martes, 8 de marzo de 2011
8 DE MARZO: HISTORIA DEL DÍA DE LA MUJER
Historia del Día de la mujer
Introducción
El Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) es una fecha que celebran los grupos femeninos en todo el mundo. Esa fecha se conmemora también en las Naciones Unidas y es fiesta nacional en muchos países. Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, se unen para celebrar su día, pueden contemplar una tradición de no menos de noventa años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.
El Día Internacional de la Mujer se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre. En la antigua Grecia, Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra; en la Revolución Francesa, las parisienses que pedían “libertad, igualdad y fraternidad” marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino.
La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, que fue, en el mundo industrializado, un período de expansión y turbulencia, crecimiento fulgurante de la población e ideologías radicales.
Cronología
1909: De conformidad con una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos de América el día 28 de febrero se celebró en todos los Estados Unidos el primer Día Nacional de la Mujer, que éstas siguieron celebrando el último domingo de febrero hasta 1913.
1910: La Internacional Socialista, reunida en Copenhague, proclamó el Día de la Mujer, de carácter internacional como homenaje al movimiento en favor de los derechos de la mujer y para ayudar a conseguir el sufragio femenino universal. La propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés. No se estableció una fecha fija para la celebración.
1911: Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez (el 19 de marzo) en Alemania,Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de 1 millón de mujeres y hombres. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
Menos de una semana después, el 25 de marzo, más de 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes italianas y judías, murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos,y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre.
1913 a 1914: En el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en vísperas de la primera guerra mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres.
1917: Como reacción ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la guerra, las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de “pan y paz”. Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. El resto es historia: cuatro días después el Zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Ese histórico domingo fue el 23 de febrero, según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia,o el 8 de marzo, según el calendario gregoriano utilizado en otros países.
Desde esos primeros años, el Día Internacional de la Mujer ha adquirido una nueva dimensión mundial para las mujeres de los países desarrollados y en desarrollo. El creciente movimiento internacional de la mujer, reforzado por las Naciones Unidas mediante cuatro conferencias mundiales sobre la mujer, ha contribuido a que la conmemoración sea un punto de convergencia de las actividades coordinadas en favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica. El Día Internacional de la Mujer es cada vez más una ocasión para reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y celebrar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una función extraordinaria en la historia de los derechos de la mujer.
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EL CAIRO Y WISCONSIN: UNA MISMA LUCHA, DOS RUMBOS DIFERENTES
La conexión El Cairo / Wisconsin
Noam Chomsky · · · · ·
06/03/11
El 20 de febrero, Kamal Abbas, líder sindical egipcio y figura prominente del Movimiento 25 de Enero, envió un mensaje a los “trabajadores de Wisconsin”: “Estamos con ustedes, así como ustedes estuvieron con nosotros”.
Los trabajadores egipcios han luchado mucho tiempo por los derechos fundamentales que les denegaba el régimen de Hosni Mubarak respaldado por EEUU. Kamal tiene razón en invocar la solidaridad, que ha sido durante mucho tiempo la fuerza orientadora del movimiento de los trabajadores en el mundo, y en equiparar sus luchas por los derechos laborales y por la democracia.
Las dos están estrechamente interrelacionadas. Los movimientos de trabajadores han estado en la vanguardia de la protección de la democracia y los derechos humanos y en la expansión de sus dominios, razón elemental que explica por qué son venenosos para los sistemas de poder, sean públicos o privados.
Las trayectorias de los movimientos en Egipto y EEUU están tomando direcciones opuestas: hacia la conquista de derechos, en Egipto, y hacia la defensa de derechos existentes, pero sometidos a duros ataques, en EEUU.
Los dos casos merecen una mirada más cercana.
La sublevación del 25 de enero fue encendida por los jóvenes usuarios de Facebook del Movimiento 6 de Abril, que se levantaron en Egipto en la primavera de 2008 en “solidaridad con los trabajadores textiles en huelga en Mahalla”, según señala el analista laboral Nada Matta. El Estado reventó la huelga y las acciones de solidaridad, pero Mahalla quedó como “un símbolo de revuelta y desafío al régimen”, añade Matta. La huelga se volvió particularmente amenazante para la dictadura cuando las demandas de los trabajadores se extendieron más allá de sus preocupaciones locales y reclamaron un salario mínimo para todos los egipcios.
Las observaciones de Matta son confirmadas por Joel Beinin, una autoridad estadounidense en materia laboral egipcia. Durante muchos años de lucha, informa Beinin, los trabajadores han establecido nexos y se pueden movilizar con presteza.
Cuando los trabajadores se sumaron al Movimiento 25 de Enero, el impacto fue decisivo y el comando militar se deshizo de Mubarak. Fue una gran victoria para el movimiento por la democracia egipcia, aunque permanecen muchas barreras, internas y externas.
Las barreras internas son claras. EEUU y sus aliados no pueden tolerar fácilmente democracias que funcionen en el mundo árabe.
Las encuestas de opinión pública en Egipto y a lo largo y ancho de Oriente Próximo son elocuentes: por aplastantes mayorías, la gente considera a EEUU e Israel, y no a Irán, las mayores amenazas. Más aún, la mayoría piensa que la región estaría mejor si Irán tuviese armas nucleares.
Podemos anticipar que Washington mantendrá su política tradicional, bien confirmada por los expertos: la democracia es tolerable sólo si se ajusta a objetivos estratégico-económicos. La fábula del “anhelo por la democracia” de EEUU está reservada para ideólogos y propaganda.
La democracia en EEUU ha tomado una dirección diferente. Después de la II Guerra Mundial, el país disfrutó de un crecimiento sin precedentes, ampliamente igualitario y acompañado de una legislación que beneficiaba a la mayoría de la gente. La tendencia continuó durante los años de Richard Nixon, hasta que llegó la era liberal.
La reacción contra el impacto democratizador del activismo de los sesenta y la traición de clase de Nixon no tardó en llegar mediante un gran incremento en las prácticas lobistas para diseñar las leyes, el establecimiento de think-tanks de derechas para capturar el espectro ideológico, y otros muchos medios.
La economía también cambió de curso hacia la financiarización y la exportación de la producción. La desigualdad se disparó, primordialmente por la creciente riqueza del 1% de la población, o incluso una fracción menor, limitada fundamentalmente a presidentes de corporaciones, gestores de fondos de alto riesgo, etc.
Para la mayoría, los ingresos reales se estancaron. Volvieron los horarios laborales más amplios, la deuda, la inflación. Vino entonces la burbuja inmobiliaria de ocho billones de dólares, que la Reserva Federal y casi todos los economistas, embebidos en los dogmas de los mercados eficientes, no lograron prever. Cuando la burbuja estalló, la economía se colapsó a niveles cercanos a los de la Depresión para los trabajadores de la industria y muchos otros.
La concentración del ingreso confiere poder político, que a su vez deriva en leyes que refuerzan más aún el privilegio de los superricos: políticas tributarias, normas de gobernanza corporativa y mucho más. Junto a este círculo vicioso, los costes de campañas electorales han aumentado drásticamente, llevando a los dos partidos mayoritarios a nutrirse en el sector de las corporaciones: los republicanos de manera natural y los demócratas (ahora muy equivalentes a los republicanos moderados de años anteriores) siguiéndoles no muy atrás.
En 1978, mientras este proceso se desarrollaba, el entonces presidente de los Trabajadores Autónomos Unidos, Doug Fraser, condenó a los líderes empresariales por haber “elegido sumarse a una guerra unilateral de clases en este país: una guerra contra el pueblo trabajador, los pobres, las minorías, los muy jóvenes y muy viejos, e incluso muchos de la clase media de nuestra sociedad”, y haber “roto y deshecho el frágil pacto no escrito que existió previamente durante un periodo de crecimiento y progreso”.
Cuando los trabajadores ganaron derechos básicos en los años treinta, dirigentes empresariales advirtieron sobre “el peligro que afrontaban los industriales por el creciente poder político de las masas”, y reclamaron medidas urgentes para conjurar la amenaza, de acuerdo con el académico Alex Carey en Taking the risk out of democracy. Esos hombres de negocios entendían, al igual que lo hizo Mubarak, que los sindicatos constituyen una fuerza directriz en el avance de los derechos y la democracia. En EEUU, los sindicatos son el contrapoder primario a la tiranía corporativa.
De momento, los sindicatos del sector privado de EEUU han sido severamente debilitados. Los sindicatos del sector público se encuentran últimamente sometidos a un ataque implacable desde la oposición de derechas, que explota cínicamente la crisis económica causada básicamente por la industria financiera y sus aliados en el Gobierno.
La ira popular debe ser desviada de los agentes de la crisis financiera, que se están beneficiando de ella; por ejemplo, Goldman Sachs, que está “en vías de pagar 17.500 millones de dólares en compensación por el ejercicio pasado”, según informa la prensa económica. El presidente de la compañía, Lloyd Blankfein, recibirá un bonus de 12,6 millones de dólares mientras su sueldo se triplica hasta los dos millones.
En su lugar, la propaganda debe demonizar a los profesores y otros empleados públicos por sus grandes salarios y exorbitantes pensiones, todo ello un montaje que sigue un modelo que ya resulta demasiado familiar. Para el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, para la mayoría de los republicanos y muchos demócratas, el eslogan es que la austeridad debe ser compartida (con algunas excepciones notables).
La propaganda ha sido bastante eficaz. Walker puede contar con al menos una amplia minoría para apoyar su enorme esfuerzo para destruir los sindicatos. La invocación del déficit como excusa es pura farsa.
En sentidos diferentes, el destino de la democracia está en juego en Madison, Wisconsin, no menos de lo que está en la plaza Tahrir.
Público, 6 marzo 2011
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Noam Chomsky · · · · ·
06/03/11
El 20 de febrero, Kamal Abbas, líder sindical egipcio y figura prominente del Movimiento 25 de Enero, envió un mensaje a los “trabajadores de Wisconsin”: “Estamos con ustedes, así como ustedes estuvieron con nosotros”.
Los trabajadores egipcios han luchado mucho tiempo por los derechos fundamentales que les denegaba el régimen de Hosni Mubarak respaldado por EEUU. Kamal tiene razón en invocar la solidaridad, que ha sido durante mucho tiempo la fuerza orientadora del movimiento de los trabajadores en el mundo, y en equiparar sus luchas por los derechos laborales y por la democracia.
Las dos están estrechamente interrelacionadas. Los movimientos de trabajadores han estado en la vanguardia de la protección de la democracia y los derechos humanos y en la expansión de sus dominios, razón elemental que explica por qué son venenosos para los sistemas de poder, sean públicos o privados.
Las trayectorias de los movimientos en Egipto y EEUU están tomando direcciones opuestas: hacia la conquista de derechos, en Egipto, y hacia la defensa de derechos existentes, pero sometidos a duros ataques, en EEUU.
Los dos casos merecen una mirada más cercana.
La sublevación del 25 de enero fue encendida por los jóvenes usuarios de Facebook del Movimiento 6 de Abril, que se levantaron en Egipto en la primavera de 2008 en “solidaridad con los trabajadores textiles en huelga en Mahalla”, según señala el analista laboral Nada Matta. El Estado reventó la huelga y las acciones de solidaridad, pero Mahalla quedó como “un símbolo de revuelta y desafío al régimen”, añade Matta. La huelga se volvió particularmente amenazante para la dictadura cuando las demandas de los trabajadores se extendieron más allá de sus preocupaciones locales y reclamaron un salario mínimo para todos los egipcios.
Las observaciones de Matta son confirmadas por Joel Beinin, una autoridad estadounidense en materia laboral egipcia. Durante muchos años de lucha, informa Beinin, los trabajadores han establecido nexos y se pueden movilizar con presteza.
Cuando los trabajadores se sumaron al Movimiento 25 de Enero, el impacto fue decisivo y el comando militar se deshizo de Mubarak. Fue una gran victoria para el movimiento por la democracia egipcia, aunque permanecen muchas barreras, internas y externas.
Las barreras internas son claras. EEUU y sus aliados no pueden tolerar fácilmente democracias que funcionen en el mundo árabe.
Las encuestas de opinión pública en Egipto y a lo largo y ancho de Oriente Próximo son elocuentes: por aplastantes mayorías, la gente considera a EEUU e Israel, y no a Irán, las mayores amenazas. Más aún, la mayoría piensa que la región estaría mejor si Irán tuviese armas nucleares.
Podemos anticipar que Washington mantendrá su política tradicional, bien confirmada por los expertos: la democracia es tolerable sólo si se ajusta a objetivos estratégico-económicos. La fábula del “anhelo por la democracia” de EEUU está reservada para ideólogos y propaganda.
La democracia en EEUU ha tomado una dirección diferente. Después de la II Guerra Mundial, el país disfrutó de un crecimiento sin precedentes, ampliamente igualitario y acompañado de una legislación que beneficiaba a la mayoría de la gente. La tendencia continuó durante los años de Richard Nixon, hasta que llegó la era liberal.
La reacción contra el impacto democratizador del activismo de los sesenta y la traición de clase de Nixon no tardó en llegar mediante un gran incremento en las prácticas lobistas para diseñar las leyes, el establecimiento de think-tanks de derechas para capturar el espectro ideológico, y otros muchos medios.
La economía también cambió de curso hacia la financiarización y la exportación de la producción. La desigualdad se disparó, primordialmente por la creciente riqueza del 1% de la población, o incluso una fracción menor, limitada fundamentalmente a presidentes de corporaciones, gestores de fondos de alto riesgo, etc.
Para la mayoría, los ingresos reales se estancaron. Volvieron los horarios laborales más amplios, la deuda, la inflación. Vino entonces la burbuja inmobiliaria de ocho billones de dólares, que la Reserva Federal y casi todos los economistas, embebidos en los dogmas de los mercados eficientes, no lograron prever. Cuando la burbuja estalló, la economía se colapsó a niveles cercanos a los de la Depresión para los trabajadores de la industria y muchos otros.
La concentración del ingreso confiere poder político, que a su vez deriva en leyes que refuerzan más aún el privilegio de los superricos: políticas tributarias, normas de gobernanza corporativa y mucho más. Junto a este círculo vicioso, los costes de campañas electorales han aumentado drásticamente, llevando a los dos partidos mayoritarios a nutrirse en el sector de las corporaciones: los republicanos de manera natural y los demócratas (ahora muy equivalentes a los republicanos moderados de años anteriores) siguiéndoles no muy atrás.
En 1978, mientras este proceso se desarrollaba, el entonces presidente de los Trabajadores Autónomos Unidos, Doug Fraser, condenó a los líderes empresariales por haber “elegido sumarse a una guerra unilateral de clases en este país: una guerra contra el pueblo trabajador, los pobres, las minorías, los muy jóvenes y muy viejos, e incluso muchos de la clase media de nuestra sociedad”, y haber “roto y deshecho el frágil pacto no escrito que existió previamente durante un periodo de crecimiento y progreso”.
Cuando los trabajadores ganaron derechos básicos en los años treinta, dirigentes empresariales advirtieron sobre “el peligro que afrontaban los industriales por el creciente poder político de las masas”, y reclamaron medidas urgentes para conjurar la amenaza, de acuerdo con el académico Alex Carey en Taking the risk out of democracy. Esos hombres de negocios entendían, al igual que lo hizo Mubarak, que los sindicatos constituyen una fuerza directriz en el avance de los derechos y la democracia. En EEUU, los sindicatos son el contrapoder primario a la tiranía corporativa.
De momento, los sindicatos del sector privado de EEUU han sido severamente debilitados. Los sindicatos del sector público se encuentran últimamente sometidos a un ataque implacable desde la oposición de derechas, que explota cínicamente la crisis económica causada básicamente por la industria financiera y sus aliados en el Gobierno.
La ira popular debe ser desviada de los agentes de la crisis financiera, que se están beneficiando de ella; por ejemplo, Goldman Sachs, que está “en vías de pagar 17.500 millones de dólares en compensación por el ejercicio pasado”, según informa la prensa económica. El presidente de la compañía, Lloyd Blankfein, recibirá un bonus de 12,6 millones de dólares mientras su sueldo se triplica hasta los dos millones.
En su lugar, la propaganda debe demonizar a los profesores y otros empleados públicos por sus grandes salarios y exorbitantes pensiones, todo ello un montaje que sigue un modelo que ya resulta demasiado familiar. Para el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, para la mayoría de los republicanos y muchos demócratas, el eslogan es que la austeridad debe ser compartida (con algunas excepciones notables).
La propaganda ha sido bastante eficaz. Walker puede contar con al menos una amplia minoría para apoyar su enorme esfuerzo para destruir los sindicatos. La invocación del déficit como excusa es pura farsa.
En sentidos diferentes, el destino de la democracia está en juego en Madison, Wisconsin, no menos de lo que está en la plaza Tahrir.
Público, 6 marzo 2011
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lunes, 7 de marzo de 2011
JOSE LUIS CENTELLA Y SU LIBRO "EL SOCIALISMO EN EL SIGLO XXI", POR TEODULFO LAGUNERO
José Luís Centella y su libro "El Socialismo en el Siglo XXI"
Nuestro Secretario General, José Luis Centella, ha escrito un magnífico libro explicando su visión del socialismo del siglo XXI. Dice, en primer lugar, qué es socialismo. Coincido plenamente con él, como creo que coincidirán todos los comunistas y socialistas que de veras lo seamos.
Con toda sinceridad, repito, su libro es un magnifico resumen del socialismo que es posible y necesario para este siglo; supera ciertamente los dogmatismos y desviaciones de la idea y métodos del llamado socialismo real.
Los que visitamos la Unión Soviética, tratamos con algunos de sus dirigentes, asistimos a reuniones de la sede del PCE en Moscú, recorrimos con la gran Dolores, su secretaria y su hija las calles de Moscú, almorzamos numerosas veces en su casa y tuvimos muchas horas de charla con ella, con Irene y los comunistas españoles que vivían en Rusia, sufrimos con el hecho triste de la caída de la URSS. Por desgracia fuimos cada día mas conscientes con harto sentimiento de dolor, que aquel proceso político, tan ilusionante para todo hombre de bien, por su revolución de Octubre y sus grandes reformas sociales, políticas y económicas, comprobando cuanto más queríamos a la revolución soviética y al gran pueblo ruso, veíamos que se apartaba más del sentido y significado de aquella extraordinaria revolución inicial que asombró al mundo, para irse convirtiendo en otra cosa, que, a pesar de sus inmensos logros en todos los sentidos, se apartaba, día a día de lo que todos sosteníamos que era el comunismo y el socialismo.
Ello no nos apartaba un ápice de sentir la admiración máxima por el glorioso Ejército Rojo y su extraordinaria heroica resistencia frente al brutal empuje del mayor ejército del mundo, el nazi, reforzado por todos los medios económicos e industriales de la Europa que se había apoderado al principio de la segunda guerra mundial. Luego, disfrutamos comprobando cómo aquella heroica defensa se transformó en el éxito apocalíptico de derrotar al sexto ejército nazi del mariscal Von Paulus para terminar haciéndoles desfilar derrotados, con sus estandartes inclinados por las calles de Moscú. Supuso un giro de 180 grados en la segunda guerra mundial y la base para el triunfo de los aliados, basado de manera fundamental y determinante en la lucha del glorioso pueblo soviético en su “Guerra Patria” y la muerte de más de 24 millones de soviéticos -frente a unos cientos de marines americanos-. Luego fue la batalla de Kursk e ir arrinconando al derrotado ejército nazi hasta entrar en Prusia oriental y llegar a Berlín plantando un soldado rojo, la bandera soviética en el Reichstag (recomiendo leer los poemas de Neruda, “Canto de amor a Stalingrado” y “Nuevo canto de amor a Stalingrado” También el poema “Cuando el ejército rojo golpea las puertas de Prusia”) Junto a ese glorioso Ejército Rojo Soviético, los españoles nos sentimos orgullosos de haber contribuido en todos los escenarios de guerra en Europa, en la propia Unión Soviética y en África, con la lucha de los republicanos españoles, -la mayoría comunistas- en la derrota de los nazis y el fascismo -¡que mal nos lo pagaron los aliados!- Explico lo anterior porque lo considero necesario tener en cuenta para entender lo que es el socialismo del siglo XXI que tan bien explica nuestro Secretario General, José Luis Centella.
Los jóvenes de hoy –comunistas o no- no pueden comprender lo que sufrimos los comunistas mayores que vivimos el día a día de aquellos acontecimientos. El capitalismo duro y especulador, se creció con la caída del muro de Berlín, y dio por hecho que ese capitalismo no tenía alternativa alguna, pues según ellos, la única alternativa era el sistema soviético que fracasó y se hundió con ese símbolo del muro de Berlín. Las izquierdas de todo el mundo se desmoralizaron y provocaron el desastre del partido comunista italiano y en parte también del francés y el de otros países. (El PCE lo resistió mejor aunque sufrió las consecuencias de aquel desastre, que provocaron sus dificultades, en las cuales no quiero entrar) Todo lo anterior lo tiene presente José Luis Centella en su libro, por ello, su análisis es francamente bueno y le hacen llegar a conclusiones que son, desde mi punto de vista, absolutamente correctas y que, repito, comparto íntegramente. El libro, “El socialismo del siglo XXI”, se divide en tres partes. En la primera analiza el planeta en crisis. Recoge la crisis del crack de 1929 y sus consecuencias, resaltando las 200 multinacionales que dominan la economía mundial y la construcción del llamado Estado del Bienestar sobre la explotación del Tercer Mundo; la crisis del Estado de Bienestar y el problema alimentario.
La segunda parte, analiza la emergencia de China, Brasil e India, entre otros, con los problemas de África como continente colonizado; y cómo la democracia formal no ha podido frenar los cambios en Latinoamérica, para inmediatamente analizar los llamados “mercados”, las multinacionales, el BM, el FMI y el BCE, así como el papel de los gobiernos nacionales y sus Parlamentos. Por último, estudia el papel de las NN.UU. La tercera parte estudia cómo construir la alternativa en América Latina que planta cara al Imperialismo, para pasar luego a la alternativa al capitalismo en el llamado primer mundo; juzga cómo Europa no es la de los pueblos sino la del capital, así como el futuro de progreso para África. Exige recuperar la política desde una democracia política y social con la máxima participación popular; la democracia republicana en la construcción de la alternativa, con los problemas de la cultura y la lucha ideológica, con el nuevo internacionalismo.
Enfrenta la Refundación del Capitalismo con la Refundación de la Izquierda para crear el nuevo Orden Internacional en la lucha por el socialismo del siglo XXI; la defensa de la paz mundial y cómo nos jugamos el futuro de la humanidad.
Termina con unas conclusiones, que, por su importancia voy a recoger algunas de sus ideas fundamentales:
Dice literalmente: “Estamos en un momento histórico en el que se pueden estar librando simultáneamente las contradicciones dentro de la lucha de clases, de cuyo resultado dependen las futuras relaciones de poder en el planeta”. Añade: “En el interior de la clase dominante el sector especulativo pugna por hacerse con el control de la economía mundial y poner los recursos naturales del planeta a su servicio, dejando el sector productivo como una realidad subsidiaria” “A este capital especulativo le sobra la democracia formal y se lanza a implantar la dictadura del capital” Sigue: “Tras la salida conservadora de la crisis, se esconde el seguir sacando beneficio a los poderosos” “Es un Golpe de Estado a nivel planetario que pretende imponer la Dictadura del Capital, poniendo de rodillas a los gobiernos para que sus Parlamentos sumisos, aprueben sus legislaciones” Es, sostiene: “Un intento contundente de poner fin al ciclo histórico y situar a la humanidad en manos de esas 200 empresas que rapiñan los recursos naturales del planeta sin ningún control político” Centella, frente a esta realidad, “toma partido por dar la batalla desde la conciencia de la necesidad de combinar una estrategia anticapitalista”, porque afirma: “no se trata de solucionar los problemas del capitalismo sino de solucionar los problemas para la humanidad que este capitalismo supone”
Precisamente, eso es lo que nuestro querido Secretario General llama “socialismo en el siglo XXI”
Sigue afirmando: “Debemos y tenemos que ser capaces de dar la vuelta a una situación hegemónica ideológica del capitalismo, que consigue que la mayoría de la clase trabajadora apoye activa y pasivamente valores que van en contra de sus intereses” Tenemos que, dice José Luis, “Conseguir la hegemonía ideológica de los valores de una democracia económica, social y política participativa que sustituye la competibilidad, el individualismo y la insolidaridad por la defensa de la solidaridad, lo colectivo y la justicia social como base de la nueva sociedad que tenemos que construir” Sigue afirmando: “Hay que dar la batalla al capital en su intento de imponer una dictadura, para ello hay que contar con una formación política que de forma organizada consiga ganar esa lucha de clases, que no solo no ha terminado, sino que está más viva que nunca. En este sentido el PCE tiene el reto de ser capaz de dar respuesta a ese reto, empezando por conseguir que IU sea la organización de referencia de toda la izquierda anticapitalista, republicana y federal, formando parte activa de una izquierda europea que sea capaz de superar sus contradicciones y su tendencia al inmovilismo para implicarse en la lucha contra la crisis y que sus consecuencias no las paguen los trabajadores y trabajadoras”
Ahora voy a hablar de la figura y de la persona de nuestro querido Secretario General. A mis 84 años no aspiro a ningún cargo político y no tengo porqué adular ni a él ni a nadie (para que el diablo no se ría de la mentira, diré que mi Agrupación “Marcos Ana”, del hermoso y entrañable pueblo serrano de Alhaurín el Grande, me presenta en las próximas elecciones como último número de su lista de candidatos a las elecciones municipales. Así que, después de 84 años podría decir que inicio mi carrera política a ver hasta donde puedo ser capaz de llegar. (¡Es una broma!). José Luis Centella, a quien conozco hace muchos años cuando era concejal del ayuntamiento de Benalmádena, es, sobre todo una persona honesta, inteligente, culto, trabajador, y desde siempre un comunista comprometido con sus ideas y con nuestro partido. Como todo el mundo, tiene sus carencias, que suple con su trabajo incesante, su buena voluntad y su deseo, por encima de todo, de defender la unidad del Partido, algo que para mí es absolutamente fundamental.
La otra noche, vino Centella con Cayo Lara y otros camaradas a cenar a mi casa, donde estoy atado a un corsé metálico, porque tengo aplastadas varias vértebras y una osteoporosis agudísima, cuyo gesto de solidaridad les agradezco. También lo están haciendo otros muchos camaradas y una representación de mi agrupación “Marcos Ana” de Alhaurín el Grande. Magníficas las intervenciones de todos. También hablamos del periódico. Cayo Lara me emocionó con su energía, su inteligencia y por su buena dialéctica.
Al despedirnos, en un fuerte abrazo, juntamos las manos de Cayo Lara, Centella y las mías, repitiendo una y otra vez: unidad, unidad, unidad. Abrazados los tres se me saltaron las lágrimas de emoción. Aún emocionado termino este artículo gritando muy fuerte, ¡Viva el PCE! ¡Viva IU! ¡Viva la unidad de todas las izquierdas españolas! Recomiendo a los lectores de LaRepública.es la lectura de este libro.
Teodulfo Lagunero
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Nuestro Secretario General, José Luis Centella, ha escrito un magnífico libro explicando su visión del socialismo del siglo XXI. Dice, en primer lugar, qué es socialismo. Coincido plenamente con él, como creo que coincidirán todos los comunistas y socialistas que de veras lo seamos.
Con toda sinceridad, repito, su libro es un magnifico resumen del socialismo que es posible y necesario para este siglo; supera ciertamente los dogmatismos y desviaciones de la idea y métodos del llamado socialismo real.
Los que visitamos la Unión Soviética, tratamos con algunos de sus dirigentes, asistimos a reuniones de la sede del PCE en Moscú, recorrimos con la gran Dolores, su secretaria y su hija las calles de Moscú, almorzamos numerosas veces en su casa y tuvimos muchas horas de charla con ella, con Irene y los comunistas españoles que vivían en Rusia, sufrimos con el hecho triste de la caída de la URSS. Por desgracia fuimos cada día mas conscientes con harto sentimiento de dolor, que aquel proceso político, tan ilusionante para todo hombre de bien, por su revolución de Octubre y sus grandes reformas sociales, políticas y económicas, comprobando cuanto más queríamos a la revolución soviética y al gran pueblo ruso, veíamos que se apartaba más del sentido y significado de aquella extraordinaria revolución inicial que asombró al mundo, para irse convirtiendo en otra cosa, que, a pesar de sus inmensos logros en todos los sentidos, se apartaba, día a día de lo que todos sosteníamos que era el comunismo y el socialismo.
Ello no nos apartaba un ápice de sentir la admiración máxima por el glorioso Ejército Rojo y su extraordinaria heroica resistencia frente al brutal empuje del mayor ejército del mundo, el nazi, reforzado por todos los medios económicos e industriales de la Europa que se había apoderado al principio de la segunda guerra mundial. Luego, disfrutamos comprobando cómo aquella heroica defensa se transformó en el éxito apocalíptico de derrotar al sexto ejército nazi del mariscal Von Paulus para terminar haciéndoles desfilar derrotados, con sus estandartes inclinados por las calles de Moscú. Supuso un giro de 180 grados en la segunda guerra mundial y la base para el triunfo de los aliados, basado de manera fundamental y determinante en la lucha del glorioso pueblo soviético en su “Guerra Patria” y la muerte de más de 24 millones de soviéticos -frente a unos cientos de marines americanos-. Luego fue la batalla de Kursk e ir arrinconando al derrotado ejército nazi hasta entrar en Prusia oriental y llegar a Berlín plantando un soldado rojo, la bandera soviética en el Reichstag (recomiendo leer los poemas de Neruda, “Canto de amor a Stalingrado” y “Nuevo canto de amor a Stalingrado” También el poema “Cuando el ejército rojo golpea las puertas de Prusia”) Junto a ese glorioso Ejército Rojo Soviético, los españoles nos sentimos orgullosos de haber contribuido en todos los escenarios de guerra en Europa, en la propia Unión Soviética y en África, con la lucha de los republicanos españoles, -la mayoría comunistas- en la derrota de los nazis y el fascismo -¡que mal nos lo pagaron los aliados!- Explico lo anterior porque lo considero necesario tener en cuenta para entender lo que es el socialismo del siglo XXI que tan bien explica nuestro Secretario General, José Luis Centella.
Los jóvenes de hoy –comunistas o no- no pueden comprender lo que sufrimos los comunistas mayores que vivimos el día a día de aquellos acontecimientos. El capitalismo duro y especulador, se creció con la caída del muro de Berlín, y dio por hecho que ese capitalismo no tenía alternativa alguna, pues según ellos, la única alternativa era el sistema soviético que fracasó y se hundió con ese símbolo del muro de Berlín. Las izquierdas de todo el mundo se desmoralizaron y provocaron el desastre del partido comunista italiano y en parte también del francés y el de otros países. (El PCE lo resistió mejor aunque sufrió las consecuencias de aquel desastre, que provocaron sus dificultades, en las cuales no quiero entrar) Todo lo anterior lo tiene presente José Luis Centella en su libro, por ello, su análisis es francamente bueno y le hacen llegar a conclusiones que son, desde mi punto de vista, absolutamente correctas y que, repito, comparto íntegramente. El libro, “El socialismo del siglo XXI”, se divide en tres partes. En la primera analiza el planeta en crisis. Recoge la crisis del crack de 1929 y sus consecuencias, resaltando las 200 multinacionales que dominan la economía mundial y la construcción del llamado Estado del Bienestar sobre la explotación del Tercer Mundo; la crisis del Estado de Bienestar y el problema alimentario.
La segunda parte, analiza la emergencia de China, Brasil e India, entre otros, con los problemas de África como continente colonizado; y cómo la democracia formal no ha podido frenar los cambios en Latinoamérica, para inmediatamente analizar los llamados “mercados”, las multinacionales, el BM, el FMI y el BCE, así como el papel de los gobiernos nacionales y sus Parlamentos. Por último, estudia el papel de las NN.UU. La tercera parte estudia cómo construir la alternativa en América Latina que planta cara al Imperialismo, para pasar luego a la alternativa al capitalismo en el llamado primer mundo; juzga cómo Europa no es la de los pueblos sino la del capital, así como el futuro de progreso para África. Exige recuperar la política desde una democracia política y social con la máxima participación popular; la democracia republicana en la construcción de la alternativa, con los problemas de la cultura y la lucha ideológica, con el nuevo internacionalismo.
Enfrenta la Refundación del Capitalismo con la Refundación de la Izquierda para crear el nuevo Orden Internacional en la lucha por el socialismo del siglo XXI; la defensa de la paz mundial y cómo nos jugamos el futuro de la humanidad.
Termina con unas conclusiones, que, por su importancia voy a recoger algunas de sus ideas fundamentales:
Dice literalmente: “Estamos en un momento histórico en el que se pueden estar librando simultáneamente las contradicciones dentro de la lucha de clases, de cuyo resultado dependen las futuras relaciones de poder en el planeta”. Añade: “En el interior de la clase dominante el sector especulativo pugna por hacerse con el control de la economía mundial y poner los recursos naturales del planeta a su servicio, dejando el sector productivo como una realidad subsidiaria” “A este capital especulativo le sobra la democracia formal y se lanza a implantar la dictadura del capital” Sigue: “Tras la salida conservadora de la crisis, se esconde el seguir sacando beneficio a los poderosos” “Es un Golpe de Estado a nivel planetario que pretende imponer la Dictadura del Capital, poniendo de rodillas a los gobiernos para que sus Parlamentos sumisos, aprueben sus legislaciones” Es, sostiene: “Un intento contundente de poner fin al ciclo histórico y situar a la humanidad en manos de esas 200 empresas que rapiñan los recursos naturales del planeta sin ningún control político” Centella, frente a esta realidad, “toma partido por dar la batalla desde la conciencia de la necesidad de combinar una estrategia anticapitalista”, porque afirma: “no se trata de solucionar los problemas del capitalismo sino de solucionar los problemas para la humanidad que este capitalismo supone”
Precisamente, eso es lo que nuestro querido Secretario General llama “socialismo en el siglo XXI”
Sigue afirmando: “Debemos y tenemos que ser capaces de dar la vuelta a una situación hegemónica ideológica del capitalismo, que consigue que la mayoría de la clase trabajadora apoye activa y pasivamente valores que van en contra de sus intereses” Tenemos que, dice José Luis, “Conseguir la hegemonía ideológica de los valores de una democracia económica, social y política participativa que sustituye la competibilidad, el individualismo y la insolidaridad por la defensa de la solidaridad, lo colectivo y la justicia social como base de la nueva sociedad que tenemos que construir” Sigue afirmando: “Hay que dar la batalla al capital en su intento de imponer una dictadura, para ello hay que contar con una formación política que de forma organizada consiga ganar esa lucha de clases, que no solo no ha terminado, sino que está más viva que nunca. En este sentido el PCE tiene el reto de ser capaz de dar respuesta a ese reto, empezando por conseguir que IU sea la organización de referencia de toda la izquierda anticapitalista, republicana y federal, formando parte activa de una izquierda europea que sea capaz de superar sus contradicciones y su tendencia al inmovilismo para implicarse en la lucha contra la crisis y que sus consecuencias no las paguen los trabajadores y trabajadoras”
Ahora voy a hablar de la figura y de la persona de nuestro querido Secretario General. A mis 84 años no aspiro a ningún cargo político y no tengo porqué adular ni a él ni a nadie (para que el diablo no se ría de la mentira, diré que mi Agrupación “Marcos Ana”, del hermoso y entrañable pueblo serrano de Alhaurín el Grande, me presenta en las próximas elecciones como último número de su lista de candidatos a las elecciones municipales. Así que, después de 84 años podría decir que inicio mi carrera política a ver hasta donde puedo ser capaz de llegar. (¡Es una broma!). José Luis Centella, a quien conozco hace muchos años cuando era concejal del ayuntamiento de Benalmádena, es, sobre todo una persona honesta, inteligente, culto, trabajador, y desde siempre un comunista comprometido con sus ideas y con nuestro partido. Como todo el mundo, tiene sus carencias, que suple con su trabajo incesante, su buena voluntad y su deseo, por encima de todo, de defender la unidad del Partido, algo que para mí es absolutamente fundamental.
La otra noche, vino Centella con Cayo Lara y otros camaradas a cenar a mi casa, donde estoy atado a un corsé metálico, porque tengo aplastadas varias vértebras y una osteoporosis agudísima, cuyo gesto de solidaridad les agradezco. También lo están haciendo otros muchos camaradas y una representación de mi agrupación “Marcos Ana” de Alhaurín el Grande. Magníficas las intervenciones de todos. También hablamos del periódico. Cayo Lara me emocionó con su energía, su inteligencia y por su buena dialéctica.
Al despedirnos, en un fuerte abrazo, juntamos las manos de Cayo Lara, Centella y las mías, repitiendo una y otra vez: unidad, unidad, unidad. Abrazados los tres se me saltaron las lágrimas de emoción. Aún emocionado termino este artículo gritando muy fuerte, ¡Viva el PCE! ¡Viva IU! ¡Viva la unidad de todas las izquierdas españolas! Recomiendo a los lectores de LaRepública.es la lectura de este libro.
Teodulfo Lagunero
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domingo, 6 de marzo de 2011
"WALLED HORIZONS", EL DOCUMENTAL DEL EX-PINK FLOYD ROGER WATERS CONTRA EL MURO ISRAELÍ
“Walled horizons”, el documental de Roger Waters (ex Pink Floyd) sobre el muro israelí
Roger Waters, miembro fundador de Pink Floyd, decidió tras visitar el muro israelí realizar un documental sobre sus consecuencias en el pueblo palestino
Cultura | Tercera Información | 04-03-2011 |
El origen de el breve documental, algo más de 15 minutos de duración, “Walled Horizons (Horizontes vallados)” está en la visita que Roger Waters (miembro fundador del grupo Pink Floyd) hizo a Israel hace unos años con motivo de celebrar un concierto. El día antes del espectáculo funcionarios de la ONU le llevaron a conocer el muro que separa territorio cisjordano.
El músico quedó conmocionado y a pesar de reconocer que sabía de su existencia, visitarlo de primera mano fue el detonante para la realización del documental en la que muestra las terribles consecuencias de la mole de hormigón en los ciudadanos palestinos.
La realización del documental fue utilizado por la ONU para, por medio de su presentación en Jerusalén este, recordar la sentencia de la Corte Internacional de Justicia en la que lo declaraba ilegal y en la obligación de ser derribado, y llamar la atención de la pasividad internacional ante este hecho.
La película se abre con las palabras del músico (autor en su momento del famoso disco “The wall”), "Hola, soy Roger Waters. Soy inglés. Soy compositor y he escrito mucho sobre los muros externos e internos a lo largo de mi carrera. Siempre me han despertado un deseo de entender el porqué de esos muros. Y las causas son siempre el miedo", y se cierra con la actuación en suelo israelí en 2006, en la que tras tocar Another brick in the wall, espeta al público: "Nosotros, el resto del mundo, necesitamos que esta generación de israelíes tire abajo los muros".
Entre medio de ambas escenas se recogen diferentes declaraciones y vivencias en las que se refleja con claridad las consecuencias de dicha construcción: pérdidas de tierras, imposibilidad de trasladarse a lugares tan esenciales como hospitales o escuelas o la separación de familias.
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Roger Waters, miembro fundador de Pink Floyd, decidió tras visitar el muro israelí realizar un documental sobre sus consecuencias en el pueblo palestino
Cultura | Tercera Información | 04-03-2011 |
El origen de el breve documental, algo más de 15 minutos de duración, “Walled Horizons (Horizontes vallados)” está en la visita que Roger Waters (miembro fundador del grupo Pink Floyd) hizo a Israel hace unos años con motivo de celebrar un concierto. El día antes del espectáculo funcionarios de la ONU le llevaron a conocer el muro que separa territorio cisjordano.
El músico quedó conmocionado y a pesar de reconocer que sabía de su existencia, visitarlo de primera mano fue el detonante para la realización del documental en la que muestra las terribles consecuencias de la mole de hormigón en los ciudadanos palestinos.
La realización del documental fue utilizado por la ONU para, por medio de su presentación en Jerusalén este, recordar la sentencia de la Corte Internacional de Justicia en la que lo declaraba ilegal y en la obligación de ser derribado, y llamar la atención de la pasividad internacional ante este hecho.
La película se abre con las palabras del músico (autor en su momento del famoso disco “The wall”), "Hola, soy Roger Waters. Soy inglés. Soy compositor y he escrito mucho sobre los muros externos e internos a lo largo de mi carrera. Siempre me han despertado un deseo de entender el porqué de esos muros. Y las causas son siempre el miedo", y se cierra con la actuación en suelo israelí en 2006, en la que tras tocar Another brick in the wall, espeta al público: "Nosotros, el resto del mundo, necesitamos que esta generación de israelíes tire abajo los muros".
Entre medio de ambas escenas se recogen diferentes declaraciones y vivencias en las que se refleja con claridad las consecuencias de dicha construcción: pérdidas de tierras, imposibilidad de trasladarse a lugares tan esenciales como hospitales o escuelas o la separación de familias.
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sábado, 5 de marzo de 2011
LIBIA: CRECE EL PELIGRO DE INTERVENCIÓN MILITAR IMPERIALISTA
Barcos de guerra cerca de Libia: crece el peligro de intervención militar imperialista
Lo peor que le puede pasar al pueblo de Libia es la intervención de EE.UU.
Internacional | Sara Flounders-Global Research | 05-03-2011 |
Lo peor que le puede pasar al recrudecimiento revolucionario que estremece al mundo árabe es la intervención de EE.UU. en Libia.
La Casa Blanca se reúne con sus aliados imperialistas europeos de la OTAN para discutir la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia, el bloqueo de todas las comunicaciones del presidente Muamar Gadafi dentro de Libia y el establecimiento de corredores militares hacia Libia desde Egipto y Túnez, supuestamente para “ayudar a los refugiados”. (New York Times, 27 de febrero)
Esto significa posicionar tropas de EE.UU. y de la OTAN en Egipto y Túnez cerca de los dos campos petrolíferos más ricos de Libia, en el este y el oeste. Significa que el Pentágono coordine maniobras con los militares egipcios y tunecinos. ¿Qué podría ser más peligroso para las revoluciones egipcia y tunecina?
Italia, otrora colonizadora de Libia, ha suspendido un tratado de 2008 con Libia que incluye una cláusula de no agresión, una acción que podría permitir que forme parte de futuras operaciones de “mantenimiento de la paz” en ese país, y posibilitaría el uso de sus bases militares en cualquier posible intervención. Varias bases de EE.UU. y de la OTAN en Italia, incluida la base de la Sexta Flota de EE.UU. cerca de Nápoles, podrían ser áreas de escenificación de una acción contra Libia.
El presidente Barack Obama ha anunciado que “toda la gama de opciones” se está considerando. Es el lenguaje de Washington para las operaciones militares.
La secretaria de Estado Hillary Clinton se reunió en Ginebra el 28 de febrero con ministros de exteriores del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para discutir posibles acciones multilaterales.
Mientras tanto, se suma al tamborileo por la intervención militar la publicación de una carta pública de la Iniciativa de Política Exterior, un think tank derechista visto como sucesor del Proyecto por el Nuevo Siglo Estadounidense, que llama a que EE.UU. y la OTAN preparen “inmediatamente” una acción militar para ayudar a derribar el régimen de Gadafi.
Los firmantes del llamado público incluyen a William Kristol, Richard Perle, Paul Wolfowitz, Elliott Abrams, Douglas Feith y más de una docena de antiguos altos responsables del gobierno de Bush, más varios destacados demócratas liberales, como Neil Hicks de Human Rights First y el jefe de “derechos humanos” de Bill Clinton, John Shattuck.
La carta pide sanciones económicas y acción militar: el despliegue de aviones de guerra de la OTAN y de una armada naval para imponer zonas de exclusión aérea y que tenga la capacidad de neutralizar a las embarcaciones navales libias.
Los senadores John McCain y Joseph Lieberman, mientras estaban en Tel Aviv el 25 de febrero, llamaron a que Washington suministre armas a los rebeldes libios y que establezca una zona de exclusión aérea sobre el país.
No hay que pasar por alto los llamados a que contingentes de trabajadores médicos y humanitarios, inspectores de derechos humanos e investigadores de la Corte Penal Internacional sean enviados a Libia, con “escolta armada”.
El suministro de ayuda humanitaria no tiene que incluir a los militares. Turquía ha evacuado a 7.000 de sus ciudadanos en ferries y vuelos fletados. Unos 29.000 trabajadores chinos han partido en ferries, vuelos fletados y transporte terrestre.
Sin embargo, la manera en la que las potencias europeas están evacuando a sus ciudadanos de Libia durante la crisis incluye una amenaza militar y forma parte de las maniobras imperialistas para posicionarse con respecto al futuro de Libia.
Alemania envió tres barcos de guerra con 600 soldados y dos aviones militares para sacar a 200 empleados alemanes de la compañía de exploración petrolera Wintershall de un campo en el desierto a 1.000 kilómetros al sudeste de Trípoli. Los británicos enviaron el barco de guerra HMS Cumberland para evacuar a 200 británicos y anunciaron que el destructor York está en camino desde Gibraltar.
EE.UU. anunció el 28 de febrero que está enviando el inmenso portaaviones USS Enterprise y el barco de ataque anfibio USS Kearsarge del Mar Rojo a las aguas frente a Libia, donde se unirá al USS Mount Whitney y a otros barcos de guerra de la Sexta Flota. Los funcionarios lo calificaron de “posicionamiento previo de recursos militares”.
VOTACIÓN EN LA ONU SOBRE SANCIONES
El Consejo de Seguridad de la ONU –bajo presión de EE.UU.– votó el 26 de febrero por la imposición de sanciones a Libia. Según estudios de las propias agencias de la ONU, más de un millón de niños de Iraq murieron como resultado de las sanciones impuestas por EE.UU. y la ONU a ese país que allanaron el camino para la invasión de EE.UU. Las sanciones son criminales y confirman que esta intervención no se debe a preocupación humanitaria.
Cuesta equiparar la pura hipocresía de la resolución sobre Libia con la preocupación por los “derechos humanos”. Sólo cuatro días antes de la votación, EE.UU. utilizó su veto para bloquear una resolución insípida que criticaba los asentamientos israelíes en tierra palestina en Cisjordania.
El gobierno de EE.UU. impidió que el Consejo de Seguridad emprendiera alguna acción durante la masacre israelí en Gaza en 2008, que llevó a la muerte de más de 1.500 palestinos. Esos organismos internacionales, así como la Corte Penal Internacional, han guardado silencio respecto a las matanzas israelíes, sobre los ataques de drones estadounidenses contra civiles indefensos en Pakistán y sobre las criminales invasiones y ocupación de Iraq y Afganistán.
El que China haya estado de acuerdo con la votación de sanciones es un ejemplo desafortunado de cómo el gobierno de Pekín deja que su interés por el comercio y por continuos embarques de petróleo prevalezca sobre su pasada oposición a las sanciones que claramente afectan a las poblaciones civiles.
¿QUIÉN DIRIGE LA OPOSICIÓN?
Es importante analizar el movimiento de oposición, especialmente a quienes citan tan ampliamente todos los medios internacionales. Tenemos que suponer que participa la gente con quejas y agravios genuinos. ¿Pero quién dirige realmente el movimiento?
Un artículo de primera plana en el New York Times del 25 de febrero describió la diferencia entre Libia y las otras luchas que han estallado en todo el mundo árabe. “A diferencia de las rebeliones juveniles posibilitadas por Facebook, la insurrección en este caso ha sido dirigida por gente más madura y que se ha estado oponiendo activamente al régimen dese hace cierto tiempo”. El artículo describe el contrabando de armas a través de la frontera egipcia durante semanas, permitiendo que la rebelión “escale rápida y violentamente en poco más de una semana”.
El grupo opositor que más se cita es el Frente Nacional por la Salvación de Libia [NFSL por sus siglas en inglés]. Se sabe que el NFSL, fundado en 1981, es una organización financiada por la CIA, con oficinas en Washington, D.C. Ha mantenido una fuerza militar, llamada el Ejército Nacional Libio, en Egipto cerca de la frontera libia. Una búsqueda en Google del Frente Nacional por la Salvación de Libia y la CIA confirmará rápidamente cientos de referencias.
También se cita ampliamente a la Conferencia Nacional de la Oposición Libia. Es una coalición formada por el NFSL que también incluye a la Unión Constitucional Libia [LCU], dirigida por Muhamad as-Senussi, pretendiente al trono libio. La web de la LCU llama al pueblo libio a reiterar un juramento de lealtad al rey Idris el-Senusi como líder histórico del pueblo libio. La bandera utilizada por la coalición es la bandera del antiguo Reino de Libia.
Evidentemente esas fuerzas financiadas por la CIA y los antiguos monárquicos son política y socialmente diferentes de la juventud privada de derechos y de los trabajadores que han marchado por millones contra los dictadores respaldados por EE.UU. en Egipto y Túnez y que hoy se manifiestan en Barein, Yemen y Omán.
Según el artículo del Times, el ala militar del NFSL, utilizando armas de contrabando, capturó rápidamente puestos policiales y militares en la ciudad portuaria mediterránea de Bengasi y áreas cercanas al norte de los campos petroleros más ricos de Libia, donde se encuentran la mayoría de sus gasoductos y oleoductos, las refinerías y su puerto de gas natural licuado. El Times y otros medios occidentales afirman que esa área, ahora bajo “control de la oposición”, incluye un 80% de las instalaciones petroleras de Libia.
La oposición libia, a diferencia de los movimientos de otros lugares en el mundo árabe, pidió ayuda internacional desde el principio. Y los imperialistas respondieron rápidamente.
Por ejemplo Mohamed Ali Abdallah, secretario general adjunto del NFSL, envió un llamado desesperado: “Esperamos una masacre”. “Estamos enviando un SOS a la comunidad internacional para que intervenga”. Sin esfuerzos internacionales por contener a Gadafi, “habrá un baño de sangre en Libia en las próximas 48 horas”.
El Wall Street Journal, voz del gran capital, escribió en un editorial del 23 de febrero que “EE.UU. y Europa deberían ayudar a los libios a derrocar el régimen de Gadafi”.
INTERESES DE EE.UU. –EL PETRÓLEO
¿Por qué están dispuestos y ansiosos Washington y las potencias europeas a actuar en Libia?
Cuando sucede algo nuevo es importante pasar revista a lo que sabemos del pasado y preguntar siempre, ¿cuáles son los intereses de las corporaciones estadounidenses en la región?
Libia es un país rico en petróleo –uno de los 10 más ricos del mundo-. Libia tiene las mayores reservas probadas de petróleo en África, por lo menos 44.000 millones de barriles. Ha estado produciendo 1,8 millones de barriles de petróleo por día –crudo ligero considerado de máxima calidad y que necesita menos refinación que la mayor parte del petróleo-. Libia también tiene grandes depósitos de gas natural fácil de canalizar a los mercados europeos. Es un país de gran superficie con una pequeña población de 6,4 millones de personas.
Así ven a Libia las poderosas corporaciones petroleras y militares, los bancos y las instituciones financieras de EE.UU. que dominan los mercados globales.
Actualmente el petróleo y el gas son las materias primas más valiosas y la mayor fuente de beneficios del mundo. Conseguir el control de campos petrolíferos, oleoductos, refinerías y mercados impulsa una gran parte de la política imperialista de EE.UU.
Durante dos decenios de sanciones de EE.UU. contra Libia, que Washington esperaba que derribaran al régimen, los intereses corporativos europeos invirtieron fuertemente en el desarrollo de "ductos" e infraestructuras en ese país. Cerca de un 85% de las exportaciones de energía de Libia van a Europa.
Las transnacionales europeas –en particular BP, Royal Dutch Shell, Total, Eni, BASF, Statoil y Repsol– han dominado el mercado petrolero de Libia. Las gigantescas corporaciones petroleras de EE.UU. están excluidas de esos lucrativos acuerdos. China ha estado comprando una cantidad creciente de petróleo producido por la Corporación Nacional de Petróleo de Libia y construyó un corto oleoducto en Libia.
Los inmensos beneficios que se podrían obtener con el control del petróleo y del gas natural de Libia son el motivo del creciente tamboreo del llamado de los medios corporativos de EE.UU. a la “intervención humanitaria para salvar vidas”.
Manlio Dinucci, periodista italiano que escribe para Il Manifesto de Italia, explicó el 25 de febrero [Rebelión, del 1 de marzo] que “Si se derroca a Gadafi EE.UU. podría derribar todo el marco de las relaciones económicas con Libia y abrir el camino a las multinacionales basadas en EE.UU. que hasta ahora están casi totalmente excluidas de la explotación de reservas de energía en Libia. Por lo tanto, EE.UU. podría controlar el grifo de las fuentes de energía de las que depende en gran parte Europa y que también provee a China.”
ANTECEDENTES DE LIBIA
Libia fue una colonia italiana desde 1911 hasta la derrota de Italia en la Segunda Guerra Mundial. Las potencias imperialistas occidentales establecieron después de la guerra regímenes en la región que fueron llamados Estados independientes pero que estaban dirigidos por monarcas nombrados sin el voto democrático de los pueblos. Libia se convirtió en un país soberano sólo de nombre, pero estaba firmemente vinculado a EE.UU. y a Gran Bretaña bajo un nuevo monarca, el rey Idris.
En 1969, mientras una ola de luchas anticoloniales movilizaba al mundo colonizado, jóvenes oficiales militares nacionalistas de mentalidad panárabe derrocaron a Idris mientras estaba de vacaciones en Europa. El líder del golpe fue Muamar Gadafi, de 27 años.
Libia cambió su nombre de Reino de Libia a República Árabe Libia y después a Gran Jamahiriya Árabe Libia Popular Socialista.
Los jóvenes oficiales ordenaron el cierre de las bases de EE.UU. y Gran Bretaña en Libia, incluida la gran Base Aérea Wheelus del Pentágono. Nacionalizaron la industria petrolera y muchos intereses comerciales que estaban bajo control imperialista estadounidense y británico.
Esos oficiales militares no llegaron al poder mediante un levantamiento revolucionario de las masas. No fue una revolución socialista. Seguía siendo una sociedad clasista. Pero Libia ya no estaba bajo la dominación extranjera.
Se realizaron numerosos cambios progresistas. La nueva Libia hizo muchos progresos económicos y sociales. Las condiciones de vida de las masas mejoraron radicalmente. La mayoría de las necesidades básicas –alimentos, vivienda, combustible, atención sanitaria y educación– se subvencionaron fuertemente e incluso llegaron a ser enteramente gratuitas. Se utilizaron los subsidios como la mejor manera de redistribuir la riqueza nacional.
Las condiciones de las mujeres cambiaron drásticamente. En 20 años, Libia logró el puesto más alto de África en el Índice de Desarrollo Humano –una medida de las Naciones Unidas de la expectativa de vida, los logros educacionales y el ingreso real ajustado-. Durante los años setenta y ochenta, Libia fue conocida internacionalmente por la adopción de fuertes posiciones antiimperialistas y el apoyo a otras luchas revolucionarias, del Congreso Nacional Africano en Sudáfrica a la Organización por la Liberación de Palestina y el Ejército Republicano Irlandés.
EE.UU. realizó numerosos intentos de asesinato y golpes contra el régimen de Gadafi y financió grupos armados de oposición, como el NFSL. Algunos ataques estadounidenses fueron flagrantes y abiertos. Por ejemplo, 66 cazabombarderos estadounidenses bombardearon sin advertencia previa la capital libia de Trípoli y su segunda ciudad, Bengasi, el 15 de abril de 1986. La casa de Gadafi fue bombardeada y su hija pequeña murió en el ataque, junto con cientos de personas más.
Durante los años ochenta y noventa EE.UU. logró aislar a Libia mediante estrictas sanciones económicas. Se hizo todo esfuerzo posible por sabotear la economía y desestabilizar al gobierno.
SATANIZACIÓN DE GADAFI
Es el pueblo de Libia, de África y del Mundo árabe el que tiene que evaluar el papel contradictorio de Gadafi, presidente del Consejo de Comando Revolucionario de Libia. La gente de EE.UU., en el centro de un imperio basado en la explotación global, no debería unirse a las caracterizaciones racistas, ridiculización y satanización de Gadafi que saturan los medios corporativos.
Incluso si Gadafi fueran tan tranquilo y austero como un monje y tan cuidadoso como un diplomático todavía sería, como presidente de un país africano rico en petróleo, previamente subdesarrollado, odiado, ridiculizado y satanizado por el imperialismo de EE.UU. si ofreciera resistencia a la dominación corporativa estadounidense. Fue su verdadero crimen y por eso no lo han perdonado jamás.
Es importante señalar que nunca se utilizan términos degradantes y racistas contra peones fiables de EE.UU. o dictadores, no importa cuán corruptos o implacables sean con su propio pueblo.
LAS AMENAZAS DE EE.UU. IMPONEN CONCESIONES
Después del crimen de guerra estadounidense anunciado como “conmoción y pavor”, con su masivo bombardeo aéreo de Iraq seguido por una invasión por tierra y ocupación, Libia finalmente sucumbió a las exigencias de EE.UU. Después de décadas de solidaridad militante antiimperialista, Libia cambió de rumbo drásticamente. Gadafi ofreció ayuda a EE.UU. en su “guerra contra el terror”.
Las exigencias de Washington eran onerosas y humillantes. Libia fue obligada a aceptar la responsabilidad total por el atentado del avión de Lockerbie y a pagar 2.700 millones de dólares de indemnización. Fue solo el comienzo. Para que se levantaran las sanciones de EE.UU., Libia tuvo que abrir sus mercados y “reestructurar” su economía. Todo formaba parte del paquete.
A pesar de las numerosas concesiones de Gadafi y las subsiguientes grandiosas recepciones por parte de jefes de Estado europeos, el imperialismo estadounidense estaba planeando su humillación total y su caída. Los think tanks estadounidenses realizaron numerosos estudios sobre cómo subvertir y debilitar el apoyo popular de Gadafi.
Los estrategas del FMI aparecieron en Libia con programas. Los nuevos consejeros económicos prescribieron las mismas medidas que imponen a cualquier país en desarrollo. Pero Libia no tenía una deuda externa; tiene una balanza comercial positiva de 27.000 millones de dólares anuales. La única razón por la cual el FMI exigió un fin de los subsidios de necesidades básicas fue debilitar la base social del apoyo al régimen.
La “liberalización del mercado” de Libia significó un recorte de 5.000 millones de dólares en subsidios al año. Durante decenios, el Estado había estado subvencionando un 93% del valor de varios productos básicos, en particular el combustible. Después de aceptar el programa del FMI, el gobierno duplicó el precio de la electricidad a los consumidores. Hubo un repentino aumento de 30% en los precios del combustible. Esto provocó aumentos de precio en muchos otros bienes y servicios.
Dijeron a Libia que tenía que privatizar 360 compañías y empresas de propiedad estatal, incluyendo usinas siderúrgicas, fábricas de cemento, firmas de ingeniería, fábricas de alimentos, líneas de montaje de camiones y autobuses y granjas estatales. Eso llevó a que miles de trabajadores perdieran sus puestos de trabajo.
Libia tuvo que vender una participación del 60% en la compañía petrolera estatal Tamoil Group y privatizar su Compañía General Nacional para Fábricas de Harina y Forraje.
El Fondo de la Fundación Carnegie ya estaba controlando el impacto de las reformas económicas. Un informe de Eman Wahby de 2005 titulado “Reformas económicas enojan a ciudadanos libios” decía que “otro aspecto de la reforma estructural fue el fin de las restricciones de importaciones. Otorgaron licencias a compañías extranjeras para exportar a Libia a través de agentes locales. Como resultado, productos de todo el mundo inundaron el mercado libio, previamente aislado.” Fue un desastre para los trabajadores de las fábricas de Libia, que no están equipadas para enfrentar la competencia.
Más de 4.000 millones de dólares ingresaron a Libia, que se convirtió en el principal receptor de inversión extranjera en África. Como saben sobradamente los banqueros y sus think tanks, esto no benefició a las masas libias, las empobreció.
Pero no importaba lo que hiciera Gadafi, nunca fue bastante para el poder corporativo de EE.UU. Los banqueros y financieros querían más. No había confianza. Gadafi se había opuesto a EE.UU. durante decenios y se le seguía considerando muy poco “fiable”.
La revista US Banker publicó en mayo de 2005 un artículo titulado “Mercados emergentes: ¿Es Libia la próxima frontera de los bancos estadounidenses?” Decía que “Mientras la nación aprueba reformas, los beneficios atraen. Pero el caos abunda.” Entrevistó a Robert Armao, presidente del Consejo Comercial y Económico EE.UU.-Libia basado en Nueva York: “Todos los grandes bancos occidentales están ahora explorando oportunidades en ese país”, dijo Armao. “La situación política con Gadafi sigue siendo muy sospechosa”. El potencial “parece maravilloso para los bancos. Libia es un país que no se ha tocado y una tierra de oportunidad. Sucederá, pero puede tardar un poco.”
Libia nunca ha sido un país socialista. Siempre ha habido amplia riqueza heredada y viejos privilegios. Es una sociedad clasista con millones de trabajadores, muchos de ellos inmigrantes.
La reestructuración de la economía para maximizar los beneficios de los banqueros occidentales desestabilizó las relaciones, incluso en los círculos gobernantes. ¿Quién participa en los acuerdos para privatizar industrias clave, qué familias, qué tribus? ¿Quién se queda afuera? Aparecieron viejas rivalidades y competencias.
Se puede ver hasta qué punto el gobierno de EE.UU. estaba observando esos cambios impuestos en cables recientemente publicados, provenientes de WikiLeaks, de la embajada de EE.UU. en Trípoli, reproducidos en el Telegraph británico del 31 de enero. Un cable titulado “Inflación aumenta en Libia” y enviado el 4 de enero de 2009, describió el impacto de “un programa radical de privatización y de reestructuración del gobierno”.
“Se vieron aumentos excepcionaes”, dijo el cable, “en precios de alimentos, productos previamente subvencionados como azúcar, arroz, y harina, aumentaron en un 85% en los dos años desde la eliminación de los subsidios. Los materiales de construcción también han tenido un fuerte aumento: los precios del cemento, conglomerado, y ladrillos, han aumentado en un 65% durante el pasado año. El cemento ha aumentado en un año de 5 dinares libios por saco de 50 kilos a 17 dinares; el precio de las barras de acero se ha multiplicado por diez.
“La terminación [por el gobierno libio] de los subsidios y controles de precios como parte de un programa más amplio de reforma económica y privatización ha contribuido ciertamente a presiones inflacionarias y ha causado algunas quejas…
“La combinación de la alta inflación y la disminución de subsidios y controles de precios es preocupante para un público libio acostumbrado a mayor protección del gobierno ante las fuerzas del mercado.”
Estos cables de la embajada de EE.UU. confirman que mientras seguían manteniendo a grupos libios de oposición en Egipto, Washington y Londres también medían constantemente la temperatura del descontento masivo causado por sus políticas.
Actualmente, millones de personas en EE.UU. y en todo el mundo son inspiradas por las acciones de millones de jóvenes en las calles de Egipto, Túnez, Barein, Yemen y ahora Omán. El impacto se siente incluso en la ocupación en Wisconsin.
Es vital que el movimiento político y la conciencia de clase estadounidense resistan la enorme presión de la campaña orquestada por EE.UU. a favor de la intervención militar en Libia. Hay que oponerse a una nueva aventura imperialista. ¡Solidaridad con los movimientos populares! ¡Fuera las manos, EE.UU.!
© Copyright Sara Flounders, Global Research, 2011
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Lo peor que le puede pasar al pueblo de Libia es la intervención de EE.UU.
Internacional | Sara Flounders-Global Research | 05-03-2011 |
Lo peor que le puede pasar al recrudecimiento revolucionario que estremece al mundo árabe es la intervención de EE.UU. en Libia.
La Casa Blanca se reúne con sus aliados imperialistas europeos de la OTAN para discutir la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia, el bloqueo de todas las comunicaciones del presidente Muamar Gadafi dentro de Libia y el establecimiento de corredores militares hacia Libia desde Egipto y Túnez, supuestamente para “ayudar a los refugiados”. (New York Times, 27 de febrero)
Esto significa posicionar tropas de EE.UU. y de la OTAN en Egipto y Túnez cerca de los dos campos petrolíferos más ricos de Libia, en el este y el oeste. Significa que el Pentágono coordine maniobras con los militares egipcios y tunecinos. ¿Qué podría ser más peligroso para las revoluciones egipcia y tunecina?
Italia, otrora colonizadora de Libia, ha suspendido un tratado de 2008 con Libia que incluye una cláusula de no agresión, una acción que podría permitir que forme parte de futuras operaciones de “mantenimiento de la paz” en ese país, y posibilitaría el uso de sus bases militares en cualquier posible intervención. Varias bases de EE.UU. y de la OTAN en Italia, incluida la base de la Sexta Flota de EE.UU. cerca de Nápoles, podrían ser áreas de escenificación de una acción contra Libia.
El presidente Barack Obama ha anunciado que “toda la gama de opciones” se está considerando. Es el lenguaje de Washington para las operaciones militares.
La secretaria de Estado Hillary Clinton se reunió en Ginebra el 28 de febrero con ministros de exteriores del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para discutir posibles acciones multilaterales.
Mientras tanto, se suma al tamborileo por la intervención militar la publicación de una carta pública de la Iniciativa de Política Exterior, un think tank derechista visto como sucesor del Proyecto por el Nuevo Siglo Estadounidense, que llama a que EE.UU. y la OTAN preparen “inmediatamente” una acción militar para ayudar a derribar el régimen de Gadafi.
Los firmantes del llamado público incluyen a William Kristol, Richard Perle, Paul Wolfowitz, Elliott Abrams, Douglas Feith y más de una docena de antiguos altos responsables del gobierno de Bush, más varios destacados demócratas liberales, como Neil Hicks de Human Rights First y el jefe de “derechos humanos” de Bill Clinton, John Shattuck.
La carta pide sanciones económicas y acción militar: el despliegue de aviones de guerra de la OTAN y de una armada naval para imponer zonas de exclusión aérea y que tenga la capacidad de neutralizar a las embarcaciones navales libias.
Los senadores John McCain y Joseph Lieberman, mientras estaban en Tel Aviv el 25 de febrero, llamaron a que Washington suministre armas a los rebeldes libios y que establezca una zona de exclusión aérea sobre el país.
No hay que pasar por alto los llamados a que contingentes de trabajadores médicos y humanitarios, inspectores de derechos humanos e investigadores de la Corte Penal Internacional sean enviados a Libia, con “escolta armada”.
El suministro de ayuda humanitaria no tiene que incluir a los militares. Turquía ha evacuado a 7.000 de sus ciudadanos en ferries y vuelos fletados. Unos 29.000 trabajadores chinos han partido en ferries, vuelos fletados y transporte terrestre.
Sin embargo, la manera en la que las potencias europeas están evacuando a sus ciudadanos de Libia durante la crisis incluye una amenaza militar y forma parte de las maniobras imperialistas para posicionarse con respecto al futuro de Libia.
Alemania envió tres barcos de guerra con 600 soldados y dos aviones militares para sacar a 200 empleados alemanes de la compañía de exploración petrolera Wintershall de un campo en el desierto a 1.000 kilómetros al sudeste de Trípoli. Los británicos enviaron el barco de guerra HMS Cumberland para evacuar a 200 británicos y anunciaron que el destructor York está en camino desde Gibraltar.
EE.UU. anunció el 28 de febrero que está enviando el inmenso portaaviones USS Enterprise y el barco de ataque anfibio USS Kearsarge del Mar Rojo a las aguas frente a Libia, donde se unirá al USS Mount Whitney y a otros barcos de guerra de la Sexta Flota. Los funcionarios lo calificaron de “posicionamiento previo de recursos militares”.
VOTACIÓN EN LA ONU SOBRE SANCIONES
El Consejo de Seguridad de la ONU –bajo presión de EE.UU.– votó el 26 de febrero por la imposición de sanciones a Libia. Según estudios de las propias agencias de la ONU, más de un millón de niños de Iraq murieron como resultado de las sanciones impuestas por EE.UU. y la ONU a ese país que allanaron el camino para la invasión de EE.UU. Las sanciones son criminales y confirman que esta intervención no se debe a preocupación humanitaria.
Cuesta equiparar la pura hipocresía de la resolución sobre Libia con la preocupación por los “derechos humanos”. Sólo cuatro días antes de la votación, EE.UU. utilizó su veto para bloquear una resolución insípida que criticaba los asentamientos israelíes en tierra palestina en Cisjordania.
El gobierno de EE.UU. impidió que el Consejo de Seguridad emprendiera alguna acción durante la masacre israelí en Gaza en 2008, que llevó a la muerte de más de 1.500 palestinos. Esos organismos internacionales, así como la Corte Penal Internacional, han guardado silencio respecto a las matanzas israelíes, sobre los ataques de drones estadounidenses contra civiles indefensos en Pakistán y sobre las criminales invasiones y ocupación de Iraq y Afganistán.
El que China haya estado de acuerdo con la votación de sanciones es un ejemplo desafortunado de cómo el gobierno de Pekín deja que su interés por el comercio y por continuos embarques de petróleo prevalezca sobre su pasada oposición a las sanciones que claramente afectan a las poblaciones civiles.
¿QUIÉN DIRIGE LA OPOSICIÓN?
Es importante analizar el movimiento de oposición, especialmente a quienes citan tan ampliamente todos los medios internacionales. Tenemos que suponer que participa la gente con quejas y agravios genuinos. ¿Pero quién dirige realmente el movimiento?
Un artículo de primera plana en el New York Times del 25 de febrero describió la diferencia entre Libia y las otras luchas que han estallado en todo el mundo árabe. “A diferencia de las rebeliones juveniles posibilitadas por Facebook, la insurrección en este caso ha sido dirigida por gente más madura y que se ha estado oponiendo activamente al régimen dese hace cierto tiempo”. El artículo describe el contrabando de armas a través de la frontera egipcia durante semanas, permitiendo que la rebelión “escale rápida y violentamente en poco más de una semana”.
El grupo opositor que más se cita es el Frente Nacional por la Salvación de Libia [NFSL por sus siglas en inglés]. Se sabe que el NFSL, fundado en 1981, es una organización financiada por la CIA, con oficinas en Washington, D.C. Ha mantenido una fuerza militar, llamada el Ejército Nacional Libio, en Egipto cerca de la frontera libia. Una búsqueda en Google del Frente Nacional por la Salvación de Libia y la CIA confirmará rápidamente cientos de referencias.
También se cita ampliamente a la Conferencia Nacional de la Oposición Libia. Es una coalición formada por el NFSL que también incluye a la Unión Constitucional Libia [LCU], dirigida por Muhamad as-Senussi, pretendiente al trono libio. La web de la LCU llama al pueblo libio a reiterar un juramento de lealtad al rey Idris el-Senusi como líder histórico del pueblo libio. La bandera utilizada por la coalición es la bandera del antiguo Reino de Libia.
Evidentemente esas fuerzas financiadas por la CIA y los antiguos monárquicos son política y socialmente diferentes de la juventud privada de derechos y de los trabajadores que han marchado por millones contra los dictadores respaldados por EE.UU. en Egipto y Túnez y que hoy se manifiestan en Barein, Yemen y Omán.
Según el artículo del Times, el ala militar del NFSL, utilizando armas de contrabando, capturó rápidamente puestos policiales y militares en la ciudad portuaria mediterránea de Bengasi y áreas cercanas al norte de los campos petroleros más ricos de Libia, donde se encuentran la mayoría de sus gasoductos y oleoductos, las refinerías y su puerto de gas natural licuado. El Times y otros medios occidentales afirman que esa área, ahora bajo “control de la oposición”, incluye un 80% de las instalaciones petroleras de Libia.
La oposición libia, a diferencia de los movimientos de otros lugares en el mundo árabe, pidió ayuda internacional desde el principio. Y los imperialistas respondieron rápidamente.
Por ejemplo Mohamed Ali Abdallah, secretario general adjunto del NFSL, envió un llamado desesperado: “Esperamos una masacre”. “Estamos enviando un SOS a la comunidad internacional para que intervenga”. Sin esfuerzos internacionales por contener a Gadafi, “habrá un baño de sangre en Libia en las próximas 48 horas”.
El Wall Street Journal, voz del gran capital, escribió en un editorial del 23 de febrero que “EE.UU. y Europa deberían ayudar a los libios a derrocar el régimen de Gadafi”.
INTERESES DE EE.UU. –EL PETRÓLEO
¿Por qué están dispuestos y ansiosos Washington y las potencias europeas a actuar en Libia?
Cuando sucede algo nuevo es importante pasar revista a lo que sabemos del pasado y preguntar siempre, ¿cuáles son los intereses de las corporaciones estadounidenses en la región?
Libia es un país rico en petróleo –uno de los 10 más ricos del mundo-. Libia tiene las mayores reservas probadas de petróleo en África, por lo menos 44.000 millones de barriles. Ha estado produciendo 1,8 millones de barriles de petróleo por día –crudo ligero considerado de máxima calidad y que necesita menos refinación que la mayor parte del petróleo-. Libia también tiene grandes depósitos de gas natural fácil de canalizar a los mercados europeos. Es un país de gran superficie con una pequeña población de 6,4 millones de personas.
Así ven a Libia las poderosas corporaciones petroleras y militares, los bancos y las instituciones financieras de EE.UU. que dominan los mercados globales.
Actualmente el petróleo y el gas son las materias primas más valiosas y la mayor fuente de beneficios del mundo. Conseguir el control de campos petrolíferos, oleoductos, refinerías y mercados impulsa una gran parte de la política imperialista de EE.UU.
Durante dos decenios de sanciones de EE.UU. contra Libia, que Washington esperaba que derribaran al régimen, los intereses corporativos europeos invirtieron fuertemente en el desarrollo de "ductos" e infraestructuras en ese país. Cerca de un 85% de las exportaciones de energía de Libia van a Europa.
Las transnacionales europeas –en particular BP, Royal Dutch Shell, Total, Eni, BASF, Statoil y Repsol– han dominado el mercado petrolero de Libia. Las gigantescas corporaciones petroleras de EE.UU. están excluidas de esos lucrativos acuerdos. China ha estado comprando una cantidad creciente de petróleo producido por la Corporación Nacional de Petróleo de Libia y construyó un corto oleoducto en Libia.
Los inmensos beneficios que se podrían obtener con el control del petróleo y del gas natural de Libia son el motivo del creciente tamboreo del llamado de los medios corporativos de EE.UU. a la “intervención humanitaria para salvar vidas”.
Manlio Dinucci, periodista italiano que escribe para Il Manifesto de Italia, explicó el 25 de febrero [Rebelión, del 1 de marzo] que “Si se derroca a Gadafi EE.UU. podría derribar todo el marco de las relaciones económicas con Libia y abrir el camino a las multinacionales basadas en EE.UU. que hasta ahora están casi totalmente excluidas de la explotación de reservas de energía en Libia. Por lo tanto, EE.UU. podría controlar el grifo de las fuentes de energía de las que depende en gran parte Europa y que también provee a China.”
ANTECEDENTES DE LIBIA
Libia fue una colonia italiana desde 1911 hasta la derrota de Italia en la Segunda Guerra Mundial. Las potencias imperialistas occidentales establecieron después de la guerra regímenes en la región que fueron llamados Estados independientes pero que estaban dirigidos por monarcas nombrados sin el voto democrático de los pueblos. Libia se convirtió en un país soberano sólo de nombre, pero estaba firmemente vinculado a EE.UU. y a Gran Bretaña bajo un nuevo monarca, el rey Idris.
En 1969, mientras una ola de luchas anticoloniales movilizaba al mundo colonizado, jóvenes oficiales militares nacionalistas de mentalidad panárabe derrocaron a Idris mientras estaba de vacaciones en Europa. El líder del golpe fue Muamar Gadafi, de 27 años.
Libia cambió su nombre de Reino de Libia a República Árabe Libia y después a Gran Jamahiriya Árabe Libia Popular Socialista.
Los jóvenes oficiales ordenaron el cierre de las bases de EE.UU. y Gran Bretaña en Libia, incluida la gran Base Aérea Wheelus del Pentágono. Nacionalizaron la industria petrolera y muchos intereses comerciales que estaban bajo control imperialista estadounidense y británico.
Esos oficiales militares no llegaron al poder mediante un levantamiento revolucionario de las masas. No fue una revolución socialista. Seguía siendo una sociedad clasista. Pero Libia ya no estaba bajo la dominación extranjera.
Se realizaron numerosos cambios progresistas. La nueva Libia hizo muchos progresos económicos y sociales. Las condiciones de vida de las masas mejoraron radicalmente. La mayoría de las necesidades básicas –alimentos, vivienda, combustible, atención sanitaria y educación– se subvencionaron fuertemente e incluso llegaron a ser enteramente gratuitas. Se utilizaron los subsidios como la mejor manera de redistribuir la riqueza nacional.
Las condiciones de las mujeres cambiaron drásticamente. En 20 años, Libia logró el puesto más alto de África en el Índice de Desarrollo Humano –una medida de las Naciones Unidas de la expectativa de vida, los logros educacionales y el ingreso real ajustado-. Durante los años setenta y ochenta, Libia fue conocida internacionalmente por la adopción de fuertes posiciones antiimperialistas y el apoyo a otras luchas revolucionarias, del Congreso Nacional Africano en Sudáfrica a la Organización por la Liberación de Palestina y el Ejército Republicano Irlandés.
EE.UU. realizó numerosos intentos de asesinato y golpes contra el régimen de Gadafi y financió grupos armados de oposición, como el NFSL. Algunos ataques estadounidenses fueron flagrantes y abiertos. Por ejemplo, 66 cazabombarderos estadounidenses bombardearon sin advertencia previa la capital libia de Trípoli y su segunda ciudad, Bengasi, el 15 de abril de 1986. La casa de Gadafi fue bombardeada y su hija pequeña murió en el ataque, junto con cientos de personas más.
Durante los años ochenta y noventa EE.UU. logró aislar a Libia mediante estrictas sanciones económicas. Se hizo todo esfuerzo posible por sabotear la economía y desestabilizar al gobierno.
SATANIZACIÓN DE GADAFI
Es el pueblo de Libia, de África y del Mundo árabe el que tiene que evaluar el papel contradictorio de Gadafi, presidente del Consejo de Comando Revolucionario de Libia. La gente de EE.UU., en el centro de un imperio basado en la explotación global, no debería unirse a las caracterizaciones racistas, ridiculización y satanización de Gadafi que saturan los medios corporativos.
Incluso si Gadafi fueran tan tranquilo y austero como un monje y tan cuidadoso como un diplomático todavía sería, como presidente de un país africano rico en petróleo, previamente subdesarrollado, odiado, ridiculizado y satanizado por el imperialismo de EE.UU. si ofreciera resistencia a la dominación corporativa estadounidense. Fue su verdadero crimen y por eso no lo han perdonado jamás.
Es importante señalar que nunca se utilizan términos degradantes y racistas contra peones fiables de EE.UU. o dictadores, no importa cuán corruptos o implacables sean con su propio pueblo.
LAS AMENAZAS DE EE.UU. IMPONEN CONCESIONES
Después del crimen de guerra estadounidense anunciado como “conmoción y pavor”, con su masivo bombardeo aéreo de Iraq seguido por una invasión por tierra y ocupación, Libia finalmente sucumbió a las exigencias de EE.UU. Después de décadas de solidaridad militante antiimperialista, Libia cambió de rumbo drásticamente. Gadafi ofreció ayuda a EE.UU. en su “guerra contra el terror”.
Las exigencias de Washington eran onerosas y humillantes. Libia fue obligada a aceptar la responsabilidad total por el atentado del avión de Lockerbie y a pagar 2.700 millones de dólares de indemnización. Fue solo el comienzo. Para que se levantaran las sanciones de EE.UU., Libia tuvo que abrir sus mercados y “reestructurar” su economía. Todo formaba parte del paquete.
A pesar de las numerosas concesiones de Gadafi y las subsiguientes grandiosas recepciones por parte de jefes de Estado europeos, el imperialismo estadounidense estaba planeando su humillación total y su caída. Los think tanks estadounidenses realizaron numerosos estudios sobre cómo subvertir y debilitar el apoyo popular de Gadafi.
Los estrategas del FMI aparecieron en Libia con programas. Los nuevos consejeros económicos prescribieron las mismas medidas que imponen a cualquier país en desarrollo. Pero Libia no tenía una deuda externa; tiene una balanza comercial positiva de 27.000 millones de dólares anuales. La única razón por la cual el FMI exigió un fin de los subsidios de necesidades básicas fue debilitar la base social del apoyo al régimen.
La “liberalización del mercado” de Libia significó un recorte de 5.000 millones de dólares en subsidios al año. Durante decenios, el Estado había estado subvencionando un 93% del valor de varios productos básicos, en particular el combustible. Después de aceptar el programa del FMI, el gobierno duplicó el precio de la electricidad a los consumidores. Hubo un repentino aumento de 30% en los precios del combustible. Esto provocó aumentos de precio en muchos otros bienes y servicios.
Dijeron a Libia que tenía que privatizar 360 compañías y empresas de propiedad estatal, incluyendo usinas siderúrgicas, fábricas de cemento, firmas de ingeniería, fábricas de alimentos, líneas de montaje de camiones y autobuses y granjas estatales. Eso llevó a que miles de trabajadores perdieran sus puestos de trabajo.
Libia tuvo que vender una participación del 60% en la compañía petrolera estatal Tamoil Group y privatizar su Compañía General Nacional para Fábricas de Harina y Forraje.
El Fondo de la Fundación Carnegie ya estaba controlando el impacto de las reformas económicas. Un informe de Eman Wahby de 2005 titulado “Reformas económicas enojan a ciudadanos libios” decía que “otro aspecto de la reforma estructural fue el fin de las restricciones de importaciones. Otorgaron licencias a compañías extranjeras para exportar a Libia a través de agentes locales. Como resultado, productos de todo el mundo inundaron el mercado libio, previamente aislado.” Fue un desastre para los trabajadores de las fábricas de Libia, que no están equipadas para enfrentar la competencia.
Más de 4.000 millones de dólares ingresaron a Libia, que se convirtió en el principal receptor de inversión extranjera en África. Como saben sobradamente los banqueros y sus think tanks, esto no benefició a las masas libias, las empobreció.
Pero no importaba lo que hiciera Gadafi, nunca fue bastante para el poder corporativo de EE.UU. Los banqueros y financieros querían más. No había confianza. Gadafi se había opuesto a EE.UU. durante decenios y se le seguía considerando muy poco “fiable”.
La revista US Banker publicó en mayo de 2005 un artículo titulado “Mercados emergentes: ¿Es Libia la próxima frontera de los bancos estadounidenses?” Decía que “Mientras la nación aprueba reformas, los beneficios atraen. Pero el caos abunda.” Entrevistó a Robert Armao, presidente del Consejo Comercial y Económico EE.UU.-Libia basado en Nueva York: “Todos los grandes bancos occidentales están ahora explorando oportunidades en ese país”, dijo Armao. “La situación política con Gadafi sigue siendo muy sospechosa”. El potencial “parece maravilloso para los bancos. Libia es un país que no se ha tocado y una tierra de oportunidad. Sucederá, pero puede tardar un poco.”
Libia nunca ha sido un país socialista. Siempre ha habido amplia riqueza heredada y viejos privilegios. Es una sociedad clasista con millones de trabajadores, muchos de ellos inmigrantes.
La reestructuración de la economía para maximizar los beneficios de los banqueros occidentales desestabilizó las relaciones, incluso en los círculos gobernantes. ¿Quién participa en los acuerdos para privatizar industrias clave, qué familias, qué tribus? ¿Quién se queda afuera? Aparecieron viejas rivalidades y competencias.
Se puede ver hasta qué punto el gobierno de EE.UU. estaba observando esos cambios impuestos en cables recientemente publicados, provenientes de WikiLeaks, de la embajada de EE.UU. en Trípoli, reproducidos en el Telegraph británico del 31 de enero. Un cable titulado “Inflación aumenta en Libia” y enviado el 4 de enero de 2009, describió el impacto de “un programa radical de privatización y de reestructuración del gobierno”.
“Se vieron aumentos excepcionaes”, dijo el cable, “en precios de alimentos, productos previamente subvencionados como azúcar, arroz, y harina, aumentaron en un 85% en los dos años desde la eliminación de los subsidios. Los materiales de construcción también han tenido un fuerte aumento: los precios del cemento, conglomerado, y ladrillos, han aumentado en un 65% durante el pasado año. El cemento ha aumentado en un año de 5 dinares libios por saco de 50 kilos a 17 dinares; el precio de las barras de acero se ha multiplicado por diez.
“La terminación [por el gobierno libio] de los subsidios y controles de precios como parte de un programa más amplio de reforma económica y privatización ha contribuido ciertamente a presiones inflacionarias y ha causado algunas quejas…
“La combinación de la alta inflación y la disminución de subsidios y controles de precios es preocupante para un público libio acostumbrado a mayor protección del gobierno ante las fuerzas del mercado.”
Estos cables de la embajada de EE.UU. confirman que mientras seguían manteniendo a grupos libios de oposición en Egipto, Washington y Londres también medían constantemente la temperatura del descontento masivo causado por sus políticas.
Actualmente, millones de personas en EE.UU. y en todo el mundo son inspiradas por las acciones de millones de jóvenes en las calles de Egipto, Túnez, Barein, Yemen y ahora Omán. El impacto se siente incluso en la ocupación en Wisconsin.
Es vital que el movimiento político y la conciencia de clase estadounidense resistan la enorme presión de la campaña orquestada por EE.UU. a favor de la intervención militar en Libia. Hay que oponerse a una nueva aventura imperialista. ¡Solidaridad con los movimientos populares! ¡Fuera las manos, EE.UU.!
© Copyright Sara Flounders, Global Research, 2011
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viernes, 4 de marzo de 2011
LA PAZ EN LIBIA, OBJETIVO DE LOS CANCILLERES DEL ALBA
Objetivo central “apoyar al pueblo libio en la búsqueda de la paz, la superación pacífica del conflicto armado, de la guerra civil que el mundo está observando”
Cancilleres del ALBA inician reunión para evaluar propuesta de paz venezolana sobre Libia
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1
19:33h. del Viernes, 4 de marzo
teleSUR
El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, abrió este viernes la reunión de cancilleres de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) en la que evaluarán los procesos históricos que se llevan en el mundo árabe y africano, y la iniciativa de paz propuesta por el presidente Hugo Chávez sobre el conflicto que vive Libia.
Se debatirá en la reunión de cancilleres del ALBA, que se celebra en Caracas, “la iniciativa de paz que el presidente Hugo Chávez ha propuesto a diversos organismos internacionales, personalidades, jefes de Estados, jefes de Gobiernos, a nuestro mundo del sur, mundo árabe, nuestro hermano mundo africano”, dijo en su intervención desde la Casa Amarilla (sede de la Cancillería en Caracas).
Explicó que la propuesta del mandatario venezolano, denominada Comisión Internacional Humanitaria para la Paz de Libia, tiene como objetivo central “apoyar al pueblo libio en la búsqueda de la paz, la superación pacífica del conflicto armado, de la guerra civil que el mundo está observando”.
Maduro agregó que la iniciativa del jefe de Estado venezolano también intenta hallar “la preservación de la unidad del pueblo libio (…) la preservación del uso de sus recursos naturales, reconquistadas desde hace varias décadas, y la denuncia de las amenazas militares, el rechazo de cualquier intervención militar en contra del pueblo libio”.
Indicó que el motivo que llevó al presidente Chávez a tomar la medida es “el amor profundo que sentimos por el pueblo árabe”, acotó que en Venezuela viven casi un millón de personas descendientes de Libia, Palestina, entre otras naciones.
Otras de las razones, detalló el canciller venezolano, es que el Gobierno venezolano busca la paz y espera que “no se repita más la experiencia trágica de la invasión y destrucción de Irak, de que cesen el tipo ataque como el que vive el pueblo palestino de Gaza, de manera permanente, o el ataque que vivió el pueblo del líbano en Beirut en el año 2006”.
Señaló, en referencia al conflicto libio, que ha habido diversas respuestas entre ellas: “la visión del sur, la visión de la paz, la visión de la superación de los conflictos por la vía de una diplomacia (…) y la visión guerrerista que desde la OTAN, desde Estados Unidos pretenden imponerse ante el mundo nuevamente”.
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Cancilleres del ALBA inician reunión para evaluar propuesta de paz venezolana sobre Libia
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19:33h. del Viernes, 4 de marzo
teleSUR
El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, abrió este viernes la reunión de cancilleres de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) en la que evaluarán los procesos históricos que se llevan en el mundo árabe y africano, y la iniciativa de paz propuesta por el presidente Hugo Chávez sobre el conflicto que vive Libia.
Se debatirá en la reunión de cancilleres del ALBA, que se celebra en Caracas, “la iniciativa de paz que el presidente Hugo Chávez ha propuesto a diversos organismos internacionales, personalidades, jefes de Estados, jefes de Gobiernos, a nuestro mundo del sur, mundo árabe, nuestro hermano mundo africano”, dijo en su intervención desde la Casa Amarilla (sede de la Cancillería en Caracas).
Explicó que la propuesta del mandatario venezolano, denominada Comisión Internacional Humanitaria para la Paz de Libia, tiene como objetivo central “apoyar al pueblo libio en la búsqueda de la paz, la superación pacífica del conflicto armado, de la guerra civil que el mundo está observando”.
Maduro agregó que la iniciativa del jefe de Estado venezolano también intenta hallar “la preservación de la unidad del pueblo libio (…) la preservación del uso de sus recursos naturales, reconquistadas desde hace varias décadas, y la denuncia de las amenazas militares, el rechazo de cualquier intervención militar en contra del pueblo libio”.
Indicó que el motivo que llevó al presidente Chávez a tomar la medida es “el amor profundo que sentimos por el pueblo árabe”, acotó que en Venezuela viven casi un millón de personas descendientes de Libia, Palestina, entre otras naciones.
Otras de las razones, detalló el canciller venezolano, es que el Gobierno venezolano busca la paz y espera que “no se repita más la experiencia trágica de la invasión y destrucción de Irak, de que cesen el tipo ataque como el que vive el pueblo palestino de Gaza, de manera permanente, o el ataque que vivió el pueblo del líbano en Beirut en el año 2006”.
Señaló, en referencia al conflicto libio, que ha habido diversas respuestas entre ellas: “la visión del sur, la visión de la paz, la visión de la superación de los conflictos por la vía de una diplomacia (…) y la visión guerrerista que desde la OTAN, desde Estados Unidos pretenden imponerse ante el mundo nuevamente”.
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DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA: UNA EXIGENCIA A LA UNIÓN EUROPEA
Ante el incremento de las persecuciones a defensores de los derechos humanos en ese país.
Exigen a la Unión Europea que presione a Colombia por las violaciones de los derechos humanos
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20:58h. del Viernes, 4 de marzo
Prensa Latina
La Oficina Internacional de Derechos Humanos-Acción Colombia (Oidhaco) reclamó hoy a la Unión Europea (UE) mayor exigencia al gobierno colombiano ante el incremento de las persecuciones a defensores de los derechos humanos en ese país.
Oidhaco trasladó a las instituciones de la UE su preocupación por los casos de amenazas, agresiones y asesinatos de activistas sociales, y pidió a las autoridades colombianas acabar con la impunidad en estos casos.
Unos 174 activistas y 168 organizaciones defensoras de los derechos humanos fueron víctimas de alguna agresión en 2010, según estimaciones reflejadas en un informe de Oidhaco.
La entidad, que agrupa a una treintena de organizaciones de 10 países europeos, solicitó al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que condene los asesinatos de los defensores y los apoye públicamente cuando sean amenazados.
Oidhaco menciona entre los sectores más vulnerables a líderes campesinos, indígenas y afrodescendientes, junto a abogados defensores de los activistas.
Para la ong, los grupos paramilitares de extrema derecha y en algunos casos elementos de la fuerza pública y la administración de justicia colombiana acosan a los movimientos sociales a fin de impedir que realicen su normal actividad.
Ante esa situación, Oidhaco demandó a la UE que exija al Ejecutivo colombiano un respaldo público a la labor de los defensores y luche contra la impunidad.
La Unión Europea mantiene un acuerdo de libre comercio con Colombia, el cual fue duramente criticado por organizaciones humanitarias al considerar insuficiente las cláusulas que incluyen el respeto a los derechos humanos en el país suramericano.
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Exigen a la Unión Europea que presione a Colombia por las violaciones de los derechos humanos
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20:58h. del Viernes, 4 de marzo
Prensa Latina
La Oficina Internacional de Derechos Humanos-Acción Colombia (Oidhaco) reclamó hoy a la Unión Europea (UE) mayor exigencia al gobierno colombiano ante el incremento de las persecuciones a defensores de los derechos humanos en ese país.
Oidhaco trasladó a las instituciones de la UE su preocupación por los casos de amenazas, agresiones y asesinatos de activistas sociales, y pidió a las autoridades colombianas acabar con la impunidad en estos casos.
Unos 174 activistas y 168 organizaciones defensoras de los derechos humanos fueron víctimas de alguna agresión en 2010, según estimaciones reflejadas en un informe de Oidhaco.
La entidad, que agrupa a una treintena de organizaciones de 10 países europeos, solicitó al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que condene los asesinatos de los defensores y los apoye públicamente cuando sean amenazados.
Oidhaco menciona entre los sectores más vulnerables a líderes campesinos, indígenas y afrodescendientes, junto a abogados defensores de los activistas.
Para la ong, los grupos paramilitares de extrema derecha y en algunos casos elementos de la fuerza pública y la administración de justicia colombiana acosan a los movimientos sociales a fin de impedir que realicen su normal actividad.
Ante esa situación, Oidhaco demandó a la UE que exija al Ejecutivo colombiano un respaldo público a la labor de los defensores y luche contra la impunidad.
La Unión Europea mantiene un acuerdo de libre comercio con Colombia, el cual fue duramente criticado por organizaciones humanitarias al considerar insuficiente las cláusulas que incluyen el respeto a los derechos humanos en el país suramericano.
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miércoles, 2 de marzo de 2011
CHINA Y OCCIDENTE EN ÁFRICA: LA NUEVA GUERRA FRÍA
“China y Occidente en África: La Nueva Guerra Fría”
Nadie duda de que en el origen inmediato de las revueltas que recorren el Norte de África, esté el descontento de una población cada día más pobre que agoniza bajo la bota de unos tiranos sanguinarios que hasta ahora gozaron de la protección de las grandes democracias. Es evidente que el pueblo no sale a la calle a protestar día tras día, sin temor a la policía ni a los tanques, si su situación no es extrema. Sin embargo, la situación no es mucho peor que hace unos años, si bien los precios de los productos básicos han aumentado, no es la primera vez que eso ocurre, sino algo a lo que los habitantes de esos países están acostumbrados desde hace décadas sin que tales carencias hayan provocado nunca movimientos capaces de llevarse por delante regímenes a los que hemos oído llamar dictatoriales sólo en las últimas semanas.
Lo siento pero no me cuadra, esa ecuación tiene demasiadas equis como para despejarlas de una manera tan simple como la que a diario escuchamos en los medios oficiales: Hambre+tiranía= Revolución, cuando conviene. Las dictaduras se llaman así porque tienen medios para eliminar del modo que sea cualquier discrepancia, dándoles igual a sus titulares la cantidad de muertos que para ello necesiten. El hambre y la necesidad son consustanciales a todo el continente africano, las dictaduras, también, ninguna de las dos premisas son suficientes para explicarnos lo que está ocurriendo en los países mediterráneos de África puesto que si así fuera, hace muchos tiempo que nuestros amigos Mubarak, Gadafi, Ben Alí o Mohamed V habrían fijado su residencia en París, Nueva York, Londres o cualquier paraíso fiscal de los que tanto abundan en este planeta saqueado. Además, para que una revolución prenda y llegue a triunfar es necesario que aparte de esos dos factores antes enunciados, exista un interés de clase que, al menos, en la parte más baja de las sociedades árabes en movimiento no existe, por su escaso desarrollo y porque el papel de la religión sigue siendo determinante. Entonces, ¿qué está ocurriendo en África?
Vaya por delante que estamos seguros de la vulnerabilidad de nuestra opinión, por ello la exponemos como una mera hipótesis, como una conjetura sujeta –como todas las opiniones- al debate, al juicio, la aprobación o rechazo de los lectores. Desde hace más de diez años, China comenzó una penetración silenciosa en el continente africano sin pararse a considerar el carácter ni el color de los gobiernos con los que trataba. La estrategia era bien sencilla, mediante la inversión de cantidades enormes de dinero en la construcción de hospitales, carreteras, presas, viviendas, escuelas e infraestructuras telefónicas, el gobierno chino fue trabando fuertes lazos de amistad con países como Angola, Zimbabwe, Namibia, Costa de Marfil, Ruanda, Etiopia o Sudán, todos ellos subsaharianos: De sobra sabían que el Mediterráneo era cosa de Occidente, se trataba, pues, de introducirse tranquilamente en aquellos países más dejados de la mano por el Imperio. En una década, China ha gastado más dinero en ayuda al desarrollo de los países africanos que todas las grandes potencias occidentales juntas, se ha convertido en el principal suministrador de bienes de consumo y se ha hecho con importantes yacimientos petrolíferos como los de Sudán, país que sumido en cien guerras civiles había sido abandonado por Occidente.
Desde que China comenzó a crecer de forma impresionante gracias, entre otras cosas, a las inversiones de europeos, japoneses y norteamericanos, las autoridades de aquel país vieron que tenían un problema para que ese desarrollo pudiese ser duradero: El suministro de materias primas y de combustibles. África tenía ambas cosas, se trataba de encontrar la forma de hacerse con ellas sin llamar demasiado la atención. Los Estados neoconservadores y los grandes inversores vieron con muy buenos ojos la apertura económica china, pues ello les permitía deslocalizar sus empresas y evitar los costes salariales y sociales de la producción en sus respectivos países, de modo que hasta hace no mucho nadie quiso darse cuenta de que poco a poco China se había convertido en el país más influyente del mundo en la parte de África que hay debajo del desierto del Sahara.
La primera reacción imperial fue la ocupación militar de Irak y el asesinato de miles de iraquíes para controlar un enclave vital en la ruta del petróleo, pero el genocidio anunciado a bombo y platillo por Bush, Blair y Aznar no fue suficiente, el gobierno chino no se dio por aludido y continuó con su labor de zapa. Y es ahí, tras el ascenso de Obama al poder, cuando se produce la nueva reacción occidental. Evidentemente, Obama no estaba dispuesto a invadir país tras país, ni a imitar la conducta sanguinaria de su predecesor tejano pero sí a contribuir a un cambio moderado en la zona que aprovechase el descontento de la población para establecer regímenes más occidentalizados y, de esa forma, poner una clara frontera a Irán –ese gran escollo en la ruta del petróleo- y a la penetración china: Todo el territorio comprendido entre Afganistán y Marruecos, quedaría bajo la influencia absoluta de Estados Unidos y, en menor medida, de sus socios europeos. Nacía así un nuevo reparto del mundo y una nueva guerra fría con múltiples focos calientes en toda África y en la zona sur-occidental de Asia.
En nuestra opinión, las protestas que se suceden en los países mediterráneos africanos no habrían llegado a mayores si las sacamos del contexto hasta aquí expuesto. China ha llegado a un grado de desarrollo industrial tal que necesita cantidades crecientes de petróleo, carbón, coltán y cobalto. En breve, a lo más tardar cinco años, se convertirá en la primera potencia económica mundial. La Administración Obama lo sabe, igual que sabe que su hegemonía estará entonces en peligro y que el petróleo y el coltán son las armas que decidirán el futuro. En vez de optar por la guerra preventiva ante la amenaza fantasma, Obama, de acuerdo con sus aliados europeos, ha apostado por la occidentalización de su área de influencia africana. Ni con las economías europeas y norteamericana en crisis, hay energías fósiles para todos, estamos, pues, ante una toma de posiciones en el continente africano que puede terminar con el establecimiento más o menos sólido de un nuevo status quo o ante el principio de algo más incierto.
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Nadie duda de que en el origen inmediato de las revueltas que recorren el Norte de África, esté el descontento de una población cada día más pobre que agoniza bajo la bota de unos tiranos sanguinarios que hasta ahora gozaron de la protección de las grandes democracias. Es evidente que el pueblo no sale a la calle a protestar día tras día, sin temor a la policía ni a los tanques, si su situación no es extrema. Sin embargo, la situación no es mucho peor que hace unos años, si bien los precios de los productos básicos han aumentado, no es la primera vez que eso ocurre, sino algo a lo que los habitantes de esos países están acostumbrados desde hace décadas sin que tales carencias hayan provocado nunca movimientos capaces de llevarse por delante regímenes a los que hemos oído llamar dictatoriales sólo en las últimas semanas.
Lo siento pero no me cuadra, esa ecuación tiene demasiadas equis como para despejarlas de una manera tan simple como la que a diario escuchamos en los medios oficiales: Hambre+tiranía= Revolución, cuando conviene. Las dictaduras se llaman así porque tienen medios para eliminar del modo que sea cualquier discrepancia, dándoles igual a sus titulares la cantidad de muertos que para ello necesiten. El hambre y la necesidad son consustanciales a todo el continente africano, las dictaduras, también, ninguna de las dos premisas son suficientes para explicarnos lo que está ocurriendo en los países mediterráneos de África puesto que si así fuera, hace muchos tiempo que nuestros amigos Mubarak, Gadafi, Ben Alí o Mohamed V habrían fijado su residencia en París, Nueva York, Londres o cualquier paraíso fiscal de los que tanto abundan en este planeta saqueado. Además, para que una revolución prenda y llegue a triunfar es necesario que aparte de esos dos factores antes enunciados, exista un interés de clase que, al menos, en la parte más baja de las sociedades árabes en movimiento no existe, por su escaso desarrollo y porque el papel de la religión sigue siendo determinante. Entonces, ¿qué está ocurriendo en África?
Vaya por delante que estamos seguros de la vulnerabilidad de nuestra opinión, por ello la exponemos como una mera hipótesis, como una conjetura sujeta –como todas las opiniones- al debate, al juicio, la aprobación o rechazo de los lectores. Desde hace más de diez años, China comenzó una penetración silenciosa en el continente africano sin pararse a considerar el carácter ni el color de los gobiernos con los que trataba. La estrategia era bien sencilla, mediante la inversión de cantidades enormes de dinero en la construcción de hospitales, carreteras, presas, viviendas, escuelas e infraestructuras telefónicas, el gobierno chino fue trabando fuertes lazos de amistad con países como Angola, Zimbabwe, Namibia, Costa de Marfil, Ruanda, Etiopia o Sudán, todos ellos subsaharianos: De sobra sabían que el Mediterráneo era cosa de Occidente, se trataba, pues, de introducirse tranquilamente en aquellos países más dejados de la mano por el Imperio. En una década, China ha gastado más dinero en ayuda al desarrollo de los países africanos que todas las grandes potencias occidentales juntas, se ha convertido en el principal suministrador de bienes de consumo y se ha hecho con importantes yacimientos petrolíferos como los de Sudán, país que sumido en cien guerras civiles había sido abandonado por Occidente.
Desde que China comenzó a crecer de forma impresionante gracias, entre otras cosas, a las inversiones de europeos, japoneses y norteamericanos, las autoridades de aquel país vieron que tenían un problema para que ese desarrollo pudiese ser duradero: El suministro de materias primas y de combustibles. África tenía ambas cosas, se trataba de encontrar la forma de hacerse con ellas sin llamar demasiado la atención. Los Estados neoconservadores y los grandes inversores vieron con muy buenos ojos la apertura económica china, pues ello les permitía deslocalizar sus empresas y evitar los costes salariales y sociales de la producción en sus respectivos países, de modo que hasta hace no mucho nadie quiso darse cuenta de que poco a poco China se había convertido en el país más influyente del mundo en la parte de África que hay debajo del desierto del Sahara.
La primera reacción imperial fue la ocupación militar de Irak y el asesinato de miles de iraquíes para controlar un enclave vital en la ruta del petróleo, pero el genocidio anunciado a bombo y platillo por Bush, Blair y Aznar no fue suficiente, el gobierno chino no se dio por aludido y continuó con su labor de zapa. Y es ahí, tras el ascenso de Obama al poder, cuando se produce la nueva reacción occidental. Evidentemente, Obama no estaba dispuesto a invadir país tras país, ni a imitar la conducta sanguinaria de su predecesor tejano pero sí a contribuir a un cambio moderado en la zona que aprovechase el descontento de la población para establecer regímenes más occidentalizados y, de esa forma, poner una clara frontera a Irán –ese gran escollo en la ruta del petróleo- y a la penetración china: Todo el territorio comprendido entre Afganistán y Marruecos, quedaría bajo la influencia absoluta de Estados Unidos y, en menor medida, de sus socios europeos. Nacía así un nuevo reparto del mundo y una nueva guerra fría con múltiples focos calientes en toda África y en la zona sur-occidental de Asia.
En nuestra opinión, las protestas que se suceden en los países mediterráneos africanos no habrían llegado a mayores si las sacamos del contexto hasta aquí expuesto. China ha llegado a un grado de desarrollo industrial tal que necesita cantidades crecientes de petróleo, carbón, coltán y cobalto. En breve, a lo más tardar cinco años, se convertirá en la primera potencia económica mundial. La Administración Obama lo sabe, igual que sabe que su hegemonía estará entonces en peligro y que el petróleo y el coltán son las armas que decidirán el futuro. En vez de optar por la guerra preventiva ante la amenaza fantasma, Obama, de acuerdo con sus aliados europeos, ha apostado por la occidentalización de su área de influencia africana. Ni con las economías europeas y norteamericana en crisis, hay energías fósiles para todos, estamos, pues, ante una toma de posiciones en el continente africano que puede terminar con el establecimiento más o menos sólido de un nuevo status quo o ante el principio de algo más incierto.
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CUBA ALERTA SOBRE EL INTENTO DE OCUPAR LIBIA Y CONTROLAR SU PETRÓLEO
Cuba alerta sobre el intento de ocupar Libia y controlar su petróleo
03:18h. del Miércoles, 2 de marzo
laRepublica.es
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"Cuba comparte plenamente la preocupación mundial por las pérdidas de vidas de civiles en Libia y desea que su pueblo alcance una solución pacífica y soberana a la guerra civil que allí ocurre, sin ninguna injerencia extranjera, y que garantice la integridad de esa nación"
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7
"La conciencia humana rechaza la muerte de personas inocentes en cualquier circunstancia y lugar. Cuba comparte plenamente la preocupación mundial por las pérdidas de vidas de civiles en Libia y desea que su pueblo alcance una solución pacífica y soberana a la guerra civil que allí ocurre, sin ninguna injerencia extranjera, y que garantice la integridad de esa nación". Así comenzó el canciller cubano Bruno Rodriguez, su intervención ante las Naciones Unidas, refiriendose a la crisis en Libia.
Rodriguez afirmó estar seguro de que el pueblo libio se opone a toda intervención militar extranjera, ·que alejaría aún más un arreglo y provocaría miles de muertes, de desplazados y enormes daños a la población·.
Cuba rechazó ante la ONU "cualquier tentativa de aprovechar la trágica situación creada para ocupar ese país y controlar su petróleo".
Para Cuba, "resulta notorio que es la voracidad por los hidrocarburos, y no la paz ni la protección de las vidas de los libios, la motivación que anima a las fuerzas políticas, fundamentalmente conservadoras, que llaman hoy, en los Estados Unidos y en algunos países de Europa, a una intervención militar de la OTAN en territorio libio. Tampoco parecen ser la objetividad, la exactitud y el apego a la verdad, lo que predomina en una parte de la prensa, utilizada por emporios mediáticos, para atizar el fuego".
"Si el derecho humano esencial es el derecho a la vida, ¿estará listo el Consejo para suspender la membresía de los Estados que desaten una guerra?", se pregunta Rodriguez.
"Ante la magnitud de lo que en Libia y en el mundo árabe ocurre y en circunstancias de una crisis económica global, debería prevalecer la responsabilidad y la visión de largo plazo de los gobiernos de los países desarrollados. Aunque pueda engañarse a la buena voluntad de una parte de la opinión pública, es evidente que una intervención militar llevará a una guerra y acarreará graves consecuencias para las vidas de las personas y especialmente de los miles de millones de pobres que son las cuatro quintas partes de la Humanidad", señaló el canciller cubano.
Para Cuba, "concita seria preocupación la manera en que se conculca el derecho a la vida. Según fuentes diversas, han perecido en conflictos armados en guerras modernas algo más de 111 millones de personas. No podría olvidarse en esta sala que si en la Primera Guerra Mundial las muertes de civiles sólo fueron el 5% del total de bajas, en las guerras de conquista posteriores a 1990, fundamentalmente en Iraq con más de un millón y Afganistán con más de 70 mil, los muertos inocentes son el 90%. La proporción de niños en estos datos es horrible e inédita".
"¿Qué medidas adoptará este Consejo contra un Estado miembro que cometa actos que causen grandes sufrimientos y atenten gravemente contra la integridad física o mental, como el bloqueo a Cuba, tipificado como genocidio en al artículo 2, incisos b y c, de la Convención de Ginebra de 1948?", recuerda el representante cubano.
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03:18h. del Miércoles, 2 de marzo
laRepublica.es
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"Cuba comparte plenamente la preocupación mundial por las pérdidas de vidas de civiles en Libia y desea que su pueblo alcance una solución pacífica y soberana a la guerra civil que allí ocurre, sin ninguna injerencia extranjera, y que garantice la integridad de esa nación"
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"La conciencia humana rechaza la muerte de personas inocentes en cualquier circunstancia y lugar. Cuba comparte plenamente la preocupación mundial por las pérdidas de vidas de civiles en Libia y desea que su pueblo alcance una solución pacífica y soberana a la guerra civil que allí ocurre, sin ninguna injerencia extranjera, y que garantice la integridad de esa nación". Así comenzó el canciller cubano Bruno Rodriguez, su intervención ante las Naciones Unidas, refiriendose a la crisis en Libia.
Rodriguez afirmó estar seguro de que el pueblo libio se opone a toda intervención militar extranjera, ·que alejaría aún más un arreglo y provocaría miles de muertes, de desplazados y enormes daños a la población·.
Cuba rechazó ante la ONU "cualquier tentativa de aprovechar la trágica situación creada para ocupar ese país y controlar su petróleo".
Para Cuba, "resulta notorio que es la voracidad por los hidrocarburos, y no la paz ni la protección de las vidas de los libios, la motivación que anima a las fuerzas políticas, fundamentalmente conservadoras, que llaman hoy, en los Estados Unidos y en algunos países de Europa, a una intervención militar de la OTAN en territorio libio. Tampoco parecen ser la objetividad, la exactitud y el apego a la verdad, lo que predomina en una parte de la prensa, utilizada por emporios mediáticos, para atizar el fuego".
"Si el derecho humano esencial es el derecho a la vida, ¿estará listo el Consejo para suspender la membresía de los Estados que desaten una guerra?", se pregunta Rodriguez.
"Ante la magnitud de lo que en Libia y en el mundo árabe ocurre y en circunstancias de una crisis económica global, debería prevalecer la responsabilidad y la visión de largo plazo de los gobiernos de los países desarrollados. Aunque pueda engañarse a la buena voluntad de una parte de la opinión pública, es evidente que una intervención militar llevará a una guerra y acarreará graves consecuencias para las vidas de las personas y especialmente de los miles de millones de pobres que son las cuatro quintas partes de la Humanidad", señaló el canciller cubano.
Para Cuba, "concita seria preocupación la manera en que se conculca el derecho a la vida. Según fuentes diversas, han perecido en conflictos armados en guerras modernas algo más de 111 millones de personas. No podría olvidarse en esta sala que si en la Primera Guerra Mundial las muertes de civiles sólo fueron el 5% del total de bajas, en las guerras de conquista posteriores a 1990, fundamentalmente en Iraq con más de un millón y Afganistán con más de 70 mil, los muertos inocentes son el 90%. La proporción de niños en estos datos es horrible e inédita".
"¿Qué medidas adoptará este Consejo contra un Estado miembro que cometa actos que causen grandes sufrimientos y atenten gravemente contra la integridad física o mental, como el bloqueo a Cuba, tipificado como genocidio en al artículo 2, incisos b y c, de la Convención de Ginebra de 1948?", recuerda el representante cubano.
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martes, 1 de marzo de 2011
EL GOBIERNO CUBANO DEMUESTRA FINANCIACIÓN DE EE.UU. A LAS "DAMAS DE BLANCO"
El objetivo que les marcaban desde Miami o los mismo diplomáticos norteamericanos radicados en Cuba fue la de provocar algún tipo de desórdenes en la Isla.
Gobierno cubano demuestra financiación estadounidense a Damas de Blanco
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7
02:20h. del Martes, 1ro de marzo
Guillermo Nova | La República | La Habana
No es la primera vez que salían en la televisión cubana pruebas sobre los vínculos de la Sección de Intereses Norte Americanos en la Habana (SINA), con los grupos opositores, pero no deja de sorprender la cadena de mando existente.
Durante la media hora que dura el documental “Las razones de Cuba” trasmitido este sábado, Moisés Rodríguez y Carlos Serpa agentes de la seguridad del Estado infiltrados en estos grupos, revelan planes desestabilizadores contra Cuba.
Rodríguez, trabajador de la Aduana cubana y Serpa, joven periodista, se introdujeron en el ámbito de grupos opositores y permitieron mostrar los planes de Estados Unidos para intentar la desestabilización interna del país.
El trabajador aduanero, reveló como los contactos establecidos con Elizardo Sánchez y Marta Beatriz Roque, le permitieron recibir instrucciones directamente de la SINA en La Habana para su participación en actividades provocadoras.
El agente Vladimir, como era conocido ante sus superiores, llegó a penetrar las organizaciones terroristas de la Florida, y viajó a Estados Unidos para allí intercambiar con Luis Posada Carriles y Santiago Álvarez.
El objetivo que les marcaban desde Miami o los mismo diplomáticos norteamericanos radicados en Cuba fue la de provocar algún tipo de desórdenes en la Isla.
Serpa, hasta ser presentado como el agente Emilio, fue el acompañante de las Damas de Blanco, de las que reportó y exageró los actos de rechazo en su contra que fueron publicados por Radio Martí sin comprobar su veracidad.
El documental muestra escenas de distribución de regalos y dinero entre las Damas de Blanco, enviados a través de las agencias de Estados Unidos, que utilizan como cobertura el trabajo en materia de cooperación y defensa de los derechos humanos.
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Gobierno cubano demuestra financiación estadounidense a Damas de Blanco
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02:20h. del Martes, 1ro de marzo
Guillermo Nova | La República | La Habana
No es la primera vez que salían en la televisión cubana pruebas sobre los vínculos de la Sección de Intereses Norte Americanos en la Habana (SINA), con los grupos opositores, pero no deja de sorprender la cadena de mando existente.
Durante la media hora que dura el documental “Las razones de Cuba” trasmitido este sábado, Moisés Rodríguez y Carlos Serpa agentes de la seguridad del Estado infiltrados en estos grupos, revelan planes desestabilizadores contra Cuba.
Rodríguez, trabajador de la Aduana cubana y Serpa, joven periodista, se introdujeron en el ámbito de grupos opositores y permitieron mostrar los planes de Estados Unidos para intentar la desestabilización interna del país.
El trabajador aduanero, reveló como los contactos establecidos con Elizardo Sánchez y Marta Beatriz Roque, le permitieron recibir instrucciones directamente de la SINA en La Habana para su participación en actividades provocadoras.
El agente Vladimir, como era conocido ante sus superiores, llegó a penetrar las organizaciones terroristas de la Florida, y viajó a Estados Unidos para allí intercambiar con Luis Posada Carriles y Santiago Álvarez.
El objetivo que les marcaban desde Miami o los mismo diplomáticos norteamericanos radicados en Cuba fue la de provocar algún tipo de desórdenes en la Isla.
Serpa, hasta ser presentado como el agente Emilio, fue el acompañante de las Damas de Blanco, de las que reportó y exageró los actos de rechazo en su contra que fueron publicados por Radio Martí sin comprobar su veracidad.
El documental muestra escenas de distribución de regalos y dinero entre las Damas de Blanco, enviados a través de las agencias de Estados Unidos, que utilizan como cobertura el trabajo en materia de cooperación y defensa de los derechos humanos.
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