debate en las redes sociales durante este mes de Abril

¡Vamos a dar un "Abrilazo" en Twitter! #vivalarepublica






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12:59h. del Domingo, 3 de abril
Cada vez queda más fuera de toda duda la importancia de las redes sociales en el debate político entre la sociedad, principalmente entre los internautas. Nos cuentan además que estas redes sociales han tenido un papel fundamental en las revueltas en el mundo árabe. Aunque eso ya despierta más dudas, lo que está claro es que hasta los gobiernos - como el de EEUU -, las empiezan a usar como arma política, incluso destinando muchos recursos económicos y cientos de agentes gubernamentales, funcionarios y militares para preparar el terreno a posteriores acciones políticas.

Nuestro ejército son miles, millones de personas que quieren ser ciudadanos y no súbditos. Así que, ¿por qué no dar un Abrilazo" en Twitter promoviendo el hashtag (tema de conversación) #vivalarepublica?

Desde LA REPÚBLICA proponemos a los lectores que sean usuarios de dicha red social que promuevan el debate en ésta, relacionándolo con otros debates de actualidad y haciendo hincapié en la necesidad de cambio de régimen para solventar y superar las contradicciones y limitaciones del sistema monárquico y neoliberal actual:

Participa en el tema de conversación en Twitter: #vivalarepublica



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domingo, 3 de abril de 2011

MOVILIZACIÓN PROGRESISTA FRENTE A LAS FUERZAS REACCIONARIAS EN EE.UU.

La movilización progresista frente a las fuerzas reaccionarias en EEUU


Artículos de Opinión | Vicenç Navarro | 03-04-2011 |
En los mayores medios de comunicación de España se ha prestado gran atención, en su descripción de lo que ocurre en EEUU, al movimiento conocido como Tea Party, un movimiento de ultraderecha que se ha presentado erróneamente en la mayoría de tales medios como un movimiento antiestablishment.

En otro artículo he intentado desmitificar este movimiento que es un movimiento claramente instrumentalizado por grupos económicos y financieros afectados por las reformas llevadas a cabo por la Administración Obama (“El Tea Party ¿Es el fascismo posible en EEUU?”, El Plural25/10/10). Uno de tales grupos son las compañías de seguros sanitarios que han visto afectados sus intereses por la reforma del sistema de financiación de la atención sanitaria en EEUU.

La base social de este movimiento Tea Party son primordialmente empleados de las compañías de seguros y otras empresas afectadas por las reformas de la Administración Obama así como profesionales autónomos y sectores del pequeño empresariado, que se oponen principalmente a la capacidad del estado (sea federal o estatal) de recoger impuestos, capacidad que los grandes grupos financieros y empresariales, así como las rentas superiores, consideran la raíz de todos los males de la economía y que quieren reducir al máximo. La medida con la que el supuesto antiestablishment Tea Party ha presionado más al Congreso de EEUU ha sido precisamente la de mantener los enormes recortes de la carga impositiva de los “superricos” que aprobó el pasado Presidente Bush junior y que el Presidente Obama había prometido eliminar durante su campaña electoral, aunque al final cedió, aceptando su continuación. Uno de los mayores financieros del Tea Party, es el multimillonario David Koch, el cual invirtió unas cantidades de fondos nunca vistos antes en la historia electoral de EEUU en su apoyo al candidato republicano del Tea Party, Scott Walker, para gobernador del Estado de Wisconsin, un estado emblemático por su tradición progresista. Era el plan de David Koch y su agente político Scott Walker el intentar desmantelar el estado del bienestar en aquel estado, pues si lo conseguían en aquel estado, lo podrían conseguir en cualquier otro estado de EEUU. Y un elemento clave en esta estrategia era debilitar a los sindicatos (comenzando con los sindicatos del sector público), hasta el punto de prohibir prácticamente la práctica del convenio colectivo, limitando estos convenios a negociar el nivel salarial pero nada más.


El argumento utilizado para llevar a cabo este proyecto era la necesidad de reducir el déficit del presupuesto del estado, lo cual exigía unos cambios y reducciones que requerían el debilitamiento, casi la extinción, de los sindicatos. Para movilizar el apoyo a estas medidas antisindicales, Scott Walkertrajo a las tropas de choque del Tea Party, lideradas por Joe, “the plumber” (José, el fontanero) al estado de Wisconsin, siendo tal campaña financiada por David Koch. Pero, cual fue la sorpresa del gobernador Walker, del Tea Party y del partido republicano (así como del establishment en general) cuando los sindicatos y la población trabajadora de Wisconsin se movilizaron en las manifestaciones más grandes que se hayan visto en la historia de Wisconsin, mucho más grandes que las del Tea Party. En realidad, éste último se vio desbordado por una enorme multitud de trabajadores, campesinos y profesionales de clase media, incluidos trabajadores, empleados y profesionales del sector público que se movilizaron para defender los servicios públicos del estado del bienestar. La gran sorpresa es que la mayoría era gente joven, incluyendo los niños que con sus padres fueron a las movilizaciones para apoyar a sus maestros. En las reuniones que tomaron lugar en el Capitolio del estado de Wisconsin, las canciones (que se creían olvidadas) de las luchas obreras que habían definido la militancia del movimiento laborista progresista en Wisconsin volvieron a oírse. Pronto, las manifestaciones de Wisconsin se han ido extendiendo a otros estados gobernados por el Tea Party y el partido republicano. Tales manifestaciones han creado una enorme simpatía a nivel de todo el país en apoyo del derecho a la sindicalización y a los convenios colectivos. Las encuestas muestran que los que apoyan tal derecho son el doble de los que no lo apoyan. Y en Wisconsin el gobernador Walker tiene un rechazo elevado, incluso entre aquellos votantes que le habían votado. Las encuestas muestran que si hubiera elecciones, Walker perdería: conseguiría el 45% del electorado frente al 52% de su oponente, el candidato demócrata. Pero lo que es incluso más importante es que este resurgir del movimiento trabajador está también cuestionando el dogma neoliberal que ha dominado la sabiduría convencional del país. Tal dogma señala que la única respuesta posible para salir de la crisis es la reducción del déficit del gobierno federal y de los estados a base de reducir el gasto público social y los derechos sociales y laborales. Una de las pancartas más vistas en las manifestaciones de Wisconsin era una que leía “No somos nosotros el problema: es la banca (Wall Street) y las grandes corporaciones empresariales” que en EEUU se llama Corporte Class. La secretaría general de uno de los sindicatos más militantes de EEUU, el sindicato de enfermeras, señaló acertadamente que “la causa mayor del crecimiento del déficit público han sido los recortes y beneficios fiscales otorgados a la banca y a las grandes corporaciones”. En Wisconsin, más de dos terceras partes de las grandes empresas no pagan ningún impuesto habiendo disminuido la carga impositiva de las grandes empresas un 50% desde 1981, queriendo el gobernador Walker reducirlo incluso más.

Una última observación. Uno de los momentos más emotivos de la enorme manifestación que tuvo lugar en la plaza mayor de Madison, en Wisconsin, fue cuando el reverendo Jesse Jackson, antes de comenzar su discurso, leyó el telegrama de adhesión a la manifestación del sindicato clandestino de los empleados públicos de Egipto. La plaza estalló en un aplauso entusiasta, con un canto a la solidaridad (solidarity forever, el himno de los sindicatos estadounidenses). Los mayores canales de televisión CNN, ABC, CBS, NBC apenas han cubierto estos hechos. Pero por primera vez en la historia de los últimos cuarenta años hay canales de televisión de izquierda como The Ed Show (claramente favorable a los sindicatos), o Rachel Maddow, (feminista progresista) ambos programas de la cadena MSNBC, así como Democracy Now que están alcanzando audiencias considerables, presentando alternativas a las cadenas tradicionales conservadoras y a la ultraderechista Fox. Las medidas reaccionarias, que está imponiendo la ultraderecha estadounidense para salir de la crisis ha movilizado a grandes sectores de la clase trabajadora y amplios sectores de las clases medias que apuntan, con razón, de que hay otra manera de salir de la crisis, revertiendo las enormes ventajas fiscales que obtuvieron los miembros y componentes de la Corporate Class, la clase de las grandes empresas de aquel país.

Fuente: http://www.vnavarro.org/?p=5486


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ISLANDIA, LA REVOLUCIÓN SILENCIADA QUE MANDA LOS BANQUEROS A LA CÁRCEL

Islandia: los banqueros a la cárcel






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La Revolución silenciosa




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11:36h. del Domingo, 3 de abril
En Islandia hace meses que el pueblo ha empezado a tomar el poder en sus manos y hasta los banqueros especuladores empiezan a entrar en prisión. Los islandeses se han organizado y están decidiendo y construyendo la sociedad que desean, dando un ejemplo al mundo, y especialmente a occidente, arrodillada ante el poder financiero.

Islandia ha sido víctima, como otros países, del saqueo de varias decenas de personas y grupos financieros, que llevó el país a la quiebra. Fue entonces cuando los ciudadanos dieron un paso al frente y comenzaron una revolución que ha sido silenciada por los grandes medios, quizá para que no tomemos ejemplo.

Hicieron dimitir a un gobierno al completo, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que estos han creado con Gran Bretaña y Holanda a causa de su execrable política financiera y se creó una asamblea popular para reescribir su constitución. Todo de forma pacífica: a golpe de cacerola, gritos y certero lanzamiento de huevos. Esta ha sido una revolución contra el poder político-financiero neoliberal que nos ha conducido hasta la crisis actual.

Hace unos días caía el presidente ejecutivo de uno de los grandes bancos de Islandia, que estaba incluido en la lista de la interpol, con una órden de detención.Fue detenido hace unos días en su mansión de Londres. Y es uno de los protagonistas del libro más leído de Islandia: nueve volúmenes y 2.400 páginas para una especie de saga delirante sobre los desmanes que puede llegar a perpetrar la industria financiera cuando está totalmente fuera de control.



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sábado, 2 de abril de 2011

LA CATÁSTROFE QUE ANUNCIA UN JAPÓN RADICALMENTE NUEVO

La catástrofe que anuncia un Japón radicalmente nuevo
Kojin Karatani · · · · ·

27/03/11






Mientras se van confirmando desgraciadamente punto por punto los pronósticos de nuestros amigos Eduard Rodríguez Farré y Salvador Lópes Arnal ("Fukushima: un Chernóbil a cámara lenta"), el reconocido filósofo marxista libertario japonés reflexiona sobre la catástrofe de Fukushima y el futuro del capitalismo como cultura económico-social.

Yo me hallaba en las calles de Tokio cuando se produjo el terremoto. El suelo tembló con violencia, mientras bailaban ante mis ojos y durante un buen rato los edificios. Nunca había experimentado, ni de lejos, cosa semejante, y me percaté al instante de que algo terrible había sucedido. Lo primero que me vino a la cabeza fue el terremoto de Kobe en 1995, en el que perecieron más de 6000 personas. Aunque no experimenté personalmente el terremoto de Kobe, afectó a mi región de origen, en la que vivían muchos parientes y amigos, de manera que acudí sin tardanza al escenario del desastre. Anduve por las calles, y vi edificio tras edificio convertidos en ruinas.

Es evidente que el actual rebasa por mucho el desastre del terremoto de Kobe. Pues también incluye el daño infligido por el tsunami a las regiones costeras a lo largo de centenares de kilómetros, así como el peligro de una catástrofe nuclear. No son, empero, las únicas diferencias. El terremoto de Kobe fue completamente inesperado. Aparte de un puñado de expertos, nadie había concebido la posibilidad de un terremoto allí. El terremoto reciente, en cambio, había sido anticipado. Los terremotos y los tsunamis han venido inveteradamente asolando la región nordeste del Japón, y en los últimos años se habían oído frecuentes alertas. Por otro lado, la energía nuclear siempre ha levantado una fuerte oposición, vivas críticas de y no menos vivas alertas. Sin embargo, la escala del terremoto superó cualquier pronóstico. No es que la escala del tamaño desastre no pudiera anticiparse, sino que se evitó intencionadamente.


Hay otra diferencia. Aun cuando el terremoto de Kobe ocurrió tras el fin de la economía de la burbuja de los 80, cuando la recesión económica estaba ya en curso, las gentes todavía no se habían percatado plenamente de la defunción de la economía japonesa de alto crecimiento. Por eso el terremoto de Kobe apareció inicialmente como un símbolo de la decadencia económica japonesa. Lo que, sin embargo, fue cayendo en el olvido, a medida que la nación se afanaba en recuperar una época en la que se hablaba del Japón como "un número uno". No fue sino luego del terremoto de Kobe que Japón adoptó de corazón las políticas económicas neoliberales, so pretexto de revigorizar la economía.

En cambio, la consciencia del declive económico japonés estaba muy difundida ya antes del actual terremoto. La menguante tasa de natalidad y el envejecimiento de la población no dejaban margen para una visión color de rosa. Aun cuando la huera retórica nacionalista a favor de un renacimiento del Japón como superpotencia económica sigue dominando nuestros principales medios de comunicación, en el corazón de las gentes ha arraigado otra visión, más realista, pronta a admitir una perspectiva indefinida de bajo crecimiento y la necesidad de construir otra economía y otra sociedad civil nuevas. En este aspecto, el reciente terremoto no llega como un choque sorpresivo para la economía. Más bien robustecerá las ya presentes tendencias, viniendo en cierto sentido a reafirmar y poner en el centro los asuntos que se dejaron de lado tras el terremoto de Kobe.

Lo que primero me impresionó del desastre de Kobe fue la relativa compostura de los ancianos que habían perdido sus hogares. Su actitud era la de que, habiendo empezado de la nada de las abrasadas ruinas de la II Guerra Mundial, no tenían ahora sino que empezar de nuevo de la nada. Luego, la muchedumbre de jóvenes voluntarios crecidos en la época de la prosperidad, venidos de todo Japón para ayudar y formar comunidades de ayuda mutua. Ese fenómeno no era único del Japón. He oído hablar de milagros parecidos luego del terremoto de Sichuan en China.

Tras examinar el terremoto de San Francisco en 1906 y otras catástrofes posteriores parecidas en su libro Un paraíso construido en el infierno, Rebecca Solnit concluyó que esas extraordinarias comunidades nacen del desastre". Se cree comúnmente que cuando se disipa el orden, surge un estado hobbesiano de naturaleza en el que los humanos se comportan como lobos con otros humanos. Lo cierto es, sin embargo, que las mismas gentes que se miran con mutuo temor bajo un orden social creado por el Estado, forman comunidades de ayuda mutua en medio del caos engendrado por el desastre, un tipo espontáneo de orden que difiere visiblemente del que se da bajo el Estado.

Fue ese tipo de comunidad la que nació de la catástrofe generada por el terremoto de Kobe. Pero también jugó su papel la particular experiencia histórica del Japón. Pues las ruinas provocadas por el terremoto evocaban poderosamente las condiciones psicológicas que siguieron a la II Guerra Mundial, cuando la gente se juntó para reflexionar sobre la guerra y sobre la historia del Japón moderno que llevó a ella. El "paraíso" que se formó en las secuelas del desastre fue, empero, efímero, y la memoria de la guerra desapareció con él.

Cuando se restauró el orden tras el terremoto de Kobe, la tendencia que se impuso fue la de servirse del desastre como de una oportunidad para hacer negocios con el renacimiento económico. El primer ministro Koizumi alentó, más si cabe, políticas neoliberales, y violó la pacifista constitución de postguerra enviando, bajo el remoquete de "Autodefensa", fuerzas japonesas a Irak. Al final, el resultado fue el estancamiento económico y un hiato creciente entre ricos y pobres. Consecuencia: el Partido Liberal-Democrático, que se había inveteradamente mantenido en el poder, tuvo que cederlo al Partido Democrático de Japón. Sin embargo, la nueva administración fue incapaz de embarcarse en un nuevo curso.

Tal es la situación en que aconteció el reciente terremoto. Una vez más, el desastre evocó las carbonizadas ruinas de la postguerra. Además, la crisis en la central nuclear de Fukushima no puede sino traer a la memoria los recuerdos de Hiroshima y Nagasaki. Los japoneses de postguerra han tenido una gran aversión a las armas nucleares y a la energía nuclear en general. Huelga decir que había una fuerte oposición a la construcción de centrales energéticas nucleares en Japón. Sin embargo, a consecuencia de los shocks petroleros de los 70, el Estado afirmó y estimuló el desarrollo de plantas nucleares. Las primeras campañas proclamaban la necesidad de la energía nuclear para el crecimiento económico, mientras que en los últimos años se prefería decir que la energía nuclear podía contribuir a la reducción de las emisiones de carbono, y por lo mismo, a aliviar las presiones sobre el medio ambiente. Que tales consignas publicitarias no eran sino una forma criminal de engaño por parte de la industria y del gobierno, es cosa que ha quedado de todo punto acreditada en los sucesos de estas últimas semanas.

Entre las ruinas del Japón de postguerra las gentes reflexionaron sobre la senda recorrida por el Japón moderno. Pugnaces con las potencias occidentales, los japoneses modernos aspiraban al estatus de una gran potencia militar. La evaporación de ese sueño en la derrota militar de la nación llevó a otro objetivo, el de convertirse en una gran potencia económica. El final colapso de esa ambición ha sido patentemente puesto de manifiesto por el terremoto reciente. Aun sin el terremoto, estaba condenada al fracaso. La verdad es que lo que está fracasando no es sólo la economía japonesa. A comienzos de los 70, el capitalismo mundial entró en un período de grave recesión, y desde entonces ha sido incapaz de sobreponerse a la caída tendencial de la tasa general de beneficio. El capital ha buscado una vía de salida de ese declive a través de la inversión financiera global y mediante la extensión de la inversión industrial hacia lo que antes se llamaban regiones del "tercer mundo". El colapso de esa estrategia quedó patente en el llamado shock de Lehman. Por lo demás, el desarrollo acelerado de países como China, India y Brasil sigue su curso. Pero ese acelerado crecimiento no puede durar mucho. Es inevitable que los salarios crezcan y se alcance un límite en el consumo.

Por eso el capitalismo global se hará insostenible en 20 o 30 años. Pero el final del capitalismo no es el final de la vida humana. Aun sin desarrollo económico capitalista, aun sin competición, las gentes son perfectamente capaces de vivir. Es verdad: la economía capitalista no se extinguirá sencillamente. Resistiéndose a su final, las grandes potencias seguirán sin duda combatiendo por los recursos naturales y por los mercados. Pero yo creo que los japoneses no volverán nunca más a secundar una senda tal. Sin el reciente terremoto, el Japón habría sin disputa proseguido su triste combate por un estatus de gran potencia; ese sueño resulta ahora inconcebible, y ha de ser abandonado. Lo que el terremoto ha producido no es la defunción del Japón, sino la posibilidad de su renacimiento. Bien podría ser que sólo entre ruinas puedan los pueblos ganar la valentía necesaria para emprender un rumbo radicalmente nuevo.

Kojin Karatani (Amagasaki, agosto de 1941), profesor de la Universidad Meiji de Tokio, es un filósofo marxista libertario japonés internacionalmente reconocido.

Versión castellana para www.sinpermiso.info: Ventureta Vinyavella (sobre la traducción inglesa de Siji M.Lippit)



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FUKUSHIMA, UN CHERNOBIL A CÁMARA LENTA

Fukushima: un Chernobil a cámara lenta
Eduard Rodríguez Farré · Salvador López Arnal · · · ·

20/03/11






Para Manuel Sacristán. In memoriam et ad honorem



Durante más de medio siglo se le ha dicho y repetido al pueblo japonés que lo que está pasando actualmente en los seis reactores de la central nuclear de Fukushima no pasaría nunca. Todos los gobiernos japoneses, de similar color político, han mentido; NISA, la agencia de seguridad nuclear japonesa, se ha sumado al engaño; TEPCO, The Tokyo Electrical Power Company, la tercera empresa eléctrica del mundo, propietaria y gestora de la central siniestrada, y de muchas otras nucleares japonesas, les ha mentido también. La fusión parcial de los reactores ante la falta de refrigeración, provocada por el terremoto y maremoto que han azotado un país donde esos sucesos no son infrecuentes, no debería haber ocurrido. Saichii, el reactor I de la central (un BWR, como los restantes reactores, de los que funcionan con agua en ebullición, como el de la central española de Santa María de Garoña), no debería haber sufrido un accidente conocido con el nombre de Station Blackout (SBO), la pérdida total del suministro eléctrico.



Pero existían precedentes y no es extraño, por lo demás, que algunos políticos de la derecha extrema nipona abonen la infamia más insultante. El alcalde de Tokio desde 1999, un político ultranacionalista, Shintaro Ishihara, que destaca por atacar a homosexuales, inmigrantes y mujeres, ha afirmado que el terremoto era un "castigo divino" por el "egoísmo" de los japoneses. Algunos ejemplos.



Un accidente nuclear afectó a la central de Tsuruga hace ahora 30 años [1]. Entre el 10 de enero y el 8 de marzo de 1981, se produjeron fugas de líquidos radiactivos. Unos 40.000 litros de material se vertieron, desde los depósitos de residuos de la central, en las cloacas de la vecina ciudad de Tsuruga, donde residían unas 100.000 personas. El accidente, el más grave desde el comienzo de la nuclearización nipona, no fue conocido por los habitantes de la ciudad, ni por la ciudadanía nipona en general, hasta el 20 de abril, muchos días después de que se produjera. Se supo posteriormente que la empresa propietaria de la central conocía lo que estaba sucediendo desde el principio y que hizo todo lo posible para ocultarlo. Tsuruga ha dado nombre a un síndrome del ocultamiento y la tergiversación.




Segundo ejemplo, finales de julio de 2007 [2]. Un terremoto de intensidad 6,8 golpea la provincia de Niigata, en la isla de Honsu, a 200 km de Tokio y pone fuera de funcionamiento el Kashiwazaki-Kariwa, una gigantesca planta nuclear, una de las más grandes del mundo. Nueve personas fallecen y un millar resultan heridas a causa del terremoto. Se destruyen o dañan unas 800 casas; vías y puentes quedan impracticables; se corta el suministro de agua, gas y electricidad; se averían instalaciones industriales de la zona. La planta, propiedad de TEPCO, se encuentra situada seguramente encima de una falla sísmica. Los informes hablaban de fugas radiactivas, conductos obsoletos, tuberías quemadas, aparte de los incendios. Varios centenares de barriles de residuos se vinieron abajo. Más de 1.000 litros de agua radiactiva se vertieron al mar y fugas de isótopos se dispersaron en la zona. No fue una "pequeña fuga" sin consecuencias para el medio ambiente. Los responsables de la central, después de muchas dudas y vacilaciones, lo admitieron finalmente: el terremoto provocó un desastre.



Ya entonces un portavoz de la corporación, de TEPCO, sostuvo que los reactores de la central habían sido diseñados para resistir terremotos, pero sólo, matizó, hasta determinada intensidad, inferior a la magnitud del seísmo registrado aquel lunes de julio de 2007. La misma melodía que estamos oyendo ahora. ¿Podemos creerles?



Tampoco hay que olvidar lo ocurrido en 1999 en Tokaimura [3], a 120 kilómetros al noreste de Tokio, no lejos de Naka-machi, el que se consideraba hasta el momento el accidente nuclear más grave después del de Chernóbil. Su causa fue la reacción en cadena que se produjo por la decantación de una cantidad anormalmente elevada de solución de nitrato de uranio enriquecido debido a un error en su manipulación. Los dos trabajadores de la central que participaron en el proceso fallecieron al recibir dosis letales. El Informe de los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica constató que se produjo por la manipulación de uranio enriquecido hasta un 19% en U 235 en cantidades tales, 16 kg en total, que superaron la masa crítica, algo más de 2 kilos, iniciándose con ello una reacción de fisión.



Cabe preguntar razonablemente: ¿por qué se han ubicado en Japón tantos reactores al lado del mar en una zona propensa a maremotos? La Union of Concerned Scientists lo ha documentado con precisión: por razones económicas. No hay que pagar por el agua del mar, sale muy barata, rebaja costes y aumenta beneficios, especialmente en un país sin ríos de caudal importante.



La radiación ni se ve ni se huele ni se siente, pero sus efectos son a largo plazo y dañarán la salud y el medio ambiente durante muchos años. Ya se han medido, incluso en Tokio, radiocontaminantes, como el yodo-131 o el cesio-137, en la radiación liberada en Fukushima, donde se ha producido la fusión parcial de dos de sus reactores y la liberación de material altamente radiactivo ubicado en las piscinas de residuos. En el núcleo de un reactor atómico existen más de 60 contaminantes radiactivos, unos de vida media muy larga y otros de vida corta, pero muchos de ellos tienen una gran afinidad con nuestro organismo. Se acumulan en él, son parecidos a nuestros elementos biológicos. Entre esos sesenta contaminantes, los que tendrán mayores consecuencias para la salud humana serán el yodo-131, el estroncio-90 y el cesio-137 con el plus del plutonio.



El primero afecta inmediatamente y deja mutaciones en los genes; a partir de ellas se puede desarrollar posteriormente el cáncer de tiroides (se ha calculado que el accidente de Chernobil multiplicó por diez los casos de este tipo de cáncer en Centroeuropa). El estroncio se acumula en los huesos, como si fuera calcio, un mínimo de 30 años y durante este tiempo continúa irradiando el organismo. El cesio queda depositado en los músculos, comportándose de forma parecida al potasio. Ambos, estroncio y cesio, aumentan el riesgo de todo tipo de cánceres, especialmente los de huesos, músculos y tumores cerebrales, disminuyendo la inmunidad del organismo e incrementando la capacidad de sufrir otras patologías.



La radiación, además, altera la reproducción y afecta más a las mujeres que a los hombres. Los espermatozoides se regeneran cada 90 días y un espermatozoide alterado desaparece en ese período. Los óvulos están en los ovarios toda la vida. Si un óvulo alterado por la radiación es fecundado posteriormente incrementa el riesgo de malformaciones en el feto así como el de diversas patologías aunque sea muchos años después.



Tampoco las consecuencias para el medio ambiente serán inocuas. La contaminación nuclear se deposita en el suelo y en el mar, se incorpora a la cadena trófica de los peces, que son la base de la dieta en Japón, del resto de animales -el yodo-131 aparece precozmente en la leche-, de las plantas, la fruta y las verduras. Este proceso se irá acumulando, pasará de un ser vivo a otro e irá empeorando (miles de renos tuvieron que sacrificarse en el Ártico tras Chernóbil: estaban contaminados por los líquenes que habían ingerido). La persistencia de estos radioelementos en el medio perdura largo tiempo y su presencia puede detectarse en los alimentos incluso años después de un accidente nuclear.



Para prevenirse de la contaminación radiactiva, el contacto con la piel se puede eliminar lavándose con el mismo celo que tiene un cirujano cuando entra a un quirófano. Limpiando y cepillando el cuerpo, el pelo y las uñas con detergente, desechando la ropa. Mucho más difícil es luchar contra la principal vía de contacto con los elementos contaminantes: la inhalación. Frente a ella, sólo son efectivas ante el radioyodo pastillas de yoduro potásico como las que las autoridades japonesas están repartiendo a la población. El tiroides, cuando está repleto de yodo, elimina el que le sobra. Si se satura el tiroides con yodo normal administrando pastillas, se facilita que al inhalar yodo radiactivo, este último no se capte y se elimine rápidamente.



Existen dos tipos de efectos en la salud humana por la exposición a la radiación. Unos efectos son determinísticos, los inmediatos a la exposición, dependen de la dosis recibida; otros son probabilísticos e irrumpen cuando las partículas radiactivas se acoplan a distintos órganos. Son los que más deben preocupar. Influyen, sabido es, en el aumento del riesgo de sufrir cáncer actuando como si fueran componentes biológicos. El cesio 137, como comentábamos, se acopla al músculo y va irradiando a lo largo del tiempo. Lo mejor que puede pasar es que mate la célula. En cambio, si causa una mutación en un gen supresor de tumores, puede aumentar la posibilidad de que se sufra cáncer.



El accidente de Fukushima es un Chernobil a cámara lenta, si bien las causas han sido muy diferentes. El terremoto produjo alteraciones en la estructura de los reactores y el maremoto provocó fallos de los sistemas de refrigeración, inutilizándolos. La temperatura fue aumentando progresivamente y, debido al enorme incremento de la presión, se ha liberado vapor de agua e hidrógeno junto con los gases radiactivos que se producen en la vasija de contención. La estructura de las barras de uranio-235 del reactor va deformándose y acabará fundiéndose parcial o, en el peor de los casos, totalmente. En Chernobil la fusión fue global, por lo que la explosión fue enorme y de una sola vez. En Japón, por el contrario, hay una pérdida paulatina de elementos radiactivos y explosiones parciales de los reactores.



No está claro por cuánto tiempo funcionarán los intentos de refrigeración de emergencia, helicópteros, bomberos, ni se sabe cuándo se restaurará el abastecimiento normal de energía. No será cuestión de días saber qué comportamientos están teniendo los 6 reactores nucleares, qué ha pasado con los motores diesel de seguridad, con las piscinas de residuos altamente radiactivos, con las vasijas de contención, y, desde luego, con los trabajadores de Fukushima. Dentro de seis meses, el perfil de lo sucedido será muy distinto del que tenemos, del que ahora podemos vislumbrar.



Las Fuerzas de Autodefensa de Japón, eufemismo por Ejército de Japón, han arrojado agua de mar desde helicópteros sobre la unidad tres de la planta, dónde los ingenieros intentaban restablecer un cable eléctrico hacia dos de los seis reactores para encender bombas de agua necesarias para enfriar unas varillas de combustible nuclear usado. Se ha arrojado agua también sobre el reactor 3, uno de los que está en situación más crítica.(Intentar “apagar” un fuego radiactivo con agua no deja de ser fútil en opinión de varios físicos nucleares). Si esos procedimientos fallan, la última opción sería enterrar la extensa planta, de 40 años de antigüedad, bajo arena y concreto. Fue el método usado para sellar enormes filtraciones en Chernóbil. Incluso si los ingenieros restauran los sistemas de energía de la planta, las bombas y los circuitos de refrigeración podrían estar demasiado dañados por el seísmo y el posterior tsunami para poder funcionar.



La mayor parte de los países –China, Estados Unidos, España, entre ellos- están evacuando a sus ciudadanos. El peligro es real, la situación no ha mejorado por el momento. Asimismo, la Unión Europea, los EEUU y los gobiernos de numerosos países han prohibido la entrada de productos de alimentación procedentes de Japón. En el momento de escribir esta nota se ha detectado ya en Tokio la presencia de yodo-131 y cesio-137 en verduras y leche procedentes de regiones próximas a Fukushima. Mientras la radiactividad se está diseminando en dirección Este –según los meteorología predominante- y NE por el Pacífico. El próximo lunes (21 de marzo) cambiará el régimen de vientos y se enseñorearán en los días siguientes sobre la isla de Honshu, donde se encuentra la central, Tokio y demás grandes ciudades, y en donde habita el 83% de los 127 millones de japoneses.



Una escena -“Fujiyama en rojo”- de la que fuera la última película del maestro Akira Kurosawa, “Los sueños” [4], transcurre en una barraca frente al mar. El ambiente se encuentra envuelto en una espesa niebla. Los protagonistas: un joven, un hombre maduro vestido con un elegante traje y una señora desesperada con dos niños en sus brazos.



“Señor.- ¡Este es el fin!



Joven.- Pero, ¿qué pasó? ¿Adónde está toda la gente? ¿Adónde huyeron?



Señor.- Al fondo del mar.



Joven (mirando hacia el mar).- Los delfines, hasta ellos están huyendo; qué suerte tienen, se pueden ir nadando… Señor.- De nada les servirá, los matará la radiactividad… ¡Las nubes! La roja es de plutonio 239, la diez millonésima parte de un gramo causa cáncer. La amarilla, es estroncio-90, se mete dentro… y causa leucemia. La morada es cesio 137, afecta la reproducción, causa mutaciones, da origen a deformidades… La estupidez del hombre es increíble, la radiactividad era invisible y debido al peligro le dieron color. Pero eso sólo no deja saber que nos está matando. La tarjeta de visita de la muerte. Hasta luego... (se despide y se dirige hacia el mar dispuesto a arrojarse por la barranca)



Joven.- ¡Espere! La radiación no mata enseguida…



Señor.- ¿Y que importa? Una muerte lenta es mucho peor…



Señora.- ¡Me niego a morir así! Que mueran adultos, ya han vivido suficiente. Pero los niños aún no han vivido. No es justo.



Señor.- El esperar la muerte no es vida…



Señora.- Nos dijeron que los reactores no eran peligrosos […] Cero accidente, cero peligro. Esto nos dijeron. ¡Qué monstruoso! ¡Si no los cuelgan por eso, los colgaré yo misma!



Señor.- No te preocupes, la radiactividad lo hará por tí. Lo siento, yo soy uno de los que merece morir… (y se lanza al mar)”.



No hemos aprendido. “No hay fuente de energía alternativa si queremos asegurar una gran cantidad de energía. Para apoyar la economía japonesa no tenemos otra opción que el uso de la energía nuclear. La gente tiene que entender ese punto” [5], ha afirmado Kaoru Yosano, el ministro de Finanzas japonés, tras una reunión del gabinete nipón cuatro o cinco días después del seísmo y la catástrofe. Las gentes, la ciudadanía nipona, los ciudadanos de todo el mundo no entendemos ni ese ni muchos otros vértices de este complejo poliedro donde los intereses y el poder económico irresponsable han jugado un papel esencial, y seguimos reivindicando, con más fuerza, razones y tenacidad que nunca, dos de los mejores lemas de la tradición ecologista crítica e informada: “¿Nuclear? No gracias” y “Mejor activos hoy que mañana radiactivos”.



PS: Este link permite ver el mapa de dispersión del yodo radiactivo desde Fukushima: HYPERLINK http://www.zamg.ac.at/aktuell/index.php?seite=1&artikel=ZAMG_2011-03-17GMT09:15. Incluye también los mapas en el anexo, desde el 16 hasta el 19 de marzo. Es interesante fijarse en el movimiento de la pluma radiactiva (mapa inferior y el reloj acelerado), especialmente el primer día que fue hacia el oeste. Las previsiones meteorológicas para el área japonesa, así como la previsión de dispersión de la radiactividad de Fukushima, pueden verse también en: http://www.dwd.de/



NOTAS: [1] Eduard Rodríguez Farré, “El síndrome de Tsuruga (Energía nuclear y violencia institucional)”, mientras tanto, nº 8, 1981, pp. 15-21. [2] Eduard Rodríguez Farré y Salvador López Arnal, “El poder del lado oscuro de la fuerza. Presiones, falacias e intereses atómico-nucleares”. Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, nº 106, verano 2009, pp. 117-141 [3] Eduard Rodríguez Farré y Salvador López Arnal, Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente, El Viejo Topo, Barcelona, 2008. [4] HYPERLINK "http://www.argenpress.info/2011/03/la-energia-atomica-debe-dejar-de-ser.html" http://www.argenpress.info/2011/03/la-energia-atomica-debe-dejar-de-ser.html [5] Tomado de Ernesto Ekaizer, “A sangre fría”. Público, 16 de marzo de 2011.



Eduard Rodríguez Farré es un científico español internacionalmente reconocido, entre otras, por sus aportaciones a la radiobiología. Salvador López Arnal es profesor de filosofía y matemáticas en la enseñanza media y en la UNED. Viejos amigos y compañeros de militancias ecosocialistas varias, ambos colaboran regularmente con SinPermiso. Son coautores del importante liibro: Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente, El Viejo Topo, Barcelona, 2008.


www.sinpermiso.info, 20 marzo 2011 Compartir

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viernes, 1 de abril de 2011

LA IZQUIERDA CONTRA EL "PACTO POR EL EURO" (2)




IU exige un referéndum europeo contra el ‘Pacto por el Euro’
Por Raúl G. Hémonnet

En bloque y con un sólo mensaje, el Coordinador General de Izquierda Unida, Cayo Lara; el portavoz parlamentario de la coalición en el Congreso de los Diputados, Gaspar Llamazares, y el portavoz de IU en el Parlamento Europeo, Willy Meyer, señalaron en rueda de prensa que “es necesario dar la voz al pueblo europeo” para que opine sobre el llamado ‘Pacto por el euro’, considerado por la coalición como “un ataque a la Europa Social” y exigieron la celebración de un referéndum en los países europeos para que los pueblos del continente puedan dar su opinión sobre dicho acuerdo.


Para Cayo Lara, el llamado ‘Pacto por el Euro’, que, entre otras cosas pretende ligar salarios a la productividad, flexibilizar la negociación colectiva, y ampliar la edad de jubilación en la Eurozona, supone “una vuelta de tuerca más” contra los derechos de los trabajadores, ya que “pretende ligar los salarios a la productividad en vez de a la inflación”. Además, añadió Lara, la armonización de la fiscalidad en todos los países de la zona euro, especialmente en lo referente al impuesto de sociedades, de cara a aumentar la competitividad de las empresas europeas, supone una “armonización a la baja de ese impuesto” del que, dijo, “se aprovecharán las grandes empresas y los grandes capitales”. En este sentido, explicó que el Reino Unido ya ha comenzado la llamada armonización, reduciendo el impuesto de sociedades del 28 al 26 por ciento y, añadió “van camino del 23%”. Entrando ya en clave nacional, Lara señaló que José Luis Rodríguez Zapatero, tras su reunión del sábado con los 41 principales empresarios de España, “se ha convertido en representante de la gran empresa y de la Banca” y no, aseguró, “de los trabajadores que le votaron”. Indicó que los empresarios que acudieron a La Moncloa este fin de semana aplaudieron las reformas y le pidieron ir más allá, y citó la posible puesta en marcha en España de la liberalización total de servicios, conocida como ‘Directiva Bolkenstein’. Lara añadió que parece que los empresarios que, según él, ya marcaban la agenda económica también “deciden la agenda política” y preguntado sobre el debate sucesorio en el PSOE señaló que Izquierda Unida no quiere entrar en ese juego y que no ven “en ninguno de los candidatos” un punto de vista diferente en cuanto a las políticas económicas.


“Vivimos momentos de excepción”
Por su parte, el eurodiputado y portavoz de Izquierda Unida en el Parlamento Europeo, Willy Meyer, señaló que la Europa Social “ha sido volada por los aires” y que “se viven momentos de excepción” después de que las grandes fuerzas conservadoras y socialdemócratas de Europa hayan sellado un pacto contra el estado social europeo. Afirmó, en consonancia con sus otros dos interlocutores, que ante este “ataque” la respuesta adecuada es pedir la opinión al pueblo europeo, mediante referéndum, a lo que añadió que “si se consulta a los europeos, éstos dirán que no” al ‘Pacto por el Euro’, porque se trata, dijo de un acuerdo que requiere de reformas constitucionales en los estados y del Tratado de la Unión Europea y, por ello, consideró que la izquierda debe converger en la lucha contra este acuerdo con los sindicatos, tanto en el ámbito estatal como en el ámbito europeo.

Política de ‘rigor mortis’
En el mismo sentido que sus antecesores se explicó el portavoz parlamentario de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares que señaló que el pacto alcanzado el pasado fin de semana en Bruselas no sólo supone un ataque contra la Europa Social, también “contra la Europa democrática” ya que el ‘Pacto por el Euro’ supone el establecimiento del ‘déficit cero’ en las constituciones de los Estados Miembros, lo que nos retrotrae, afirmó “a las medidas de Reagan, Thatcher y Aznar”, ya que, añadió Llamazares, vincular el incremento del gasto público con el incremento del Producto Interior Bruto (PIB) implica “la negación de la política anticíclica” en la Unión Europea, políticas por las que el Estado intenta contrarrestar el ciclo económico negativo mediante inversión pública, y establece una política de ‘rigor mortis’ en nuestro país.


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LA IZQUIERDA CONTRA EL "PACTO POR EL EURO" (1)

El PCE exige un referéndum sobre el Pacto por el Euro



Secretaría de Comunicación del PCE / 22 mar 11




(Madrid, 22 de abril). El Secretario General del Partido Comunista de España José Luis Centella ha anunciado esta mañana, que su formación ha decidido iniciar una campaña de movilización para exigir que el llamado Pacto en Defensa del Euro, que pretende aprobar la Unión Europea el próximo fin de semana, sea sometido a Referéndum en España, ya que proyecta la necesidad de realizar modificaciones constitucionales. Centella ha manifestado también el apoyo del PCE a las concentraciones que han convocado los sindicatos para el jueves, día 24, frente a la delegación de la Unión Europea en Madrid.

Para Centella, el Gobierno de la Unión Europea trata de seguir imponiendo que la salida de la crisis la sigan pagando los trabajadores y trabajadoras de Europa y denuncia que el Pacto concreta el llamado Plan de Salvación del Euro basado en la necesidad del recorte de salarios a escala continental como principal garantía de aumentar "competitividad" europea, y añade además la necesidad de limitar constitucionalmente los gastos sociales de los estados miembros, llegando incluso a plantear la aprobación de sanciones millonarias para los países que se salten la "disciplina". Según Centella “se trata de implantar constitucionalmente una salida antisocial de la crisis, ya que el Pacto plantea que (las normas) el Pacto de Estabilidad y Crecimiento sobre niveles de déficit público y deuda pública deben incorporarse a los ordenamientos jurídicos nacionales, mediante reforma constitucional o ley marco y deberán afectar también a las instancias administrativas subnacionales”.


Para el PCE, una vez más, los Gobernantes de la Unión Europea intentan hacer recaer el peso de la competitividad en las reformas del sistema de negociación colectiva y en particular en los procedimientos para determinar los salarios. “Siguen tratando de que sean los trabajadores a través de sus salarios directos e indirectos quienes paguen las consecuencias de una crisis que han generado los bancos y grandes empresarios” declaró Centella, “ya que se pretende un control de los costes laborales lo que lleva a plantear una revisión de los acuerdos de fijación de salarios y, cuando sea necesario, del nivel de centralización de los procesos de negociación colectiva, con lo que ataca directamente al sistema de negociación colectiva, tal y como viene defendiendo la patronal española”.

Por otra parte, el Pacto trata de imponer que los salarios del sector público contribuyan a los esfuerzos de competitividad del sector privado, es decir, se mantiene el sacrificio para los funcionarios.

En el mismo sentido, desde el PCE denunciamos la intención del texto del Pacto de continuar el ataque a las políticas sociales, emplazando a la Comisión y al Consejo a evaluar la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, de pensiones y de otras prestaciones sociales, a través de “los indicadores de la brecha de sostenibilidad”, recientemente acordados por la Comisión para evaluar la sostenibilidad fiscal, una forma cínica de avanzar en la privatización de la sanidad y otras prestaciones sociales.

En relación con las pensiones, se sigue avanzando en la necesidad de ajustar la edad de jubilación a la esperanza de vida o mediante el incremento de la tasa de actividad, a la vez que impone limitar los planes de jubilación anticipada y el uso de incentivos específicos para emplear a trabajadores de más edad.

En definitiva según el Secretario General del PCE, el llamado Pacto por el Euro supone la imposición de medidas antisociales que afectan gravemente a los derechos laborales y sindicales, y trata de limitar la autonomía de los interlocutores sociales en el diálogo social y la negociación colectiva.

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HARRISBURG, CHERNOBIL, FUKUSHIMA. LA HISTORIA SE REPITE EN VERSIÓN AMPLIADA

. 32 años del accidente de Three Mile Island.
El accidente de Harrisburg empequeñecido ante el de Fukushima
VS 0 | | sección: web | 27/03/2011
Ecologistas en Acción

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El 28 de marzo se cumplen 32 años del accidente de Three Mile Island (TMI), en Harrisburg, Pensilvania, EE UU. Una fusión parcial del reactor provocó grandes emisiones de gases radiactivos a la atmósfera que nunca se cuantificaron, ni tampoco sus efectos en la población. Los efectos del accidente de Fukushima Daichii superan con mucho a los del de TMI.
El reactor TMI-2 sufrió graves daños y una emisión de gases radiactivos que afectó a unas 25.000 personas. Fue calificado como nivel 5 en la escala INES. El accidente de Harrisburg comienza con un fallo del circuito secundario, que hace que la temperatura del reactor aumente. En ese momento, un operador tomó una decisión errónea e introdujo grandes cantidades de agua fría en el circuito primario de refrigeración para intentar bajar la temperatura. Pero este agua hirvió, formando burbujas de vapor.

Además se produjo hidrógeno, al igual que en Fukushima, que fue necesario ventear para evitar una explosión dentro de la contención. Este venteo dio lugar a una nube radiactiva. La fusión del núcleo no se pudo evitar y fue necesario arrojar agua y arena al interior. Aunque esta concatenación de sucesos era improbable en opinión de los expertos en energía nuclear, acabó por producirse, con efectos catastróficos.
32 años después, el accidente de Fukushima ha provocado la fusión parcial de tres reactores (números 1, 2 y 3) y emisiones procedentes de la piscina de combustible gastado del reactor número 4. Las emisiones de tritio, yodo y cesio están superando -siguen produciéndose- en varias veces la magnitud de la catástrofe de la central estadounidense y, según estimaciones, alcanzan los niveles de entre el 10 y el 50 % de las emitidas en Chernóbil (Ucrania). Sus efectos sobre las personas aún están por determinar, aunque ya se están constatando las primeras víctimas.




La radiactividad medida en el agua y la leche supera en más de tres veces los niveles permitidos a unos 40 km de la central. Las verduras presentan concentraciones radiactivas de unas 30 veces las permitidas y se han registrado puntos contaminados en el terreno con más de 3.000 veces la contaminación de cesio-137 permitida. Esto es grave, dado que la vida media de este isótopo es de 30 años, lo que significa que tardará unos 300 años en desaparecer. Además se hace imprescindible el control del pescado y de los moluscos, dado que el agua contaminada por la refrigeración de los reactores se ha vertido al mar. Por si todo esto fuera poco, se ha detectado contaminación radiactiva en cinco purificadoras de agua en Tokio y existe ya preocupación en Corea y China de que la nube lleve cantidades no desdeñables de radiactividad a estos países.

La industria nuclear anuncia, como hizo entonces, que aprenderá de los errores y los corregirá para que las centrales sean más seguras. Varios accidentes se han sucedido desde entonces y el lobby pronuclear no ha aprendido lo principal, que la seguridad absoluta no existe y que los sucesos, por improbables que sean, acaban por producirse.

La pregunta que debe hacerse no solo la industria nuclear, sino toda la sociedad es: Si podemos prescindir de la energía nuclear, ¿por qué seguir manteniendo ese inmenso peligro? Ecologistas en Acción ha elaborado una propuesta de generación eléctrica para 2020 en la que se demuestra cómo se puede prescindir de la energía nuclear y del carbón manteniendo cubierta la demanda ininterrumpidamente a lo largo de todo el año.
Con motivo del aniversario del accidente de Harrisburg, la organización ecologista ha convocado actos de protesta en las centrales nucleares de Garoña y Almaraz el domingo 27 de marzo. Especialmente significativa será la de Santa María de Garoña, gemela al reactor 1 de Fukushima Daichii, aunque en peor estado de lo que se encontraba éste antes del terremoto.


http://www.ecologistasenaccion.org/article20242.html

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JAVIER EGEA: LA POESIA PARA EL POBRE SIGUE SIENDO NECESARIA

Felipe Alcaraz

Los poetas posmodernos y la obra completa de Javier Egea





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2

01:00h. del Jueves, 31 de marzo
El 14 de abril, en Granada, se presentará por fin el primer tomo de la Obra Completa de Javier Egea, dedicado a la poesía publicada en libros (son siete) a lo largo de su vida. Todo poeta revolucionario corre el riesgo de una segunda muerte, y a Egea le ha perseguido el peligro del olvido y el silencio, ese poder tan fuerte que nadie parece que lo ejerce, pero que es la herramienta clave en mano de esos poetas de la felicidad que recorren España presumiendo de no tener principios. Baste decir que Egea desaparece del 99% de las antologías publicadas en el ámbito estatal en los últimos años, ya que en las casi treinta que se publican sólo aparece en dos: la que compusieron Alberti y M.A. Mateo, y últimamente en la publicada por Marta Sanz. Desaparición, silencio y reinterpretación son, pues, los peligros en que se ha basado esa presunta segunda muerte, que yo creo ha sido al final derrotada.

Uno de esos poetas posmodernos de la felicidad, que van por ahí presumiendo de no tener principios (pero sí finales: vamos a ver dónde termina cada uno), considera que mantener que Egea intentó una poesía materialista implica querer convertirlo en un personaje ridículo. Intento materialista que, entre otros, han documentado Jairo García Jaramillo y Juan Carlos Rodríguez (yo mismo en La conjura de los poetas). Este poeta de la felicidad y los finales (desde luego gana mucha carreras al “sprint”) viene manteniendo esta categoría de lo ridículo de manera constante, desde que en 1992 se preguntó en una conferencia, publicada por Hiperión (“¿Por qué no sirve para nada la poesía?”), si no parece hoy ridícula la idea de que el mundo puede ser transformado. A partir de ahí siempre aplica este término a cualquier intento que se salga de la experiencia normal, de la norma, del sentido común, del canon comercial establecido. Y por eso la emplea de nuevo para retomar, reabsorber, reinterpretar la figura de Egea. Ya que no puede silenciarlo de nuevo, se encamina hacia la reinterpretación.


Desde el silencio, a partir de los años 90, se pasó, a través de la presión de los lectores, a hablar de buen poeta y, ahora, de magnífico poeta. Pero nunca, desde esta visión posmoderna, se ha aceptado el sentido profundo de la (producción y) búsqueda de Egea, que él explicitó de manera inconfundible en una serie de entrevistas y declaraciones a partir de 1980, donde hablaba de una poesía escrita desde el punto de vista de la explotación, que nucleaba lo que él conocía (no otros) como estructura misma de la denominada “Otra sentimentalidad”. Precisamente por eso no quiso ingresar en el grupo, fuertemente liderado por el poeta de la felicidad por excelencia, en el grupo de la poesía de la experiencia, hegemónica durante largo tiempo, y que otro de los componente caracterizó en 1996 (“La experiencia de la poesía”), como la poesía de la socialdemocracia, hablando, casi con términos de un estudio de mercado, de una poesía media, digerible, que debería corresponderse con las clases media surgidas a partir del triunfo de los socialistas.

Pues bien, después de un casi interminable esfuerzo, José Luis Alcántara y Juan Antonio Hernández han puesto en pie, en cuatro tomos, la Obra Completa de Egea, comenzando la publicación por sus siete libros de poesía. Una editorial puntera contrató hace más de 8 años la publicación de una antología, que se iba a llamar “Soledades” y que preparó Egea antes de morir. Antología que nunca vio la luz. Se cerraron casi todas las puertas, y los poetas y pintores de la felicidad, que llegaron a hablar del error testamentario de Egea, lanzaron la larga especie de que la obra estaba secuestrada y, en todo caso, en manos incompetentes y oscuras. Campaña que se rompe ahora con la publicación que nos ofrecen la Fundación Domingo Malagón y Bartleby ediciones.

Egea ha escapado al riesgo del olvido y el silencio. Esperemos ahora que escape al riesgo de la digestión con que intentan convertirlo en papilla una serie de poetas y estudiosos. Esos mismos que han corrido la voz de que era un enfermo, como débil y lastimosa explicación del aislamiento de “Quisquete” (su nombre usual en Granada) y del debate entre el intento de una poesía materialistas (Troppo mare y Paseo de los tristes) y los poetas de la experiencia, que tanto éxito tuvieron a partir del “cambio” auspiciado a partir de 1982.



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